Blancas: h5
-¿Son los que estaban con Park Jimin?
Lo miraron los tres, sorprendidos. Era como si hubiera aparecido allí de improviso, materializándose en su presencia.
-Sí- reconoció Jungkook.
-Oficial Kim- se presentó el hombre. -Kim Namjoon.
-¿Policía?- se extrañó Hoseok.
-¿Qué creen?- hizo un gesto explícito. -Se trata de un delito, ¿no les parece?
Taehyung estaba pálido.
-Nosotros no hemos hecho nada- se defendió.
El hombre no respondió.
-¿Quién les dio esa pastilla?- preguntó sin rodeos.
Los tres se miraron, inseguros, acobardados, indecisos. El policía no les dejó reaccionar. Su voz se hizo un poco más ruda. Solo un poco. Nada más.
Suficiente.
-Óiganme: cuanto antes me lo cuenten, antes podré hacer algo. Puede que les vendieran cualquier cosa adulterada, ¿entienden? El que esta noche no acabe nadie más como su amigo depende de lo que ahora hagamos. Es más: si conseguimos una pastilla igual a la que se tomó él, es probable que lo ayudemos a recuperarse.
-No lo conocíamos- dijo Taehyung.
-¿Qué aspecto tenía?
-Pues... no sé- miró a Hoseok y Jungkook en busca de ayuda.
-Era un hombre de unos treinta años, puede que menos, no tengo buen ojo para eso- se adelantó Jungkook. -Me pareció normal, vulgar. Todo fue muy rápido, y estaba oscuro.
-Era la primera vez...- trató de situar Hoseok.
-¿Alguna seña, color de ojos, de cabello, un tatuaje?
-Nariz aguileña.
-¿Algún nombre?
-No.
-¿Cuánto les costó lo que compraron?
-Doce cada uno. Pedía quince, pero al comprar varias...
-¿Tomaron todos?
-Oiga...- se incomodó Jungkook.
-¿Se lo pregunto a sus padres?
-Tomamos todos- dijo Taehyung.
-¿Cómo eran las pastillas?
-Blancas, redondas, tipo aspirina y más pequeñas, ¿cómo quiere que...?
-Tenían una media luna grabada- manifestó Hoseok sabiendo a qué se refería el oficial.
El hombre puso cara de fastidio.
-¿Una media luna?
-Sí.
Chasqueó la lengua con mal contenida furia.
-¿Qué pasa?- quiso saber Jungkook.
-Nada que les importe- se apartó de ellos pensativo antes de agregar: -¿Dónde fue?
-En el Pandora's.
-Muy bien- suspiró. -Déjenme sus teléfonos y direcciones, y si recuerdan algo más, llámenme- les tendió una tarjeta a cada uno. -A cualquier hora, ¿de acuerdo?
No esperó una respuesta y se alejó de ellos caminando con el paso muy vivo.
Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro