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❝Sabiduría en palabras simples❞

—Mamá, no es necesario que llames cada vez que uno de mis hermanos está de cumpleaños. Ya lo sé y le voy a felicitar y le enviaré algo cuando pueda.

—Perdón, pensé que lo habrías olvidado entre todo lo que haces...

—No voy a olvidar algo tan importante, ¿sí? Mis hermanos son una prioridad en mi vida. Nunca olvidaré una fecha importante para ellos.

Si no fuese porque le había llamado en el trabajo hubiese sido más duro, pero alguien podía pasar y escuchar su tono de voz, dejando así una mala impresión en esa persona. Hace un par de semanas no le hubiese importado nada de eso, pero estaba trabajando en eso de ser más amable y seguramente hasta con su madre debía ser comprensivo.

—Está bien, lo comprendo —hizo una pausa. Tae guardó silencio esperando a que continuara hablando—. ¿Crees que sea posible venir a visitar a tu hermano? No te ve hace mucho y, aunque no lo diga en voz alta, estoy segura de que te extraña. Sé que no me quieres ver, pero ven a ver a tu hermano, por favor.

Su corazón se sintió pesado al escuchar sobre su hermano menor. En realidad no tenía nada malo contra él, era el más pequeño de los hermanos y no había sido nunca culpable de nada. Cuando su padre murió era todavía muy pequeño y a veces se sorprendía de que le considerara un ejemplo cuando nunca había estado presente como una figura de hermano mayor. Su comunicación recién había empezado cuando el menor había cumplido los diez, siendo esa la edad en donde había conseguido su primer teléfono, para ese entonces Tae ya tenía dieciséis y era un chico rebelde, así que gracias a eso la comunicación tampoco había sido muy fluida.

Ahora su hermano ya tenía diecisiete y había crecido sin alguna figura masculina. Que si bien no estaba mal, le parecía que no era lo más adecuado. Tal vez no tenía a su padre ya, pero él aún estaba ahí y le parecía una situación casi despreciable el no haberse criado juntos, como correspondía. La rabia le invadía al pensar en ello. Al final siempre se sentiría dolido por aquella situación tan desafortunada.

—Estoy ocupado. No creo que... Sea posible —mordió su labio inferior reteniendo el dolor que le invadía. Nunca se sentía preparado para volver a ver a su madre a la cara, pero sabía que también les causaba daño a sus hermanos al actuar de esa forma.

—Bien. No voy a insistir más sobre ello. Solo... Procura estar en contacto con tu hermano. Ya no es un niño pequeño y creo que necesita más de ti que de tu hermana o de mí —su voz claramente se apagó en emoción. Un vacío se instaló en su pecho. No quería sentirse así, pero era inevitable—. Te quiero, hijo. Cuídate —y colgó.

Probablemente ya se había acostumbrado a nunca recibir una respuesta de su parte, era algo de esperar de todas formas. Guardó el aparato en uno de sus bolsillos, haciendo un gran esfuerzo para que su ánimo no se viera afectado por aquella llamada. Hablar con ella cada vez era más duro. Tal vez si hubiese tenido nuevamente siete años no hubiese dudado en correr a los brazos de su madre y decirle cuánto la amaba, pero las cosas no eran así, y lo que sentía hacia ella era algo que ni siquiera él tenía claro.

Hablar en el trabajo no estaba del todo prohibido, pero deseaba que hubiese sido así, por lo menos de esa forma se ahorraría el amargo sabor de intercambiar palabras con quien le había llevado en su vientre.

Liberó un poco de tensión moviendo su cuello hacia los lados y elevando los hombros de forma pausada. Lo único que quería era ser feliz, aunque puede que haya sido egoísta de su parte solo pensar en él todo ese tiempo. Tenía hermanos y también personas cercanas, pero por un momento solo quería centrarse en él y dejar de pensar en el resto. Que trabajar, que tener que soportar el peso de la angustia de no saber qué hacer... Muchas veces pensaba en dejar todo y simplemente irse a un lugar en donde nadie le conociera y hacer algo que le gustase sin necesidad de estar amarrado a algo o alguien. Pero en momentos así la realidad le golpeaba y se daba cuenta de que todavía había personas que dependían de él, como lo era su hermano menor.

Pateó una piedrecilla del camino por el cual iba. En verdad su turno ya estaba por terminar y hablar con su madre le dejaba incluso más cansado que todas las tareas que realizaba en su jornada laboral. Esperaba que Jimin hubiera hecho la comida porque era su turno, aunque si no, no le importaba mucho, solo pasaría directo a su habitación para dormir un rato. Físicamente estaba bien, pero la cabeza le estaba matando.

—Disculpa —una voz le detuvo. Era el chico nuevo—. Se te cayó esto —dirigió su vista hacia la mano del joven, viendo que era un trozo de tela que pertenecía a uno de los uniformes de su padre. Estaba tan acostumbrado a llevarlo consigo que a veces hasta lo olvidaba.

—Gracias, Hoseok —tomó el pedazo de género y lo guardó con cuidado.

—No quiero ser entrometido, pero parece que tienes la mente muy en la Luna —le sonrió dulcemente—. Me recordaste a mi hijo.

Taehyung no conocía mucho al tipo (solo llevaba una semana trabajando ahí), pero podía asegurar que no era mucho mayor que él. Sus ojos se abrieron un poco en sorpresa gracias a lo que había escuchado, intentó disimularlo para no llegar a parecer un maleducado, pero no estaba seguro de haberlo logrado del todo. De todas formas le pareció muy curioso enterarse de aquello.

—¿Tienes un hijo? —preguntó con duda. Intentando medir sus palabras para no ser muy brusco.

—Sí —le respondió orgulloso—. Ya sé que puede ser un poco sorpresivo. Solo tengo veintitrés, pero el destino así quiso las cosas. Mira, este es mi pequeño —le extendió su celular mostrando una foto de un pequeño bastante similar a la figura que tenía frente a él—. ¿No es lindo?

—Vaya, se parece muchísimo a ti —solo pudo soltar. Aún estaba en shock por saber que era un padre joven.

—¡Claro, si soy su padre! —otra vez una gran sonrisa— Se llama Koichi, su madre quería llamarlo Raito, pero ninguno podía pronunciar bien la R, además Koichi suena más lindo con mi apellido. ¡Y lo mejor de todo! Significa: la primera luz. Nombre perfecto para un Sol como él.

Hoseok hablaba mucho, pero le agradó su forma de hablar sobre su hijo. Incluso llegó a sentir ternura por el pequeño que tenía un padre que hablaba tan orgulloso de él. Caminaron por los senderos que llevaban hasta la salida del recinto, con el chico nuevo hablando de su hijo hasta por los poros. A Taehyung se le escapó media sonrisa de vez en cuando ante aquel hombre feliz a su lado, de seguro era difícil no hacerlo con toda la alegría que transmitía

A unos cuantos metros de la entrada del lugar se pudo ver a una muchacha cargando a un bebé, que obviamente era el hijo del sujeto a su lado. Los ojos de Hoseok brillaban y seguramente los del bebé también, aun estando un poco lejos se notaba que miraba con total adoración a su padre. Algo en la panza de Tae se removió gracias a tanta ternura, sin duda el sueño de querer ser padre fue latente al ver como la conexión entre padre e hijo podía ser tan fuerte. Tan mágica.

—¿Es ella tu pareja o la mamá de tu hijo? —empleó el término que utilizó Sohyun anteriormente, aunque tal vez no era efectivo para todos.

Los ojos de Hoseok parecieron perder un poco de brillo, pero lo compensó sonriendo en grande.

—No, es su cuidadora. Yo no tengo pareja y la mamá de Koichi falleció cuando él era muy chiquito —Tae se quiso dar un puñetazo ahí mismo por haber preguntado. Su expresión fue tal que Hoseok le miró divertido—. No te preocupes, mi bebé no ha sufrido por ello y yo soy lo suficiente fuerte por ambos.

—Yo... lo lamento, en serio.

—Hey, no lo hagas. Cada uno tiene su tiempo en esta tierra, solo fue su momento de partir. Puede ser duro, pero es algo con lo que hay que vivir, al final todos vamos para allá. Lo más importante es disfrutar el tiempo con los que quieres —no eran amigos ni nada, pero el gesto de confianza de poner su mano sobre su hombro no se sintió incómodo.

No respondió con palabras, sin embargo, asintió procesando lo que había escuchado. Eran palabras sabias aunque vinieran de un joven chico.

