Mi mundo de "fantasía"
No sabia donde estaba, todo a su alrededor era completamente negro.
-¿Hola? ¿Hay alguien ahí?- Preguntó al aire, buscando con la mirada alguna señal de luz o por lo menos alguna otra presencia en aquel vacío lugar.
Nunca le gustaron ese tipo de lugares, le aterraba todo espacio que fuera abierto, vacío, silencioso, oscuro y sin ninguna compañia.
Junto toda la valentía que tenía, y empezó a caminar, sus pasos inundaron el lugar volviéndose lo único que escuchaba.
-Liam- La voz de su hermana se escuchó en eco, pero no podía localizar de dónde provenía con exactitud.
-¿¡Tamara?! ¡¿Dónde estás?!- Gritó, mientras corría sin dirección alguna intentando seguir la voz de su hermana.
-¡¡Liam!!- La dulce voz de la niña se volvió a escuchar en un pequeño grito, preocupando aún más al pobre chico, quien solo quería encontrar a su pequeña hermana.
-¡¡TAMARA!!- Grito lo más fuerte que pudo, empezando a correr hacia donde creyó escuchar el grito de su hermana.
No podía ver a donde se dirigía, no lo sabia, pero la adrenalina y el temor era lo único que lo hacia seguir corriendo sin siquiera detenerse a pensar con razón un momento.
/.../
-¡Liam!- Grito Tamara, finalmente despertando a su hermano, quien despertó asustado, exaltado y preocupado.
-¿ah? ¿Que paso?- Pregunto Liam, levantándose desconcertado mientras un fuerte dolor de cabeza lo invadía; Agradecía que ese día no tuviera que abrir la cafetería porque el dolor no lo dejaría hacer bien su trabajo.
-Voy a llegar tarde- Le respondió la pequeña; Liam recordó al instante que ese día le tocaba llevar a Tamara a la escuela al ser uno de los unicos dias de la semana que no trabajaba en la cafetería.
Liam miró el reloj, y si, ya iban unos minutos tarde
Liam se termino de levantar de su cama y fue directo a cambiarse apresurado; visualizo como su hermana salía de su habitación.
Cuando termino bajo por las escaleras y miro como la caja de cereal estaba en la mesa al igual que un plato hondo.
-Tamara que te he dicho de dejar los platos en la mesa?-
- Ya voy- Dijo para agarrar el traste y dejarlo en el lavadero
La niña agarro su mochila y la cargo, después fue directo a la puerta donde ya lo esperaba su hermano quien le dedico una pequeña sonrisa mientras agarraba su mano.
Salieron de la casa, y Liam se encargo de dejarle seguro a la puerta, cuando ya estaban listos, empezaron a caminar, la escuela se encontraba a unas cuantas cuadras, por lo que no tenia necesidad de llevar el auto.
En el camino ambos empezaron una agradable charla, mientras decían uno que otro comentario para molestarse entre ellos, pero siempre terminaban en risas.
Cuando finalmente llegaron a la escuela, Liam se despidió de su hermana mientras miraba como ella entraba con entusiasmo y se acercaba a una niña de cabellos cafés.
Conocía a la pequeña, había llegado algunas veces a hacer tareas con su hermana o a jugar, ambas eran buenas amigas, aunque la castaña era algo tímida, lo contrario de su hermana que era un completo desastre, al igual que el, por algo eran hermanos.
Ahora que haría lo que quedaba del dia? por mas que necesitara descansar de todo el estrés acumulado de días anteriores, no sentía la necesidad de querer ir a su casa, tal vez porque no tenia nada que hacer ni nadie con quien estar, odiaba la soledad, así que lo único que se le ocurrió era ir al parque por un momento.
Despejar su mente de todo siempre lo ayudaba, y en este momento lo necesitaba, quiera o no, siempre que tenia sueños raros o que lo aterraban, terminaba lidiando con ellos mentalmente todo el dia, y sabia que el sueño de la mañana no seria diferente.
Empezó a caminar hacia el parque mientras miraba en el camino a diferentes personas, algunas en parejas, otras solas pero felices, algunas molestas y otras mas en su mundo que en la realidad, en fin cada quien con su vida.
Cuando llego al parque, empezó a recorrer todo el parque mientras que sus pensamientos lo empezaban a invadir, y entre todos ellos, aquella pesadilla de la mañana.
Talves solo haya sido un producto se su imaginación que lo hizo tener aquel terrible sueño, pero no quitaba el hecho de lo tan real que lo sintió, por un momento, sentio que jamas volveria a ver a su hermana si no la encontraba, y aquel lugar oscuro y desolado no ayudaba, odiaba la soledad a pesar de ya estar acostumbrada a ella, nunca le gusto estar realmente solo, algunas veces lo disfrutaba, pues no tenia que lidiar con clientes molestos o con su propia familia, pero, luego de un rato, el ambiente se volvia incomodo y silencioso, asi que, para distraerse, volvía a dónde los demás se encontraban.
-¡Liam!- una voz algo molesta lo saco de la burbuja en la que se encontraba.
Oh, era aquel chico que siempre estaba en el club nocturno.
-¿Alex?- Liam soltó un bufido, no le caía mal aquel chico, solo que a veces era muy molesto.
-¡Hey! ¿Qué tal? ¿Qué haces?- Pregunto Alex, feliz de ver aquel chico en otro lugar que no fuera el club que siempre visitaba.
-Pues, estaba disfrutando de mi caminata, pensando en mis cosas, cuando cierto chico castaño llegó- Le respondió, si bien, el quería sonar molesto, no tenia corazón para enojarse con ese chico que solo queria acercarse a el, aunque, no le gustaba ser rudo con la gente en general -Bueno, que importa, sabes, me hace falta algo de compañía- Admitió,estás últimas palabras alegraron a el otro chico, el cual buscaba justo eso, acompañarlo.
Ambos chicos empezaron a hablar,pues no tenían nada más que hacer.
Increíblemente, cuando Alex estaba en sus 5 sentidos, era muy agradable y social, algo que, de cierta forma, le agrado a Liam.
Ambos se hubieron quedando por muchas horas más si no fuera por que Alex tenía clases.
Ambos se despidieron y Liam regresó a su casa, el también tenía clases, pero estás empezaban en unas horas más, por lo que tenía algo de tiempo para hacer las comida.
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