#8
Espero que les guste~
Oswald se dejo caer con cansancio en el sillón más cercano, apoyando su cabeza en el respaldo y dejando sus orejas colgando, ahogando un bostezo tras una de sus manos, deseando dormir pero sin poder realmente. Tenía muchas preocupaciones circulando por su mente.
-¿Estás bien?- Félix se acerco con paso lento, mostrando una pequeña sonrisa, luciendo algo cansado por el estrés que había pasado en las últimas horas. Entre todo lo que había sucedido desde que despertó esa mañana, hubo muchos sentimientos en un solo día y esta algo agotado al decir verdad, también un poco abrumado.
-Ah, tuve días mejores- hizo un gesto vago y el gato se movió para sentarse a su lado, el rey apenas notando que él sostenía dos tazas y para su sorpresa, le extendió una de ellas, humeante y con un fuerte aroma a cafeína que logro que el conejo se moviera lo suficiente para acunar aquello entre sus manos, tomando un ligero sorbo. -Café~- tarareo con alivio, esperando que aquello pudiera alejar el cansancio y demás. No duraría mucho pero al menos, quizás lo suficiente para que Ink y Bendy volviera. Estaba preocupado por ambos.
-Tu esposa me lo dio, dijo que podrías necesitarlo- sonrío, tomando un sorbo de su propia taza, agitando la cola con gusto y el conejo sonrío con cariño puro ante la mención de su esposa, con razón su café tenía la cantidad perfecta de azúcar, ella sabía como le gustaba. -Y...me dijo que Mickey parece estar en mejor estado, aunque no sabrá mucho hasta que despierte- tuvieron que llevar al ratón inconsciente hasta el castillo, siendo recibidos por la gata que estaba eufórica de ver a su marido pero se vio horrorizada y preocupada apenas vio al hermano de este, guiándolos para que lo llevaran a una habitación con una cama. Ella fue quien lo reviso, porque realmente no tenían anda parecido a un doctor allí en el que se pudiera confiar, y más allá de poner algo de tinta mágica en las zonas afectadas, no pudo hacer mucho pero Mickey se mantuvo dormido, algo inquieto hasta que sus sobrinos se colaron y se le treparon encima. Ahora, el ratón apenas era visible bajo el montón de conejos celestes, quienes ronroneaban tan fuerte como un motor pero que de alguna manera, parecía ayudar a que el otro durmiera.
Al menos, alguien estaba descansando.
-Eso es bueno- el rey tomo otro sorbo de su taza, permitiendo que su cuerpo se derritiera un poco en el mullido sillón pero aun estaba tenso. Tenían un problema entre manos, un problema que lo más seguro se estaba haciendo más grande y fuerte al devorar el color de otros mundos, para Oswald se sentía como una pesadilla que volvía con venganza. -Que desastre- suspiro con cansancio, mientras Félix lo miraba con tristeza y preocupación, sin poder imaginar cuanto peso había sobre los hombros del rey y sin que se le ocurriera nada que pudiera siquiera funcionar como consuelo o algo así.
-Un enorme desastre- el gato se acomodo en su lugar, pasando los dedos por la superficie cálida de su propia taza antes de animarse a tomar un sorbo, arrugando un poco la nariz ante el fuerte dulzor de su café pero sin quejarse realmente. Él mismo estaba cansado y estresado, triste por encima de todo, porque no había podido hacer nada para defender a sus amigos y termino por huir, se sentía casi como si hubiera dejado a esa cosa consumir su mundo sin problema. Eso lo molestaba.
Ambos se mantuvieron así por un rato, tranquilo, con solo el sonido légano de algunos niños demasiado hiperactivos para dormir la siesta con su tío y ocupaban su tiempo jugando, tranquilos al notar el estrés de su papá, sentados y pasándose con suavidad una pelota entre ellos, sus risas y murmullos siendo suficiente para que los mayores en algún punto se relajaran. Sus tazas estaban vacías, ninguno haciendo amague de buscar donde dejar aquello porque estaban muy cómodos en su posición, y sus ojos amenazan con cerrarse, siendo arrullados a un sueño muy necesario...que se ve bruscamente interrumpido por la puerta siendo abierta.
-¡Ya llegamos!- se enderezaron, despiertos al reconocer la voz, pudiendo ver como Ink entraba con un suspiro de cansancio. -Al fin llegamos- sollozo de manera dramática, el par rápidos en levantarse al verla tropezar de manera genuina pero el demonio estaba allí, impidiendo que ella cayera, incluso con su baja estatura. Él lucia preocupado y eso no era una buena señal. -Necesito una siesta- murmuro con las orejas bajas.
-¡Ink!- el rey fue el primero en llegar de alguna manera, dejando su taza en donde pudo, arrugando la nariz cuando un aroma a quemado llego hasta él. Tampoco puede ignorar sus ojos irritados. -¿Te quemaste o algo así?- ella hizo una mueca ante eso, olfateando apenas el aire, recién dándose cuenta del olor a pelo quemado que estaba segura venía de ella.
-Tuvimos un problema- sonrío con nerviosismo, tanto por haber intentado pasar esa parte desapercibida.
-Prometiste que serias cuidadosa- Félix frunció el ceño, preocupado, acortando la distancia del todo para pararse al lado de la coneja y ayudarla a adentrarse del todo en el castillo, notando de reojo el nuevo par de caras que los observaban en silencio. -¿Intentaste enfrentarte a esa cosa?- la guía hasta el sillón más cercano, pudiendo ver las manchas negras de quemado en la parte trasera de la remera de ella mientras la ayudaba a sentarse con cuidado.
-No lo hice y tampoco hice ninguna tonteria- bufo, haciendo un puchero, inclinándose un poco hacia adelante de mala gana al darse cuenta de que no podía apoyarse contra el respaldo porque su espalda aun ardía. Su remera estaba quemada, uno de los hermanos se lo dijo en el camino, y de alguna manera, no agujereada pero aun así, la quemazón llego a su piel de alguna manera. Supuso que era la lógica de las caricaturas. -En serio, lo único que hice de tonto fue dibujar en la cara de una estatua- se encogió apenas de hombros. Y ahí es cuando Bendy empezó a agitar las manos, dando pequeños saltos en el proceso.
-¿Tu sabes algo?- el conejo enarco una ceja, consiente de las nuevas presencias que se removían con ansiedad en un lugar apartado de su sala, centrando su atención en el demonio que asentía con entusiasmo y obviamente ignoraba las señas casi desesperadas de parte de la coneja que le suplicaba que se callara. Bendy hizo gestos, señalando a la taza de pantalones rojos que pareció querer que la tierra se abriera y se lo tragara entero, enterrando el rostro en sus guantes amarillos, mientras el demonio imitaba la pose de disparo que había visto a los hermanos hacer antes, con una mueca exagerada de ira y haciendo como si disparara. Luego, se encogió con miedo por unos segundos, antes de señalar a la coneja y pararse más firme, como una especie de protector. -Déjame ver si entendí bien todo eso- Oswald se movió para mirar a los hermanos, quienes se tensaron, aunque sin lugar a dudas el que estaba sudando era el de reojo. -¿Les disparaste?-
-¡Fue un accidente!- levanto las manos, mirando de reojo a su hermano, luciendo traicionado al notar que el de azul en realidad se estaba alejando unos cuantos pasos en un claro "estas solo en esto". -Iba a dispararle al demonio y ella se cruzo- se dio cuenta de que eso era lo incorrecto de decir cuando tanto el gato como el conejo lo miraron con ira. Se encogió en su lugar, sintiéndose como un niño a punto de ser regañado. -Digo...fue un malentendido- opto por agregar, intimidado, algo que olvido al mirar al demonio y notar que estaba sonriendo, luciendo orgulloso. -¡Me delataste, rata!- lo miro, acusador, y Bendy abrió los ojos con sorpresa, pareciendo asustado solo por unos segundos antes de fruncir el ceño con molestia y rápido en hacer un chasquido con cada mano, señalándolo y luego golpeando suavemente su frente con su puño, haciendo una expresión tonta. -¿Eso que significa?- Cuphead frunció el ceño, confundido ante las señas y un poco molesto ante la falta de habla, era más fácil entender a alguien que podía expresarse en voz alta en su opinión. -¿Es un intento de insulto o algo así?-
-Te llamo cabeza hueca, tonto- bufo la coneja, divertida, el demonio riendo en forma de confirmación ante eso.
-Oh, ya veras- Cuphead hace como si se estuviera subiendo la manga, molesto, al parecer dispuesto a lanzarse sobre el demonio pero Félix se interpone entre ambos, su mirada fría logrando que la taza se queda en su lugar. Odia sentirse como niño reprendido y su frustración crece cuando ve que Bendy toma confianza al estar protegido, sacándole la lengua en un gesto infantil. -Te odio- escupio con ligero desdén.
-Pues, espero que eso no te dure mucho...- Oswald aparece en su linea de visión y a pesar de que realmente no es el más alto entre ellos, logra lucir intimidante con los brazos cruzados y el ceño fruncido, emanando un aura llena de autoridad, tal y como lo haría un rey. -...porque me temo que ahora, todos somos un equipo- entrecerró los ojos, con una mirada amenazante llena de advertencias que lograron de Cuphead se encogiera aun más en su lugar, retorciendo sus dedos. -Eso significa que no puedes dispararle a nadie en esta habitación, ¿esta claro?-
-Si, señor- murmuro con un puchero ligero, bajando la cabeza como un niño regañado, frunciendo el ceño al poder ver de reojo como su hermano se reía en silencio y sin disimular.
-Bien- asintió, satisfecho de momento, dejando escapar un largo suspiro. Ahora, tenía un asunto más importante. -Ink- miro a la coneja, quien se enderezo apenas en su lugar, con las orejas largas paradas de forma atenta mientras lo miraba con curiosidad. -¿Qué paso con La Mancha?- temía que esa cosa ya estuviera ahí, arrasando con el Páramo y dejando estatuas en su camino entre todas las suenas descoloridas una vez más. Imaginar eso hace que le duela el pecho con angustia y frustración.
-Oh, la encerré- ella sonrío enormemente, luciendo orgullosa.
-¿Disculpa?- parpadeo, pensando que había escuchado mal por unos segundos.
-Lo encerré- repitió con tranquilidad, casi divertida ante la expresión llena de desconcierto en el rostro del rey. -Se movió muy rápido, creo que arraso con la mayor parte del mundo de Cuphead y Mugman, hasta estaba dispuesto a consumir el color del cielo o algo así- se pregunto si pudo hacerlo, eso sonaba como algo raro al decir verdad. -En todo caso, pensé que encerrarlo nos daría algo de tiempo para pensar como solucionar las cosas-
-¿Segura que no podrá cruzar hasta aquí por cuenta propia?- Félix pregunto, algo aprensivo, algo temeroso de que esa cosa pudiera aparecer de la nada y atacar sin que ellos pudieran hacer mucho en su contra.
-Bueno, a ese mundo le falta la tecnología que encontró aquí- hizo un gesto, en referencia a los proyectores que de por si eran mágicos y de alguna manera, ese monstruo los había reconectado para que sean más poderosos que antes. -Así que no, no creo que pueda cruzar, no a menos que volvamos a encender el proyector y creo que ninguno de nosotros lo va a hacer-
-Genial, eso fue...una gran idea- Oswald le sonrío, genuinamente aliviado de no tener un limite de tiempo, relajándose en su lugar y moviendo su mano para acariciar la cabeza ajena, ella bajando las orejas, sonriendo como si la estuvieran premiando. El peligro aun estaba allí, amenazando con dejar a más de un mundo incoloro e inevitable pero tenían la oportunidad de pensar bien las cosas y buscar una forma de derrotar a ese monstruo, sabiendo que todo volvería a la normalidad cuando lo consiguiera.
Llegar a ese punto...era más complicado hacerlo que decirlo.
-Esta bien, esto nos da algo de tiempo- respiro profundo. -Creo que todos ya tuvimos suficiente emoción por hoy, ¿no es así?- todos los presentes asintieron, incluso las tazas, y el rey tarareo. -Así que pueden relajarse, comer y dormir todo lo que quieran, mañana haremos una lluvia de ideas o algo así para ver como nos encargamos de nuestra problema-
-Disculpa- Mugman levanto la mano con timidez, nervioso al llamar la atención y sonriendo con cierta torpeza. -¿Hay algún lugar donde podamos quedarnos?- Bendy asintió ante eso, igual de curioso y Félix ya estaba rebuscando en su bolso, dispuesto a ofrecer tiendas y demás por si las dudas.
-Todos pueden quedarse aquí- el Castillo Belleza Oscura era grande, incluso para ellos y sus muchos hijos al decir verdad, así que tenían suficientes habitaciones para sus nuevos invitados. -Sera algo ruidoso y podrán despertarse con algunos conejos invasores encima pero son más que bienvenidos- miro a cada uno, dándose cuenta de un detalle ante cada invitado repentino. -Solo...vamos a poner algunas reglas. Nada de disparos dentro del castillo, ni cerca de mi hijos- las tazas no dudaron en asentir, entendiendo el punto, ya pudiendo presentir que pagarían muy caso si lastimaban por accidente a alguno de los niños. -Ten mucho cuidado con ese bolso, por favor- estaba rogando ante el gato, sin querer imaginar que podrían hacer sus pequeños con un bolso mágico del que se podía sacar lo que sea. Le daba dolor de cabeza solo imaginarlo.
-Le pondré un candado- el felino sonrío con nerviosismo, tocando su bolso, sabiendo lo peligroso que podría ser realmente y eso solo podía ser peor en manos de niños curiosos. Una receta total para el desastre.
-No te confíes, algunos de ellos saben abrir cerrojos- los ojos del gato se abrieron con horror, sintiendo la morbosa curiosidad pero sin atreverse a preguntar, teniendo al sensación de que debería dormir con un ojo abierto como siempre. -En cuanto a ti...- analizo al demonio, quien le devolvió la mirada con curiosidad y confusión, logrando lucir tanto como un niño hasta el punto en el que el conejo se pregunto una vez más cuantos años se suponía que debía tener. -...no hagas nada raro, ¿si?- Bendy asintió con seriedad, haciendo un gesto hacia su pecho en una promesa silenciosa y el conejo tarareo, dudando un segundo antes de darle una ligera caricia en la cabeza, logrando que el demonio sonriera. -También, veremos el tema de tu habla después- porque era algo extraño tener a alguien mudo, solo esperaba que el demonio en realidad no hablara porque no sabía como y no porque no pudiera hacerlo o algo así. -En todo caso, los guiare a sus habitaciones- miro a la coneja cuando esta se levanto, haciendo una mueca que intento ocultar. -Ink, tu iras con Hortensia, ella puede tratar las quemaduras-
-¡Genial!- sonrío, animada, acariciando ligeramente la cabeza del demonio cuando este se acerco a su lado. -¿Quien se suma a una partida de cartas después?- empezaron a caminar, de momento todos a la misma dirección.
-Yo quiero, yo quiero- Mugman sonrío, dispuesto a jugar, y Bendy dio pequeños saltos con una sonrisa brillante, en una señal de que él también se unía.
-En ese caso, me uno- asintió Cuphead, decidió a hacer lo que no hizo antes y darles una oportunidad a los rostros nuevos, incluso si había un demonio entre ellos.
-Oh, yo tengo más juegos de mesa- los ojos de Félix se iluminaron, sabiendo que tenían un montón de ellos en su bolso. -Podemos jugar al Monopolio- sonrío con diversión. -Y el que pierda, tendrá que lavar los platos de la cena- hubo quejas juguetonas entre ellos, ninguno dispuesto a retroceder ante eso, incluso haciendo comentarios de quien sería el perdedor. Oswald tarareo para si mismo, sonriendo sin poder evitarlo, sabiendo que se iba a unir en algún punto. Incluso con la presencia de La Mancha y el peligro que este representaba, ese grupo tenía un aire alegre, que prometía algunas locuras y diversión al mismo tiempo, era algo divertido.
Solo esperaba que su hermano pudiera unirse a ellos al día siguiente.
Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro