Chào các bạn! Vì nhiều lý do từ nay Truyen2U chính thức đổi tên là Truyen247.Pro. Mong các bạn tiếp tục ủng hộ truy cập tên miền mới này nhé! Mãi yêu... ♥

Capítulo 1

- Lea, levántate ya, es tarde. - Entra Sam bruscamente a mi habitacion.

- Déjame dormir. - Balbuceo aun medio dormida.

- Vamos a perder el vuelo. - Me quita la sábana de encima y abre las cortinas. - Son las seis treinta, el jet sale a las ocho. Quiero que estés lista a las siete, Trent y yo vamos a meter el equipaje en el auto.

- Ya voy. - Coloco la almohada sobre mi cabeza. - ¿Sabes lo molesta que eres cuando estas estresada?

- Ve a bañarte. - Me quita la almohada muy molesta arrojándola al otro lado de la habitación. - Levántate.

Con desgano me siento en el borde de la cama, froto mis ojos unos segundos antes de levantarme.
La noche anterior preparé la ropa que voy a ponerme hoy, así que no pierdo el tiempo en eso, solo tomo una toalla y me doy una ducha rápida, bajo a la cocina para tomar café y comer pan tostado con jalea.

- Hola Lea. - Dice Trent entrando a la cocina.

- Hola ¿Ya está todo listo? - Bostezo.

- Sí, Sam pregunta si ya estas lista.

- Solo me cepillo los dientes, ahora voy, los alcanzo en el auto.

Subo a mi habitación, meto el cargador y los audífonos de mi celular a mi bolso, mientras me cepillo los dientes. Escucho la bocina del auto, seguramente ya es muy tarde.

Me enjuago la boca antes de bajar corriendo a toda prisa con mi bolso, entro al auto recuperando el aliento, Sam me ve algo molesta.

- ¿Te das cuenta de la hora que es? - Me enseña la pantalla de su celular, son las siete y diez. - Ahora tenemos que correr, llamaré a Sarah para pedirle que nos esperen.

- No se irán sin nosotras, tú fuiste la que organizó todo con la agencia de viajes, además tú tienes el último cheque, no les conviene dejarte.

- Tiene razón bebé, relájate. - Le ofrece una sonrisa que de inmediato la reconforta.

- Tu celular lleva vibrando todo el camino ¿No piensas contestar?

Mi celular ha estado todo el tiempo en mi bolso, seguramente Sam sintió la vibración por que esta pegado a su asiento, de hecho, no quiero contestar, ya se quién está llamando y no me apetece hablar ahora mismo con él.

- Voy a apagarlo.

Tomo mi celular del bolso, al encender la pantalla me doy cuenta de que tengo casi cuarenta llamadas suyas. No voy a encender el celular hasta que el vuelo esté en el aire, tal vez mire alguna película en Netflix, descargué muchas para el viaje.

- ¿Todo bien? - Pregunta Sam.

- Sí, sólo era Peter ¿Lo borraste de la lista cierto?

- Por supuesto que sí, dijeron que te devolverían el dinero del vuelo, pero no podían devolverte el dinero del hotel.

- El dinero es lo que menos me preocupa. Solo no quiero tenerlo cerca jamás.

- Tranquila, estas vacaciones serán estupendas, no te acordarás ni siquiera de su nombre cuando regresemos.

Al llegar al aeropuerto nos apresuramos para poder llegar al punto de reunión de nuestro grupo, aún faltan cinco minutos para las ocho, así que Sam respira con alivio.

Escucho una voz conocida detrás de mí, de inmediato me siento helada, estupefacta, no logro mover ni un solo músculo. Me toma con mucha fuerza y me jala por el brazo unos metros apartada del grupo, los ojos de todas mis amigas se posan en nosotros.

- Sueltame me lastimas. - Digo poniendo mi mano sobre la suya intentando liberarme.

Él de mala gana quita su mano de mi brazo, pero no se aleja ni un centimetro de mi, doy unos pasos atrás, no me siento comoda estando así de cerca de él.

- ¿Qué haces aquí? - Digo finalmente sin mirarlo a los ojos.

- Tú me invitaste a este viaje ¿Recuerdas? - Dice muy molesto. - Pero me llevé la sorpresa de mi vida al llegar aquí y que no me dejaran pasar por qué no estoy en la lista de pasajeros. Tuve que sobornar al empleado para que me dejara hablar contigo.

- Yo te invité a venir cuando estábamos juntos, deberías saber que no quiero volver a verte jamás, pensé que te había quedado claro.

- ¿Algún problema? - Pregunta Trent en tono amenazante.

- Ninguno, Peter ya se va.

- ¿Cómo puedes hacerme esto? - Pregunta incrédulo.

- ¿Yo? Tú fuiste el que se acostó con mi hermana, después de eso te confronté y me golpeaste.

- Todo fue culpa tuya, en primer lugar fuiste tú quien me descuido, segundo, si no me hubieses enfadado tanto no te hubiese golpeado.

- Vete al carajo idiota. - Le pego un puñetazo en el rostro tan fuerte que los nudillos me duelen demasiado.

La sangre comienza a brotar de su labio, incrédulo la limpia con los dedos de sus manos, Sam llega en ese instante con un empleado de seguridad quien escolta a Peter fuera de la sala.

- ¿Te encuentras bien? - Pregunta Sam sumamente preocupada.

- Sí, totalmente bien. - Aun sigo sobando mis nudillos.

- Ya es hora de abordar. - Dice la sonriente guía turística mientras aplaude un par de veces para llamar nuestra atención.

El jet es tal y como lo describieron en la agencia de viajes, los asientos son espaciosos y lucen muy cómodos, tienen incluso porta vasos y una conexión para cargar celulares.
Trent y Sam toman sus asientos, yo coloco mi bolso en el asiento pegado a la ventana justo detrás de ellos.
Una de las azafatas se acerca a mi con una servilleta de tela llena de hielo.

- ¿Usted también vio eso? - Pregunto muy apenada.

- Todos lo vimos. - Dice con una pequeña sonrisa en el rostro. - Fue un buen golpe, no creo que vuelva a meterse con usted.

La azafata vuelve al frente del avión para continuar con sus actividades. Abro y cierro mi mano repetidas veces, luego coloco el hielo sobre mis nudillos.

- ¿Segura que no quieres que te haga compañía? - Pregunta Sam.

- Muy segura, tranquila, estaré bien aquí sola.

Me acomodo en el asiento, suspiro aún algo molesta por todo lo que acaba de ocurrir, no puedo creer que Peter se haya presentado aquí después de haberme golpeado, es un idiota.

- ¿Está ocupado este asiento? - Me toma alguien desprevenida.

Levanto la vista para encontrar a un hombre alto, atlético, moreno claro, ojos cafés, cabello castaño levemente ondulado, el olor de su loción es embriagante, viste una camisa blanca, una chaqueta de cuero negra, unos pantalones azules y botas negras.

- ¿Hablas español? ¿El asiento está libre?

- Sí, está libre.

El hombre sonríe antes de tomar asiento junto a mí, saca una revista de su maletín, imagino que va a leerla durante el viaje.

- Buen día, espero que el jet sea de su agrado, es el mejor que tenemos disponible. Tenemos unas instrucciones antes de despegar, por favor durante el despegue todos deben abrocharse el cinturón, las sobrecargos les indicarán cuando sea seguro quitarse los cinturones.
Si alguno necesita asistencia durante el vuelo pueden presionar el botón que se encuentra en el techo justo arriba de su asiento.

Dejo de prestarle atención a la guía, saco algunos chocolates de mi bolso, pienso sumirme en la depresión luego de que despegue el avión. Me abrocho el cinturón, y me acomodo para el despegue, cuando el avión comienza a despegar me tenso un poco, he visto cientos de documentales de caídas de aviones, mi cerebro solamente puede pensar en eso ahora, respiro profundamente para poder relajarme.

- ¿Estas bien? - Pregunta el hombre junto a mí. - ¿Te aterra volar?

- Solo el despegue. - Respondo aún asustada.

- Todo estará bien, yo he viajado cientos de veces y nunca ha pasado nada. Intenta pensar en otra cosa.

- ¿Cómo qué?

- Fue un buen gancho derecho. - Se ríe. - Dudo que el sujeto vuelva a meterse contigo.

- ¿Tu también lo viste? - Suspiro.

- No creo que alguien en este avión lo haya pasado desapercibido.

- No quiero que me juzguen mal, él se lo merecía.

- No lo dudo. - Ríe. - ¿Cuál es tu nombre?

- Lea, Lea Collins.

- Yo soy Leith Ryan, es un placer. ¿A qué te dedicas?

- Soy ingeniera química, trabajo en una empresa que hace medicamentos.

- Yo soy contratista, trabajo con quien requiera mis servicios.

- ¿A eso vas a Colombia? ¿Conseguiste empleo allí?

- Sí, algo así. Ellos me consiguieron este tour.

- Eso es genial, podrás relajarte antes de trabajar.

- Sí, eso creo.

Miro por la ventana, puedo ver las casas haciéndose cada vez más pequeñas, cuando el vuelo alcanza su óptima altitud indican que ya nos podemos desabrochar el cinturón y usar los aparatos electrónicos, así que enciendo mi celular.

Mensajes de varias llamadas perdidas comienzan a entrar en mi celular, borro todos los mensajes antes de comenzar a ver una de las películas que descargué. Luego de diez minutos comienza a entrar una llamada tras otra, por lo que no puedo ver la película, me quito los audífonos y contesto.

- ¿Qué es lo que quieres? - Pregunto sumamente molesta.

- Cariño escúchame, voy a tomar un vuelo hacia Cali, te veo en el hotel, mi vuelo llega a las siete de la noche.

- ¡¿Qué?! Debes estar bromeando.

Leith me mira desconcertado, sabe que algo anda mal, pero no pregunta nada, simplemente se limita a escuchar.

- Te veo en unas horas amor, vamos a resolver esto de una vez por todas.

- ¿A caso te has vuelto loco? No quiero volver a verte jamás en mi vida.

- ¿Por qué me tratas con tanto desprecio? ¿Qué te he hecho para merecer que me trates así?

- ¿Qué has hecho? Acostarte con mi hermana, pero eso es lo de menos, me golpeaste, tuve el ojo morado por un poco más de una semana. Estás loco si piensas que voy a regresar contigo.

- Ahora dices que no, pero sé que vamos a volver a estar juntos.

- Ya te dije que no quiero volver a verte, si te apareces en Cali voy a solicitar una orden de alejamiento.

- Lea mi amor ¿Con quién estás hablando? - Dice Leith tomándome por sorpresa.

- No es nadie. - Le sigo el juego.

- ¿Quién está allí Lea? - Pregunta Peter molesto.

- ¿No te lo dije? Es mi nuevo novio, Leith.

- Eres una zorra maldita ¿Por eso no quieres volver conmigo? Te apuesto que me dejaste para poder estar con él.

- Puede que sea verdad. Adiós Peter.

Cuelgo la llamada sintiéndome mucho mejor.

- ¿Puedo? - Pregunta Leith señalando mi celular.

- Sí. - Digo con desconfianza.

- Hay una opción en tu celular que bloquea la llamada de ciertos números, creo que te vendría bien usarla con este idiota.

- Me sería de mucha ayuda.

- Listo, aquí tienes.

- Gracias, tantas llamadas ya me tenían abrumada.

- No hay de qué.

- Tengo algunos chocolates ¿Quieres?

- Sí, gracias.

Por fin puedo continuar viendo la película, esta vez sin interrupciones.

- Si ven por la ventanilla podrán observar que estamos entrando a Colombia.

- Lea. - Dice Leith con preocupación.

- ¿Sí? - Digo quitándome los audífonos para escucharlo mejor.

- Lo lamento.

- ¿Qué? - Pregunto confundida. ¿Por qué?

- Todos quietos o lo mato. - Grita alguien al fondo.

- Si se mueven de sus asientos se muere. - Dice alguien más al frente.

Leith toma una especie de cuchillo improvisada de una lata de soda, lo coloca en mi cuello sin más.

- Levántate lentamente.

Hago lo que me pide, comenzamos a caminar hacia el frente del avión, al pasar junto a Sam puedo ver su rostro horrorizado por lo que está pasando.

- Vayan a la parte de atrás - Le ordena Leith a las sobrecargos. - No intenten nada estúpido o los matamos ¿Entendido?

