05
Se Hun habia vuelto a discutir con su padre, y esta vez no era por su mala decisión acerca de la carrera elegida, sino acerca de lo que fue su gran metedura de pata.
Dejar aquel mundo de trabajos sucios junto a su padre fue algo que decidió antes de terminar la escuela. No era algo tan inhóspito, de hecho, era algo que su padre esperó. En ese momento en que su hijo se plantó frente a él y le dijo claramente que no queria saber nada del asunto, lo aceptó. Pero ahí es cuando empezaron realmente los problemas. Su madre no sabía nada al respecto y se percató de la distante relación que comenzaron a tener padre e hijo. Ninguno de los dos dijo nada en ese entonces, pero ella sin querer rendirse, buscó respuestas por su cuenta. Ahí fue cuando abrió los ojos y terminó por enterarse de lo que estaba mal en su familia.
Kris habia sido compañero de Se Hun por años en la escuela, al igual que lo fue Lu Han, por lo que los conocía a ambos. La mujer decidió buscar las respuestas en quienes eran los amigos de Se Hun. Su primera opción no fue más que un dolor de cabeza; Lu Han decía no saber nada de lo que hablaba, incluso se alejaba de ella cada vez que la veia, como si ésta fuera a hacerle algo. Y, lo cierto, esque la madre de Se Hun empezó a volverse loca con todo el asunto. Llamaba al joven constantemente para saber donde estaba, con quién, cuando volvería a casa... Esas llamadas se volvieron la alarma de Se Hun; sabía que su madre estaba poniéndose pesada y hablar con ella no iba a cambiar nada.
Se Hun dejó pasar unos días, fuera de su casa. Estuvo con Lu Han, quien le ofreció hospedaje sin ningún problema. El chico no tenía que preocuparse porque sus padres lo notaran. Desde que empezó la universidad, ellos le ayudaron a conseguir un piso cerca del lugar. Asi que Lu Han vivian cómodamente en soledad en su pequeño espacio, con la compañía de un gato callejero al que solía alimentar cada vez que lo veía pasar cerca de su ventana. Se Hun le contó lo que había pasado con su padre y madre, pero no entró en detalles. No tenía el valor suficiente como para contar algo tan grave a alguien tan especial como Lu Han, no quería que lo rechazara.
Ese día, Lu Han tenía varias cosas por leer para la universidad, pero con Se Hun a su lado le era imposible concentrarse. Él era un chico aplicado que daba su mayor esfuerzo por lograr grandes objetivos; sus padres creían en él y sus capacidades, y esa era una de las cosas que más agradecia, tener apoyo de sus seres queridos era primordial.
Se Hun apenas llevaba ahí tres días; seguía asintiendo a la universidad, pero cada vez que salía, veía el vehículo de su madre estacionado fuera del lugar, esperando a encontrarlo. Claro que lo que Se Hun hacía en esa ocasión era salir por otro lado, evadiendo ese encuentro. Y lo curioso de todo era que su madre no había ido a preguntar por él o al menos parecía no tener esa intención. Quizás una persona como ella, casada con con alguien con un apellido tan importante y nombrado en cada rincón de la ciudad, le hacía difícil la tarea. Podría llamar la atención y, así terminar divulgando sin querer su gran preocupación.
Era el cuarto día y, definitivamente, ese sería el adecuado para que Se Hun volviera, pero no por propia decisión. Si por el fuera, se habria quedado a vivir ahí. Lu Han entendía que no era una tarea fácil, pero el quedarse ahí tampoco iba a solucionar nada y, además, tenia el presentimiento de que la madre de Se Hun lo sabía.
Cerca de la medianoche, y aun con los platos sobre la mesa, el castaño se levantó del asiento y recogió éstos mientras pensaba cómo dirigirse hacia su amigo. No era adecuado para la situación lanzarle las palabras tan directas; lo que menos quería era que Se Hun malinterpretara sus palabras y creyera que en realidad lo estaba echando, cuando lo que Lu Han pretendía era que fuera lo que sucediera en su familia se arreglara.
—Oye, Se Hun—lo llamó sin alzar mucho la voz, abriendo el grifo del agua caliente para lavar los platos—,debo decirte algo. Respecto a todo esto.
El otro, que mantenía su cabeza sobre su mano mientras miraba desinteresado las aburridas noticias, miró de reojo a Lu Han e hizo un sonido imperceptible con su boca, asintiendo a su llamado.
—Es que...
Sin poder continuar, repentinamente la ventana del balcón se abrió bruscamente sobresaltando a ambos chicos. Se Hun se dirigió hacia allí para ver qué había causado tal cosa. Ni siquiera había viento en esa noche, lo que lo dejó más confundido.
Lu Han parpadeó varias veces, detuvo su tarea dejando que el agua corriera por sus manos y, se fijó en quien había entrado sin invitación alguna a su casa.
—Lo siento, espero no haber roto nada—dijo Jin encorvando su espalda y mirando hacia la ventana en un gesto algo infantil.
—Creo que está bien... —Lu Han inspeccionó desde la distancia los vidrios de la ventana —Hace tiempo no te veía. ¿Está todo bien?
Quien quedó al margen de la conversación ya suponía quién era el visitante inesperado. Se Hun suspiró, sintiéndose aliviado porque no hubiera sido alguno de esos momentos paranormales que solían suceder cada vez que estaba con Lu Han. Cerró la ventana y volvió a sentarse frente al televisor para ver si conseguía encontrar un canal más entretenido que no hablara de la economía del país.
—Sí, hace un tiempo no nos veíamos— reiteró el ángel, acercándose al castaño—.En realidad la respuesta es complicada. Pero lo que necesito es preguntarte algo importante.
Lu Han cerró el grifo, dejó los platos a medio lavar y secó sus manos. Se fijó en la mirada de Jin, tan apacible y dulce como lo recordaba, pero en ella también había algo de preocupación. Suponía que no quería verse inquieto ante su próxima pregunta, además le resultaba curioso el que le planteara una duda, sabiendo que tenía a Nam Joon.
—Soy todo oídos, Jin.
—Es sobre Yoon Gi —le dijo en un tono de voz más bajo—.Ha pasado un largo tiempo desde que Amón desapareció, pero aun así él sigue teniendo alguna que otra pesadilla.
—Entiendo, pero es normal. Tarde o temprano todo eso se irá, sólo es cuestión de tiempo— Lu Han se mantuvo serio y bastante pensativo mientras observaba a Jin asintiendo con su cabeza—¿Nam Joon lo sabe? Creo que él puede ayudarte más que yo, Jin.
—Claro que lo sabe, y comprendemos que Yoon Gi necesite más tiempo. Pero a lo que voy es que hay cosas extrañas en sus sueños. Lo sé porque he intentado meterme en ellos.
Ante esto, los ojos del castaño se abrieron sorprendidos. Había ciertas cosas que su abuela le había contado, incluso él mismo las pudo vivir. No creía que Jin fuera capaz de interferir en sueños ajenos, ni siquiera el considerar hacerlo.
—Jin, nunca debes interferir en los sueños, ni siquiera en las pesadillas. ¿Sabes que puedes alterar los recuerdos y hacer que alguien pierda parte de ellos?
Lu Han parecía molesto al hablar y, la verdad, es que no le gustaba nada escuchar eso. Los sueños eran algo muy delicado, debían tratarse con sumo cuidado y en este caso más, dado que Yoon Gi aun seguía de alguna manera afectado por todo lo que había vivido.
—Lo sé, sólo los he visto, no he alterado nada —contestó Jin firmé y serio—.No quiero dañar los recuerdos de Yoon Gi. Pero a veces me es difícil no querer hacer algo; sus pesadillas son horribles y a veces comienzan a distorsionarse y entonces es cuando dejo de ver lo que sucede, como si supiera que observo. ¿Acaso puede hacer eso mientras está soñando? Ni siquiera Nam Joon lo sabe.
Todo lo que pasaba dentro de la cabeza de Yoon Gi cuando estaba perdido en el mundo de los sueños, empezaba a convertirse en algo que Jin no comprendía. Él estaba muchas veces a su lado sólo para que el chico pudiese dormir sin tener que despertar y creer que seguía en su pesadilla. Jin lo vigilaba, lo cuidaba y se preocupara porque algo estuviera a punto de suceder. Pensar que Amón estaba involucrado una vez más era imposible, aquella criatura se había marchado y nada iba a traerla a la realidad, de eso estaba totalmente seguro.
—No lo creo—contestó Lu Han después de haberlo pensado varios segundos —. Yoon Gi no puede controlar lo que sueña y mucho menos saber que tú los observas.
—Entonces...
—Entonces, ¿alguien más está interfiriendo? —le dijo, confundido y esperando una reacción en el rostro de Jin que le dijera que probablemente esa era la respuesta.
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