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capitulo 4

Era domingo por la mañana, dia de visitas en Santa Martha, las reclusas entraban a la sala y se abrazaban y besaban con sus familiares y amigos. Más retrasada, salía Lauren y al ver a Alex esbozó una sonrisa. Se abrazaron fuerte y largamente hasta que uno de los guardias les ordenó sentarse.

Alex: (cogiendo las manos a su amiga) ¿Como estás cariño?

Lauren: (desganada) Ahi

Alex: Estás más delgada Laur, estás comiendo ¿verdad?

Lauren: Si, no te preocupes ¿vale?

Alex: Mira lo que te traje (colocando sobre la mesa un gran cuaderno de dibujo y varias cajas con oleos, acrílicos, pinceles y algunos lápices) No sabía bien que comprar así que te traje todo lo que se me ocurrió.

Lauren: (apoyándose en el respaldar de su silla, cruzando los brazos) Alex, te dije que no quería nada de eso.

Alex: Déjate de chorradas Laur, yo sé lo importante que es para ti.

Lauren: Alex, escúchame, no me interesa, no quiero hacerlo, no puedo ¿no entiendes?

Alex: No, no lo entiendo, la pintura es tu vida o ¿crees que no te conozco?

Lauren: No lo es más

Alex: ¿No fue suficiente que te quitara tu libertad?, joder Lauren mirame ¿Vas a dejar que también te quite esto?, no permitas que te destruya por completo cariño, no puedo creer que te dejes de esa forma, ¡tú no eres así joder!.

Lauren: Es como si no supiera más quien soy, tengo la sensación de estar viviendo el mismo día una y otra vez, a veces no tengo fuerzas para levantarme Alex.

Alex: Por eso mismo ángel de mi vida, por eso mismo, necesitas a gritos conectarte contigo otra vez y eso si mal no lo recuerdo, lo lograbas con esto (deslizando hacia ella el cuaderno y las cajas) prométeme que lo harás

Lauren: Alex per...

Alex: Prométemelo, anda si no lo quieres hacer por ti, hazlo por mí ¿si?

Lauren: (secándose las lágrimas y mirando unos instantes las cosas sobre la mesa) Solo te prometo que lo intentaré... solo eso

Llevaba varias horas sentada sobre su cama con el cuaderno abierto y un lápiz en la mano, miraba el papel en blanco, hacia el intento de trazar algo pero súbitamente se detenía, las voces de los corredores se colaban en su celda

Lauren: ¡¡¡Mierda!!!

Se levantó lanzando furiosa todo sobre la cama y se paró frente a la minúscula ventana alta mirando el cielo a través de los barrotes de hierro negro. Cerró los ojos, tratando de aislarse de los sonidos del lugar pero le fue imposible y al cabo de unos segundos los volvia a abrir derrotada.

El lunes por la mañana, Camila se dirigió a Santa Martha temprano y luego de dejar sus cosas en su consulta, se dirigió a una de las alas del centro, varias reclusas la saludaban amablemente.

Llegó a una de las celdas y tocó la puerta antes de abrirla, entró apenas y se percató que la celda estaba vacia, se estaba girando para salir nuevamente pero algo le llamó la atención. Miró hacia fuera para cerciorarse que no venia nadie y juntando la puerta tras de si se acerco a la pequeña mesa donde vio el cuaderno de dibujo, lo abrió lentamente y observó algunas lincas trazadas sin mucha convicción y sobre ellas una aspa fuertemente marcada. Cerró el cuaderno y miró alrededor, en la papelera notó varias hojas arrugadas, levantó la cabeza y miró la celda unos instantes mientras los ruidos y voces de las reclusas se colaban al interior, se quedó pensativa e inmóvil, cerró los ojos y se tapó los oidos y aun así el ruido era ensordecedor. Bajó las manos y asintiendo con la cabeza salió del lugar cerrando tras de si

Horas más tarde.

Guardia: Jauregui!!!

Lauren: Si ya sé. ya sé

Lauren se levantó con desgana y salió de su celda siguiendo a la guardia, la cual iba abriendo y cerrando puertas enrejadas

Lauren: (irónicamente) Acaso no tenia que ir a ver al oráculo?

Guardia: Si la vas a ver, pero pidió que te trajera aquí y te vas dejando de bromitas ¿oiste?
Dicho esto, la guardia abrió una puerta e hizo pasar a Lauren a una sala pequeña pero bastante iluminada. Luego que la guardia se fue, la pintora recorrió la sala, casi estaba vacia, con apenas una mesa y un par de sillas.

