Epílogo: blancas ganan partida, negras pierden partida
Al salir del túnel, a medida que se reencontraba con el dolor, pero también con la luz, Jimin abrió los ojos.
Una vez.
Parpadeó.
Dos veces.
Se encontró con su hermano Jihyun, que lo miraba de cerca, boquiabierto.
Jimin esbozó una tímida sonrisa.
Y la acentuó ante la reacción impulsiva y excitada de Jihyun.
—¡Papá! ¡Mamá!
Cerró los ojos por última vez, sólo para ver cómo la reina negra se alejaba vencida por un costado del camino llevándose a su derrotado rey, y convencerse a sí mismo de que había vuelto. Y de que había ganado. Después los abrió, dispuesto a mantenerlos así.
Vio a sus padres y a su hermano, rodeándolo.
Estaba vivo.
Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro