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❝Porqué a Tae le prende ver la camiseta de su novio pegada a su diminuta cintura❞.

Era un día caluroso de abril y la joven pareja estaba cansada de ese sofoco, pero con el aire acondicionado de su departamento descompuesto y sin el dinero suficiente para poder pagar, no podían hacer más que soportar el sufrimiento.

Estaban tirados en el suelo de la sala, esperando así poder enfriarse un poco con este, aunque solo lograban que sus espaldas estuviesen ligeramente frías y el resto estaba sufriendo a causa del bochorno.

El castaño soltó un sonoro suspiro y se acercó a su novio pasando su brazo por sobre su cuerpo y poniéndose de costado frente a él, abrazó su linda cintura apretándole contra su pecho olisqueando el rico aroma a shampoo y canela.

Hyung, aléjate, está haciendo demasiado calor y lo que menos quiero es sudarme — dijo el menor tratando de alejarse del más pálido pero solo logró que le abrazase más fuerte.

— Tu cintura es muy pequeña, ¿sabías? — cuestionó el mayor dejando de abrazar al castañito y pasando su mano por el costado de su novio, delineando así su menuda figura.

— Bueno, mi cintura no es tan pequeña — dijo el moreno sintiendo un repentino escalofrío por las caricias de su mayor.

— Sí lo es y me gusta mucho — dijo dando un pequeño besito en los labios de su menor para luego levantarse e ir a la cocina.

Kook soltó una risita infantil y se tumbó boca arriba en el suelo, mirando el techo como si fuese la cosa más interesante del mundo, estaba tan absorto en sus pensamientos, los cuales estaban llenos de millones de recuerdos los cuales le hicieron reír atontado. El piso es un lugar ideal para pensar.

Ensimismado el de hebras azabache no se dio cuenta en que momento Taehyung entró otra vez en la sala con su teléfono en mano y brincando como si de un niño pequeño al que le acaban de dar un premio se tratará.

— ¡Kookie! — llamó repetidas veces el chico saltando a su lado, pero al ver que este no le respondió infló sus mofletes ligeramente enojado por ser ignorado.

— ¡Bendita, Rata, levántate del puto piso, vamos a salir a ganar dinero! — sentenció enojada pisando el estómago de su novio y sacándole el aire.

— Ay, ay, quita tu pie, mi pancita — dijo agarrando el tobillo de su mayor tratando de quitarlo, sin poder respirar bien hasta que lo logró.

El menor se sentó enderezándose sintiendo su espalda traquear no pudiendo evitar soltar un gemido en satisfacción, para posterior mente mirar con un tierno puchero a su enamorado mientras sobaba su inexistente pancita.

— Hyung, mi barriguita — dijo con tono infantil.

— Que barriguita ni qué ocho cuartos, a ver, levántate del suelo, que vamos a ir a trabajar — sentenció el mayor extendiendo se mano hacia su menor.

— ¿A trabajar?, ¿dónde?, no me digas que me vas a prostituir solo para poder pagar la reparación del aire — el falso miedo era palpable en sus ojos y tomó la mano del peli azul levantándose con su ayuda.

Mayor río fuerte ante aquello.

— Pero si solo le tienes que hacer una mamada a Eunwoo — dijo burlón recibiendo un fuerte golpe en su brazo — Vamos, Kookie solo bromeó, jamás me atrevería a prostituirte, a el único al que se la puedes chupar es a mi — hablo jactándose.

— Eres un bastardo — chilló el menor tirándose sobre el acanelado, haciéndole tambalear — Ahora, en serio, ¿A dónde vamos a ir a trabajar? — cuestionó guindado del cuello de su novio y le dio un casto beso sobre sus suaves labios.

— Iremos a lavar autos junto a las amigas de la hermana de Nam, en la gasolinera donde él trabaja — soltó abrazando la cintura de su novio y devolviéndole el beso a su novio.

Pero este en vez de ser un suave roce, cómo se lo había dado el menor, se convirtió en una guerra, donde sus lenguas batallaban de manera ardua, Kook gimió sobre los labios de su contrario y Tae se separó no sin antes morder el belfo inferior de su adorable y sexy novio.

— ¿Vamos? — cuestionó relamiéndose sus rojos e hinchados labios.

— Vamos — soltó en un hilo de voz suspirando.

[🐯🐰]

El sol ardía en su punto más alto, sofocando a todo aquel que estuviese bajo él y en este caso a nuestros jóvenes protagonistas, los cuales estaban escurriendo las esponjas mientras las porristas y la hermana de Nam se dedicaban a jugar con el agua mojándose entre sí mientras enjabonan los autos.

Ambos chicos estaban sudando y con las manos maltratadas a causa de las esponjas pero lo soportaban porque les darían lo que necesitaban para poder pagar lo que tanto anhelaban. El aire acondicionado.

NamJoon había acabado su turno hacía ya unas horas y la pareja se había quedado sola, con el montón de chicas "lindas", que se restregaba contra los autos de los hombres depravados y necesitados que se percataron de que estaban lavando autos. Incluso Jeon notó, cómo un hombre bastante mayor y ligeramente gordo, entró y el auto estaban absolutamente limpio y parecía brillar tal cual como en los comerciales. «Desagradable» era el adjetivo con el que el castaño podía calificar aquella acción.

Pero entre más pasaba el tiempo, menos le importaba, el sol ya le estaba afectando y pequeñas lágrimas habían empezado a brotar de sus ojitos de bambi.

— Tae, me duelen mis ojitos — agudizó la voz haciéndola infantil y puchereo acercándose a su novio, abrazándolo por el cuello.

— Bebé, tendremos suerte de que terminemos solo con dolor de ojos y no con cáncer de piel — dramatizó besando el puchero de su novio.

— Todo sea por tener el departamento como el polo norte — lloriqueo.

— Todo sea por ello.

[🐯🐰]

Los chicos no tenían ni la más remota idea de cómo las chicas terminaron haciendo un concurso de camisetas mojadas, era perturbador para ambos ver como las camisetas con el logo de sus colegios se apegaba a sus pechos y era aún más turbio ver como algunas no traían brazier y los hombres se estacionaban frente a ellas y dejaban dinero en el gran frasco que al parecer estaba por desbordarse, eso fue algo que los emocionó mucho.

Pero la emoción les duró muy poco, ambos se miraron con terror al ver como la hermana de Nam se les acercaba con la manguera en la mano dispuesta a empaparle con aquella helada agua.

Los dos salieron disparados como si tuvieran cohetes en el trasero y se echaron a correr como alma que lleva el diablo, pero la pequeña azabache de acercaba a ellos de manera implacable e inexorable, y el primero en recibir un manguerazo de agua fría fue el peli azul.

Su camiseta gris se ciñó a su cuerpo, pegándose a su piel canela, Tae creyó que iba sentir un montón de cuchillas frías golpeando su piel, pero sintió una increíble satisfacción que le hizo relajar los músculos.

— ¡YieJoon! ¡a mi, a mi! — dijo el castañito deteniendo su carrera al ver en su mayor la increíble cara de satisfacción.

La menor haciendo caso, le mojo con el potente chorro de la manguera empapándole aún más que al acanelado.

El peli azul se estaba riendo a más no poder, sentía que se iba a desarmar, se iba a burlar de su menor cuando le vio y se paralizó.

La delgada tela de su camiseta blanca delineó la menuda figura del menor, resaltando su diminuta cintura y su abdomen plano, sus castaños cabellos se oscurecieron a causa de la humedad y pequeñas gotitas de agua se deslizaba por su cuello creando una danza sincronizada sobre su piel.

De repente, Kim, sintió que necesitaría mucho más que un pequeñito chorro de agua como el que había recibido, se sentía intensamente caliente, ¿Y como no estarlo de su novio era tan jodidamente sexy?.

Una bonita sonrisa se asomó por los labios del menor dándole una apariencia a un adorable conejo, y en efecto quería coger con él, como si de conejos se tratase.

Una sonrisa socarrona se asomó por sus labios y se acercó a paso lento a su novio, sintiendo su miembro semi erecto chocar contra la tela mojada de su short, creando una incómoda fricción.

Una vez estuvo a manos de un metro de distancia de su lindo noviecito, le tomó de la cintura y lo apegó a su cuerpo, sintiendo la humedad de sus ropas traspasar.

El peli azul acercó su rostro al oído de su menor y mordió su lóbulo, sintiendo como su contrario temblaba.

— ¿Sabes mi conejito kookie? — susurró ronco contra su oído — Este concurso de camisetas mojadas, definitivamente lo ganarías tú, dulzura — la lengua del acanelado lamió la parte trasera del lóbulo del chiquillo y sintió como éste se estremecía.

— T-Tae — llamó trastabillando, al sentir el torso caliente de su mayor contra el suyo, apretándole con una fuerza descomunal, sintiendo en su vientre el casi erecto miembro del susodicho — Estamos en una gasolinera, Tae — dijo sin alientos al sentir cómo las manos de su novio se colaban bajo su empapada camiseta para empezar a acariciar sus lindos y rosados pezones.

— Mmh, tienes razón, aunque parece que todo mundo está pendiente de las chicas, creo que sería mejor — se separó del oído del menor y se acercó a sus labios, entonado a unas distancia muy corta, pero aún sin unirlos — Sería mejor, si entramos al auto — hablo haciendo que sus labios rozasen — Te voy a joder bien jodido, Jeon JungKook — dijo para pasar su lengua sobre los rosados labios de su menor.

El peli azul se alejó en su totalidad del castañito y entrelazó sus manos, yendo en dirección a la camioneta, la cual se encontraba en un estacionamiento privado del lugar.

Una vez junto al auto, TaeHyung volvió a apartarse del cuerpo del chico, esta vez apretando la linda curvatura de su culo con fuerza, haciéndolo gemir.

Con dificultad abrió la puerta de la parte trasera del auto y tiró a su novio en los asientos traseros del vehículo, tomó la manija de la puerta y entró cerrado de un portazo.

El acanelado se cirnió sobre la menor, arrastrando con sus manos los shorts sueltos que tenía el castaño, empezó a acariciar sus lindos y duros muslitos, sintiendo su piel húmeda y fría.

— Ta-tae no creo que sea buena idea — trastabilló el chiquillo evitando soltar un sonoro gemido antes las caricias de su mayor que ahora estaban cada vez más cerca de su ingle.

— No es una buena idea, claro que no, pero no quiere decir que no la vayamos a ejecutar — susurró con sorna sobre la caliente y tierna piel del cuello del menor.

Las manos de Tae ascendieron por su ingle rozando el miembro del niñito con sus dedos, y las llevó hasta su menuda cintura agarrándola con fuerza, dejando sus manos marcadas.

Sus manos acariciaron sobre la ropa y se giraron hasta la espalda de Kook donde bajaron hasta el borde de su short, y metiéndolas debajo de la tela de Jean y el bóxer del chico.

La piel de los glúteos de su menor era suave y caliente, las masajeo de arriba a abajo, y apretó y separó ambas nalgas con morbo mientras el susodicho ahogaba sus gemidos en la boca contraria.

Sus dedos tantearon la diminuta y rosada entrada del niñito, y la acarició oyendo a Jeon ahogar gemidos.

Kim sacó sus manos del pantalón del niño y lo desabrochó, sacándolo de un tirón dejando la piel del menor ligeramente roja.

Las mejillas de JungKook se pintaron de rojo al verse en esas circunstancias, estaba desnudo de la cintura para abajo, con la intimidante y caliente mirada de su novio sobre su cuerpo. Posó su antebrazo sobre sus ojitos avergonzados, sintiéndose expuesto.

— Eres perfecto — el peli azul tomó el brazo de Kook y lo aprisionó junto al otro sobre su cabeza — Eres Perfecto y solo mío — bramó estampando sus labios sobre los del menor, succionando y mordiendo sus belfos con ímpetu, deleitándose con el exquisito sabor de su boca y tragándose los ricos gemidos de su menor.

Con la mano que tenía libre, el acanelado subió ligeramente la camisa del chico dejando su magnífica piel tersa y nívea, a su vista, de su pecho con los lindos botones rosados ya erectos y necesitados.

Relamió sus labios con deseo y acercó sus belfos a el pequeño botón derecho del chico, dejando un pequeño chupetón sobre éste, para luego succionar y morder el pezón, deleitándose con los chillidos de placer de JungKook.

— Hyung — chilló entre adolorido y excitado al sentir los dientes de Kim aprisionando con cierta fuerza su pezón.

El sinhueso se dedicó a dar pequeñas lamidas sobre la zona maltratada, tratando de aliviar el punzante dolor del niño.

Tae llevó su mano a la boca del niño haciéndole lamer sus dedos dejándolos empapados de su saliva y haciéndole gruñir, ante la satisfactoria sensación de la caliente boca de su novio envolver sus dígitos.

Su mano bajó nuevamente hasta los glúteos del chico, donde tanteó hasta llegar a su apretada entrada y empezar a estimular presionando uno de dos dedos contra esta.

Uno de los dígitos se coló en la entrada del castañito de manera precipitada y dando un golpe certero directo en su próstata, Kim vio la magnífica expresión del rostro de su enamorado.

Sus ojos se blanquearon y de su boca salió un gutural gemido, sus cabellos castaños y húmedos pegados a su frente y su miembro empapado en presemen, las paredes anales del niño se contraen y aprisionaron los dedos de su mayor con fuerza, haciéndole gruñir y gemir ronco en anticipación.

— Jeon JungKook, escucha bien tu nombre, bonito, porque te voy a joder tan duro que lo vas a olvidar.

[🐯🐰]

Tae se encontraba ayudando a su novio a caminar hasta donde se encontraban las porristas empapadas.

— Tae, puedo asegurar que me jodiste algo — susurró el menor sintiendo sus piernas dormidas e inservibles.

— Quien te manda a ser una tentación andante — dijo haciendo un puchero y afianzando el agarre en la cintura del menor con más fuerza.

— Nadie — lloriqueo quejándose con falsedad.

Una vez estuvieron cerca de las porristas, les entregaron un sobre con mucho dinero y les agradecieron por colaborar. A los dos chicos les brillaron los ojos y chillaron emocionados, podrían arreglar el aire y disfrutar de el departamento frío otra vez, Kim se entusiasmó tanto por ello, que soltó a su novio y éste cayó al suelo apoyándose sobre de rodillas y sus manos, el niñito giró su rostro para ver a su mayor en esa posición y Kim sintió una punzada en su pecho a verle sonrojado y con los ojos llorosos.

— ¡Jeon, deja de ser una puta tentación!.

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