Montar a caballo era la pasión de sus padres. No eran famosos o conocidos por todos, pero de vez en cuando salían en los noticieros locales, en donde hablaban de sus hazañas como jockeys.

El hipódromo era un lugar conocido por Taehyung y Sohyun, ya que desde muy pequeños estaban acostumbrados a ir en familia para apoyar a sus padres en cada carrera que participaban.

Taehyung amaba a los caballos de una forma indescriptible como para expresarlo en palabras a su corta edad. Sohyun amaba a su papá como cualquier pequeña puede amar a un padre tan bueno como lo era el de ella.

Las carreras eran algo frecuentes, y no era de extrañar ver al pequeño Taehyung llevando de la mano de un lado para otro a Sohyun. A él realmente le gustaba mucho lo divertida que podía ser la pequeña cuando estaban juntos.

Gritar hasta casi quedarse sin voz era su pasión. Ver a sus padres compitiendo los llenaba de un orgullo infinito. Eran sus héroes sin capa; simplemente geniales ante sus ojos. Los llenaba de paz ir corriendo tras ellos y verlos bajar de los caballos cuando la carrera llegaba a su fin.

Pero lamentablemente la paz se puede interrumpir con facilidad, y en el momento más inoportuno.

Ambos tenían ocho años cuando aquella carrera sucedió. Poniendo un final a correr por el hipódromo tomados de la mano.

¿Cuánto tiempo tomaría volver a sentir esa paz cuando sus caminos se habían dividido? Solo el destino lo sabía.