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#10

Espero que les guste~

El grupo se separa al salir del castillo. Oswald se dirige a donde los Gremlins para hablar con Gus y los demás, esperando que estos pudieran ayudarlo a buscar un lugar más seguro donde todos los habitantes pudieran esconderse de momento por seguridad, mientras los demás se dirigen a la Montaña Mickeybasura, donde cada grupo tendrá que ir por su lado por un rato.

Pero, mientras tanto, Ink se esfuerza por llenar el ligero silencio entre todos.

-¡Esto es asombroso!- la ventaja de ser un toon era que sus ojos heterocromáticos podían llenarse de estrellas por el asombro, analizando la mano que Mug le extendió, encantada al decir verdad ante la punta del dedo que brilla intensamente y cuyo color cambia, en señal de ser diferentes disparos según lo que recordaba. -¿Cómo funciona?- la fina y larga cola del demonio rodea su cintura, guiándola al parecer al estar ella distraída, evitando que se desviara o se tropezara.

-Fue una poción- el de pantalón azul parpadeo, haciendo una ligera mueca. -O bueno, muchas de ellas- bufo con cierta diversión, aliviado de que alguien con animo estuviera entre ellos, dispuesta a hacer conversación y de paso, mantenerse entre el pobre demonio y su hermano de mala cara. -Se las compramos al cerdo vendedor de nuestro mundo cuando estábamos peleando por nuestras almas, tenía muchas de ellas-

-¿Pelear por sus almas?- Mickey no pudo evitar preguntar, lleno de curiosidad, pudiendo ignorar de momento los pensamientos llenos de culpa que lo perseguían.

-Cuphead aposto nuestras almas con el diablo y perdió- no dudo en decir acusando al hermano de cuya cabeza estaba saliendo humo de la vergüenza y la molestia.

-¡Ya te dije que lo sentía, miles de veces!- y era cierto. Cuphead aun tenía momentos en los que recordaba ese horrible momento donde se deja llevar por el juego y las apuestas, murmurando disculpas al pobre de su hermano que sin comerla o beberla termino metido en esa situación, con su alma en peligro. Eso había sido un desastre.

-Vaya, que mal- silbo Félix sin poder evitarlo, llena de burla que logro que el otro gruñera una maldición entre dientes, el humo saliendo con más fuerza y acompañado de algunas burbujas al mismo tiempo que las mejillas de la taza de rojo se coloreaban de un rojo intenso.

-Tienes un mal historial con los demonios, ¿no?- e Ink entrecerró los ojos hacia el mayor de los hermanos taza con un reclamo obvio que solo logro que Cup desviara la vista con la vergüenza en aumento pero Bendy, en cambio, abrió los ojos con sorpresa. Entrelazo sus manos enguantadas, jugando con los dedos, apenas recordando que su larga cola no debía soltar a la coneja de momento y quedo pensativo, supuso que la actitud ajena tenía un poco más de sentido de repente.

La vista de la Montaña Mickeybasura callo a los presentes más nuevos en aquel lugar, no solo por la cantidad de cosas acumuladas y el tamaño que se elevaba por encima de ellos, sino por el rostro vagamente familiar que se podía ver en algunos productos presentes. Al decir verdad, ninguno le había prestado mucha atención al lugar la primera vez, más centrado en el cansancio y el miedo, así que ese momento era todo una sorpresa.

-¿Eres tu?- señalaron al unisonó el gato y los hermanos, mirando al ratón con los ojos bien abiertos, mientras el demonio lucia extrañamente encantado con todo el lugar que tenía en frente suyo.

-Mucha de mi mercancía llega aquí de alguna manera- Mickey hizo una mueca ligera, habiendo olvidado por un segundo ese lugar en particular y el odio profundo que había sentido el rey en cierta época que lo guio a tirar todo con su rostro allí, algo que se había acumulado con los años. Aunque aun no entendía porque algunas cosas eran pequeñas y otras grandes pero supuso que ese era otro misterio de la vida, uno que no pensaba indagar demasiado. -Oswald y yo no llevamos siendo hermanos por mucho tiempo, es algo...muy reciente- una forma amable de decirlo pero aun así, estaba contento de tener un hermano y poder conocerlo, eso lo emocionaba por alguna razón, incluso si sus principios habían sido algo toscos. -¿Recuerdas el camino que para llegar?- mira a la coneja, curioso.

-¡Por supuesto!- salto, animada, agradeciendo que de alguna manera su mente pudiera recordar ese camino que recorrió con pánico. -Síganme los buenos~- y se dispuso a caminar, adentrándose, con todos los demás siguiéndola de cerca pero en vez de ir a donde estaba su proyector, pronto se encontraron frente a la entrada a las alcantarillas, cuya tapa aun estaba a un lado. -~Ta-da~- ella hizo un gesto dramático, sonriendo enormemente y con cierto orgullo.

-¡Genial!- Félix sonrío, rebuscando en su bolso mágico y sacando al puro estilo de las caricaturas una caja de cartón con un sonido victorioso. -Aquí tienes, para tu proyector- lo extendió, la coneja aceptando eso con un agradecimiento entusiasta, incluso si eran para poner las piezas de lo único que podría llevarla a casa si el Gremlin lograba arreglarlo.

Ah, pensar en eso le daba cierta ansiedad.

-Bueno, aquí nos separamos- tarareo, notando que los hermanos taza y el demonio estaba inclinados, mirando el interior del agujero por el que debían entrar, no del todo confiados a pesar de que habían salido de allí el día anterior. Su sonrisa se torno algo más oscura cuando una idea repentina llego a su mente. -Buena suerte~- y sin más, estiro la mano, empujando al desprevenido Cuphead, quien cayo con un grito. -Ah, valió la pena- rio, sin molestarse por las miradas que se gano por su acción o el insulto que venía del fondo de a quien había empujado, haciendo un extraño eco.

-¿Por qué?- el gato la miro, entre divertido y exasperado, mientras Mickey se reía sin poder contenerse al recordar que su hermano les había hecho lo mismo hace no mucho tiempo.

-Tómalo como una venganza por haberme disparado- tarareo para si misma, orgullosa, reconociendo en su mente que el rey había tenido razón de que eso era más divertido de lo que parecía. El felino bufo y Mug rio, confiando que su hermano estaba bien, así que no hubo daño alguno. -Muy bien, hay trabajo que hacer- ella hizo el amague de despedirse, dispuesta a recuperar lo que necesitaba y volver al castillo para ver si podían ayudar en algo más pero hay brazos repentinos que rodean su cintura, haciendo una mueca cuando se encuentra con la mirada suplicante del demonio. -Ah, lo siento, no puedes venir con nosotros- le acaricio la cabeza con suavidad, él haciendo un puchero, casi reclamando en silencio de alguna manera. -Tienes que buscar tu proyector- además de que estaba segura de que Bendy no podía mantenerse alejado de Cup para siempre. En algún punto, tenían que socializar sin nadie presente para meterse en medio.

-Vamos, Bendy- Félix le sonrío, extendiendo su mano, mientras Mugman suspiraba con tristeza al ver la renuencia del otro por seguirlos y termino por saltar, dispuesto a regañar un poco a su hermano de seguro. -Me quedare contigo, él no te hará nada- el demonio frunció el ceño, no del todo de acuerdo, pero termino por darle un ligero apretón a la coneja antes de soltarla y avanzar, agarrando la mano que le ofrecían, dejándose arrastrar a las alcantarillas.

Y así, quedaron solo el ratón junto a la coneja.

-¿Vamos?- Mickey le sonrío pero Ink no podía ignorar del todo esa sensación de que algo no andaba del todo bien. Era un presentimiento pero uno basado en todo lo que había logrado ver desde que llego.

-¿Estás bien?- ella lo miro, su expresión suave en comparación a antes, con preocupación brillando en sus ojos. Eso pareció tomarlo por sorpresa, él parpadeando con confusión ligera, abriendo y cerrando la boca pero pareciendo no saber que contestar, dudando. -Porque ayer fue...malo, muy malo- una forma muy amable de decirlo, sin ser demasiado directa y brusca. -Y esa cosa te hizo daño, dijo todo eso y...- cerro la boca, sin saber que decir. 

-...no mentía- el ratón se llevo la mano a la boca, como si no pudiera creer lo que soltó sin pensar.

-¿En que?- ladeo la cabeza, esperando a que continuara y aunque él no parecía estar muy feliz con ello, la angustia mezclada con culpa y algo más se estaba dejando ver en su expresión cuando algo en su interior se estremeció y pareció quebrarse.

-Yo...lo cree- hizo una mueca, lleno de arrepentimiento, luciendo devastado con esas palabras. -Nunca debí haberme metido con las cosas de Yen Sin pero igual lo hice y cree a La Mancha, yo...cause tanto dolor con eso- hizo una mueca, empezando a caminar, e Ink se sobresalto, agarrando la caja antes de seguirlo, sintiendo tristeza ante el profundo dolor que se podía ver que él sufría. -Esa cosa ya vino aquí una vez, se robo todo el color y la felicidad, dejo lugares devastados y convirtió a tantos en estatuas, incluyendo a Hortensia- sollozo, luciendo triste, furioso y frustrado, todo al mismo tiempo de alguna manera. -Destruí el hogar de mi hermano y luche con todo para recuperarlo pero...- se detuvo para mirarla y ella jadeo, deteniéndose en seco. Los ojos de Mickey brillaban con lagrimas llena de mucho dolor, sollozando abiertamente, luchando por mantenerse unido a pesar de que se sentía quebrado y algo roto. -...nada de eso sirvió al final- y eso era un sentimiento horrible, sentir que todo lo que había hecho fue en vano.

