#25
Espero que les guste~
Nota: Antes de que todos empiecen a preguntar y esas cosas. Siempre tuve el headcanon personal de que Mickey Mouse y Bugs Bunny son amigos, así que decidí hacer una vaga mención sobre eso pero no es para que piensen demasiado en ello, solo algo que pensé que quedo bien y decidí agregar, nada más que eso
Nota-2: Me di cuenta un poco tarde de que había la posibilidad de que el Páramo no estuviera bajo las mismas reglas que Disney respecto a las "malas palabras" porque, bueno, es una zona de toons olvidados y no estás a la vista del público ni nada por el estilo
Nota-3: Aunque eso no significa que este usando ese tipo de palabras demasiado seguido, solo de vez en cuando ^_^
Nota-4: Sé que hice mucho drama con el tema de Mickey, solo para revivirlo en un solo cap, pero sirvió para lo que quería. El suspenso :3
Nota-5: Además, estoy en la recta final de esto en este punto, no podía matar a Mickey y dejarlo muerto xD
Mickey parpadeo, algo aturdido al decir verdad pero extrañamente familiarizado con esa sensación de sentirse arrastrado de manera muy repentina, tambalenadose apenas al sentir que la ligera energía que lo rodeaba se desvanecía y lo dejaba para mantenerse de pie por si mismo, recuperando el equilibrio.
-Oh, cielos...- hace una mueca ligera sin poder evitarlo, estirándose hasta donde puede para aliviar un poco la tensión que siente que tiene en su cuerpo, ignorando de momento las miradas llenas de asombro e incredulidad del grupo de toons que parecen estar congelados en sus lugares. -...sigue sin gustarme esta sensación- morir y revivir, es una sensación extraña que ya experimento muchas veces antes, que venía con estar flotando en la silenciosa oscuridad por quien sabe cuando tiempo antes de que un tirón de arrastrara de vuelta de repente y pronto, estabas de vuelta, desorientado y algo tambaleante pero allí. -Ah, es cierto- sus ojos se abrieron con realización cuando su último recuerdo lo golpea con fuerza y es rápido en bajar la vista, sonriendo con alivio ante la falta de marcas. Ya no siente como si estuviera ardiendo por dentro, ni entumecido, y eso solo logra que su sonrisa se agrande. -¡Estoy bien!- se había mantenido positivo como siempre pero no puede negar que en su último momento había sentido mucho miedo, terror de que eso no lo salvara como siempre lo hizo en su aventura anterior.
Aun era una horrible experiencia, iba a tener pesadillas por el resto de su existencia, pero aun así, esta contento de estar de vuelta.
-No sin ayuda, tonto- Ink bufo, entre divertida y exasperada ante la actitud ajena, totalmente aliviada y contenta de que las cosas salieran bien pero señalando al mago que se mantenía en silencio y enarcaba una ceja hacia el ratón, quien se encogió en su lugar cuando sus ojos se conectaron con los del anciano, su fina cola retorciéndose.
-Hey~- sonrío con nerviosismo y ansiedad, intentando hacerse más pequeño ante el mago que ahora se estaba enderezando pero no dejaba de mirarlo, casi luciendo como si lo estuviera regañando en silencio o le estuviera advirtiendo que le esperaba una larga charla más tarde, ninguna de las dos opciones era buena. -¿Me...perdí la clase de esta semana, maestro?- intento fingir inocencia, quizás demencia más bien, entrelazando los dedos y jugando con los pulgares.
-Creo que hiciste mucho más que solo perderte una clase, mi aprendiz- su tono fue tranquilo pero había cierta diversión en ello, aunque sobre todo había alivio en su voz y expresión, al decir verdad contento de tener los poderes para poder traer al ratón de vuelta. Agradecía internamente a quienes lo crearon con sus poderes y habilidades alimentados por años de practica.
-Puede decirlo de esa manera- se rasco la nuca, nervioso, armándose de valor antes de atreverse a mirar a sus amigos. La culpa se retuerce en su pecho ante sus rostros estropeados y los ojos irritados por las lagrimas que de seguro derramaron, retorciendo apenas sus dedos. -Hola a todos~- abrió los brazos en un ligero gesto, esperando que no estuvieran demasiado furiosos con él.
-¡Mickey!- y por alguna razón, Félix es el primero en reaccionar, porque Oswald se encuentra congelado en su lugar e incapaz de moverse a pesar de lo mucho que se esfuerza, luchando por procesar el enorme alivio que lo invade y se mezcla con cierto enojo. -¡Oh, como te odio!- acorto la distancia con grandes pasos y fue un poco brusco cuando choco contra el ratón, quien medio tropezó con un chillido agudo, pero el felino fue rápido en rodearlo con los brazos y apretarlo con fuerza suficiente para hacer al otro jadear. -¡No puedes hacer algo así y solo decir "hola"!- Mickey se queja, por el agarre tan fuerte que le corta la respiración y le hace doler un poco, pero no duda en rodear a su amigo con sus propio brazos, sintiendo que el otro acomoda su agarre en algo menos brusco, aunque lleno de alivio. -...no puedes hacer algo así, tonto- el felino entierra su rostro en el hombro ajeno, ocultando sus lagrimas de alivio, contento de tener a su amigo de vuelta.
No muchos lo sabían pero fueron amigos desde el principio, sin importar las rivalidades que se suponían que debían existir entre ellos, sin importar que la carrera de uno estaba en asenso mientras el otro parecía ir en picada. Nada de eso les importo en el momento en el primer momento en el que se vieron en persona y lograron compartir grandes sonrisas, manteniendo el contacto por todos los medios posibles desde entonces. Eran amigos y a Félix se le había roto el corazón al verlo desvanecerse frente a sus ojos, sin ser capaz de hacer nada por ayudar.
-Lo siento. Lo siento mucho- debe muchas disculpas en este punto de su vida.
-Tienes mucha suerte de que te quiero- se movió lo suficiente para frotar su mejilla contra la ajena, permitiendo que un profundo ronroneo vibrando en su pecho y garganta, Mickey relajándose ante eso. -Te voy a acusar con el conejo- murmuro, sonriendo apenas al sentir como el ratón se tensaba entre sus brazos.
-¡No puedes hacer eso!- lo separo solo para verlo a la cara, suplicante y un poco desesperado, sin querer imaginar que tan molesto podría estar su amigo conejo de otra empresa al enterarse de la enorme tonteria que había hecho. -¡Se supone que somos amigos, no puedes delatarme así nada más!- ya iba a comerse un largo regaño de parte de Yen Sin, podía sentirlo en la forma en la que lo miraba, y estaba seguro de que no sería el único, lo que menos quería era alargar esa lista.
-Eso te pasa por irresponsable- el gato le saco la lengua en un gesto infantil, sonriendo con diversión y cariño ante el puchero que se gano con eso.
-¡Eres un maldito!- Ink no pudo soportarlo más y se adelanto con grandes pasos para poder meterse entre ambos, logrando abrazar al ratón con éxito. -¡No volveré a guardar ninguno de tus secretos, tonto!- sollozo de manera dramática contra su hombro, aferrándose a él, quien no pudo evitar bufar y reír.
-Ah, lamento eso- froto su espalda con cariño. Sabía que no debió pedirle a alguien que guardara su secreto, ese en especial al decir verdad, y aunque él realmente no le conto nada porque ella ya lo sabía de antemano, se sintió mal pedirle que no dijera nada para no estresar más a los de su alrededor, sabiendo que el resultado final iba a ser un desastre. -En serio, lo lamento-
-Te perdono si no vuelves a hacer una estupidez así- ella lo apretó con fuerza, aliviada y contenta ante la calidez que venía del ratón, vivo y sano que estaba allí, alejándose para mostrarle una gran sonrisa y apartándose justo a tiempo para que Bendy se lanzara. No podía decir nada y tampoco podía intentar expresarse con las manos porque estas estaban más ocupadas en aferrarse al ratón, así que no intento comunicarse, solo esperaba que su alivio y alegría se sintieran en ese gesto. Incluso si se conocían de muy poco, el demonio consideraba a todos allí sus amigos, los que toda su existencia había deseado y soñado tener.
No quiere perderlos, a ninguno de ellos.
-Siento haberte asustado, Bendy- lo abraza con fuerza y levanta la vista, sonriendo hacia los hermanos que lo observan con sonrisas llenas de alivio. -Lamento haberlos asustado a todos- extendió las manos en un gesto de bienvenida y muy pronto, estaba siendo aplastado entre todos ellos en un abrazo entusiasta y un poco demasiado apretado pero lleno de felicidad palpable.
Aunque, el conejo aun permanece congelado en su lugar, con las orejas bajas y las manos juntas, apretando los puños con tanta fuerza que parece temblar un poco.
-¿Ozzy?- Mickey lo miro, curiosos y preocupado, ignorando que el uso del apodo a favor de avanzar con pasos cuidadosos, casi aprensivo de repente. Su hermano podría estar enojado, furioso, por muchas razones y no tenía muy en claro como actuar ante eso, sin querer que el otro gritara pero sin querer tampoco dejarlo así. -Yo...- cerro la boca con un chasquido ligero, ansioso. -...lo siento mucho- no tiene muy en claro la razón especifica por la que se disculpa, aunque cree que es correcto después de todo, y al menos el conejo parpadea ante sus palabras, luciendo como si empezara a reaccionar.
-Tu...- hay ira en su tono, mezclado con algo más que el ratón no puede identificar, pero la expresión de Oswald muestra muestras emociones, lleno de alivio y angustia, también molestia y frustración. -...eres un...- hay ira en el rostro del conejo, el ratón encogiéndose en su lugar mientras traga en seco, pero tan rápido como eso aparece, se desmorona y lo único que queda es cansancio mezclado con alivio puro que ni siquiera se esfuerza en ocultar. -...eres un maldito, ratón- hay otro insulto más fuerte en la punta de su lengua, uno que de seguro no debería decir teniendo en cuenta que se supone que es un toon para publico infantil, pero no le importa. Solo solloza y pronto, hay nuevas lagrimas que corren libremente para el horror del menor. -Ven aquí, carajo- extiende las manos, sintiéndose incapaz de moverse por el shock y el cansancio que lo invade.
-Ozzy~- Mickey olvido su propia regla personal de mantener el apodo para si mismo y sollozo como un niño, avanzando con grandes pasos para acortar la distancia entre ambos. El agarre del conejo era fuerte y un poco brusco, casi desesperado y se sentía algo protector pero al ratón realmente no le molestaba eso, aferrándose a su hermano con fuerza, permitiéndose hundir su rostro en el hombro ajeno y sintiendo las lagrimas del mayor mojando su pelaje. -Lo siento mucho, lo siento- la culpa vuelve y no tiene muy en claro la razón por la que se disculpa en si, tiene una larga lista en este punto que solo parece hacerse más larga a pesar de sus buenas intenciones, pero espera que el otro lo entienda.
-Al diablo con todo eso, guárdate tus disculpas- Oswald no quiere volver a escuchar a su hermano disculparse, siente que se estremece cuando eso trae consigo el recuerdo de este en su peor estado, cubierto de marcas rojas y murmurando disculpas mientras luchaba por no cerrar los ojos. Eso lo iba a perseguirlo por un tiempo y seguro era combustible para sus pesadillas del futuro. -Y al carajo, puedes usar ese tonto apodo que tanto te gusta, no me importa- porque esta arto de escuchar al otro corregirse cada vez, luciendo avergonzado y apenado, como si temiera haber hecho algo incorrecto. -Pero no más secretos o te juro que no te dejare salir de aquí, ¿entendido?- esta planeando sentarse con el ratón y hablar, porque esa es la base de toda relación sana y no piensa permitir que algo así suceda otra vez.
Incluso si sabe que será un poco extraño e incomodo, porque las cosas entre ellos aun eran algo nuevas y raras, no importaba. Iban a tener que hablar.
-M-Me parece justo- bufo, divertido, aunque creyendo en las palabras ajenas pero sin tener nada en contra. Estar allí podrían ser como vacaciones, podría estar con su hermano, conocer a sus sobrinos y a su cuñada, no sería nada malo al decir verdad.
-Ah, por todos los cielos...- lo aprieta con fuerza por unos segundos más, respirando profundo, pudiendo sentir que su cuerpo al fin se relaja del todo. La Mancha ya no esta, los mundos ya no están en peligro y su hermano esta allí, vivo, eso trae una ola de tranquilidad grande para el pobre y estresado rey. -Bien- se separan, ambos compartiendo una sonrisa entre ellos pero en cuanto los ojos del conejo se fijan en el mago que los observa en silencio, su expresión se vuelve fría y llena de ira. -En cuanto a ti, viejo maldito...- medio empuja al ratón tras de si, con este luciendo alterado ante el vocabulario usado de su hermano mayor. -...púdrete- escupe sin ningun arrepentimiento, ignorando los chillidos escandalizados del menor, mientras la coneja lucha por amortiguar una carcajada y los demás solo mirar con los ojos bien abiertos, tensos en sus lugares. -¡¿Qué clase de loco crea una cosa así, que lastima a quien lo usa solo por defenderse?!- ah, no quiere imaginar cuantas veces Mickey sufrió por esa cosa, justo en su cara y él se negó a mirarlo, eso solo alimenta su ira. -¡¿Y encima te atreves a dárselo otra vez?!-
-¡Ozzy!- Mickey esta un poco en pánico, incrédulo por como su hermano le habla a quien se supone que es el mago más fuerte en Disney y creo que Páramo, sin lucir dispuesto a retroceder.
-Tienes razón, su majestad- Yen Sin no parece molesto por ello pero hay culpa en su expresión, algo que no intenta ocultar al parecer. -Hice el pincel para poder crear cosas grandiosas con eso y agregue el disolvente solo para poder corregir mis errores pero temí que cayera en manos equivocadas y que los toons pudieran estar en peligro por mis acciones, así que puse condiciones- había sido una buena idea en ese momento, porque nunca espero que su pincel fuera usado como un arma de defensa ni nada por el estilo. No lo había hecho para ello pero su aprendiz lo uso de esa manera y pago las consecuencias de sus decisiones, ni siquiera se le había ocurrido ponerle una protección al ratón en cuanto empezó a enseñarle magia. -Y a pesar de todo, cedi mi pincel esta vez, esperando que todo solo fuera un mal presentimiento. Ese es mi error y lo lamento muchísimo- miro a su alrededor, haciendo una ligera mueca. Los colores vibrantes que alguna vez uso para pintar ese lugar estaban opacos y oscurecidos, había casas rotas y grandes manchas de tinta como señal de la lucha que contra La Mancha, una cosa de la que debía encargarse mucho antes al decir verdad. Y mira a los toons, sabiendo que ninguno de ellos pertenece allí, que habían sido sacados bruscamente de sus propios hogares por un ser que debió ser borrado hace mucho tiempo atrás, si tan solo hubiera cumplido su papel como protector de Páramo.
No puede volver el tiempo atrás, la magia no es tan poderosa, pero al menos, cree que puede hacer algo bien en todo ese desastre.
-Es hora de que arregle algunos de mis errores- tarareo para si mismo, con chismas brillantes y mágicas emanando de sus dedos, al mismo tiempo que las estrellas plateadas de su sombre parecen iluminarse.
Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro