Capitulo 19
Zarpa de miel estaba con la criatura en un sueño. La noche cubría al bosque, con el brillo de la luna en el oscuro cielo.
La criatura caminaba emocionada, moviendo su fino hocico de aquí a allá y agitando los bigotes de la emoción.
-¿Por que estas tan emocionado?- Pregunto en voz alta Zarpa de miel, aunque sabia que no le escucharía.
La criatura se detuvo, sacudiendo la cola violentamente, y acercándose cuidadosamente a unos helechos cercanos, hasta estar sumergido en la abundante vegetación. Zarpa de miel lo siguió, internándose incómodamente en la vegetación mientras que todo la atravesaba.
La criatura miraba con expectación, agitando los bigotes y de vez en cuando dando pequeños gritillos de emoción.
Zarpa de miel siguió su mirada, y entendió porque se emocionaba tanto. Estaba observando el campamento del clan del alba.
Zarpa de miel se quedo escuchando con atención, por si captaba alguna voz familiar. Pero nada, solo se escuchaban unos pocos maullidos cansados, irreconocibles por lo lejos que estaba.
La criatura observo el cielo, con sus ojos brillando con la diversión de un cachorro. Volvió la mirada a la vegetación, y luego de titubear un poco, empezó a dar grandes zancadas a... ¡La entrada del campamento!
-¡No espera! ¡Alto, no puedes entrar ahí, asustaras a todos!- Zarpa de miel corrió para alcanzarlo, pidiendo que se detuviera, pero fue ignorada.
-¡Si entras ahí, además de asustarlos, puedes destruir algo, o incluso herir a alguien!- Zarpa de miel corrió aun mas rápido, hasta interponerse en el camino de la criatura, pero este solo la atravesó tal como si fuera solo la brisa.
Sin nada mas que hacer para detenerlo, Zarpa de miel corrió a su lado, esperando que nada pasase.
Al llegar a la entrada, Zarpa de miel podía sentir la tranquilidad de un clan durmiendo, intentando mentalizarse de lo que iba a suceder.
Pero se detuvo, mirando con una pizca de miedo la entrada, en la cual un gato estaba sentado mirando con atención el exterior.
"Perfecto, así no entraras ni perturbaras la paz de nadie" Zarpa de miel se quedo mirando a la estupefacta criatura, al cual miraba pensativo la entrada, pero después de unos momentos, su mirada se volvió a iluminar.
-Se morirán de la emoción con mi sorpresa- La voz de la criatura sobresalto a Zarpa de miel, quien la miro estupefacta. "¿A que se refiere?"
La criatura empezó a caminar sigilosamente rodeando el campamento, hasta llegar a la parte de atrás... ¡La guarida de los aprendices! Dio unos pasos atrás, con travesura en su ojos y agitando su larga cola de aquí a allá.
-No, no lo harás- Zarpa de miel se interpuso en el camino, sabiendo que no serviría de nada. -No lo hagas, ¡O veras!- Termino con un bramido completamente ignorado.
La criatura corrió hacia la pared de zarzas y rocas que resguardaban el campamento, y la salvo con un enorme salto. Se escucho la estruendosa caída en alguna parte, mientras Zarpa de miel se internaba apresuradamente para saber que rayos paso.
Al llegar al centro del claro, lo vio. La criatura había caído sobre la pila de carne fresca, aplastándola y golpeando la guarida de los guerreros con la cola.
No paso mucho para escuchar las carcajadas de diversión por parte del a criatura, quien se sentó y empezó a observar todo.
-¡Hola a todos! Me llamo Binatang, vengo de muy lejos, y me gustaría ser su amigo- Saludo amablemente.
-¡Una bestia!- Bramo horrorizada una reina desde la maternidad, seguida de horrorosos lloriqueos de cachorros de no mas de tres lunas.
-Así es, me llamo Binatang...- Fue interrumpido por la llamada de otro gato.
