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❝Detalles de la felicidad❞
De regreso a Seúl, la tensión se podía sentir en el aire y no era precisamente por algo malo. Las palabras de Taehyung habían tenido en ellos un efecto que no habían dimensionado del todo. Al principio no pensaron mucho en ello y se fueron a dormir intentando tener la mente lo más despejada posible de pensamientos que pudieran interrumpir en medio de la noche, pero mientras más cerca se encontraban, sus corazones comenzaban a aumentar el ritmo de sus latidos, como si incluso ese órgano por sí mismo ya estuviera anticipando lo que de sus bocas había salido y lo que también podían hacer.
Un beso... Sonaba tan cercano como lejano.
Si había cariño y era recíproco, no tenía porqué haber un problema, aun así... Costaba imaginarlo. O bueno, más bien costaba tener el valor suficiente para hacerlo y no dejar la idea a medio camino, porque para imaginarlo solo bastaba con dejar que la imaginación volara a su antojo.
Ni siquiera había que detallar mucho el momento, con tal de imaginar un pequeño toque, las mariposas en el estómago ya comenzaban a revolotear como locas, provocando cosquillas por todas partes.
—Tus padres fueron muy amables y Yoonyoung es muy simpático, creo que nos llevamos bien y nos logramos entender. Durante la noche me hizo muchas preguntas, pensé que nunca nos dormiríamos de tanto que hablamos.
—Definitivamente le caíste bien. No es así con todas las personas, a veces hasta guarda silencio con quienes no le caen bien, pero contigo agarró confianza enseguida.
Taehyung sonrió enseguida.
—Muchas gracias, So. En serio... fue muy bonito poder haber estado con esa sensación de hogar. No quiero decir que mi familia sea mala, es solo que... el entorno genera sensaciones distintas. Tienes una familia muy bonita.
El departamento estaba tal y como lo habían dejado. Y como habían salido temprano de la casa de los padres de Sohyun, tenían que preparar algo para almorzar. Taehyung se preocupaba mucho de que nunca faltara algo de comer, no importaba si era solo por antojo o una comida como tal, pero siempre que podía, compraba algo. Sohyun agradecía mucho que fuera así, pues tenía que admitir que a veces descuidaba su alimentación por estar estudiando, pero teniendo a alguien tan preocupado a su lado, su alimentación había alcanzado un buen nivel.
Todavía era temprano, así que tomaron asiento en el sofá para descansar un rato, y fue así como el silencio reinó por un par de minutos. ¿Era buen momento para sacar el tema del beso entre los dos?
Taehyung, aunque había intentado disimular, estaba avergonzado por lo que había dicho en la noche estrellada en Busan. Se había dejado llevar por el momento y las emociones que habían tomado fuerza, pero ya no estando cerca del mar y bajo ese precioso cielo, parecía que las olas se habían llevado toda esa valentía que había llegado a tener, o al menos gran parte, porque en el fondo todavía seguía el pensamiento de querer cumplir lo que había dicho.
Sohyun, por otro lado, estaba esperando que el chico a su lado quisiera hablar del tema para que no fuera tan incómodo que ella lo volviera a sacar. Aunque si Taehyung no se atrevía, no le iba a quedar más remedio que nuevamente insistir.
Su corazón se aceleraba mucho pensando en cómo sería el momento, y ya no podía seguir negando lo que sentía. Porque si bien seguía siendo confuso, era un hecho que tenía sentimientos hacia Taehyung. El chico que la había ayudado cuando alguien se había tratado de sobrepasar con ella, y que después la había cagado. Pero si veía el lado bueno, desde ese momento había hecho todo lo posible para remediar su comportamiento más cuestionable. Y, después de todo, en serio se había esforzado mucho para ser mejor.
La mano izquierda de Taehyung estaba descansando sobre su rodilla, y Sohyun aprovechó que la tenía a su alcance para dejar la suya encima. La mano masculina era lo suficiente grande como para cubrirla por completo, pero al menos juguetonamente pudo entrelazar sus dedos. La posición no duró mucho, pues Taehyung dio vuelta su mano para que su palma quedara mirando hacia el cielo y entrelazó sus dedos con los de Sohyun mientras se le escapaba una suave risa.
—¿Te gusta tomarte de las manos?
—Si es contigo, me gusta mucho.
Cuando las orejas de Taehyung se pusieron rojas, casi de forma automática las de Sohyun copiaron su acción. Era divertido coquetear un poco, pero a ratos parecía que ni sus propios corazones podían con ello.
—Así que... ¿Quieres hablar sobre el tema del... beso? Porque para empezar, necesito decirte que al parecer soy más cobarde de lo que pensé.
—No te preocupes. Si por alguna razón no quieres, lo comprendo. De todas formas, supongo que estas cosas se deben dar de manera natural, o a lo mejor la palabra más adecuada es de forma espontánea.
—No beso a alguien desde hace tanto tiempo, que creo que ya olvidé cómo se hacía.
—Estamos igual entonces.
Y otra vez el silencio se apoderó del lugar.
Seguían tomados de la mano, y Taehyung con su pulgar le regaló algunas caricias. ¿Solo eso iban a decir para cerrar el tema? Sohyun pensó en que hubiera sido mejor arriesgarse el día anterior aprovechando todo el ambiente que se había generado. Y, aunque estaba creyendo mucho más en lo que había dicho respecto a que se tenía que dar de forma natural, se preguntó cuánto demoraría en llegar a eso.
¿O acaso podía hacer algo para que se diera? ¿Se volvía a arriesgar?
Taehyung estaba a su lado, de forma tan real y con su tacto suave mientras acariciaba su mano. Miró su pierna y fue subiendo, pasando por su abdomen cubierto por la playera que llevaba hasta llegar a su cuello y, posteriormente se detuvo en sus labios, pero no duró mucho, pues el recorrido siguió hasta que se encontró con su mirada observándola.
—¿Pasa algo? —le preguntó con su característica voz que también era como una caricia.
Esa caricia que quería tener por mucho tiempo más.
—Eres muy lindo. Eso es lo que pasa.
Hizo lo posible por no sentirse avergonzada al decir esas palabras. Quería arriesgarse, quería dar ese paso a como diera lugar. Tomar la iniciativa no era precisamente lo más fácil, pero por Taehyung valía la pena arriesgar un poco, el chico lo valía y lo demostraba con sus buenas acciones y la forma en que cuidaba de ella. No importaba que no fueran novios, o que creyera que era necesario ser alguien mejor, ella ya lo quería tal y como era, y no faltaba que pasara una prueba para demostrarlo. Taehyung era atento, agradable, preocupado y se esforzaba mucho, tal vez no perfecto en el sentido más estricto, pero en el momento... Era perfecto para ella.
—Tú también eres muy linda —acarició su cabello llevándolo hacia atrás. Se sentía bien por escuchar esas palabras, y más si ella era quien las decía—. Le provocas tantas cosas a mi corazón, Sohyun. Cuando estoy a tu lado realmente me siento como un niño pequeño que tiene su primer amor. ¿Cómo es posible que me hagas sentir tan bien? —sus ojos nuevamente fueron a parar hasta ella— He pensado en si esto es normal, quiero decir, no estoy seguro de haber sentido algo así antes, y por lo mismo... Me da un poquito de miedo.
Sohyun lo observó atenta. Su sinceridad era precisamente algo que le gustaba, así que por ello, tomó el valor suficiente para llevar sus manos al rostro de Taehyung mientras se acercaba más, al menos lo que le permitía la posición. Sus ojos eran tan brillantes detrás de sus agraciadas pestañas y algunos mechones de pelos que lograban hacer que se viera más atractivo. Observó con detalle su rostro, sus cejas tupidas, sus ojos profundos, los lunares repartidos por su piel, su nariz tan bonita y finalmente sus labios que, aunque generalmente tenían una mueca algo triste, no tardaron en formar una pequeña sonrisa al tenerla cerca.
—¿Qué te da miedo, Tae?
—No lo sé... Es raro que se sienta tan bonito. No ha pasado demasiado desde que nos volvimos a encontrar. Siento que... puede ser que mi corazón está yendo demasiado rápido. Tampoco quiero que sientas que mis sentimientos son una carga, así que me asusta actuar de una forma que pueda arruinar esto tan lindo que hemos formado.
—No vas a arruinar nada —sus pulgares acariciaron sus mejillas con mucho cuidado—. Así que quiero que sepas que todo entre nosotros está bien. Todavía somos jóvenes, podemos cometer errores y empezar de nuevo. No hay nada malo en eso.
Los ojos de Taehyung comenzaron a brillar con más intensidad.
—De alguna forma, te vuelves más linda cada momento. Eso también es injusto para mi corazón —su mano derecha fue a parar a la suave mejilla ajena—. Si en este instante me pidieras el cielo, te lo daría sin importar lo que cueste.
