Horas después...

En la cabaña.

Los ruidos de los infectados no lo dejaban dormir era obvio, pero por suerte todos los demás si lo hacían y también Mystoria, quien se había quedado con Milo y Aiacos a su lado. Suspiró para después acercarse a su familia para después susurrar.

Écarlate: espero y me tengas una buena razón para haberme seguido amor - susurró mientras veía a su esposo dormir, para después ver a sus dos hijos, quienes dormían calmados sobre el regazo de su madre - mis pequeños valientes... ambos debieron sufrir mucho miedo desde que todo esto inició ¿verdad? - preguntó mientras acariciaba el cabello de ambos. Bajo su vista hacia la venda que tenia Milo - mierda... la infección esta avanzando, ya tiene fiebre. Enserió espero que funcione, nunca tuve la oportunidad de probarlo en él laboratorio en ese entonces - susurró.

Se alejo de su familia y se dirigió a su mochila, donde comenzó a registrar sus cosas, encontrándose con la caja, misma que saco y abrió, ahí encontró los frascos y las jeringas, preparo una, para después llenarla con aquel liquido, suplicando porque eso funcionará se acercó a su hijo, retiro un poco de cabello de su cuello, para después limpiar la zona, para después aplicarla la vacuna ahí, por el piquete de la aguja, su hijo se movió incómodo, por lo cual después de acariciar su cabello hablo.

Écarlate: shsssss.... tranquilo, tranquilo, esta bien ya paso - le susurró mientras retiraba la aguja, para su sorpresa cuando levantó la vista vio a su esposo verlo.

Mystoria: Écarlate ¿que le pusiste a mi hijo? - preguntó confundido y serio, el pelirrojo únicamente le cubrió la boca y después respondió.

Écarlate: tranquilo, tranquilo te prometo que no es nada malo - aseguró para después soltarlo - únicamente es algo que si funciona bien, podría ayudarle a su sistema inmune para obtener la fuerza qué necesita para sobrevivir a la infección - le respondió.

Mystoria: Écarlate tú sabes más de lo que aparentas sobre esto ¿no es cierto? - le pregunto.

Écarlate: me gustaría decirte que no cariño, pero si, si tengo que ver... yo. Yo lo siento por ponerte a ti y a nuestros bebés en peligro - se disculpo, Mystoria se movió un poco asegurándose de no despertar a sus hijos, para después tomar el rostro de su esposo y lo acarició.

Mystoria: tranquilo amor, yo más que nadie se que no eres malo y que jamás harías algo con intención de lastimar a alguien - le respondió.

Écarlate: muchas gracias por jamás perder la fe en mi Mys, no se que es lo que haría sin tí - le agradeció mientras lo abrazaba.

Mystoria: soy tú esposo Écarlate, mi deber es apoyarte siempre y cuando sepa que no es nada malo, pero dime... ¿Cómo fue que te involucraste en esto? ¿De dónde lo conoces? - preguntó mientras señalaba de forma disimulada a Dégel, quien dormía cubriendo a Kardia y Camus quienes se encontraban detrás de él.

Écarlate: esto empezó el día en que Milo comenzó a mejorar misteriosamente ¿lo recuerdas? - preguntó mientras Mystoria sorprendido lo vio - y a él lo conoci, el día que te lleve la medicina que le administraste a Milo en sus comidas, hasta que el pudo comenzar a tomar sus pastillas - respondió mientras su esposo lo vio impresionado - te lo contaré desde el principio...

Continuará...