Ambas asienten y corren hacia la parte de atrás del avión.

- Pon tus manos en la espalda.

Con cuidado Leith ata mis manos, hacen lo mismo con el hombre junto a mí.

Otro de los secuestradores llega al frente del avión con otro rehén. Hay uno que está cuidando la parte de atrás del avión, tiene a Keith con su cuchillo en la garganta.

Leith toca fuertemente la puerta de los pilotos para que salgan de allí, ellos se niegan a salir, el otro secuestrador pone a su rehén de manera que la cámara que está afuera de la cabina enfoque cuando acuchillan al hombre. Yo simplemente cierro los ojos mientras lloro ante tal atrocidad.
Toman al rehén que aún está atrás, lo colocan a él también frente a la cámara para que los pilotos puedan verlo.

- Si no salen de allí seguiremos asesinando pasajeros.

Cuando están a punto de acuchillarlo uno de los pilotos abre la puerta, de inmediato entran los dos secuestradores y toman el control del avión.

- Vayan a la parte de atrás, no hagan ninguna estupidez o mataremos a alguien más.

Sentimos como el avión da media vuelta, presiento que van a asesinarme, yo soy la siguiente. Las lágrimas siguen corriendo por mis mejillas, mi tembloroso cuerpo cae al suelo me quedo sentada a pesar de que Leith me ordena ponerme de pie de nuevo.

- Lea, levántate. Tranquila nada va a pasarte. Tú. - Le ordena al otro pasajero. - Siéntala en el asiento de las sobrecargos.

El nervioso hombre me ayuda a ponerme en pie, damos pasos cortos y lentos hasta llegar a los asientos de las sobrecargos, él se sienta a la derecha y yo del lado del pasillo.

- Son demasiados pasajeros, creí que solo serían 18 personas, Hay casi 35 persona aquí.

- Creo que nos equivocamos de fecha.

- ¿Y me lo dices hasta ahora? - Dice Leith muy molesto.

- Ivana anotó todo mal ¿Qué vamos a hacer ahora?

- Seguir con el plan, nos llevamos a 18 mujeres, así no se darán cuenta de que cometimos un error.

- ¿Qué haremos con los demás pasajeros?

- Los dejas en medio de la nada, toma todas las pertenencias de los pasajeros, revísalos uno a uno, no quiero más errores, lleva a Samuel contigo. También llama a Ivana para que lleve dos autos más a la pista.

- ¿Escojo a las mujeres?

- No, de eso me encargo yo. - Dice muy serio. - Caballeros, siéntense del lado derecho del avión.

Solo cinco de los trece hombres en el jet obedecen, Trent se queda junto a Sam, ya que, él se encuentra del lado que indicó Leith.

- Rápido. - Grita amenazante.

Los demás pasajeros incluyendo los pilotos obedecen la orden. Del lado izquierdo del avión se quedan solamente doce mujeres, dos de ellas de mediana edad, las demás son mis compañeras de trabajo.

- Lea.

Escuchar mi nombre me hace sobresaltar, miro a Leith quien ahora está frente a mí.

- Te necesito sentada de este lado. - Señala los asientos del lado izquierdo.

- ¿Por que de ese lado? - Mi voz se quiebra al hablar.

- Sólo haz lo que te pido. - Dice a regañadientes.

Leith libera mis manos, limpio las lágrimas de mi rostro antes de ponerme de pie, camino hacia los primeros asientos que veo. Leith camina en el pasillo observando a cada mujer, en medio encuentra a las señoras de mediana edad, se detiene junto a ellas, ambas se toman de las manos con temor.

- Ustedes dos, al lado derecho.

Ambas se levantan, las piernas les tiemblan mientras caminan a los asientos vacíos que quedan de ese lado.

Regresa al frente del avión, esta vez se fija en las mujeres del lado derecho del avión, comienza a escoger fila por fila a las que le parecen bonitas, yo llevo la cuenta, van 17 falta una chica nada más, aún faltan dos filas para que llegue a la fila de Sam, tiene oportunidad de no ser escogida, imagino que a los del lado derecho los llevaran al medio de la nada para dejarlos ir. Espero que ella se quede en ese grupo junto a Trent, él va a protegerla. Comienzo a sentir mucho más pánico cuando ignora a las mujeres de la fila frente a Sam.

