Espero que les guste~

^_^

Nota: Me doy cuenta de que...escribí mal el nombre de la esposa de Oswald todo este tiempo O_o

Nota-2: Que vergüenza T_T

-Y...¿Cómo esta él, Hortensia?- Oswald se acerco a su esposa, quien le sonrío, haciendo un gesto hacia el ratón inconsciente recostado sobre una cama.

-Esta bien, no tiene heridas ni golpes. Ser un toon tiene sus ventajas...- agarro la mano de Mickey, alzándola ligeramente. -...pero tiene un par de mordidas en el brazo derecho. Están desapareciendo pero no tan rápido como deberían-

-¿Y donde esta ella?- el conejo se cruzo de brazos, mirando a su alrededor.

-En el salón principal- respondió después de pensarlo un momento. -¿Te ha dicho algo?-

-Aun no- suspiro, acercándose y besando la mejilla de la gata. -Deséame suerte- rio mientras se alejaba.

-No creo que la necesitas- rio Hortensia.

... ... ... ...

-Esto no puede estar pasando...- la coneja se miro al espejo, recorriendo su cuerpo con los ojos. Bajo las orejas, acariciándolas ligeramente con los pulgares. Un escalofrió le recorrió el cuerpo, sus orejas parándose al instante. Se toco lentamente el rostro, tragando con fuerza. Era...demasiado real para su gusto.

-¿Que haces?- se sobresalto, volteándose rápidamente. Oswald se acerco a ella, mirándola con la cabeza ladeada hacia un lado.

-N-Nada- se encogió de hombros, haciendo una mueca al sentir una puntada en el brazo derecho. Se volteo rápidamente al espejo, corriendo ligeramente la prenda para mirarse el hombro. -¿Pero que...?- frunció el ceño al ver la marca de unos dientes sobre su piel negra.

-Mickey también las tiene- ella desvió la mirada, para después mirar al conejo con determinación. Camino hacia él con decisión, levantando ambas manos. -O-Oye, ¿Qué estás...?- se callo de golpe al sentir las manos ajenas en sus mejillas, dejando escapar un grito al sentir que ella le apretaba con fuerza. -¡Suelta, suelta!- ella frunció el ceño, soltándolo y retrocediendo rápidamente. -¡¿Qué demonios te pasa?!- Oswald se froto las mejillas adoloridas pero ella no le contesto, simplemente levanto una de sus manos, dándose a si misma una sonora cachetada.

-¡Eso dolió!- hablo frotándose el golpe.

-¡Por supuesto que duele!- su expresión se suavizo al ver como ella apretaba con fuerza las manos. -¿Estás bien?-

-¡¿Por qué no lo estaría?!- movió los brazos de manera exagerada, sus orejas totalmente paradas. -¡Yo debería estar en mi cuarto haciendo quien sabe que cosas! ¡PERO NO! ¡Estoy en el mismísimo Páramo con orejas de conejo...- se las agarro, soltándolas al instantes. -...y con uno de mis personajes favoritos en el mundo frente a mi!- rio como loca, dejando escapar un tembloroso suspiro.

-¿Mejor?- Oswald se cruzo de brazos, riéndose ligeramente. Ella lo miro de reojo, parándose derecha y con las orejas bajas.

-Si...eso creo- se rasco la nuca. Agarro ambas orejas, poniéndolas sobre sus hombros y acariciándolas ligeramente. -¿Crees que pueda volar como tú?-

-Supongo que es cuestión de intentar- se encogió de hombros. -Dime...¿Qué fue lo que paso contigo y Mickey?- esa era la mayor pregunta de todas.

-Sinceramente...no recuerdo mucho- ella empezó a caminar, mirando a su alrededor con expresión pensativa. -En un momento estaba en mi casa y en el otro...- frunció ligeramente el ceño. -...estaba acostada en medio de un lugar desconocido...-

FLASH BLACK

Mire a mi alrededor, intente reconocer el lugar pero nada se me venia a la mente. Me termine levantando, estaba dispuesta a buscar ayuda pero...

-Oye, ¿estás bien?- me sobresalte al escuchar una voz a mis espaldas. Me voltee rápidamente y me quede sorprendida al ver quien me hablaba.

-Mi...¡¿Mickey Mouse?!-

-Sip, ese soy yo- se rio como siempre. No pude evitar emocionarme, ¡realmente era él!

-L-Lamento mucho el grito- me reí con nerviosismo, casi podía sentir mis mejillas arder.

-No te preocupes- negó rápidamente. -¿Estás perdida?- abrí la boca para hablar pero unos gritos no me lo permitieron. Muchos otros personajes corría para esconderse, al mismo tiempo que una gran criatura aparecía, gruñendo cual animal.

-¿Q-Que es eso?- retrocedí como instinto, aquella cosa estaba arrasando con todo lo que podía.

-¡Vamos!- sentí que me agarro la mano, arrastrándome con él cuando empezó a correr. Entramos a su casa, él cerrando las puertas y bloqueándola con lo que tenia a mano. Mire por la ventana, estremeciéndome al ver a aquella criatura acercarse. -¡Tiene que estar aquí!- escuche a mis espaldas. Me volteo, ladeando la cabeza al verlo revolver sus cosas.

-¿Que estas buscando?- me acerque rápidamente al sentir el piso temblar. Estaba segura que esa cosa ya estaba prácticamente sobre la casa.

-¡Aquí esta!- sonrío, triunfante.

-¿El pincel?- me sorprendí que lo tuviera pero no pude decirle nada, ya que la puerta se rompió. Una ola de tinta inundo el piso del lugar. Una mano salio de la nada, agarrándome y azotándome con fuerza contra una de las paredes. -¡Mickey!- él estaba luchando solo. No importaba cuando disolvente le tirara a esa cosa, esta solo gruñía pero no retrocedía. No se como pude soltarme, ni en que momento apareció el martillo en mi mano pero corrí hacia esa cosa y la golpee con fuerza, alejándolo de ambos.

-Gracias- Mickey suspiro, sonriéndome ligeramente. Pero nuestra paz duro poco, ya que la criatura nos volvió a agarrar, apretándonos con fuerza.

FIN DEL FLASH BACK

-¿Y luego?- pregunto Oswald cuando ella se quedo callada.

-Sentí...dolor en mi hombro- ella se lo toco con expresión ausente. -Supongo que fue cuando me mordió- se volteo hacia el conejo, mirándolo fijamente. -No golpeo contra algo varias veces...hasta que cedió- entrelazo los dedos, mirándolos y jugando con ellos. -Cuando volví a abrir los ojos, estabas tú ayudándome- lo miro de reojo. -El resto ya lo sabes-

-Ya veo- se acerco pero ella aun miraba sus manos. -¿Realmente el disolvente no le hizo nada?- pregunto con ceño fruncido. -Eso es prácticamente imposible-

-No es que no le hacia nada- negó ella rápidamente. -A esa criatura le dolía pero...parecía como si...estuviera aguantándose el dolor o algo por el estilo-

-Supongo que deberíamos buscarlo- murmuro pensativo. -No creo que la criatura los haya mandado aquí y no los siguiera-

-Yo tampoco lo creo- rio ella ligeramente. -Supongo que tendremos que esperar a que Mickey despierte-

-Sip- asintió rápidamente. -Por cierto, nunca me dijiste tu nombre-

-Mi...nombre...- ella parpadeo, para después sonreír. Tenía la sensación que no podía dar exactamente su nombre, porque ya no parecía ella misma. algo raro aun. -Cierto, cierto, lamento mucho mi mala educación- se aclaro la garganta y sonrío enormemente, ya con algo en especifico viniendo a su mente. -Mi nombre es Ink-

-¿Ink?- sonrío ligeramente. -Me agrada- extendió su mano. -Es un placer conocerte, Ink- ella rio.

-Para mi igual, Oswald- estrecharon sus manos, el sonido de alguien golpeando la puerta principal llamándoles la atención. Oswald abrió, enarcando una ceja al ver quienes estaban afuera.

-¿Quien es?- Ink se asomo, mirándolos con curiosidad. -No...puede...ser...- sus ojos abriéndose enormemente al verlos.