Siguió dándole vueltas al asunto incluso viendo cómo el sujeto tomaba en brazos a su bebé y la chica se disculpaba, aparentemente, por haber llevado al pequeño hasta el lugar. Su compañero de trabajo no se vio molesto e incluso sonrió más dulcemente al estar con su hijo.

Aunque podía sonar un poco envidioso, él quería esa felicidad. Ver solo a una persona y sentir que nada más importaba, ni el dolor ni el esfuerzo para alcanzarlo, se escuchaba como un gran sueño. Hoseok emitía una vibra positiva que era contagiosa, y ni el hecho de saber que había pasado por malos momentos le opacaba. Puede que tener un hijo no fuese la única solución para llegar a esa idealización, pero para su gusto no sonaba nada mal. Podía no tener su vida resuelta y cada día ser un caos constante que se repetía sin parar hasta llevarlo a un horrible ciclo, podía llegar incluso a un punto en que la sensación de estar perdido estuviese por acabar con él, pero esperaba alcanzar un equilibrio o balance que le permitiera tener a alguien que le brindara la estabilidad suficiente como para atreverse a tener una familia, por muy difícil que fuera.

Se subió al auto con ello en mente, conduciendo por la carretera pausadamente, tomando el tiempo necesario para que sus pensamientos no se sintieran tan pesados o confusos como para poder cometer algún error. El chico nuevo del trabajo le había dejado pensando bastante y por una vez en su vida sintió que pensar no tenía por qué doler. Las ideas fluyeron por su cabeza navegando entre la incertidumbre y la incredulidad, pensar en que alguien había perdido a un padre tan pequeño le parecía inquietante, pero a la vez le hacía cuestionarse muchas cosas. Si Hoseok podía seguir adelante con su hijo a pesar de las adversidades, tal vez al final la vida no era tan mala.

"Cada uno tiene su tiempo en esta tierra, solo fue su momento de partir", ¿habría sido así en el caso de su padre? ¿El tiempo que pasaron juntos había sido suficiente? El recuerdo de la frase escuchada solo se repetía en sus pensamientos. "Lo más importante es disfrutar el tiempo con los que quieres", ¿a quién quería? ¿Quién le quería? ¿Cuánto era el tiempo indicado? Entre pregunta y pregunta terminó viéndose en medio del estacionamiento del edificio en el que vivía. Se quedó dándole vueltas al asunto, pero después de un rato tuvo que volver a la realidad.

Tenía que hablar con su hermano, desearle lo mejor e intentar ser lo más sincero posible. Podía costar y ser difícil, pero al menos tenía que intentarlo. Mandar un regalo como todos los años era opción, sin embargo, ya era tiempo de intentar poner un poco de orden con respecto a las personas que le rodeaban y que de alguna forma quería.

Y así lo hizo.

No fue la charla más larga que habían tenido, tampoco la más profunda y sentimental, pero por lo menos cada uno pudo decir una parte de cómo se sentía. Su hermano se había escuchado un poco triste, no obstante, terminaron acordando que Taehyung le iría a visitar apenas tuviera tiempo, siendo el único regalo su persona. No es como si fuera lo mejor del universo, e incluso así, su hermano se escuchó feliz por la noticia.

Jimin no se encontraba en casa, pero gracias a la charla con su hermanito, su dolor de cabeza había disminuido un poco. Seguramente la molestia en su mayoría era gracias al estrés que tenía acumulado. Un masaje le hubiese sentado genial, pero dárselo él mismo no tenía gracia. Tal y como dijo pasó directamente a su habitación, no quería cocinar nada y ni siquiera pedir comida a domicilio sonaba tentador. Se tomó una aspirina esperando que así el dolor desapareciera por completo y se fue a dormir un rato, descansando todo lo que su cuerpo le pedía, antes dándose una ducha rápida para eliminar el sudor y la suciedad del día.

***

Cuando despertó lo primero que hizo fue ver directamente la hora en su celular. Eran ya pasadas las nueve de la noche y todavía no había rastro alguno de Jimin, el departamento estaba en total silencio y la oscuridad sólo se contrastaba con la luz proveniente del exterior. Caminó todavía adormilado por el pasillo hasta llegar a la sala, para ahí tomar asiento en el sofá y solo dedicarse a ver el ventanal que tenía frente a él.

Sonrió al recordar que ya hace una semana Sohyun había estado ahí. Había sido una grata experiencia, tristemente no la había vuelto a ver desde esa oportunidad. Se habían mensajeado y hecho las preguntas que correspondían todos los días sin excepción, pero por lo visto la chica estaba ocupada, y él no era quién para exigir atención cuando la otra parte no podía. Eso de ser egoísta era difícil cuando no tenía con quien serlo.

Encendió la pantalla de su celular, dirigiéndose a la app de mensajería, dudando en si mandarle un mensaje o no. Aquel día aún no se habían mandado un mensaje y si Sohyun estaba ocupada para escribirle, al menos él podía intentar lograr que le respondiera. No perdía nada, en todo caso.

«Hola, ¿cómo estás?». Se sintió un poco nervioso al ver que, ya pasado cinco minutos, todavía no había respuesta. Era impaciente, un poco, pero tenía sus razones.

Su estómago exigió comida y, muy a su pesar, se tuvo que levantar para prepararse algo de comer. Ni siquiera se tomó la molestia de encender la luz de la sala, simplemente tomó su celular y se fue a la cocina con el aparato en mano, aunque posteriormente lo dejó de lado para centrarse en lo que tenía que hacer. Si Sohyun le llegase a escribir sería algo bueno, pero si no era así tampoco se quería decepcionar. Mientras más pensaba en ello le era difícil saber si había utilizado la cantidad exacta de alimentos, siendo así que quedó un poco para Jimin o para su comida del día siguiente.

Al contar la cocina con un divisor de ambientes optó por solo comer ahí. Caminar de regreso a la sala-comedor para tomar asiento en una mesa vacía y sin iluminación le parecía inmensamente patético, además de un gasto innecesario de energía. Podía comer ahí sin problemas, no había necesidad alguna de formar problemas por cosas tan insignificantes. Menos por un hogar vacío.

Estaba llevando un poco de comida a su boca cuando su celular vibró. Intentó hacerse el difícil y esperar un rato, ya que existía la posibilidad de que fuese un mensaje de Sohyun y no quería quedar como un tonto que esperaba ansioso un mensaje de su parte. Pero la vida era arriesgarse para después reflexionar, ¿no? Si no leía el mensaje era posible que la chica no insistiera y solo siguiera haciendo sus cosas. Nuevamente se lo repitió, quería ser egoísta, aunque solo fuese robándole cinco minutos de su tiempo.

«Holi. Estoy bien, aunque un poco cansada», decía el primer mensaje. «Recién salí de la biblioteca. Estuve leyendo hasta casi quedarme dormida. Es una suerte que un amigo me haya esperado para llevarme a casa (>.<)9». Sintió un poco feo en su interior al saber que la chica recién terminaba de estudiar cuando él se la había pasado durmiendo la última hora, pero lo ignoró intentando ser positivo.

«Me alegra saber que estás bien. Si estás cansada deberías descansar un poco», tecleó rápidamente. «¿Ya estás yendo a casa entonces?», no quería ser chismoso ni nada parecido, simplemente tenía curiosidad. Hace tres días que se habían preguntado mutuamente alguna incomodidad y la chica había respondido que ir en transporte público o con alguien que no conocía le producía cierta desconfianza desde hace un tiempo.

La respuesta tardó un poco, pero finalmente llegó... Adjunta con la foto de un chico manejando. «Sep. Él es Yoongi, mi conductor el día de hoy. No quería que le sacara una foto, pero quería que le conocieras un poquito».

«Vaya, así que él es el famoso Min Yoongi, o sea a quien querías llamar cuando terminé respondiendo yo». Sohyun le respondió con un emoji riendo y él continuó tecleando. «Envíale saludos de mi parte. Y dile que en verdad me gustó su manera de tomar el volante, se ve cool». No mentía, el tipo realmente se veía genial tras el manubrio. No quería verlo mucho, pero terminó fijándose hasta en los lentes que llevaba, sin dejar de lado el lindo reloj que decoraba su muñeca derecha.

«Te envía saludos de vuelta», le respondió y tras ello le mandó un emoji sonriendo. «¿Cómo estás tú? Casi se me olvida preguntarte» agregó, sin darle oportunidad de decir algo más. Lo pensó un poco, pero terminó sincerándose. «Bueno, creo que me voy a enfermar, así que mucho ánimo no tengo» escribió. «Jimin no está en casa y no da señales de vida. Después de comer creo que iré directo a la cama».

«Ese chico... Espero que no haya desaparecido otra vez, si es así me veré obligada a buscarlo yo misma. Nadie se escapa de las manos de Lee Sohyun». Aquel mensaje le dio risa, pero al momento de enviar un emoji con esa acción su rostro ya estaba serio.

«Puede que haya salido con amigos. Aunque no me quedaré despierto para saberlo», su buen humor decayó un poco. Al parecer todos estaban con algún amigo y él estaba completamente solo. Se sintió un poquito miserable, pero intentó pensar en Hoseok y su hijo, que eran unos soles andantes.

«¿Estuvo muy agotador el trabajo? Si te sientes muy mal deberías ir al hospital. Te puedo acompañar si es necesario». Esa chica y sus ocurrencias, estaba claro que estaba muy ocupada como para hacerlo, pero le alegró un poco su disposición.

«No te preocupes. Todo está bien hasta el momento, pero gracias por tu amabilidad, sé que debes estar ocupada». A pesar de haber dormido un poco todavía estaba cansado, sin embargo, quería seguir leyendo mensajes de parte de Sohyun.

«No importa, para eso estamos los amigos, Tae. Deberías ir a descansar, y si mañana no te sientes mejor, te puedo ir a ver. Mi semana ha sido pesada, pero por suerte mañana dieron libre en la tarde. No te acomplejes, en serio puedo ir si quieres». Taehyung no quería ilusionarse, pero si le trataba así de bonito incluso deseaba enfermarse solo para poder verle.

«Está bien... Ahora, ¿pregunta diaria para ir a descansar?». Sohyun mandó un emoji de un pulgar arriba y esa fue la respuesta suficiente para comenzar a teclear. «¿Te gustan los niños?», estaba nervioso por la respuesta y ni él sabía la razón.

«Sí, por lo menos mientras sean pequeños y tranquilos. Cuando crecen pueden llegar a ser un poquito insoportables (como mi hermanito). ¿Qué piensas tú?».

«Me gustan los niños. Si son ruidosos o no, es lo de menos para mí. Quiero tener hijos en un futuro, así que puedo esperar cualquier cosa». ¿Había sido muy sincero? Bueno, ya lo había mandado, no había nada que hacer.

«Si estamos en esa onda aprovecho para preguntar: ¿Crees en el matrimonio?».

«Sí», ni siquiera lo tuvo que pensar. Aquello lo tenía muy claro. «Mis abuelos llevan muchos años juntos y son mi ejemplo a seguir. Pienso que si eliges a la persona indicada contraer matrimonio es una de las cosas que sella ese amor... ¿Tú qué opinas?».

«No creo mucho. Mis padres se casaron cuando era pequeña y después se divorciaron... Al final ahora están juntos de nuevo, pero no creo que el matrimonio te asegure algo como amor, puede que unión, pero para mí lo más importante es el sentimiento. Aunque... no estoy cerrada a la idea de casarme en el futuro».

Puede que sus opiniones fuesen diferentes, pero Tae se sintió feliz por saber la opinión de la chica. Al final realmente la estaba conociendo de a poco y con acciones tan simples y complejas a la vez, como lo era hacerse preguntas mutuamente y dar su opinión más sincera. Con ello en mente se fue a dormir, después de haber ordenado y terminado su charla con Sohyun. La quería ver y también que Jimin llegara para poder abrazarlo mientras dormía, aunque lo último no pasó.

El lado bueno fue que los mensajes de su amiga (todavía se estaba acostumbrando, pero ya le llamaba así) fueron de ayuda para que ya no se sintiera tan patético, y llegando al punto de ser lo suficiente reconfortantes para que durmiera tranquilo incluso si no había abrazado a nadie. Puede que su mejor amigo no estuviera, pero al final del día no estaba tan solo...

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Publicación: 06/11/2020

4k de palabras. Después arreglaré los errores que pueden haber quedado. Hoy solo quería actualizar uwu.

Mucho cariño para todos y se me cuidan, eh <3

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Fecha de publicación tras edición: 15/08/21

Me tardé un poquito más de lo habitual, pero estoy pensando en actualizar todos los domingos uwu

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Fecha de publicación tras edición: 13/08/24

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