-Que esta pasando aquí..- Un gato salió del gran Abeto, seguramente el líder, quien corto su frase con un horroroso aullido de terror. -¡Una bestia!-
Todos los gatos salieron de sus guaridas, incluso veteranos, aullando aterrorizados por la presencia de Binatang, la cual solo intentaba presentarse y no asustar ni herir a nadie con sus enormes patas y su larga cola.
-Te lo dije- Gruño Zarpa de miel, que luego miro a Binatang, y de inmediato todo su enojo se esfumo. Se veía triste, mirando como los mas valientes le insultaban o le decía que se fuera.
-Lo... Lo siento.. No quería molestar a nadie- Dio unos pasos atrás, y luego intento darse la vuelta para irse. Inmediatamente todos los gatos se apartaron, y Binatang salió de nuevo al bosque, seguido por Zarpa de miel.
Corrió velozmente, con Zarpa de miel a la saga, quien apenas podía igualar su velocidad.
Cuando se detuvo, se ovillo lenta y temblorosamente, con las patas tapando su nariz, y empezó a sollozar tan tristemente que a Zarpa de miel se le rompió el corazón.
De repente, las tinieblas empezaron a rodearla, avisándole que ya era hora de despertar.
Al abrir los ojos, sintió como si su cuerpo estuviese congelado. Se desperezo, temblando por el esfuerzo y por el frio, y se dirigió, a la entrada, de la cual colgaban pequeñas puntas de hielo.
No había nieve, pero si una densa niebla y una sensación de que todo estaba rodeado de hielo. Apenas se podía ver, pues el alba aun no llegaba, y la niebla no dejaba ver a mas de un zorro de distancia.
Intento caminar al centro del claro todavía con la imagen de la criatura... Binatang en el centro del claro rodeado por todo el clan, asustado y triste, mientras le llamaban bestia y le insultaban.
Un ruido desde la guarida de los guerreros la saco de sus pensamientos, y al voltearse vio a Melena de león dirigirse hacia la maternidad, seguramente a ver a su pareja, Rosa dorada.
Al percatarse de su presencia, Melena de León saludo a Zarpa de miel con la cola para luego desaparecer en las zarzas que conformaban la maternidad.
-Sabes algo, siempre pensé que eran hermanos- La voz de su hermana la hizo dar un respingo, sorprendida.
-Pues si se parecen, y no dudo en que sus cachorros tengan un bonito manto dorado- Respondió mientras se lamia una pata delantera y se la pasaba por la cabeza para lavarse.
-Quien sabe, tal vez haya algún familiar en ellos- Zarpa florida se sentó a su lado mientras que Zarpa de miel observaba distraídamente la entrada de la maternidad.
-¿Cual es el gusto por aprisionarse con cachorros y una pareja? Tener que cuidarlos, dar cara por ellos, y ni hablar por le de tener que pasar el resto de tu vida con alguien mas, ¿Por que hacerlo si ya tienes un clan entero que proteger?- Zarpa de miel agito la punta de la cola, con aquellas preguntas revoloteando por su cabeza.
-Zarpa de miel... Aun eres muy inocente- Zarpa florida reposo su cola en la cabeza de Zarpa de miel, quien la miro ceñuda.
Un rato después, el clan empezó a despertar con el alba, con sonidos de maullidos cansados y quejándose por el frio.
-Zarpa de miel, necesito que vayas a la patrulla de caza, con esta niebla apenas veo lo que tengo enfrente- Estrella Blanca se dirigió dificultosamente hacia su aprendiza, caminando con cuidado de no chocar con alguien del concurrido campamento.
Zarpa de miel asintió con la cabeza, con la punta de la nariz doliéndole por el frio.
-Bien, irán con nosotros Sol rojo y Cielo sombrío- Estrella Blanca fue a la guarida de los guerreros para ir a buscar a los miembros de la patrulla mientras Zarpa de miel se acicalaba el alborotado pelaje.
Una vez que llegaron los hermanos, salieron del campamento y se dirigieron hacia un lugar al que nunca iban, el cual estaba entre la Flor Estelar y la gran Araucaria.
Zarpa de miel se percato de que de vez en cuando Estrella Blanca daba miradas rápidas a Cielo sombrío, y cada vez que este iba a mencionar algo, Estrella Blanca empezaba a interponerse o interrumpirlo con consejos rápidos o simplemente un comentario sin preparación.
-Que zorros le pasa a Estrella Blanca- Le susurro Sol rojo a Zarpa de miel.
-También te percataste, ni siquiera le deja hablar- Zarpa de miel se alivio de no ser la única que se dio cuenta de que algo pasaba entre esos dos.
Cuando se detuvieron, Estrella Blanca indico con la cola que guardaran silencio, pues había captado una presa.
-Oye, Zarpa de miel- Le susurro Cielo sombrío mientras observaban al líder asechar a la presa.
-¿Si?- Respondió esta.
-Que te parece si después de esto vamos a cazar- La invito.
Zarpa de miel medito un poco, y escucho el leve ronroneo de risa de Sol rojo.
-Tengo cosas que hacer, tal vez otro día- Respondió secamente mientras rodeaba sus patas con su cola pulcramente.
-Ho, bueno- Cielo sombrío sonó desilusionado.
-No puede ser- Murmuro muy bajo Sol rojo muriendo de la risa silenciosamente.
Estrella Blanca volvió con un escuálido gorrión, el cual, a pesar de ser pequeño, se veía y olía extremadamente delicioso.
Luego de caminar un poco en dirección contraria, Sol rojo se detuvo a cazar un poco, y volvió con un joven conejo.
Caminaron en dirección a el campo de pelusas por un rato, Estrella Blanca se detuvo de golpe.
-Tengo una idea, nos separaremos en dos grupos de dos, y así será mas fácil cazar. Cuando hayamos terminado, volveremos acá, y si tienen problemas o les atacan, solo griten. Ahora, a hacer los grupos-
Se dirigió hacia Zarpa de miel, pero antes de llegar Sol rojo se interpuso en su camino.
-¿Podría ir con usted?- Maulló inocentemente el guerrero rojizo.
Estrella Blanca medito un poco, pero finalmente acepto a regañadientes. Los dos fueron en dirección a la granja de dos patas, mientras que Cielo sombrío y Zarpa de miel iban hacia la frontera en silencio.
Al llegar al rio, Zarpa de miel quedo perpleja ¡Estaba completamente congelado! Si un gato no prestaba atención donde caminaba con la niebla, además de que el piso estaba tan frio como el hielo por la que era fácil confundirlos, fácilmente podría caer allí y ahogarse.
-Bueno, supongo que no hay pesca- Suspiro Cielo sombrío, el cual sonaba desilusionado, pues le encantaba el pescado.
-No se tu, pero prefiero algo menos... Aguoso- En cambio, a Zarpa de miel cada vez se la hacia menos apetitoso tener que comer pescado.
Cuando ambos gatos ya estaban dando media vuelta para irse, fueron llamados por una voz proveniente de la otra frontera.
-Quienes se creen que son, ¿No les vasta con robarnos nuestras presas? ¿También quieren comer todos nuestros peses?- Dijo remarcando la palabra Nuestros.
Zarpa de miel no tuvo tiempo para responder, pues Cielo sombrío se le adelanto.
-¿No crees que tienes cosas mas importantes que hacer? Además, que no tienes porque decirnos nada por que: El rio esta congelado, es neutro y solo eres un aprendiz-
-Oye... Quien es- Le susurro Zarpa de miel a Cielo sombrío.
-A, es Zarpa de oso, el patán de la asamblea- Respondió el guerrero con desdén.
-¿Sucede algo, Garra de oso?- Sonó otra voz.
-¿Garra de oso? ¡Ya eres guerrero!- Zarpa de miel no pudo evitar sonar un pelo impresionada, pero se arrepintió inmediatamente de sus palabras, pues ahora era una excusa para que el ahora guerrero empezara otra vez con sus molestos comentarios.
-Pues si maraña de pulgas, y no podrás ni soñar con que eres suficientemente fuerte para luchar con un guerrero como yo-
"Como lo odio" Pensó irritada Zarpa de miel.
-Garra de oso, ¿Hay problemas?- Sonó de nuevo la voz detrás del guerrero del clan del atardecer, y apareció un guerreo mellado y de enormes patas.
-No pasa nada hermano, solo son un montón de marañas con garrapatas que intentaban robar nuestros peses-
El guerrero mellado lo miro un segundo.
-No me sorprendería que un día de estos te atacaran por tu bocota cerebro de pulga- Le susurró mientras le daba un manotazo en la oreja. -Lamento lo de mi hermano, soy Corazón de puma- Se presento cordialmente.
-Soy Cielo sombrío, y ella es...-
-No necesito que me presentes- Cielo sombrío fulmino con la mirada a la aprendiza, pero esta apenas le importo. -Soy Zarpa de miel-
Otro movimiento tras los guerreros del clan del atardecer alerto a Cielo sombrío, el cual irradiaba sus ganas de irse cuanto antes de ahí.
Aparecieron Cola de leopardo y Zarpa esponjosa.
-¿Que pasa? ¿Por que se tardan tanto?....- Cola de leopardo se interrumpió al ver a Cielo sombrío y Zarpa de miel. -¿Los están molestando?- gruño.
Zarpa de miel dio una mirada fugas a Zarpa esponjosa, quien también de vez en cuando le daba pequeñas piradas.
-No, solo pasaban, y nosotros también, será mejor que nos vayamos- Corazón de puma apresuro a sus compañeros de clan para que se fueran rápido. Pareciera como si hubiera captado que Cielo sombrío no quería estar mas tiempo ahí.
Mientras los gatos se volvían a su territorio, Zarpa de miel se detuvo un momento para mirar hacia atrás para ver si Zarpa esponjosa seguía ahí, pero también había dado media vuelta.
Al llegar al campamento, solo habían capturado un gorrión, y conejo y un ratón, el cual dejaron inmediatamente en la maternidad, pues era el menos escuálido.
-No esperaba que hubiera una helada a estas alturas, ya había nevado- Se quejo Rosa dorada mientras comía el ratón.
Zarpa de miel se dirigió hacia la guarida de Pelaje lluvioso para buscar bilis de ratón, pues ahora era su turno de sacarles las garrapatas a los veteranos.
-Pelaje lluvioso, vengo por la bilis de ratón- Dijo una vez que entro en la guarida.
-Ho claro, en un momento- El curandero había estado muy atareado, pues la enfermedad de Pelaje de rio se había expandido, y ya había contagiado a Sombra de abeto y Zarpa de monte.
Le acerco una bola de musgo empapada con la asquerosa sustancia.
-Este... Me podrías pasar alguna rama... O un palo para no tomarlo directamente con el hocico-
-Ho claro, por ahí hay algunos- Respondió distraídamente el curandero.
Zarpa de miel tomo uno, y con este recogió el musgo con bilis.
Se dirigió a la guarida de los veteranos cuidadosamente, y en cuanto entro llamo:
-¡Quien tiene garrapatas!- Aunque considero algo tonto preguntar eso, pues solo estaba Pata de marmota.
-Tengo una en mi omóplato, no ha dejado de molestarme- Respondió adormilada la veterana.
zarpa de miel se acerco dejando el musgo a un lado y empezó a rebuscar entre el pelaje de la veterana hasta encontrar a la escurridiza criatura. Tomo el musgo y lo presiono contra ella hasta que se desplomara.
-Me recuerdas a mi hijo- Maulló suavemente Pata de marmota mientras Zarpa de miel se iba.
-¿Su hijo?- Maulló la aprendiz con las zarpas picándole de la curiosidad.
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Hola!
Espero que les haya gustado este capitulo, pues me a costado un poco por mi falta de inspiración.
Pero ya esta, y espero que lo hayan disfrutado.
Y sin nada mas que decir....
Bye!
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