—No es... No es necesario que me entregues el cielo, pero puedes darme una probadita —acercó su rostro para ir reduciéndose la distancia, ya ni siquiera importó la posición en la que estaban o que sus palabras sonaran muy osadas—. Si no quieres, lo voy a entender... También hay otras formas.
—Si tú quieres, por mí no hay problema —su mano libre se posó en el muslo de Sohyun, e incluso antes de reaccionar para sacarla de ahí, una mano suave y cálida la cubrió con lentitud para que no la apartara—. ¿Lo quieres?
Las palabras sobraron, y solo bastó con hacer un sutil movimiento asintiendo para que Taehyung acortara todavía más la distancia, lo suficiente para que sus narices se rozaran y los ojos de ambos se cerraran. Pareció que no había necesidad de decir algo, sin embargo, Taehyung quería estar seguro de lo que hacían, por lo que aunque unir sus labios era lo más próximo, se separó con cuidado.
—¿Dónde lo quieres? —su voz salió en un susurro que logró hacer que Sohyun sintiera con más fuerza el cúmulo de nervios en su estómago— No tiene que ser en la boca... Así que dime dónde más te gustaría.
Sohyun lo pensó con detenimiento.
Era verdad que no había ninguna regla que dijera que el primer beso tenía que ser exclusivamente en los labios. Y además, las cosas entre ellos de por sí ya surgían en circunstancias únicas, por lo que el primer beso que se daban también podía ser especial sin importar dónde fuera. Y eso aplicaba tanto a partes del cuerpo como al lugar en el que se desarrollara la acción.
—Si no te molesta, me gustaría ser la que dé el primer paso —sus palabras también se deslizaron como un susurro entre sus labios—. Y creo... que te podría gustar un beso aquí —la mano que estaba en su rostro se deslizó hasta llegar a su cuello.
—No... n-no me molestaría —a través del movimiento de su garganta se pudo notar que se había puesto inquieto—. Puedes hacerlo cuando quieras —cerró sus ojos, centrándose más allá de lo que estaba sintiendo—, y toma el tiempo que necesites.
Tal vez tomar algo de tiempo no habría estado mal, pero Sohyun estaba ansiosa por sentir algo más. Con ayuda de sus manos, se apoyó para no perder el equilibrio e inclinando su cabeza, se volvió a acercar hasta que sus labios depositaron un beso que enterneció a Taehyung, quien tenía una enorme sonrisa decorando su rostro. Sohyun no lo notó del todo, pues no tardó en volver a dejar otro beso, esta vez con mucha más seguridad que el anterior. Tae acarició su cabello con cuidado mientras una suave risa surgió desde su garganta.
—Me da cosquillas. No es que me esté burlando de ti.
Sohyun se alejó haciendo un puchero, el cual claramente fue directo al corazón de Taehyung, quien ya sin poder aguantar más, tomó su rostro con la mano que había estado en su cabello y dejó un corto beso en una de sus mejillas, en su frentre, su nariz y, finalmente, en la palma de su mano aprovechando que había acunado su rostro. Sus corazones estaban latiendo como locos y sus respiraciones no se quedaron atrás.
Al parecer, aunque su sesión de besos no era del todo intensa, bastaba con un simple roce de labios y piel para que el ambiente se transformara por completo.
—Tae...
—¿Si?
—Muchas gracias por aparecer en mi vida otra vez.
—No es nada. Soy yo quien debería estar más agradecido.
Y aunque sellar el momento con un beso en los labios hubiera sido perfecto, ambos simplemente se miraron para luego darse un fuerte abrazo. Sí, definitivamente estaba bien que las cosas estuvieran fluyendo de esa forma. Paso tras paso iban avanzando, a veces más rápido y otras veces más lento, pero lo importante era que estaban juntos y eso los hacía sentir bien.
Sohyun apoyó su cabeza en el reconfortante pecho que escondía un corazón acelerado, y permanecieron así hasta que fue la hora de moverse para preparar algo de comer.
Ya estaba de más decir que su rutina de ayudarse en los quehaceres nuevamente se repitió. Sonrisas inundaron la cocina mientras cada uno se dedicaba a hacer una tarea, y no faltaron suaves roces de manos de vez en cuando. Vivir de esa forma no estaba para nada mal, y como había dicho Sohyun, todavía eran lo suficiente jóvenes como para cometer errores y luego empezar de nuevo. Aunque en ese instante pareció que más bien algo estaba empezando para solo seguir.
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Publicado: 02/01/2025
Primera publicación de este añooo
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