#22
Espero que les guste~
Nota: No puedo negarles que me gusta el drama y que, en este punto, me inspire un poco de más :3
Nota-2: ¡No me arrepiento de nada! xD
-¡Mickey!- Oswald logra reaccionar, rápido en correr para acorta las distancia entre él y su hermano, ignorando el dolor ligero que le causo caer de rodillas a su lado, luchando contra las repentinas nauseas que lo invaden. -Oh, cielos...- Mickey se ve peor de cerca. Tiene los ojos cerrados y la boca apenas abierta, jadeando como si luchara por dejar entrar algo de aire al decir verdad, y con una mueca de dolor que es difícil pasar por el alto, con esas horribles marcas rojizas en cada pequeña parte de su cuerpo, incluyendo las orejas. Es una imagen espantosa porque para el rey, su hermano parece algo frágil que fue azotado contra el suelo y no quedo nata más que un cascaron roto algo que no tiene muy en claro si puede arreglar o no.
Eso lo llena de angustia, lo suficiente como para que un sollozo ahogado se le escape y sus ojos ardan con lagrimas que aun se niega a derramar.
-¿Eh?- Mickey se aferra con fuerza a su consciencia y lucha por abrir del todo los ojos al escuchar a su hermano, gimiendo cuando se mueve por accidente. Todo el cuerpo le arde, es como si hubiera caído directo en disolvente pero en vez de morir y volver a aparecer como en su primera aventura en el Páramo, se queda allí, hundiéndose un poco más cada segundo que pasa. Y lo peor es que hasta le esta costando respirar, es horrible. -...O-Ozzy- el ratón lucha por parpadear lo suficiente para aclarar su vista, sintiéndose aliviado cuando logra ver el rostro de su hermano, terminando por quejarse ante su intento de sonreír.
-Hey, hermano- parpadea para apartar la sensación húmeda en sus ojos, sintiéndose incapaz de sonreír de momento, sus manos temblando ante la necesidad de hacer algo pero sin saber que exactamente.
-...hola- el ratón se queja, sintiendo una punzada de culpa al poder notar que el rostro ajeno se desmorona un poco. El conejo esta angustiado, al borde de las lagrimas y Mickey sabe que es su culpa, porque Ink tenía razón. Debió haber hablado de ello con el otro antes de que sucediera, para evitarle la desesperación y el pánico que aparecía con no conocer la situación o lo que estaba sucediendo. Aunque, debe admitir, que él mismo no tiene muy en claro que pasara a partir de allí. Sería bueno poder solo morir para que la extraña lógica de ese lugar lo trajera de vuelta pero hay una pequeña parte de si, la paranoica y llena de miedo que al fin se permite escuchar, que teme que eso no sucede. -Todo me duele- murmura sin poder evitarlo. Todo en si arde cual quemadura y para colmo de males, esta encima del suelo duro, casi en posición fetal y se siente egoísta por unos segundos cuando ansia estar sobre algo más blanco, su cama quizás, para poder acurrucarse .
-Estoy seguro de que si- hace una mueca. Sus manos tiemblan, dudando por unos segundos antes de atreverse a tocar al ratón, murmurando disculpas frenéticas y llenas de arrepentimiento cuando lo escucha quejarse al pasar su brazo por debajo de sus hombros pero aun así, continua. Lo levanta con mucho cuidado y cautela, sentándose lo más cerca posible para medio acomodarlo en su regazo, en una posición elevada entre sus brazos. Es doloroso, Mickey se estremece, pero así, su pecho es capaz de elevarse por completo en una respiración profunda, así que se obliga a relajarse mientras medio se acurruca contra su hermano, tarareando ante la calidez ajena. -Oh, Mickey...- la mente de Oswald esta corriendo a gran velocidad en este punto. Tiene tanto por decir, tanto por preguntar, pero hay un nudo en su garganta que ahoga su voz y le impide hablar, así que solo puede abrazar al otro tanto como se atreve en ese mismo instante, cediendo al instinto y frotando su mejilla con mucho cuidado contra la frente ajena, aun aguantando las ganas de llorar.
A los demás les rompe un poco el corazón esa escena. Hay algo muy triste en todo eso, se siente como una especie de final de cierta manera, y ninguno tiene muy en claro como evitar eso.
-No lo entiendo- Mug luce angustiado ante la escena que ven, confundido y perdido por un secreto que desconoce, así como el gato a su lado.
-¿Qué rayos sucedió?- Félix aprieta con fuerza la corre de su bolso. Quiere acercarse, para poder comprobar el estado del ratón e intentar calmar el pánico del conejo, pero sus patas se niegan a moverse, todo su cuerpo tiesa y tenso, sintiéndose incapaz de siquiera dar un paso hacia ellos.
-Es la magia del pincel- Ink esta temblando y sin importar cuanto se esfuerce, no puede detenerse, retorciendo sus dedos con frustración acumulada. Esta furiosa por todo lo que hizo La Mancha pero no puede negar que también esta un poco molesta con la terquedad de Mickey y su extraña forma de lidiar con la culpa que lo atormentaba. -Ah- se sobresalta cuando una mano agarra la suya y la obliga a soltarse, alzando la vista, relajando su expresión al encontrarse con el rostro preocupado del felino, quien le muestra una sonrisa suave y tentativa.
-Tu sabes lo que sucede, ¿no?- ladeo apenas la cabeza y ella, algo confundida, termino por asentir. Félix tarareo ante eso, dándole un apretón a la mano de la coneja, sintiendo como ella se aferraba un poco él en busca de apoyo y consuelo. -Ve con Oswald, intenta calmarlo- hace un gesto hacia el conejo, quien en realidad parece estar al borde de desmoronarse, con las orejas caídas y lleno de angustia, aferrado a su hermano cuya cola apenas se agita como señal de aun estar consciente. -Iremos con Bendy- el pobre demonio que termino por quedarse sentado, luchando por recuperarse, muy agotado de seguro.
-Ok- asintió y el gato le devolvió el gesto, dándole un último apretón antes de soltarla y alejarse con pasos rápidos. Cup la hizo un pequeño gesto, moviendo las boca en un "buena suerte" silencioso, trotando para seguir al otro y justo cuando su hermano menor estaba por hacer lo mismo, Ink se quejo. Era mala en las cosas sentimentales y estaba un poco abrumada, se sentía ansiosa, sin saber exactamente que decirle al conejo que obviamente estaba angustiado y preocupado. -Mug- su voz temblor, dejando caer las orejas y mirando al otor con ojos brillantes de suplica, logrando que el de azul parpadeara con confusión por unos segundos hasta que noto como ella extendía la mano en su dirección.
-Ah, esta bien, lo entiendo- Mug tarareo para si mismo, quitándose la mochila para dejarla a un lado a favor de aceptar el gesto, sonriendo mientras le daba un ligero apretón tranquilizador pero si era sincero, estaba bastante nerviosos en este punto de toda la situación. Solucionaban una cosa y ahora, tenían otro problema, era un poco frustrante. -Pero como un aviso, aunque no estoy tan estreñido emocionalmente como mi hermano, aun soy bastante torpe en estas situaciones- y el comentario repentino, un poco salido de lugar, fue suficiente para que ella bufara sin poder evitarlo.
-Yo también- rio, algo que logro liberar algo de tensión en su cuerpo, medio acurrucándose en contra del otro en busca de apoyo, sintiendo aprensión al volver a ver al rey y su hermano, algo estremeciéndose en su pecho. Ambos dudaron un poco en acercarse, temeroso al decir verdad de poder meter la pata hasta el fondo y estropear las cosas o algo así pero terminaron por obligarse a avanzar.
Mientras tanto, Félix y Cuphead se apresuraron a acercarse a donde estaba Bendy, teniendo cuidado de no resbalar con la tinta que estaban seguro le pertenecía y manchaba el suelo, uno haciendo una ligera mueca ante los restos de lo que había sido una casa hace no mucho tiempo.
-¡Bendy!- y en medio de todo ese desastre, estaba el demonio, quien levanta la vista al escucharlos y pareció relajarse en su lugar, mostrándose una temblorosa sonrisa. Sus cuernos aun estaban deformados y apenas reconocible, él usando sus manos enguantadas para intentar apartar la tinta que pertenecía a su frente y casi había cubierto sus ojos por completo. A parte del cansancio y tener el aspecto de querer dormir durante horas, parecía estar relativamente ileso a pesar de haber sido lanzado contra una casa y golpeado sin piedad, aunque su ropa no podía decir lo mismo. Su moño cayo, sus pantalones estaban rasgados y lo único que mantiene el chaleco cerrado era el propio demonio que lo sujetaba con fuerza.
-¿Estás bien?- Cup enarco una ceja, dudando solo un segundo antes de extender la mano en un gesto que Bendy acepto, permitiendo que lo ayudaran a levantarse. El demonio se tambaleo un poco al estar sobre sus pies, sonriendo al de rojo cuando este lo sostuvo con cautela para que se quedara erguido, sacudiendo bruscamente la larga y fina cola que se estaba formándose una vez más, asintiendo como respuesta. Se sentía cansado y un poco sacudido, además de hambriento, pero estaba mayormente bien. -Tu...no puedes controlar esa cosa en la que te transformaste, ¿o si?- fue morbosa y pura curiosidad.
-¿Qué?- ambos hicieron una mueca ligera cuando Bendy se apresuro a negar, sujetando su chaleco con una mano y haciendo un gesto con la otro, terminando por flexionar apenas los dedos en alusión a garras y arrugando la expresión en un intento de lucir salvaje, enderezándose después de unos segundos, ladeando la cabeza ante las expresiones de la taza y el felino. El demonio miro a su alrededor, haciendo una mueca y con una punzada de culpa ante el desorden que había hecho, esperando que le dejaran ayudar en la reconstrucción y limpieza, pero ver más allá del par al ratón al suelo y al conejo a su lado llamo su atención, enderezándose con los ojos bien abiertos y lleno de horror al recordar algo en particular. Las marcas rojas en el brazo de Mickey.
-Wow, hey, hey- Félix se erizo apenas al notar que el demonio tropezaba en su intento de avanzar, extendiendo las manos para poder detenerlo y sujetarlo, sacudiendo la cola. Bendy lo miro con el ceño fruncido, señalando con énfasis y molestia ligera hacia el pequeño grupo no muy lejos de ellos, haciendo un puchero con frustración cuando no lo dejaron avanzar más. -Esta bien, tranquilo, entiendo- lo soltó para rebuscar en su bolso, sacando una especie de broche ante la confusión del par, que uso para mantener el chaleco ajeno cerrado de manera rápida y ganándose una gran sonrisa ante eso. Ninguno de ellos tenía muy en claro que estaba cubriendo realmente el demonio con ese chaleco pero tampoco estaban dispuestos a indagar demasiado. -Venga, vamos con los demás- hizo un gesto, los tres empezando a caminar, con Bendy en medio y los otros dos a su lado, dispuesto a ayudarlo si tropezaba o algo así.
Los tres están horrorizados cuando logran ver con mayor claridad el estado del ratón.
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