-Tu no lo hiciste- hablo, aprovechando que al ratón se le trabaron las palabras. Ella sabía que se sentía culpable, era difícil no notar eso, pero no había pensando que tan profundo llegaba la cosa. Eso era una culpa pesada y agobiante que amenazaba con tragarlo entero entre más empeoraba toda la situación. -Quiero decir, no fuiste tu quien llego aquí, devorando color a lo loco y todo eso. Fue esa cosa la responsable de todo, creo que tomo sus propias decisiones- ah, se sentía algo fuera de lugar, las conversaciones emocionales se le daban fatal y lo peor es que ella solita se metió en esa situación.

-Pero yo lo cree- sus labios temblaron, luchando por secar sus mejillas con sus guantes pero las lagrimas no se detenían. -Cree el monstruo que destruyo este lugar, el que lastimo a tantos y pensé que lo había derrotado, pensé que podría solucionar mi error si peleaba contra eso pero nada sirvió- se llevo las manos a la cabeza, lleno de frustración, y ella agradeció que no tuviera cabello largo para tirarlo con fuerza pero si podía notar que él se estaba clavando los dedos con fuerza. Aun así, se estaba lastimando. -Eso volvió y ahora, esta causando mucho más daño que antes, y yo no...- gruño, molesto y enojado. -¡Es mi culpa!-

-No lo es- ella mantuvo la calma, soltando la caja a favor de acortar la distancia y extender las manos para obligarlo a bajar las suyas, abrazándolo con fuerza en cuanto tuvo la oportunidad. Mickey se quejo y sollozo pero en cuanto sus manos se apoyaron en la espalda ajena, termino por aferrarse a su ropa, hundiendo su rostro en su hombro. A la coneja no le importo sentir la humedad, solo tarareo, bajando las orejas de manera inconsciente. -Quizás apenas nos conozcamos pero creo que puedo afirmar con total seguridad que no crearías un monstruo por puro gusto y con malas intenciones. Fue un accidente, un desafortunado y odioso accidente- estaba segura de ello porque lo había visto, aunque no tenía muy en claro como explicar eso pero supuso que sería un problema para después. -No querías lastimar a nadie. Ni a Hortensia, ni a tu hermano, ni a ninguno de los demás. Ese monstruo es malvado, le gusta causar dolor, eso no tiene nada que ver contigo-

-Ozzy...Ozzy debe estar muy enojado conmigo- y eso era uno de sus mayores temores si debía ser sincero, además de que alguien saliera herido. No quería que el conejo se enojara, no quería que lo volviera a odiar, no quería perder al hermano que nunca tuvo la oportunidad de conocer.

-Nha, no lo creo- ella había estado presente para ver la angustia de Oswald cuando salieron del mundo de Bendy, con Mickey en un ataque de pánico muy malo acunado entre sus brazos, negándose a soltarlo. Había que ser muy ciego para no notar que el conejo le tenía cariño al ratón, solo que aun eran nuevos en todo eso de ser hermanos. -Pero si tienes dudas, podrías hacer lo más sano e intentar hablar con él- estaba deseando con cada fibra de su mezclado y extraño ser que el rey del Páramo supiera como lidiar con todo eso, sin ser brusco o algo así.

-...supongo que podría- incluso si su imaginación lo llevaba por mal camino y eso hacia que su interior se retorciera por ansiedad, sabía que ella tenía un punto. Hablar con Oswald era mejor que solo suponer, él le daría respuestas directas y sinceras, aunque aun estaba lleno de miedo por lo que podría decirle.

Quizás, podía esperar a que todo terminara para hablar, ¿no? Cuando el rey ya no estuviera muy estresado por La Mancha. Si, eso sonaba como una buena idea e ignoro que su subconsciente le gritaba que eso sonaba más a una excusa que otra cosa.

Mientras tanto, en las alcantarillas, el grupo se mueve con un aire algo incomodo flotando entre ellos. Félix lidera, con Bendy a su lado aun tomado de su mano, pareciendo casi como si estuviera tarareando pero ningun sonido realmente salía de él, algo que encendía la curiosidad del gato ante su silencio total. Cuphead y Mugman, por otro lado, se mantenían atrás, uno molesto y el otro al limite de su frustración si debía ser sincero.

-No confío en él, es un demonio- el de azul dejo escapar un suspiro lleno de cansancio al escuchar eso venir de su hermano, sin sorprenderse realmente. Ambos tenían una opinión contraria respecto a ciertos temas, incluyendo las cosas con los demonios en términos generales.

Mugman creía con firmeza que no se podía encerrar a toda una especie en una misma bolsa sin siquiera conocerlos, no podía tachar a los demonios como seres malvados solo porque habían tenido una mala experiencia con uno que quería sus almas. Y si era sincero, Bendy no le parecía el tipo de demonio malvado. Había algo extraño en él, más allá de su notable falta del habla, había miedo en sus ojos pero también emoción y fascinación pura, como si estuviera viendo todo a su alrededor por primera vez en toda su existencia, además de que tenía una cierta aura casi infantil de cierta manera. No lo conoció, no a fondo, pero tenía la sensación de que Bendy no era alguien malo y él estaba dispuesto a extenderle la mano.

Pero Cuphead era diferente. Era terco, algo resentido, y no parecía ser capaz de ver más allá de los cuernos, encapsulando a Bendy como alguien malvado solo por el simple hecho de ser un demonio. Su experiencia con Devil los había marcado de cierta manera pero el mayor también cargaba con cierta culpa, porque había sido su culpa que todo eso sucediera. Aposto sus almas, la suya y la de su hermano menor, poniéndolos en peligro. Y aunque Mug podía entenderlo hasta cierto punto, eso no significaba que su trato hacia el inocente demonio que no tenía idea de su historia fuera algo justificado. Bendy era inocente, no merecía ser tratado de una manera tan dura, no cuando la situación en la que estaban ya era mala para todos los involucrados.

-Deberías darle una oportunidad- termino por decir, agitando las ganas de buscar otro jabón solo para callar a su hermano mayor y que dejara su molestia de lado para retorcerse con asco o algo así. Lo que sea para cambiar la actitud ajena, incluso por unos segundos. -No te hizo nada, a mi tampoco, y según la propia Ink, él perdió tanto como nosotros. Así que no tienes razones para desconfiar de esa manera-

-Es un demonio, es todo lo que necesito- se cruzo de brazos, terco cual mula, y Mug respiro profundo, resoplando, ya muy cerca de su limite.

-Muy bien, me canse- avanzo un paso grande, interponiéndose en el camino del mayor para mirarlo de frente, con el ceño fruncido y algo casi frío en sus ojos que hizo que Cup se congelara en su lugar, luciendo sorprendido. -En primer lugar, no puedes tener nada en contra los demonios cuando fuiste tu quien nos llevo a su casino y quien aposto nuestras almas cuando te confiaste demasiado con esa racha de buena suerte tuya-

-...ya dije que lo sentía- murmuro, avergonzado, sabiendo que lo que estaba diciendo su hermano menor era completamente cierto.

-En segundo lugar, Bendy no es Devil, ni siquiera se ven iguales pero tu no puedes ver más allá de los cuernos y la cola- relajo su expresión un poco al verlo desviar la mirada, molesto y frustrado de seguro pero guardando silencio y el de azul lo iba a tomar como una victoria de cierta manera. -Bendy ni siquiera es de nuestro mundo. Perdió su hogar y a sus amigos, como nosotros, no trabaja para Devil o lo que sea que tu desconfianza te este diciendo en este momento- se enderezo, recordándose a si mismo que este era su hermano. Incluso si estaba equivocado, no iba a retroceder, no hasta que viera la realidad con sus propios ojos o algo así. -Haz lo que quieras pero al menos, no le hagas nada a él, porque Ink te partirá la cabeza y yo no te defenderé- y con eso, se dio media vuelta, empezando a caminar una vez más.

-¡¿Qué clase de hermano eres tu?!- Cup se altero, recordando las amenazas de la coneja, teniendo un presentimiento de que ella cumpliría con lo que dijo sin problema alguno. -¡¿En serio me vas a dejar a merced de esa loca?!- corrió para alcanzarlo, escandalizado y un poco ofendido, sintiendo que su hermano se estaba poniendo del lado del demonio de alguna manera. Eso dolía.

-Tu haces tu cama, te acuestas en ella- no iba a retroceder, no cuando creía que su hermano estaba cometiendo un error e ignorando sus quejas de momento.

Más al frente, sin que lo supieran, Bendy los miro mientras Félix sacaba un par de cajas de cartón de su bolso. Ladeo la cabeza, analizándolos, pudiendo adivinar que había una cierta pelea entre ellos y sintiendo una punzada de culpa al pensar que podría ser por su causa pero tampoco estaba dispuesto a meterse, no cuando podía notar de lejos que el de rojo tenía algo en su contra. Era un poco extraño y un poco decepcionante, había esperado poder hacer amigos nuevos fuera de su mundo.

Solo podía esperar que las cosas se relajaran un poco en algún momento.

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