«Buscando a las Estrellas» (1/2)
—Hola querido televidentes, ¿me extrañaron~?.— una hermosa joven de cabellos negros atados en una coleta alta, piel bronceada y ojos oscuros sonrió y dijo: —Sé que si, ¡y debo decir que yo también extrañé este programa!.
Miró a otra cámara y habló:
—Pasaron dos años desde la primera temporada y un año de la segunda,— sonrió pícara —Es increíble lo mucho que han cambiado nuestros amados campistas, algunos se han vuelto muy famosos, otros desaparecieron de las cámaras.— reveló cruzada de brazos
Volteó para dar unos pasos hacia la entrada del campamento, miró a la cámara a su derecha y exclamó:
—En esta temporada reclutamos a los veinte participantes más icónicos y queridos de sus elencos, se enfrentarán a desafíos más locos y difíciles que los anteriores, ¿será que volverán con sus
viejas alianzas o nuevas amistades surgirán para llegar a la final?, ¿las antiguas parejas seguirán igual o el
amor creará nuevas relaciones?, ¿las
enemistades permanecerán o será verdad que el tiempo todo lo cura?, ¡averiguenlo en «Campamento Desventura: Cazadora de Estrellas»!.
Cuando los camarógrafos indicaron el corte la chica suspiró y caminó hacia su camerino para refrescarse, ahí se encontró con su mano derecha, un hombre bajo con el cabello negro y ruloso, ojos negros detrás de unos lentes rectangulares y de piel clara. Aprovechó que el chico estaba concentrado con unos documentos para asustarlo en un abrazo sorpresa.
—¡Oliver!.— gritó pasando sus brazos por el cuello del nombrado
—¡AHHH!,— volteó a ver quién era y frunció el ceño —¡Kristal, te dije que no hicieras eso de nuevo!.— se quejó con el rostro sonrojado
—Pero te ves adorable cuando te asustas.— rió apretándole las mejillas
—Ya...— suspiró y le dijo: —Fue un buen inicio de temporada, bien hecho.
—Gracias, necesito un poco de agua.— dijo sentándose frente al tocador
—Enseguida.— se retiró un momento
La muchacha suspiró y miró su reflejo en el espejo para retocar su maquillaje, cuando vio el resultado sonrió satisfecha.
Este era el gran trabajo de su vida, aunque tuvo muchas ataduras a sus raíces, no dejó que nadie le hiciera caer.
—Aquí tienes, agua mineral un poco fría, como te gusta.— le dio la botella y le dijo: —Falta mucho para que Marcus y Nina vengan con los participantes.
—¿Qué tal si tomamos un descanso?.— le preguntó sonriente
—¿Cómo es eso?.— cuestionó realmente entendiendo a lo que se refería
La azabache caminó hacia él y se inclinó para plantearle un beso en los labios, le tomó la mano y —sin separarse en ningún momento—, lo llevó al sofá de terciopelo para estar más cómodos.
Esta temporada empezó muy picante.
( ... )
Un hombre mayor, de cabellera y barba rulosa de un tono naranja, usando un sombrero con aires del lejano oeste, una camisa blanca, pantalón azul oscuro con dobladillo, zapatos marrones y unos lentes de sol negro estaba tomando el control de un gran jet de lujo a nombre de su jefa.
A su lado, como un detalle gracioso y a la vez perturbador, estaba un títere de sexo femenino; madera pintada de piel clara, cabellos anaranjados falsos atados en dos coletas bajas, ojos azules que parecían estar vacíos, sin alma. Y llevaba un vestidito que intercalaba los colores carmín y rosa con detalles en blanco, unos zapatitos y labios pintados del mismo rojo.
Aún para sorpresa de algunos, ese títere estaba más vivo que muchos aquí.
—¿Es realmente necesario usar esto?, si te estrellas contra el suelo o el mar el cinturón no te ayudará.— habló la muñeca en queja
—Hay que seguir el protocolo de seguridad, si no nos demandarán por poner la vida de los campistas en peligro, Nina.— respondió el hombre sin quitar la vista del frente
—Por favor~ como si competir en este programa fuera un simple juego.— el títere resopló y calló por el momento
La primera parada era a Ottawa, la capital de su país dentro del estado de Ontario; una mujer mayor de coleta grisácea, piel blanca con manchas de madurez en ciertas partes de su cuerpo, ojos de un gris oscuro, llevaba un suerte verde con el diseño de tres margaritas, una falda negra hasta los tobillos donde se podía apreciar unos calcetines blancos con zapatillas verdes.
Le avisaron que la llevarían en un jet privado y que debía esperar en el aeropuerto de la capital, ahora mismo se encontraba sentada con otros pasajeros mirando unas fotos que se había tomado con dos jóvenes que le ayudaron a ganar y hacer su estadía en el campamento más agradable, pese a que la mayor no esperaba nada bueno de ellos.
Uno de ellos era el más joven de los tres, de piel blanca, ojos negros y cabello teñido de azul usando un suéter rojo con mangas negras y una calavera en el centro; lo quería tanto, ese muchacho le dio varios momentos felices que no pudo vivir con sus futuros nietos debido a una tragedia que sucede mucho, le hizo volver a sonreír como no la hacia hace años. Pero luego de unos meses de que ganara el millón de dólares, ellos perdieron comunicación.
No contestaba ni llamadas ni mensajes, y aunque buscaba alguna razón de esas acciones, lo cierto es que siempre llegaba a la conclusión de que desapareció del mundo. Un pensamiento tan negativo como extremo, pero la verdad no encontraba forma de poder contactarlo.
Y el otro joven en la foto, un hombre de cabellos negros, ojos cian y cicatrices en su rostro sonreía feliz; como si se tratara de su segundo nieto, fue la fuerza y velocidad que le ayudó a ganar el premio de su temporada, se volvió en el interés romántico del chico peliazul pero por algunas jugadas sucias y las actitudes inmaduras de este terminó por perder una hermosa relación amorosa, y eso la entristecía un poco.
Lo último que supo del de ojos claros es que fue contratado como policía debido a que dio información de esos corruptos presentadores y de un hombre peligroso que intentó robarse su dinero. A pesar de no haber hablado con él después de esa foto, le deseaba el bien y más.
Pero para su sorpresa, a unos metros de ella se encontraba aquél muchacho de cicatrices que ya no ocultaba con su mascarilla y no dudó en llamarle.
—¡¡Tom!!.
Este volteó hacia donde lo llamaban y abrió sus ojos como dos platos blancos, separó sus labios en sorpresa y, con una gran sonrisa, soltó:
—¡Miriam!.
Ambos se acercaron al otro con emoción y se abrazaron fuertemente.
—Tanto tiempo sin verte~ ¿cómo haz estado?.— le preguntó la mayor sin soltarlo, solo se separó un poco para verle
—Muy bien, de hecho hace poco me ascendieron a detective.— sonrió con lágrimas en sus ojos y dijo: —Eres tú, en serio eres tú...
—La misma anciana de siempre.
Él rió y volvió a abrazarla sollozante.
—Lo siento, me puse sentimental.— secó sus mejillas y preguntó: —¿Cómo estás tú, ganadora del millón~?.
—Estoy bien, usé el dinero para pagar algunas cuentas, tomé unas vacaciones viajando por algunas partes del país, ¡oh, y hace dos meses que abrí una pastelería!.— contó mientras caminaban
a su antiguo asiento
—Wow~ eso es genial, ¿en dónde está?, me gustaría ir por unos dulces.— le dijo sentándose a su lado
—Es aquí, en la calle Router Martín, la llamé «Dulces Días», y atendemos desde las 08:00 hasta 14:00 y de 16:00 hasta las 18:00.— contestó muy contenta
—¡Está cerca de mi estación!, empezaré a pedir ahí entonces.— afirmó sonriente
—Eso sería muy lindo, hijo, además hacemos bebidas calientes y frías para el verano también.
—Asombroso.
La charla entre ellos siguió con calma y felicidad, relatando las cosas que pasaron en esos dos años que no volvieron a verse y comentando una que otra cosa. Lo que no se esperaron fue la aparición repentina de una muchacha de cabellera larga y castaña, ojos verdosos detrás de unos lentes, piel blanca como la leche, usaba una camiseta blanca de mangas cortas y un dibujito cómico de Pacman, shorts celestes, zapatillas negras y unas largas medias con las tres franjas casi en el borde: rosa, violeta, y azul.
Se encontraba agitada tratando de recuperar aire mientras acomodaba sus guantes negros y su mochila en la espalda.
—¡Oh por Dios, si son ustedes!.— tomó una bocanada de aire y dijo: —Pensé que había visto mal... Disculpen, ¡es que soy muy fan de ustedes, chicos!.
—Pero si eres Ally, fuiste mi favorita de tu temporada, es un gusto conocerte.—
exclamó la mayor ofreciendo su mano en un saludo
—¡No me digas, esto es tan increíble!.— aceptó el gesto y le habló al pelinegro:
—Hola, es bueno poder hablar contigo también, Tom.
Este, un poco incómodo y sorprendido, le sonrió cortés y estrechó su mano con la castaña frente a él.
—¡¡Ally!!.
A unos metros detrás de la nombrada se veía a un chico caminar apurado, de cabellos negros, ojos azules intensos con notables bolsas oscuras bajo estos, piel pálida que alarmaría a cualquier doctor, llevaba una camiseta azul apagado debajo de una chaqueta negra, unos pantalones grises gastados y unas botas también grises. Llevaba colgando una tira de cuero con tachas a la altura de su cinturón, y algo que llamó mucho la atención era un collar de ojo rojo falso de dragón.
—¿Por qué saliste corriendo así?, me asustaste.— le dijo entre suspiros
—Lo siento Hunter, ¿pero qué crees~?, ¡encontré a Miriam y a Tom!.— respondió señalando a los nombrados
—Wow~ es bueno conocerlos.— sonrió ofreciendo su mano en saludo
—Igualmente.— dijo el hombre en un tono muy formal
—Ustedes dos eran mis favoritos, hacen una bonita pareja.— expresó la mayor
—¿Escuchaste eso?, ¡dijo que hacemos bonita pareja!.
—Si Ally, la escuché.— dejó las maletas en el suelo y dijo: —Es bueno que estemos juntos, así podemos conocernos más... ¿Qué hora es?.
—Justo las 5:59.— le respondió la chica con la vista en su teléfono
—Y tú diciendo que llegaríamos tarde, no debería faltar mucho para que otras personas lleguen, ¿tal vez Jake?.
El de ojos azules recibió un codazo de su novia que lo descolocó pero al rato se dio cuenta de los rostros de los otros dos.
—¡Lo siento!, no quise decir algo que los incomodara.— dijo arrepentido
—Está bien, no es nada.— dijo el de cicatrices mirando a otro lado
—De hecho me gustaría que viniera, no he sabido de él desde que terminó mi temporada.— habló la de suéter verde
—Creí que se llevaban bien.— soltó la castaña confundida
—Si, y me dio su número para que pudiéramos hablar, pero luego de tres meses no me contestaba las llamadas ni le llegan mis mensajes.
—Lo siento mucho, quizás cambió de número.— dijo la joven en un intento de animar a la anciana
Los minutos pasaron y los cuatro esperaron a que le dieran aviso de su vuelo, aunque la mayor y el pelinegro notaron que la pareja no era muy amorosa en su interacción, más bien era todo lo contrario. Y para nuestra, un botón:
—Hunter, ya hablamos de esto.
—No porque no te guste mi collar voy a dejar de usarlo.
—A muchos fans les parece extraño.
—Esos no son fans, son trolls de internet, ellos buscarán cualquier cosa con tal de hacerte sentir mal.— se cruzó de brazos y dijo: —Además, a mí me gusta y me costó encontrar el «Ojo de Dragón» de la serie «El Camino del Guerrero», si no puedo usarlo cuando quiero, ¿cuándo lo haré?.
—Es un poco aterrador, ¿ustedes que dicen?.— le preguntó a los otros dos sentados a su lado
—Bueno...
—¿Vas a preguntarles a ellos y no a mí?, ¿acaso no te importa lo que pienso?.— cuestionó entristecido
—No quise decir eso, solo digo qu-!.
—Hola a todos.— frente a ellos apareció aquél hombre misterioso de sombrero y frondosa barba anaranjada
—¡Marcus!.— pronunciaron los novios al mismo tiempo
—Kristal me mandó a buscarlos a todos ustedes, por favor, siganme.— les dijo y estos le siguieron
Al llegar al exterior se sorprendieron al ver un lujoso jet, y más aún cuando la marioneta bajó las escaleras.
—¡Por fin los encontraste!.— dijo con un tono agotador
—¿¡Pero qué!?.— soltó el detective en completo asombro
—Te acostumbrarás.— le dijo la de falda negra palmeando su espalda
—¡Suban de una vez!.
Ellos subieron y se maravillaron con el interior del transporte, tan elegante e impecable. Cuando se sentaron, la anciana recordó algo y preguntó:
—Por cierto, ¿qué pasó con la otra chica?, la de cabello negro y ropa muy oscura... Agh, no recuerdo su nombre.
—¿Tess?, ella se fue a Nueva York para estudiar Bellas Artes.— reveló la de ojos verdes sentándose en el lado de la ventana
—No la vimos después del verano, pero estoy casi seguro de que la veremos en
esta temporada.— dijo el de collar para luego sentarse al lado de su novia
—¡¡ESPEREN!!.
—¿Uh?,— la mayor miró por la ventana del Jet y vio a una muchacha corriendo a su dirección —¡Espere, están olvidando a alguien!.— le gritó al aviador y este se sorprendió
—No puede ser... A ver,— sacó una lista de participantes y localidades —¡Oh sí!, la joven Ashley Miller Wilson.— dijo antes de detener el jet y salir de este
Pasaron unos minutos hasta que una joven blanca, de ojos azules intensos, cabellos rubios atados en una coleta baja y parcialmente tapado por un sombrero estilo vaquero con un detalle de una zanahoria, y de gruesos labios pintados de rojo oscuro. Llevaba una camisa celeste de mangas largas, unos shorts marrones usando un cinturón con una estrella de botón y unas botas bajas del mismo color café; se la veía muy agitada y limpiaba su frente del sudor, acomodó su sombrero y exclamó:
—¡Hola a todos, es un gusto conocerlos y volver a verlos!.
—Hola querida.— le saludó la señora
—¡Ashley~ es un gusto conocerte!.— expresó la castaña arreglando sus lentes
—Gracias, espero que podamos relacionarnos mejor.— expresó sentándose frente a la pareja
—Muy bien chicos, abrochen sus cinturones y no hagan alborotos, ¡próxima parada: Nueva York!.
( ... )
En otro aeropuerto se encontraba una pareja esperando su vuelo, una de ellas era morena, castaña, ojos verdes y de labios limpios. Llevaba una camiseta blanca debajo de un suéter verde con capucha y un dibujo de una hoja, un pantalón bordo y zapatillas deportivas.
—¿Estás bien, Ellie?, te veo preocupada.
La otra, una muchacha blanca con pecas en su rostro, cabello anaranjado, ojos celestes y de labios delgados. Usaba una camiseta amarilla de tiras anchas sobre una camiseta blanca, pantalones azules y zapatos marrones, además de un cinturón de cuero falso con hebilla en forma de rombo y unos brazaletes dorados.
—Si Gabby, es que... Se siente raro volver, y no sé si estaré en la mejor situación cuando entre.
—Bueno, eres una chica inteligente y fuerte, ¡seguro que harás grande amigos y ganarás el premio!.— expresó la morena entusiasmada
—Ojalá el de arriba te escuche.— dijo entre risas bajas
—Tú tranquila, ¡eres una guerrera que gana todo lo que se propone!, o al menos así te veo yo.— dijo viéndole con ojos brillantes
—Aww~ me haces sonrojar, linda.— soltó casi en un susurro
Las dos se tomaron de las manos y se dieron un beso rápido pero dulce.
—Tan temprano y ya están ustedes con escenas cursis.
Las jóvenes voltearon y vieron a una chica blanca, cabello azabache atado en un rodete, ojos de un verde grisáceo, y labios pintados de un rojo oscuro. Tenía puesto un top negro arriba a una camiseta blanca, shorts negros y unas zapatillas del mismo color; ella veía a la pareja con picardía mientras llevaba un bolso sobre el hombro cruzado.
—¡Tess~ que bueno verte!.— dijo la de ojos claros como el cielo levantándose para abrazarla fuertemente
—Lo mismo digo.— correspondió al abrazo y miró a la castaña para decirle:
—¿Qué esperas, Gabby?, ven aquí.
—¡Siiiii~ yo amo los abrazos!,— fue hacia ellas y las abrazó —¿Cómo te va, Tess?.— le preguntó emocionada
—Bien, la universidad es agotadora, terminé los exámenes hace unas semanas, espero que me haya ido bien.— contestó suspirando al final
—De seguro que si, los profesores no dejan de decir lo “excelente y aplicada alumna” que eres.— soltó la pecosa con un tono bromista
—Vamos~ no es para tanto.
—Le pediré al Universo que te envíe toda su buena suerte.— le dijo la morena
—Gracias.
—De n-!, ¡oh por Dios~ pero si es Riya!.
A varios metros —que no eran nada para la vista de águila de Gabby—, se veía a la ya nombrada Riya, una joven hindú de cabellera castaña atada en una cola de caballo, ojos negros y labios pintados de un tono oscuro. Deslumbraba a muchos en el aeropuerto con una blusa negra, pantalones azules que ajustaban sus caderas y piernas, zapatos rojos sin abrojo, una chaqueta amarilla que le llegaba hasta los muslos y un collar de perlas que complementaba el atuendo.
Muchos pedían autógrafos, fotos y videos donde ella respondía preguntas mientras que entre la gente un hombre trataba de salir con las maletas de ambos; cabellos grisáceos tirados hacia atrás, ojos azules, piel clara con detalles que delataban su edad, usaba una camiseta de mangas cortas roja que permitía ver algunos de sus tatuajes, el que se veía perfectamente era el logo de la industria “Play Boy” en su cuello, pantalones grises y zapatillas del mismo color sin agujetas.
Otras cosas que destacaba en él eran el diente de oro que reemplazaba al faltante y una cadena de oro 18.
—Disculpen, por favor, ¡permiso!.— decía intentando salir de tanta gente
A unas personas de distancia se encontraba aquél hombre de barba frondosa que le tomó del brazo y lo sacó de ese grupo de fans.
—¡Muchas gracias, amigo!.— le dijo suspirando aliviado
—No es nada, ven conmigo.— respondió ayudándole con el equipaje extra
Los dos caminaron hacia las tres chicas que ya mencioné, y una de ellas se acercó al de diente de oro para saludarle.
—Hola Connor, ha pasado tiempo.
—Lo mismo digo Tess, te ves muy bien.
—Gracias, me siento bien así.
—Lo sé, por eso te queda muy bien.
—¡Oh por Dios~ Riya viene para acá!.
Por el aviso de la morena, los dos participantes de la segunda temporada giraron a ver a la actriz caminar hacia ellos, uno con una sonrisa de enamorado y el otro no expresó ninguna emoción.
—Aquí estás,— sonrió acariciando el mentón de su acompañante —Tess... Es un gusto verte.— dijo mirándole con una sonrisa falsa
Por cortesía, la nombrada asintió en silencio y desvió la mirada.
—¡Riyaaa~!,— la morena se le acercó sonriente —¡Soy gran fan tuya!.— exclamó con las mejillas sonrojadas
—Gracias, tienes buen gusto.— dijo mirando el esmalte de sus uñas
—¿Podemos tomarnos una foto?.— le preguntó con su celular en la mano
—Ok, pero saca mi lado bueno.— aceptó posando a su lado
La de suéter verde tomó la foto y saltó de la emoción mientras que la de labios pintados se centró en acomodar su ropa.
—Síganme, por favor.— habló el de sombrero y todos le siguieron
Los participantes subieron al jet encontrándose con los primeros buscados, la reacción más linda fue la de la pareja que se acercó a la pelinegra y la abrazaron con gran cariño.
—¡Tess~ te extrañamos mucho!.— expresó la de lentes emocionada
—Y yo a ustedes.— respondió con una gran sonrisa
—¡Ahora puedo decir que esto será increíble, los tres juntos otra vez!.— dijo el de chaqueta negra feliz
—Hey chicos,— se acercó el canoso y les sonrió —Que gusto verlos.— dijo guiñándoles un ojo
—¡Connor, tanto tiempo!.— le saludó el de collar de dragón
A un lado de ellos, la actriz caminó con la mirada al frente y la barbilla en alto, ninguno le saludó y ella tampoco les saludó. Simplemente se sentó en un lugar alejado y sacó su teléfono para mirar Instagram, el hombre con tatuajes se despidió y fue con ella a sentarse.
—¡Gabby!.— dijo el de cicatrices
—¡Tom~!.— corrió hacia él y lo abrazó para decir: —¡Extrañé mucho a mi gran amigo policía!.
—También yo, te ves muy bien.— le sonrió separándose para verla bien
—Ejem...
Esa aclaración de garganta falsa provenía de la chica de ojos azules y pecas en sus mejillas, tanto el de ojos cian como la mayor de todos le vieron con desprecio y decidieron ignorarla.
—Ehh... ¡Hola~!, ¿no van a saludarme?.
—No.— le respondió corta la anciana
—Escucha, podría perdonar lo que hiciste en nuestra temporada, ¡pero nos arrastraste por televisión!.— se quejó el hombre para volver a sentarse en su lugar
—¡Oh vamos!, ¿aún siguen enojados por eso?, ya han pasado dos años.— dijo frunciendo el ceño
—Ni siquiera pides disculpas por las cosas que dijiste sobre nosotros, ¿y quieres que te recibamos con los brazos abiertos?.— le cuestionó la mayor
—Nada de lo que dije es mentira, no sé porqué disculparme.— justificó la pelinaranja cruzándose de brazos
—Pues no queremos saludarte.— habló el de ojos cian imitando su acción
—Y yo no quiero ser saludada por ustedes, ¡vámonos Gabby!.— expresó para alejarse
La morena se despidió del detective con un abrazo y se fue con su novia.
—Ellie, no quiero molestarte pero... Esa quizás no fue la mejor forma de iniciar una conversación.
—Lo sé lo sé~ pero es que me desesperan, ¿por qué siguen molestos?.
—Tal vez si te pasaste un poquito, no digo que mentiste pero ni dudaste en dar esas entrevistas... Ellos no se lo iban a tomar bien, y yo tampoco lo haría si fuera el caso.
—No importa, ya arreglaré eso.
—¿Cuándo?, ¿cuándo estemos en un desafío en un equipo con las personas a las que expusiste en televisión?.
La de zapatos marrones suspiró y calló al no poder responderle, nunca pudo porque nunca pensó tener que convivir con esas personas, pero ahora no tenía escapatoria de sus pecados.
—¡Próxima respuesta: México!.
( ... )
Una joven de piel blanca, ojos grises con un brillo vivaz, labios pintados de un rosa claro, como detalle que muchos saben es que usaba un peluca roja que le llegaba arriba de los hombros. Llevaba una camiseta de mangas cortas color verde azulado, una falda azul, unas medias altas con diseño de gatito y unos zapatos negros con plataformas.
Ella esperaba afuera del aeropuerto debido al calor que hacía adentro pero estaba atenta a los avisos que daban en los altavoces; una niña de piel morena, ojos negros y dos coletas altas corrió hacia ella y le abrazó las piernas.
—¡Tía Lake!.— dijo la pequeña sonriente
—Sofi~ volviste.— dijo la pelirroja para tomarla entre sus brazos
—¡Sofía Hernández!, ¿¡qué te he dicho sobre irte corriendo así!?.
Una muchacha morena, ojos negros, cabellos morados que le cubrían la espalda, usando una camiseta verde con tiras, pantalones negros hasta los tobillos y unas zapatillas blancas corrió hacia ellas para suspirar tranquila.
—Perdón mami.— susurró la niña escondiéndose en el cuello de la chica
—Tienes que hacerle caso a Rosa María, ¿me prometes que lo harás?.— le sonrió mostrando su meñique
—Si tía Lake, lo prometo.— afirmó cruzando sus dedos
—No se puede respirar ahí dentro, pero te conseguí algunas golosinas.— dijo la joven dándole una bolsa
—Oww~ Rosa, no debiste.
—Bueno, es para que tengas algo de este país, ¡México lindo y querido!.
—Gracias, prometo pagarlo.
—¡Claro que no!, esto es un regalo de tu amiga-madre~ hehehe.— rió para tomar a la niña y decirle: —Eso si, ojito en quien confías esta vez.
—Ojalá vinieras también.— dijo entre suspiros
—¿Y dejar a mi peque de nuevo?,— al decir eso la de coletas abrazó fuerte a su progenitora —Tú nos representas a ambas, sé que lograrás todo lo que te propongas.— exclamó con una sonrisa
—¡Hey chicas!.
A unos pasos de ellas se encontraba una pareja de su temporada, una chica alta, piel clara con algunas pecas en su rostro, anaranjado cabello que le llegaba a su cintura y ojos negros que transmitían asombro. Cabe destacar que tenía un cuerpo muy musculoso como herencia de su linaje familiar, pero lo mostraba con una camiseta blanca sin mangas, unos pantalones holgados con diseño y unas sandalias bajas.
Junto a ella se veía a un joven de piel morena, ojos negros que reflejaban paz, cabellos verdes atados en una corta coleta alta. Llevaba una camiseta blanca con mangas media largas y dejaba ver sus clavículas, pantalón azul grisáceo más arriba de los tobillos y zapatillas grises sin agujetas. Él sonreía mientras caminaba con una mochila en su espalda y sosteniendo la mano de su novia.
—¡Maggy!.— gritaron las muchachas corriendo hacia ellas
—Las extrañé mucho, amigas.— dijo la pelinaranja abrazándoles sin fuerza
—¡Nosotras también, a ambos!.— dijo la joven madre
—Lo mismo digo.— el chico se unió al abrazo y exclamó: —Lake Müller, es bueno sentir a tu alma renacer como un libre ave Fénix, y tú Rosa María Hernández, tu alma tan fuerte y pura siempre es agradable de admirar.
—Gracias amigo.— la de piel morena rió bajo y dijo: —Por cierto, ¿desde cuándo están aquí?, me hubieses llamado para vernos los cuatro, Maggy.
—No fue un viaje planeado, pero el Universo nos envió a ambos un mensaje diciendo que debemos empezar una nueva etapa en nuestras vidas en la Tierra de Volcanes, decidimos hacerle caso y llegamos hace dos días.— explicó el chico
—¿En dónde se están quedando?.
—Pues tengo una tía segunda viviendo aquí, siempre mantuve contacto con ella porque sabe mis creencias y también ha recibido mensajes del Universo, así que le pregunté si sabía a qué se refería y dijo que México podría ser la respuesta y nos ofreció alojo.
—“México: Tierra de los Volcanes” de Josep Schlarman,— soltó la de acento alemán asintiendo con la cabeza —Veo que estaremos en el show, ¿pero tú no, Maggy?.— le preguntó confundida
—Me gustaría ir pero no quiero volver a ver ciertos rostros, perturban mi alma y energía.— la de cuerpo fornido suspiró y agregó: —Además debo apoyarlos desde casa y cuidar a Teodoro.
—¿Quién es Teodoro?,— preguntó la mexicana y entonces abrió sus ojos —Ah no, no no no, no me digan que no se han cuidado ustedes dos, chamacos puercos, ¿acaso no escucharon mi historia?.— habló frunciendo el ceño
—¡Ro-Rosa, eso n-no es a-a-así!, Teodoro e-es nuestro pe-perro.— negó la alta moviendo su cabeza nerviosa
—Si, Maggy es mi Diosa Guerrera pero aún no se siente cómoda para el acto de apareamiento, y yo estoy de acuerdo en esperar a que sienta y acepte esos deseos íntimos.— respondió él calmado
—Bien, pero cuando ese día llegue me hacen saber y les explicaré todo lo que sé para que se cuiden.— indicó con su mano libre en su cintura
—Rosa...— la de sandalias se sonrojó
—Gracias por la propuesta, el Cosmo no se ha equivocado contigo, eres un ser benevolente y misericordioso.— dijo el de cabellera verdosa
—Mami, ¿qué está diciendo?.— le preguntó la niña a la pelimorada
—Digo que tu mami es la mejor mujer que he conocido, aparte de Maggy.— contestó el joven tomándole la mano
La nombrada sonrió para tomarlo en sus brazos y alzarlo para besarle la mejilla repetidas veces, el muchacho no pudo evitar reír enternecido aceptando gustoso aquellos gestos mientras que las tres presentes veían la escena muy encantadas y hasta chillaron en unísono.
—Hola a todos.
Todos voltearon y vieron al hombre de lentes de sol frente a ellos.
—¡Marcus~ que chido verte de nuevo!.— expresó la de cabellos morados
—Lo mismo digo, Rosa.— dirigió su mirada hacia la pelirroja y el único chico para decir: —Vengan conmigo.
Los dos se despidieron de sus seres queridos y siguieron al hombre de cabello naranja encontrándose con un gran Jet privado. Subieron a este y se encontraron con muchos participantes de su temporada, la pelirroja caminó hacia la joven de ropa oscura y le saludó.
—Hola Tess, que gusto verte.
—Lo mismo digo, Lake, te ves muy bien.
—Gracias, tú también.— dijo para abrazarla y sentarse a su lado
—Hola chicos, es bueno deslumbrar sus auras.— saludó el de coleta verde
—¿Cómo estás, Kai?.— habló el de ojos azules levantándose para saludarle
—Muy bien, tengo a mi Diosa Guerrera a mi lado, no puedo pedir más.— respondió con una sonrisa calmada
—¿Diosa Guerrera?.— preguntó la de lentes confundida como su pareja
—Se refiere a Maggy.— aclaró la alemana detrás de ellos
—Ahhh~ si, la recuerdo.— pronunció el pálido asintiendo
—Hacen una linda pareja, felicidades.— le dijo la castaña sonriente
—Gracias, espero que nos toque estar en el mismo equipo.— iba a sentarse los adelante de ellos y vio a la campesina para saludarle: —Hola, ¿te molesta si me siento a tu lado?.
—¡Para nada!, ponte cómodo.— respondió señalando el asiento a su lado
—Proxima parada: ¡Brasil!.
( ... )
Un joven de piel oscura, cabellos castaños rapado a los costados y con rulos arriba, ojos negros y una pequeña cicatriz en su nariz, indicador de un piercing que dejó de usar. Llevaba una camiseta de tiras amarilla con un raro diseño en el centro, parecido a un reloj de arena, pantalones grises y unas zapatillas negras, miraba videos desde su celular junto a su pareja.
—Esos tipos son idiotas.— rió esta mientras lo abrazaba por la cintura
Se trataba de un chico de piel clara, de ojos cian, cabellos atados y teñidos a la mitad de colores gris y crema. Usaba una camiseta blanca de manga cortas de color azul debajo de una chaqueta roja con un diseño rosado en el centro, unos jeans con dobladillos y unas zapatillas negras, como detalle llevaba un cinturón y unos aretes de cruces grises.
—Me gusta mucho tu risa, cariño.— expresó para besarle la mejilla
—James, estamos en público...— susurró con su rostro tomando color
—¿Y?,— empezó a darle picos en sus labios —Eres mi novio, nadie puede juzgarnos por demostrarnos amor.— dijo tocándole la nariz con la suya
Los dos sonrieron y se dieron un beso.
—Hola,— se separaron del asombro y vieron al hombre de cabellos anaranjados —Siento interrumpir su momento pero es momento de irnos al Jet.— informó y los chicos le siguieron
Al entrar vieron a muchos ex participantes de su temporada y algunos de la anterior, pero el de cabellos bicolor vio a una chica en especial y corrió a ella para abrazarle.
—¡Lake, que bueno verte!.— dijo con una gran sonrisa
—¡Aiden, James, me alegra que estén aquí!.— exclamó la de ojos grises correspondiendo al abrazo
—Tanto tiempo sin saber de ti,— el moreno se acercó a ellos y se unió al gesto —¿Cómo haz estado?.— le preguntó al lado de su novio
—Muy bien~ este año con Rosa y Sofía ha sido el mejor que he vivido.— volvió a sentarse y les dijo: —Las dos les mandan muchos abrazos y besos.
—Oww~ tan lindas ellas.— soltó el más bajo de los tres enternecido
—Deberíamos hacer un viaje de reencuentro, ¡hey~ selfie de reunión!.— exclamó el latino sacando su celular
Los otros dos posaron ante la cámara frontal y sonrieron para la foto.
—Nos sentaremos atrás de ti, así nos ponemos al día.— le dijo el de ojos claros para abrazarla una última vez y sentarse con su pareja
Cuando el castaño miró hacia atrás se encontró con la responsable de que su chico casi perdiera la vida y quedara con algunas secuelas. La actriz, al sentir una mirada hacia ella, levantó la vista de su teléfono y le sonrió al de rulos.
—¿Se te perdió algo?.— le preguntó cruzándose de brazos
—Tú perdiste la vergüenza.— contestó corto el de camiseta amarilla
—No sé porqué debería tenerla.— dijo mirando sus uñas sin interés
—Aún espero las disculpas por casi dejarme morir en un acantilado.— habló el de chaqueta roja molesto
—Sigue esperando, perdedor.— se burló con clara soberbia en su voz
—¡Mira quién habla, segundona!.— le encaró el moreno para sentarse
La mujer mostró sorpresa e indignación en su rostro, pero solo arregló su cabello y dirigió su vista al celular. Algunos participantes de la segunda temporada rieron al escuchar al ganador de esta, este sonrió y se dejó mimar por su novio.
—Próxima parada: ¡Reino Unido!.
( ... )
Un muchacho de piel clara, cabellos castaños bien peinados y flequillo que cubría su frente, y ojos negros que se veían bajo unos lentes redondos. Llevaba una camisa blanca bajo un suéter lila con diseño en blanco, unos pantalones rectos de un gris claro, y unas zapatillas blancas.
Este esperaba afuera en el aeropuerto mirando a cada rato la hora en su celular, por lo que no notó que un hombre le miraba a unos metros decidiendo si acercarse o no a él. Pero al final caminó hacia el castaño y le habló:
—Hola Dan.
El nombrado miró al hombre frente a él y abrió sus ojos en asombro.
—Alec...
Este no mostró mucha emoción; de piel morena, cabellos castaños atados en una coleta media alta y con algunos mechones a los costados de su rostro, de finos ojos negros. Usaba una camiseta blanca con tiras, pantalones azules que revelaban parte de sus calcetines blancos y zapatillas marrones, llevaba lentes más rectangulares, un sombrero estilo Indiana Jones, un pañuelo celeste en su cuello, y un cinturón de cuero.
—Te ves... Bien.— el más joven levantó su mano y le dijo: —¿Cómo estás?.
—Aparte de divorciarme y no tener la custodia de mi hijo... Bien,— suspiró estrechando sus manos —Viajé aquí por trabajo y para conocer un nuevo país, ¿tú qué cuentas?.— le preguntó dejando su maleta en el suelo
—Me va bastante bien, luego del show pude entrar a la “Universidad de Cambridge” y estoy en el segundo año de Ingeniería Robótica.— respondió acomodando el cuello de su camisa
—Wow~ eso suena increíble pero... ¿Participar en el programa no afectará tus estudios?.
—Lamentablemente la universidad sufrió un incendio en el laboratorio y ahora estoy en unas vacaciones indefinidas, por eso acepté volver aquí aunque no me guste la idea... Si gano, ayudaré a pagar los daños y ha pagar los siguientes meses de mi carrera.
—Eso es bueno de tu parte.
—Gracias.— observó detrás del mayor y exclamó: —Oh no...
El de sombrero alzó una ceja y volteó viendo un taxi frente a ellos, de este bajó una niña que ya conocía a la perfección; piel clara, cabellos castaños atados en una coleta, y grandes ojos avellanas.
Usaba una camisa gris debajo de un suéter amarillo, pantalones azules y zapatos marrones con abrojo dejando ver su calcetines blancos. Tomó su mochila rosa y miró a alguien desde afuera, una mujer de cabellos azabaches, piel blanca, labios gruesos y vistiendo un vestido largo y lentes oscuros le habló:
—¿Estás segura de hacer esto?.
—¿Desde cuándo te importo?, además, ya estamos aquí y no pienso echarme para atrás.— le contestó crudamente
—De acuerdo... Cuídate hija.— expresó con una sonrisa conmovedora
Pero esta se borró para hacer una mueca de sorpresa al oírle decir:
—No tienes que fingir que me quieres, no hay cámaras aquí, adiós Heather.
Esta trasmitía tristeza, pero lo único que pudo hacer es suspirar y cerrar la puerta del auto para retirarse del lugar.
—Que mujer más falsa.— volteó y, al ver a los castaños frente a ella, soltó: —¡Agh, esto debe ser una broma!.
—Hola a ti también, Fiore.— dijo el de suéter lila sarcástico
—Si si~ hola compañero,— expresó sin interés —¿Tú no vas a saludarme?.— le preguntó el de pañuelo celeste
Este le miró cortamente y bufó para abrir su maleta buscando algo.
—Ay por favor~ ¿vas a ignorarme?.— dijo la niña cruzándose de brazos
—¿Sabes que tú tienes parte de la culpa de todo lo que me ha pasado?.— le recriminó sin mirarle
—No tienes que culpar a nadie más que no seas tú.
El mayor suspiró, sacó unos guantes marrones y se las puso resignado.
—Tienes razón, pero no creas que las cosas serán tan simples ahora.— le advirtió acomodando su sombrero
Para fortuna del universitario, el jet llegó a tiempo para poder escapar de ese momento tan incómodo. Se apresuró a ir y a los pocos minutos la puerta se abrió revelando a un hombre desconocido por él, este le miró a través de sus lentes de sol y asintió bajando las escaleras.
—Hola.— le saludó con la mano
—¿¡Un Jet privado!?.— exclamó la menor con la boca abierta
—¿¡Desde cuándo tienen dinero para estas cosas!?.— cuestionó el de guantes luciendo igual de sorprendido
—No puedo dar esos detalles, los invito a subir y ponerse cómodos porque aún no terminamos la búsqueda.— dijo dejándolos pasar
—¡Hola chicos!.— saludó el joven caminando por el pasillo
—¡Gusto en verte!.— expresó la única rubia abordo
—Hola hijo.— respondió la señora con un gesto de mano
—Alec...— soltó la de pecas mirando al adulto entrar
—No me hables.— dijo sin siquiera mirarle y se sentó a lo lejos
—¡Tú también!.
—¿Qué esperabas?,— volteó y vio a la niña mirándole seria —Atacaste su paternidad en televisión internacional, es obvio que no quiere saber de ti.— dijo sin titubeos
—Habla la niña que lo traicionó.— dijo cruzándose de brazos
—Ellie...— le susurró la morena
—Lo mío fue una estrategia en el juego, lo tuyo no tiene justificación más allá de querer ganar dinero a costa de las vidas públicas y privadas de otros.— levantó sus hombros y exclamó: —Mira el lado bueno~ es tanto el odio que tienes que seguro serás de las primeras expulsadas, no sufrirás de perder tan cerca de la meta otra vez.
Luego de ver el rostro anonadado de la chica, la castaña mientras recibía miradas de asombro y algunos de seriedad. Otros ya se lo esperaban.
—Fiore, ven aquí.— el de camiseta blanca le llamó y ella fue hacia él
—Creí que no querías hablar conmigo luego de lo que sucedió.
—Los sentimientos se dejan afuera de la competencia,— suspiró acomodando su sombrero —La fuerza y la inteligencia son claves aquí, así que te propongo un trato.— dijo dejándola sentarse a su lado
Cuando lo hizo, el mayor le susurró en el oído y ella sonrió en grande.
—Acepto.— estrecharon sus manos y comentó: —Extrañaba estas cosas.
—Próxima parada: ¡Francia!.
💫.
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