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ii. wake up

La castaña abre los ojos abruptamente y se levanta tocándose su cara. Había soñado sobre Delphini lanzándole una maldición imperdonable a Arabella y que ella intervenía pero viajaba por el tiempo. Algo sumamente ilógico porque un giratiempo no puede ir años atrás sino más bien unas cuantas horas, máximo de días. Su tía Hermione portaba uno de ellos en su tiempo de escuela, ella misma le explicó el uso de un artefacto como ese una vez que tuvo curiosidad. 

Intenta ponerse más cómoda en la cama pero nota algo extraño. Parece estar en una enfermería, y no cualquiera, sino la de Hogwarts. En la mesita de noche a lado de su cama se encontraba su bolso y el collar, tanto un periódico. La Ragnor lo toma, abriendo los ojos ante la fecha abajo del título del Profeta. Y era imposible lo que ella veía.

La gran puerta se abre, distrayéndola del papel, entrando por ella una señora con su traje de enfermera y no es la enfermera Pomfrey. Detrás de la señora venían dos personas masculinas, un señor que pareciera tener la edad de su bisabuelo Zeus aunque con más cansancio en sus ojos. Enseguida de él se encontraba un joven de porte elegante, cabellos negros como la oscuridad al igual que sus ojos.

Artemisa tenía que admitir que no estaba nada mal.

— ¡Milagro! — masculla alegre la enfermera — La francesa ha despertado —

Eso saca una risita a la chica. Ella no es francesa, es alemana con procedencia francesa. Al parecer todos tienen un error al pensar que solamente franceses pueden ir al colegio. Estos ignorantes mágicos.

El chico solo la observa aguantar la risa de lo que la señora Ponce acaba decir.

— Buenas tardes — toma la palabra el anciano — Permítame presentarme correctamente, soy Armando Dippet, director de Colegio Hogwarts de Magia y Hechicería. Es un placer conocerla al fin —

Vaya... si es verdad que ha viajado casi setenta años atrás. Simplemente no cabía en su mente. Sin perder la cordura, le sonríe al señor y asiente. Mientras observaba de reojo la mesa con su bolso café y el collar dorado de un poder incontrolable.

— El placer es mío, director — responde ella cordialmente mostrando una sonrisa blanca.

El pelinegro se cruza de brazos, curioso a lo que sería la interrogación que se aproxima hacia la chica. El director lo ha tomado de testigo hace unos momentos, ya que él fue quien trajo a la muchacha al lugar. También quiso quitarle la bolsa que traía consigo pero ella lo seguía sosteniendo con fuerza, al parecer la enfermera si pudo lograrlo.

— No es por molestar — vuelve a hablar el director — Solo he venido a hacerle unas preguntas. Usted sabe, para el bien de mis alumnos —

Isa asiente. Ella entiende la posición del profesor. Tal vez la profesora McGonagall hiciera lo mismo que él. Hace un gesto con las manos, sin moverlas demasiado para que hiciera el cuestionamiento.

— Me imagino que estudia en Beauxbatons — afirma el profesor.

— Correcto — declara la chica — Nací en Berlín, Alemania. El 24 de octubre de 1926, para ser exactos — hace cálculos en su mente después de saber la fecha precisa — Mi padre era alemán y mi madre francesa, por ella me aceptaron en el colegio. Mis padres eran aurores, los más importantes del Ministerio Francés — suspira pesadamente ante esto, al menos podía tomar partes reales de su vida pasada — Mi familia es sangre pura, por ello el apellido es importante en Alemania y en Francia, dando entender que el señor oscuro los deseaba en sus filas aunque nos negábamos. El final para mi familia no es el mejor. Escape del colegio al enterarme que mis padres habían muerto, yo quería confirmarlo solo que en el camino me encontré con seguidores de Grindelwald. Peleé contra ellos hasta lo que pude pero me ganaban en número así que recurrí a la Aparición —

— Cayendo aquí en Hogwarts — finaliza el joven azabache que no había tomado la palabra.

Artemisa lo mira atentamente para asentir.

— ¿Por qué aquí? ¿Cómo pudo cruzar las murallas del colegio? Nadie puede atravesarlas — cuestiona Armando sin dejar de preguntarse lo mismo en su mente.

La castaña traga duro, esperando que su mentira le salga perfecta — Había leído de Hogwarts, uno de mis ancestros acudió a esta institución. Me interese demasiado y encontré un diario viejo que describía a la perfección el lugar. —

Luego suspira dramáticamente. No pudiendo evitar pensar en su familia en el futuro; ella de verdad está preocupada por cada uno de los que sobreviven, ¿qué habrá sido de ellos? ¿Los capturaron? ¿Los asesinaron?

— Estoy desesperada — confirma la chica — No tengo a donde ir y este fue el único lugar que pensé. No sé cómo rayos pude pasar la protección del castillo pero logré hacerlo. Tal vez quieren que me de una segunda oportunidad de vivir bien a pesar de que este sola — dice lo último con deje de tristeza.

Armando la observa con lástima mientras el joven la mira con una ceja alzada, dudoso. No sabe si creerle o no, porque todo lo ha contado de manera que le creerías completamente. Pero aún así tiene sus dudas.

— ¿Cómo te llamas? — le pregunta él.

— Artemisa Hecate Vincetamor — responde rápidamente, agarrando el apellido de su mejor amigo fallecido — ¿Cuál es tu nombre? — pregunta ella ahora con una media sonrisa.

— Usted me agrada mucho — comenta un divertido director.

Aún sin respuesta del azabache.

******

Han pasado exactamente dos días desde que despertó y fuese interrogada. Al aparece estuvo inconsciente cuatro días por lo que en resumidas cuentas tiene seis días desde que viajó a los años cuarenta. Después de la interrogación por parte del director Dippet, y se fuera acompañado por el chico,  dejando a una Artemisa curiosa y orgullosa ante su éxito de entrar al colegio.

Ahora mismo se encuentra sentada en la cama de la enfermería mientras la señora Ponce le retira la venda de su brazo. Bueno también esto tiene su parte buena porque le han sanado sus heridas de batalla.

— Ya estás bien, aún hay heridas pero esas sanaran de manera natural, solo debes de mantener una dieta correcta, solo ocupas buenas enrgías y revivir — declara la señora rubia — Debes de ir a la oficina del director. Te seleccionarán en una casa, y creo que te dirán cómo se manejan las clases aquí — recoge las últimas cosas y se retira.

La Ragnor se acomoda el saco sucio celeste y se pone de pie, antes de salir toma su bolso junto al collar que está sobre la mesita de noche. Después se pone en marcha para salir de la habitación, la cual no piensa volver a ver. No quiso preguntar dónde queda la dirección, aparte de que la sabe, pero quiere recorrer todo lo qué pasó por estos pasillos antes de que estallara la guerra de nuevo.

Mientras caminaba, se colocaba el collar alrededor de su cuello delgado, no querría perder tal reliquia y que alguien la tuviera en su mano para hacer cualquier maldad. Suficiente tiene con vivir en el pasado; piensa la chica. Luego de un largo recorrido y mucho del cual pensar, llega a aquella águila tan conocida. 

— Draco Dormiens Nunquam Titillandus — le murmura a la águila. 

— La estaba esperando señorita Vincetamor — es lo que primero recibe al entrar a la oficina.

Dippet se encontraba detrás de sus escritorio sentando en su silla. Luego dirigió su mirada al Sin Nombre, lo nombró así desde que no contesto su pregunta, quien también estaba sentando en una silla delante del escritorio. No es sorpresa para la chica, parecía un chicle pegado al profesor.

— Dígame Artemisa, o Hecate. Inclusive Isa, nunca me adapte al señorita — pide la castaña — La enfermera me comentó que me acomodaría a mi casa —

— ¡Oh si! — exclama el señor — Ya que te quedaras aquí necesitamos saber en cuál de las cuatro casas estarás. Imagino que debe de saber cuáles son —

— Slytherin, Ravenclaw, Hufflepuff y Gryffindor — afirma la chica y asintió así misma.

— Exactamente — le felicita el anciano.

Este se pone de pie, dirigiéndose al librero detrás de él, sujetando un sombrero en particular.

— El sombrero seleccionador — comenta Armando — Este dirá y establecerá la casa en la que quedaras el resto del ciclo y el próximo porque eres alumna de sexto año — luego le acerca un banco con la varita.

Isa se sienta, acomodándose la falda del uniforme a la ahora de sentarse y colocando su bolsa en el regazo. El director deja caer el sombrero sobre los cabellos castaños rizados de la joven.

Mmh — es lo primero que hace el sombrero — Pero cuantos pensamientos dentro de una mujer. Rowena te tendría envidia. Pero no quedarías en su casa, serías capaz de matarlos a todos. Esa determinación hacía que te metiera en Ravenclaw, aunque mezclada con la astucia que portas hace que vayas a ¡Slytherin! — grita lo último.

Por favor, antes simplemente tocaste mis cabellos y gritaste Slytherin — le farfulla en sus pensamientos al sombrero

— Quería hacerlo más dramático ahora — le responde el sombrero antes de ser retirado.

Artemisa se ríe levemente, hogar dulce hogar. Ella se pone de pie, esperando las indicaciones del profesor. El director tenía la esperanza de que la chiquilla fuese a Ravenclaw, por los aires que tenía pero el sombrero la ha puesto en otra casa que no cruzó por sus mente.

— Solo necesitaré que me diga cuales optativas quisiera tener , y se trae consigo algo que pueda decirme cómo son sus calificaciones sería de lo mejor para este viejo — aclara el profesor dando una sonrisa.

Entonces, abre su bolso y mete su mano en ella — Accio Carpeta — murmura la Ragnor.

La carpeta llega a su mano y la saca de la bolsa para entregárselo al Director. Pero con un hechizo inverbal hace parecer sus calificaciones de Hogwarts al del colegio francés. Dippet se sorprende demasiado al ver solamente Extraordinarios, ningún Supera las Expectativas o un Aceptable. Sin embargo, la chica en su tiempo se preparaba mucho para ser el Premio Anual de su generación. El pelinegro espera una mirada de decepción pero recibió lo contrario, es más bien de asombro.

— Excelente — dice Armando observando de pies a cabeza a la joven — Podrías quitarle el puesto de Premio Anual a la chica que tenemos contemplada en un solo año hasta superar aquí al señor Riddle —

La Ragnor mire de reojo al chico guapo. Entonces la belleza humana es el mal de su futuro. Tom Marvolo Riddle está a un lado de ella mientras pensaba en lo atractivo que era. Gracias a Circe sabe de Oclumancia.

— Entonces, ¿cuáles optativas deseas tomar, Artemisa? — cuestiona el profesor, esperando una respuesta.

— ¿No puedo tomar todas? — devuelve la pregunta la chica.

Eso sorprende a los dos hombres en el despacho. Nunca nadie se había atrevido decir algo parecido, de hecho, el pelinegro nunca había encontrado alguien con una capacidad intelectual sobrepasada a la de él. Y eso no lo podría soportar, menos luego de que la extraña será su nueva compañera de casa.

Armando ríe débilmente, ante sus ojos, la castaña tenia ánimos de seguir estudiando a pesar de los males en su vida. Ese animo siempre se tiene que tener en cuenta.

— Creo que es imposible señorita — replica el profesor.

— ¿Cuatro de las cinco? — empieza a negociar la joven chica, impresionando a ambos hombres por su terquedad ya que normalmente una se conformaría con tener las dos mínimas que se piden.

— Puede ser — da su consentimiento el líder por lo que gira y va a su escritorio.

— Runas antiguas, Aritmancia, Cuidado de Criaturas Mágicas y... — se detiene al pensar en las dos vías que quedan, mordisqueando su labio inferior con duda — Adivinación — termina de decir con cierta duda en su voz pero no podría regresar hacia atrás.

Luego en su mente hace click, ella podría de manera indirecta predecir las cosas del futuro como ver las del pasada, bien es sabido que Tom Riddle tomo esa clase; tal vez algún día podrá darle un gran susto observando su pasado oculto al público. Seguidamente el director le entrega un pergamino ya con el horario hecho incluyendo sus optativas, la chica agradece y se retira sin esperar al joven azabache así que este la sigue, logrando sacar una sonrisa al viejo.

Tom camina a paso acelerado, alcanzándola y tomándola del brazo derecho fuertemente, a su pesar no logro sacar un grito de dolor por parte de la mujer. Lo que obtuvo fue una mirada llena de enojo; enfureciéndolo gravemente porque él, el heredero de Slytherin, no se dejaría doblegar por una mujer insignificante que llego de la nada.

— Suéltame — comanda la castaña arrastrando las palabras.

— Primero me obedecerás — declama el joven enigma — Y harás todo lo que te pida porque yo soy el líder en este colegio —

Artemisa sin pronunciar alguna letra o hacer un movimiento, obtiene su varita en la mano izquierda y la coloca debajo de la barbilla del Slytherin; sin temor a lo que él vaya hacerle. Ha sufrido más en su tiempo, no le sucedería nada si algo pasasé aquí.

— ¿Me crees ciega? — cuestiona con sorna — Eres un gran manipulador, Riddle pero yo lograré ultilizarte como muñeco de trapo — con ello, le pisa fuertemente el pie y a lo muggle le golpea en el pecho.

Riddle se sorprende ante la fuerza brutal de la chica con apariencia débil. Esta gira sobre sus talones, yéndose a las mazmorras por su dulce cama; tanto el azabache se enojaba con la furia emanando dentro de él. Artemisa Vincetamor sufriría desde luego.

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