Por unos instantes se sintió en paz y rodeada de una enorme quietud, Al rato la puerta se abría y Camila entraba lentamente cerrando inmediatamente la puerta.

Camila: Buenas Tardes Lauren.

Lauren: (la quedó mirando y con ironia le dijo) Buenas tardes, ¿por qué me ha traído aquí?, ivamos hacer algún ejercicio de meditación, esos con musiquita de agua o algo por el estilo?, lo digo por el espacio.

Camila: (sonrió levemente) No, desde ahora durante tus horas de consulta conmigo, puedes escoger, venir aquí y hacer lo que te plazca tu sola o ir a mi consulta y sentarte frente a mi a mirar el reloj sobre la pared hasta que acabe tu turno. Tú decides

Dicho esto, Camila se giró y abandonó la sala dejando a una Lauren totalmente desconcertada. Se quedó ahí parada unos instantes esperando por si alguien venía pero luego de varios minutos comenzó a caminar por el lugar, miró a través de la ventana y pudo ver el área verde que rodeaba a la cárcel, luego se giró y se sentó en una de las sillas, apoyando sus pies sobre la mesa, cruzó los brazos y con la mirada comenzó a recorrer el espacio, luego lentamente cerró los ojos y se hizo por fin el "silencio"

Luego de dos semanas de ir a aquella sala y sentarse quieta a disfrutar del silencio que le era permitido tener, finalmente una tarde decidió llevar su cuaderno y demás materiales con ella.

Acomodó todo sobre la mesa y abrió el cuaderno, se sentó en la silla y contempló la blancura del papel unos instantes. Cerró los ojos y se trató de concentrar, pero había algo que la sacaba y no lograba saber que cosa era. Se levantó bruscamente y encendiendo un cigarro se dirigió a la ventana, contemplo el paisaje unos minutos y volvió hacia la mesa.

Lauren: Que te pasa Lauren ¡¡Mierda!!

Desde afuera alguien luego de observar unos minutos lo que acontecía en aquella sala, se retiraba lentamente de la puerta y se marchaba en dirección opuesta La misma situación se repitió en las siguientes semanas sin variación alguna, Lauren intentando que sus manos dieran vida otra vez sin lograrlo creándole una gran frustración interior.

Camila se encontraba en la cama ausente y pensativa mientras Shawn a su lado jugaba con el control remoto del televisor.

Camila: (pensando) ¿Por qué no conecta? ¿Que es lo que la bloquea?, joder si al menos me hablara... Como puedo hacer que hable... ¿cómo coño hago eso?

En eso sus pensamientos se vieron interrumpidos por su marido quien luego de apagar el televisor la miraba con curiosidad.

Shawn: ¿Que es lo que te tiene lejos de aquí amor de mi vida?

Camila: Perdona, cosas del trabajo

Shawn: De eso quería hablarte Mila

Camila: Dime

Shawn: En estos últimos meses hemos estado los dos muy ocupados y casi no tenemos tiempo para nosotros, no sé, me preocupa.

Camila: Lo sé, lo sé y no solo me preocupa por nosotros sino también por Andrea

Shawn: Habia pensado que podriamos alquilar una casita de campo para los fines de semana y largarnos los tres desde el viermes por la tarde, ¿qué te parece?

Camila: Me parece una idea estupenda amor, la verdad que a veces tengo ganas de mandar todo al diablo. y olvidarnos de todo esto al menos los fines de semana me encantaría y tener más tiempo para nosotros.

Shawn: Bueno, para esto no necesitariamos esperar hasta el viernes ¿no?

Camila: (deslizando una de sus manos por el torso de su marido hasta llegar al borde del pantalón de pijama y abriendo lentamente los botones) Te hecho de menos mi amor.

Shawn: Y yo, muchísimo.

Camila despertó temprano, estaba con el cuerpo desnudo sobre el de Shawn que aún dormía. Levantó el rostro lentamente y lo besó tiernamente en los labios haciendo que este abriera los ojos lentamente y le dedicara una amplia sonrisa.

Camila: Buenos dias

Shawn: Hola preciosa.

Camila hizo el intento de separarse de él para acomodarse en el lado de su cama pero Shawn la detuvo cogiéndola por la cintura.

Shawn: No, quédate así un rato más, me encanta sentir tu sexo pegado a mí Camila lo besó nuevamente y él le respondió profundizando aquel gesto. Camila al sentir que su marido se excitaba nuevamente, se separó un poco para tomar aire

Camila: Cariño, ¿no crees que es un poco tarde ya?

Shawn: (buscando nuevamente la boca de su mujer) La alarma aun no sonó, anda uno rápido.

Camila fue sucumbiendo a aquellas caricias y bajando una de sus manos, guió a Shawn dentro de ella. Apenas se sintió dentro de su mujer, Shawn hizo que ambos rodaran, quedando él encima de ella y teniéndola ahí a su merced, comenzó a moverse ritmicamente mientras con su boca buscaba sus pechos.

Camila: (con los ojos cerrados) Ahh, ¡mi amor!.

Shawn: Te amo Mila

En eso la puerta se abría y Andrea entraba a la habitación de sus padres algo soñolienta, Camila en medio del jaleo giró la cabeza y vio a su hija aproximándose a la cama mientras se restregaba los ojos

Camila: (en un susurro) Shawn, para, para...

Shawn: (sin darse cuenta de nada totalmente llevado por su excitación) ¿Que?, porque mi amor.

Camila: (levantando un poco la voz) La niña Shawn, ¡¡¡joder!!!...

Dicho esto Camila lo empujó levemente y logró separarse de él, dejándolo a punto de terminar.

Shawn: (mirando por entre las sabanas) ¡¡¡Mierda!!!

Camila: (colocándose una bata encima) Hola bichito, como ha amanecido mi princesita hoy ¿eh? (alzándola en brazos y girándose para llevársela a la cama) vamos a saludar al papi

Shawn: (abriéndole los ojos y haciéndole otros gestos disimulado a su mujer) ¿Eh? Mejor nos vamos todos a jugar al salón ¿no preciosa?, quien es la princesa de papá ¿eh?

Camila al verlo no pudo aguantar la risa y giró para llevarse a la niña fuera de la habitación pero antes de salir volteó hacia Shawn

Camila: (aun aguantando la carcajada) Te quiero tontito

Shawn: ¡Graciosa!, me debes una.

Camila salió de la habitación y Shawn se dejó caer en la cama agarrándose con ambas manos la cabeza.

Cuando abrieron las celdas, Lauren llevaba ya un par de horas despierta, luego de desayunar bastante ligero, salió al patio con las demás reclusas y se dirigió al área cercada destinada para ejercicios. Una vez allí y luego de hacer algunos estiramientos y calentamiento previo, como era ya su costumbre comenzó a correr, primero con un trote suave para poco a poco ir incrementando la velocidad. En un momento, cuando su corazón aumentaba su ritmo, Lauren lograba focalizarse tanto en el sonido de su respiración que de forma casi natural el mundo alrededor suyo desaparecía por completo.

Media hora después, Camila y Ally llegaban charlando amenamente. A lo lejos ambas divisaron a Lauren quien continuaba concentrada corriendo a gran velocidad.

Ally: Ahí está tu paciente misteriosa

Camila: (siguiendo atentamente con la mirada) Se ha dedicado al ejercicio con verdadera pasión.

Ally: Al paso que va podríamos inscribirla en los próximos juegos olímpicos.

Camila: (sonriendo y volviéndose nuevamente a la mujer) Ally, ¿sabes si recibe visitas?

Ally: (tratando de recordar) No estoy muy segura pero me parece que un muchacho no deja de visitarla cada semana

Camila: Sé que no es parte de los procedimientos pero, me ayudaría bastante si pudieras darme alguna información sobre como contactar a ese muchacho

Ally: No te das por vencida ¿verdad?

Camila: (mirándola a los ojos) No

Ally: Veré que puedo hacer... Oye por cierto Verónica Iglesias pidió que su caso fuera trasladado a ti, ¿vas a aceptarlo?

Camila: Sí, una de mis pacientes de la otra ala sale esta semana así que no hay problema

Ally: Muy bien, voy a firmar la petición entonces, te veo luego Mila

Ally se encaminó rumbo a su despacho, mientras Camila volvía la vista hacia Lauren, quien no había bajado el ritmo y seguía corriendo intensamente. Camila recordó aquellos cuadros y las fotos mientras esas imágenes se contraponían en su mente con la imagen de aquella mujer que corria aislada de todo.

De pronto Lauren finalmente se detuvo y agachando el torso se cogió la cintura tratando de recuperar su aire, mientras gotas de sudor corrian por su frente rapido, la pintora levantó el rostro y se encontró con la mirada de Camila, quien la observaba ensimismada.

Lauren se terminó de erguir pero sin quitar sus ojos de la doctora, Camila al verse descubierta, sintió un pequeño rubor que la obligó a bajar la cabeza, se giró y se dirigió hacia el interior, bajo la atenta mirada de Lauren

Alex se encontraba sentado en la mesa de un café, mirando su reloj constantemente. Al rato una mujer se acercaba a su mesa algo apresurada

Camila: Alexander?

Alex: (levantándose) Si soy yo

Camila: Perdona la demora, pero me quedé atrapada en un atasco, soy Camila Cabello.

Alex: (estrechándole la mano) Alex, encantado (sentándose luego ambos) Usted dirá.

Camila: Alex, soy psicóloga asignada a Santa Martha y estoy llevando el caso de Lauren

Alex: Psicóloga! Lo va tener bastante dificil doctora.

Camila: Preferiría que me tutearas, llámame Mila

Alex: (sonriendo) Hola Mila

Camila: (sonriendo también) Hola. y si sé que a Lauren no le caigo muy bien.

Alex: En general ningún psicólogo, tiene una opinión muy particular al respecto

Camila: Creo que tiene una opinión muy particular sobretodo ¿verdad?

Alex: (esbozando una sonrisa triste) Pues si, Lauren misma es muy particular, pero cuando se llega a sintonizar su misma frecuencia, uno descubre a un ser maravilloso.

Camila: La conoces hace mucho?

Alex: Si, desde cuando éramos adolescentes

Camila: Alex, en realidad la razón por la que quise hablar contigo es porque necesito información sobre Lauren y quiero que sepas que la única razón para hacer esto es ауudarla.

Alex: ¿Y por qué?

Camila: No solo porque es mi trabajo, sino porque creo que sino recibe ayuda, le será muy dificil su estadia en aquel lugar y continuar con su vida de la mejor forma posible dada su actual situación.

Alex: Se toma su trabajo muy en serio por lo que veo.

Camila: Por eso estoy aquí, sino llenaria los informes con cualquier cosa ¿no?.

Alex: ¿Que quiere saber?

Camila: Cómo y porque es que Lauren terminó en Santa Martha?

Alex: Por amor

Camila: ¿Que? (bastante sorprendida)

Alex: No creerá que Lauren es traficante de drogas ¿verdad?

Camila: Eso dice su informe

Alex: Pues Lauren no lo es, ni siquiera era consumidora.

Camila: Y entonces?

Alex: (tomando aire) Conoció a una chica, guapa e inteligente, que supo llegar a ella, yo me sorprendí mucho la verdad al ver que pasaban los meses y seguían juntas, Lauren por lo general es una persona muy solitaria, en especial cuando trabajaba, con decirle que a veces no me soportaba ni a mí. Cuando conocia a alguien por lo general duraba a lo mucho un par de meses pero con esta chica congenió muy bien. Sin embargo.

Camila: Sin embargo ¿que?

Alex: Había algo en Kendall que no me terminaba de convencer, como si escondiera siempre algo y por lo general tenía amigos de lo más extraños.

Camila: ¿Se lo comentaste alguna vez a Lauren?

Alex: Varias veces pero no me hizo caso y yo. dejé de decirle cosas, pues a veces verla sonreír, cosa que hace rara vez, fue suficiente para terminar por aceptar que, aparte de la pintura, ahora ella tenía otra razón por la que era feliz. Siempre fue reticente a enamorarse, por eso lo hizo poco y cuando por fin se deja llevar. le hacen esta injusticia.

Camila: ¿Que fue exactamente lo que pasó?

Alex: Viajaban a Ámsterdam las dos, Lauren iba a exponer dos de sus obras en un importante evento. Kendall insistió en ayudarla a empaquetar los cuadros. En el aeropuerto detuvieron a Lauren por droga que fue encontrada escondida en esos cuadros y la muy hija de puta voló a Ámsterdam y desapareció.

Camila: ¿Y la reacción de Lauren cual fue?

Alex: Al principio estaba convencida que todo tenía una explicación, pensaba que ella
aparecería, luego cuando se dio cuenta de cómo eran las cosas en realidad.

silencio, absoluto silencio

Camila: (pensativa). ¿Tenía mucho tiempo con ella?

Alex: Cerca de un año

Camila: No es mucho ¿verdad?

Alex: Mila, el tiempo para Lauren no es el mismo que para nosotros. ¿Has visto algo de su trabajo?

Camila: Si en Bellas Artes

Alex: Entonces entenderás que lo que tú o yo podemos llegar a sentir en 10, 20 años, ella lo puede llegar a sentir en un dia y transmitirlo en, segundos en un lienzo.

Camila lo miró fijamente unos instantes, mientras nuevamente recordaba lo que esos cuadros habían logrado mover en ella en tan solo un instante y por fin creyó ver algo de claridad.

Camila: Gracias Alex

Alex: No me dé las gracias. solo haz algo por ella ¿vale?.

Camila: (levantándose de la mesa) Te prometo que lo voy a intentar.

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