- Tú. - Señala a Sam. - Vamos, del otro lado.

Trent no deja que ella se ponga de pie, la toma por el brazo.

- No, ella no. - Dice Trent.

- Suéltala o se muere. - Leith pone el cuchillo en el cuello de Sam.

- Déjala Trent. - Digo impulsivamente - Ven aquí Sam.

Leith me ve, estoy hincada sobre el asiento mirándolo, él retira el cuchillo de su cuello para que pueda levantarse, Sam casi corre por el pasillo hasta llegar al asiento donde me encuentro aun hincada, la abrazo mientras nos dejamos caer en los asientos.

- Tranquila, todo va a estar bien. - La consuelo.

- Ya vamos a aterrizar.

Sale uno de los secuestradores de la cabina.

- Les sugiero que se abrochen los cinturones. - Dice Leith tomando asiento en uno de los asientos de las sobrecargos. - No intenten nada estúpido o lo mato.

Señala con su cuchillo al hombre que me ayudo a levantarme.
Cierro los ojos mientras el jet desciende, al tocar el suelo siento un poco de alivio, poco a poco el jet se detiene, miro a través de la ventanilla, no hay nada más que árboles a nuestro alrededor, esto debe ser una pista de aterrizaje clandestina.

- Vamos a salir del avión en completo orden. Los del lado derecho primero.

Todos ellos hacen una fila, comienzan a salir del avión uno a uno, cuando Trent pasa a nuestro lado toma la mano de Sam.

- Todo va a estar bien, te voy a encontrar.

Leith empuja a Trent para que continúe caminando.

- Te amo. - Grita Sam.

- Yo también te amo. - Grita Trent antes de salir del avión.

- Esta vez no olvides colocarle las bolsas en la cabeza. - Leith se dirige a su compañero. - No voy a tolerar más equivocaciones.

- Entendido.

- Nos vemos en casa.

Se dan la mano antes de que aquel hombre se marche.

- Es nuestro turno, quiero que entren a los autos, tendremos que ir algo apretados, nueve chicas en cada camioneta.
Comiencen a salir, las de atrás primero.

Las chicas comienzan a salir, una a una, pero algunas toman la mano de sus amigas, todas lloran, temerosas por su vida.

- Sam, tú sigues. - Dice Leith.

Ambas nos ponemos de pie, aún con las manos entrelazadas.

- Tú no Lea. - Me detiene.

- ¿Qué quieres? - Digo con la voz entrecortada, lo miro con desprecio, intento parecer fuerte, aunque por dentro esté muriendo de miedo.

- Necesito que me hagas un favor bonita ¿Puedo llamarte así?

- No, además ¿Por qué te haría un favor? - Digo incrédula.

- Yo te hice uno ¿Recuerdas? - Dice molesto. - Te ayudé con el problema de tu ex.

- Preferiría estar con él que aquí contigo.

- No lo creo bonita.

Me ofrece una pícara sonrisa mientras me guiña el ojo, yo me limito a mirarlo sin hacer gesto alguno.

- Quiero que te asegures de estar tranquila y de calmar a las demás ¿Puedo confiar en que lo harás? Todo será más fácil si cooperan con nosotros.

- Voy a hacerlo, pero no porque me lo pides, muchas de ellas son mis amigas, no quiero que les hagas daño, en especial a Sam.

- Sabía que podía contar contigo bonita, voy a hacer lo posible por que las traten bien a ti y a Sam. Ahora ve al auto.

Bajo las gradas del jet, al llegar al suelo veo los autos, son camionetas, en cada una caben ocho personas.

- Ven a este auto. - Dice Leith entrando a uno de los autos.

Antes de entrar doy la vuelta por detrás del auto abriendo el baúl, a este se puede acceder desde los sillones, solo tengo que escabullirme cuando Leith no se dé cuenta. Entro al auto, busco a Sam, pero ella no está aquí.

- Póntela, bonita.

Leith arroja a mis piernas una bolsa café de tela, la coloco en mi cabeza para complacer a Leith.

Escucho el auto encenderse, ahora estamos en camino, probablemente al mismísimo infierno.

Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro