Chào các bạn! Vì nhiều lý do từ nay Truyen2U chính thức đổi tên là Truyen247.Pro. Mong các bạn tiếp tục ủng hộ truy cập tên miền mới này nhé! Mãi yêu... ♥

Negras: alfil d6

Choi Dongyul volvió a detenerse frente a una cabina telefónica, pero sólo fue cuestión de unos segundos. Chasqueó la lengua y miró arriba y abajo de la calle en busca de un bar. Lo divisó en la esquina opuesta, a menos de veinte metros.

En todas las calles de todas las ciudades de Corea había por lo menos un bar.

Un bar y dos o tres bancos. Cruzó la calzada y entró en el local. Fue directamente a la barra. Apenas había gente a aquella hora.

—¿Qué será? —le preguntó un camarero.

—Un cortado y la guía telefónica, por favor.

La guía llegó inmediatamente. Buscó los teléfonos de los hospitales de la ciudad y empezó a anotarlos en un papel, despacio, para no dejarse ninguno. Mientras lo hacía le sirvieron el café.

—¿Tiene un celular que prestarme? —pidió.

El camarero tomó el billete que le ofrecía y le dio el cambio del café junto con un celular. El camello los recogió, se bebió el café de dos tragos. Marcó el primero de los números que había anotado.

—Urgencias, ¿dígame?

—Perdone, ¿podría decirme si tienen ingresado ahí a un chico que anoche tomó drogas en un club? Lo llevaron en una ambulancia...

Negativo.

Marcó un segundo número.

Y un tercero.

La respuesta le llegó en el cuarto intento.

—¿Park Jimin? —le preguntó una voz femenina.

No tenía ni idea. ¿Pero cuántos chicos habrían ingresado de noche por causa de las drogas?

—Sí, sí es él —su tono cambió revistiéndose de angustias. —¿Cómo se encuentra? —Disculpe, pero...

—Mire, es que mi cuñada me ha dejado el mensaje en el contestador contándome lo que había pasado, pero sin decirme el hospital ni nada, y como estamos fuera... ¡Dios, qué angustia!, sólo quiero saber... Está vivo, ¿verdad?

—¿Es su sobrino? —insistió la voz femenina.

—Sí, por favor... ¡por favor!

—Bueno —la resistencia cedió—, se ha estabilizado y por el momento está bien, aunque no fuera de peligro, pero... sigue en coma. Es cuanto puedo decirle.

Coma.

—Gracias, ha sido usted muy amable.

—De nada, señor.

Colgó y se quedó mirando el teléfono. Tal vez debiera llamar a los otros hospitales, para asegurarse. Tal vez no fuese él. Tal vez el de Pandora's ya está en casa, tranquilo. Tal vez.

Coma.

Golpeó el mostrador con el puño cerrado, impulsivamente, preso de una incontenible rabia. Al instante se encontró con la mirada preocupada del camarero.

Salió del bar desorientado, sin saber adónde ir o qué hacer.

Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro