05
❝Una elección❞
—¡¿Qué?!
—Pues eso... Por suerte no pasó a una situación peor y estoy aquí, sana y salva.
—¿Cómo lo cuentas así, mujer? —Namjoon estaba alterado, mientras su novia se mantuvo reflexiva— Si hubiésemos sabido que ibas a salir, no habríamos apagado los teléfonos. ¿Estás segura de que estás bien? ¿Nadie, absolutamente nadie, te hizo algo?
—No es su culpa. Estaban ocupados con sus asuntos y yo casi ni salgo, tampoco llamé —revolvió un poco la sopa frente a ella, todavía sin tener todo claro—. Llamé a alguien para que me fuera a buscar y esa persona me ayudó.
—No fue Yoongi, ¿verdad? —Iseu,l tras unos segundos, por fin se integró a la charla—. Llamó temprano preguntando si sabíamos algo de ti porque no respondías los mensajes, y ahora que lo mencionas, todas esas llamadas perdidas que nos hiciste tienen mucho sentido.
Sohyun sintió un nudo en su estómago al escuchar aquello. No había tenido la cabeza para responder a los mensajes, con suerte había ido hasta donde Iseul y Namjoon, pero solo en búsqueda de alguien que le brindara apoyo y confianza.
Namjoon miró a ambas chicas, uniendo cables al escuchar lo que había dicho cada una. Le preocupaba la situación de Sohyun, pero también sentía curiosidad por saber la respuesta de su amiga a la pregunta que había hecho su novia.
—Le iba a llamar a él, pero me equivoqué de número y llamé a alguien más —comenzó su aclaración—. Estaba llorando así que no me fijé bien en el nombre del contacto. Me di cuenta cuando ya había respondido. Estaba mal, solo quería que alguien me sacara de allí y no caí en cuenta al principio.
—¿Quién contestó? —preguntó Namjoon con curiosidad.
—El chico con el cual me encontré el día martes —Sohyun buscó la mirada de Iseul, intentando hallar un poco de molestia, pero no había nada así—. Entre tanta confusión creí que había hecho bien o al menos no tan mal, pero cuando desperté y le oí discutir con su mejor amigo, supe que todo estaba mal.
—Espera, ¿te llevó a su casa viendo en el estado que estabas? Si le veo, juro que no saldrá ileso. Eso no se hace...¿Acaso no conoce el respeto y la confianza? —Namjoon era muy precipitado cuando quería, pero en el fondo era alguien muy reflexivo.
—Yo se lo pedí. No quería estar sola y prácticamente lo acorralé para que resultara así —de forma inconsciente abultó su labio inferior—. Estoy agradecida de que me haya ayudado con ese asqueroso superior, pero ya no estoy segura de si quiero seguir intentando ser su amiga. Escuché... algunas cosas que no debía y no creo poder hablar con él como si nada hubiese pasado. Además, su mejor amigo parece que no quiere verme ni cerca de él, y Taehyung a su lado, se deja influenciar —hizo una pausa viendo a sus dos amigos—. De alguna forma entiendo su actuar, porque se asimila a lo que me dijo Iseul, pero la forma en la que lo dijo me pareció tan grosera. Ninguno se preocupó realmente porque estuviera ahí y discutieron nombrándome como si no pudiera escuchar. Fue tan incómodo.
Sus ojos brillaron producto de las lágrimas acumuladas. No estaba triste, solo se sentía tonta por todo lo que estaba contando. Sus amigos eran tan comprensivos y ella había dudado de ellos. Llevó sus manos a su cara limpiando las lágrimas, no quería llorar por algo así, pero sus emociones estaban en su punto máximo como para ignorarlas. Realmente se sentía estúpida y pasada a llevar.
Contrario a lo que pensaba, Iseul se sentó a su lado abrazándola con fuerza como modo de contención. Probablemente si hubiese sido otro día y otra situación habría reprendido a su amiga, pero después de escuchar todo por lo que había pasado, no tenía la intención de hacerlo. Su amiga había pasado por una situación compleja y ella no había estado ahí para ayudarla. El pasado no se podía cambiar, pero se prometió estar siempre cuando ella lo necesitara. Sohyun era una buena chica, a veces un poco ingenua, pero aquello le hacía incluso más especial.
Pensar en ello solo logró hacer que se pusiera a llorar a la par de su amiga. Sohyun era una persona muy importante en su vida, si algo le hubiese sucedido no podría habérselo perdonado. Le abrazó con más fuerza, siendo esta vez rodeada por uno de los brazos de Namjoon, quien se había unido al abrazo dándole apoyo a ambas mujeres. Los tres en serio eran inseparables. Por mucho que estuviesen lejos, siempre iban a pensar en el bien del otro.
—Eres una excelente persona, Sohyun. Nunca dejes que alguien te haga dudar sobre ello —tomó su rostro secando sus lágrimas con sus pulgares—. Nam y yo te queremos mucho. Eres parte de nuestra vida y estoy segura de que siempre lo serás. Gracias a ti es que tengo la amistad más bonita del mundo, y es por eso que estoy agradecida de poder contar contigo en mi vida y de tener el privilegio y la bendición de llamarte mi amiga.
—Eso es verdad —se unió Namjoon—, a pesar de que tal vez seas más cercana con Iseul, yo pienso lo mismo. Eres un rayito de sol que puede iluminar a cualquiera. Si ese tipo no sabe aprovecharlo, es su problema —Sohyun sonrió con sus ojos todavía llorosos—. Mira el lado bueno, si es así, hay más Sohyun para nosotros.
—Gracias, chicos. Sus palabras en serio me han llegado —los tres juntaron sus cabezas cariñosamente, moviéndolas un poco de forma juguetona—. Son mi ancla a tierra, sin ustedes no sé dónde estaría.
—Y tú nuestro rayito. La vida es más bonita gracias a que estás en ella.
Sí, tal vez al final no estaba tan mal confiar en algunas personas. Y aunque no podía pedir que todos fueran como sus amigos, por lo menos ya podía agradecer tenerlos. La historia con Taehyung era otro tema, por el momento se aseguraría de pasar un buen rato junto a los que quería. Además, su cabeza ya tenía mucho en lo que pensar, ser estudiante de medicina gastaba mucho almacenamiento en su mente como para llenarla de preocupaciones y cosas externas.
Sus exámenes finales aún no estaban tan cerca, pero sentía la presión como cuando estaba en ellos. Haber ido a beber no había sido una buena idea y se dijo a sí misma que no lo volvería a hacer en un buen tiempo. Después de estar con sus amigos se iría a su hogar para borrar cualquier rastro de resaca y aprovecharía el tiempo para volver a repasar los apuntes que tenía. Si bien algunas materias sólo eran práctica, tenía que repasar la información con la que se sentía menos preparada, incluso si por el momento iba bien con todo, nunca estaba de más hacer un poquito más de lo que se le pedía.
No todos los profesores eran de su agrado, varios tenían una metodología para enseñar en la que era raro ver a alguien despierto en su clase, pero ella siempre hacía lo mejor por prestar atención y apoyarse con material extra para poder manejarse más claramente en el tema. Si tenía dudas, no iba a dudar en buscar ayuda, pero algunos docentes eran tan prepotentes que siquiera estar cerca era un tanto incómodo.
Las últimas semanas no habían sido tan estresantes, pero ya varias veces se había preguntado si dejar la carrera era una opción. No le iba mal y se podía toda la información que tenía que aprender, pero no le gustaba y le era fácil entrar en crisis en donde solo pensaba en lo que sería de su vida en unos años más. De por sí había ingresado un año después de lo esperado gracias a problemas económicos y familiares, así que no quería hacer que el esfuerzo de sus padres y el de ella se fuera por la borda, pero estar en esa carrera, casi por compromiso, le generaba un estrés gigante. Que no se notara era otro tema.
No es como si sus padres le presionaran, tampoco le habían dicho qué estudiar, pero ella se había impuesto estudiar medicina para alcanzar los estándares que creía tener al ser la mejor de su clase durante varios años seguidos en secundaria y preparatoria (además de primaria, pero esto ya no era tan relevante). Cuando le había contado a sus padres su decisión, se habían puesto tan orgullosos y felices que no tuvo ni el pensamiento de destruir sus ilusiones, incluso si eso significaba dejar atrás lo que realmente le gustaba y hacía feliz; pintar. Cosa que quedó como un pasatiempo y sueño frustrado.
Había días en los cuales se arrepentía, otros en los que sentía que hacía lo correcto y otros en los que se sentía pérdida totalmente. Era un ciclo de nunca acabar, ciertamente. Nunca se lo había comentado a alguien, pero sospechaba que Namjoon lo sabía, ya que de cierta forma eran parecidos en ese sentido (su amigo también había ingresado un año después). Se planteaba en si comentárselo a sus amigos de una vez, pero dejar la carrera significaba quedarse más atrás y lo único que quería era estar cerca de ellos, a la par del resto, no ir quedando en el camino por tomar decisiones tarde.
De igual forma, acalló todos esos pensamientos y se sumergió en las infinitas palabras de los libros, y diapositivas llenas de esquemas que tenía que volver a repasar para tenerlas frescas en su mente.
Esa era su vida, a veces linda y otras veces un desastre. ¿Habría alguna forma de llegar a un equilibrio? ¿O incluso a la paz consigo misma? Se lo preguntó, pero no halló respuesta alguna.
***
Taehyung ya estaba por perder la cuenta de cuántas vueltas había dado a lo largo del corral de los caballos. Tras haber dejado a Sohyun en su hogar, había partido hacia el lugar donde trabajaba, siendo ese día el día que no abrían al público. No era su turno tampoco, pero siempre había un sector desocupado en donde los caballos solo caminaban y pastaban un poco.
El caballo que montaba era relativamente joven y se encargaba de participar en las terapias con los niños. Era veloz, pero ya estaba acostumbrado al trote continuo para que los niños no se asustaran o temieran subirse a uno.
Cuando Tae llegó al lugar, le preguntó al señor Yoo si podía montar y el hombre con una sonrisa jovial le respondió que sí, siempre y cuando se cambiara a una ropa más cómoda. Así que ya estando listo, simplemente escogió con el cual sentía una mayor conexión (tal vez porque se parecía al que su padre ocupaba para sus carreras). El nombre del animal era Hook y era realmente una belleza de ejemplar. Probablemente tenía más fotos del equino que de él mismo.
—¿Quieres un poco de agua? ¿Tomamos un descanso?
De un salto se bajó del caballo y lo guio hasta el bebedero, dejando que bebiera hasta saciarse. Suspiró pensando en lo que había sucedido por la mañana.
—Día difícil, eh.
No se había percatado de la presencia del señor Yoo, si no fuese porque este había hablado. Iba montado en un precioso ejemplar negro y llevaba puesto uno de sus típicos sombreros que le hacían destacar entre todos los trabajadores.
—Mmm... Algo así —no estaba seguro de si era correcto hablar, pero el señor era un hombre con experiencia que transmitía confianza.
—Monta a Hook y sígueme —tomó por las riendas al animal que montaba y le indicó a Taehyung que le siguiera con un movimiento de cabeza.
Dudó un poco en si hacerlo, pero ya en un rato estaba alcanzando al hombre que iba tranquilamente montado sobre su ejemplar predilecto.
—¿Sabes? Yo no tengo hijos, pero si hubiese tenido uno, me hubiese gustado que se pareciera a ti —Taehyung no sabía qué decir al respecto, por lo que se mantuvo callado escuchando lo que se le decía—. Eres un buen chico. Siempre tan esforzado y comprometido. Debo admitir que al principio pensé que serías el típico chico que no puede estar ni cerca de un establo por lo fuerte del olor de los animales. Pero cuando simplemente limpiaste sin quejarte ni una vez, supe que había hecho lo correcto al contratarte.
—Yo me crié rodeado de estos aromas. Estoy acostumbrado a ello...
—Lo sé, pero ni siquiera así cualquiera soportaría limpiar los desechos de varios caballos. Yo también estoy acostumbrado, pero hay días en los que me planteo por qué crío tantos —dio una suave risa para luego acariciar a Black, el caballo que montaba—. La juventud de hoy en día pareciera que le tiene cierto asco a estar en contacto con la naturaleza. Cuando en mis tiempos estar lleno de tierra significaba ser alguien de esfuerzo.
—Tiene razón, señor Yoo. Pero los tiempos cambian y las personas buscan otros ideales. Tener un buen trabajo de oficina deja a un lado otras profesiones.
Un caballo a lo lejos relinchó y Hook le respondió juguetonamente. Movió sus patas como queriendo salir corriendo, pero Taehyung le tranquilizó, logrando que el animal siguiera a la par de su compañero.
—No sé qué será lo que te aqueja, tampoco me voy a meter en donde no me corresponde. Pero la vida es linda, Taehyung. Hay experiencias tanto buenas como malas, y hay que saber afrontar todo. Realmente no tengo ni la menor idea de cuánto tiempo viviré, pero no me arrepiento de nada. He disfrutado a mi manera y he sido feliz. ¿Tú eres feliz?
Taehyung lo pensó con detenimiento, porque en verdad era una pregunta más compleja de lo que creía. Ser feliz... ¿Qué era la felicidad para empezar?
—No lo sé... Es algo complicado.
—¿Por qué? ¿Quién no te deja ser feliz? ¿Qué te lo impide?
No era un examen de esos que te dejan sin neuronas, pero Tae se sintió regresar en el tiempo, como si estuviera realizando uno. Aunque esta vez no tardó mucho en hallar la respuesta, decirlo en voz alta ya era otra cosa.
—No tienes que decírmelo a mí, pero si ya sabes la respuesta, está bien. Lo importante es que tú lo sepas, a mí se me puede olvidar, pero tú debes tenerlo presente. Eres joven y tienes toda una vida por delante. No dejes que nada obstaculice tu felicidad, eres dueño de tus decisiones, ¿si?
—Sí —nuevamente acarició a Hook buscando esta vez un poco de paz—. Lamento no decir que me gustaría un padre como usted, pero ese puesto no creo poder llenarlo nunca con nadie que no sea mi papá.
—No te preocupes —le alentó con una sincera sonrisa—. Tu padre era un hombre genial. No creo que sea posible reemplazarlo como padre. Él realmente te amaba y nunca dejaba de hablar de ti, tal vez porque tus hermanos aún eran muy pequeños para entender sobre caballos. Aunque, bueno, cualquiera estaría orgulloso de tener un hijo que lo va a apoyar cada fin de semana. Entre corredores nos preguntábamos cuándo hacías tu tarea, porque llegabas temprano junto a tu padre para el entrenamiento y después te ibas tras la celebración del ganador.
Taehyung sintió nostalgia recordando todos esos momentos. En su cabeza siempre acechaban recuerdos tristes y difíciles de recordar, así que pensar en buenos momentos era algo extraño. Tantos detalles que dejaba pasar, solo pestañeos en donde la sonrisa de su padre iluminaba su mente. Una sensación extraña se incrustó en su pecho, y por un momento deseó poder sentir esa felicidad que le llenaba el corazón cuando era pequeño.
—¿Usted cree que es posible hallar la felicidad?
El señor Yoo le miró con una pequeña sonrisa. Podía ya ser un tipo grande, pero en el fondo sabía que solo había un chico asustado que buscaba respuestas a todo eso que no le dejaba estar tranquilo.
—Sí. No te puedo asegurar que es un camino fácil, pero no hay duda alguna en que se puede hallar. Algunos necesitan más tiempo que otros, claro, pero no es algo imposible.
—Quiero ser muy feliz —confesó finalmente—, pero tengo miedo de no poder serlo. A veces pienso que la solución está en dejar el pasado atrás, en solo buscar nuevos rumbos y olvidar todo. Me fui de casa de mis abuelos y trabajo para darle un futuro a mis hermanos, pero siento que nada es suficiente... También me gustaría tener una vida más común, hacer amigos, estudiar, ser simplemente un joven más del montón.
Nunca había hablado con alguien respecto a eso, ni siquiera con Jimin, quien era su mejor amigo. No es como si en sus planes hubiese estado decírselo al señor Yoo, pero no hacía falta una gran confianza, lo único que quería era poder liberarse de ese peso, el cual le acongojaba continuamente.
—Ser alguien más del montón no te asegura ser feliz, pero si quieres estudiar o hacer amigos, tal vez sólo deberías intentarlo. Yo ya no sé mucho de esas cosas y a mi edad creo ya tener algunos límites, aun así, todos podemos hacer lo que queramos si nos lo proponemos y trabajamos para lograrlo.
—¿Y qué se hace con los obstáculos?
—Pues... ¡Se superan! Igual que en la equitación. Hay algunos que creen que saltar una valla es imposible para un viejo como yo, pero los dejo con la boca abierta cuando salto con Black.
Tae arqueó sus cejas, totalmente sorprendido por aquella confesión. No dudaba de las capacidades del señor, sin embargo, no recordaba haberle visto hacerlo. Si bien cuando pequeño le tuvo que ver alguna vez correr, nunca había presenciado que saltara alguna valla.
—¿En serio?
—¡Claro! Black y yo somos un dúo espectacular.
Sin decir más, le indicó al caballo que comenzara a galopar, dejando a Taehyung en shock viendo que se dirigía a un cerco. Tal vez no era muy alto comparado con las vallas que saltaban algunos caballos, pero no por eso dejó de ser impresionante. El caballo fue tomando velocidad hasta que a una distancia prudente tomó el impulso suficiente para pasar por sobre el cerco. La expresión de Tae fue de total asombro cuando vio al caballo prácticamente en el aire, imponente junto a su jinete. A quien, por cierto, se le voló su sombrero en el camino.
No pasó mucho para que tomara por las riendas a Hook y le encaminara hasta donde estaba el sombrero caído y luego hasta donde se encontraba su jefe. El hombre mayor le sonrió orgulloso, recibiendo su sombrero como si nada hubiese sucedido. No había sido el mejor salto de toda su vida, pero nuevamente había logrado impresionar a alguien.
—Santo cielo, ni siquiera tiene la vestimenta y los implementos adecuados. Eso fue asombroso, pero no me gustaría quedarme sin jefe.
—Tienes razón —aclaró con una sonrisa nerviosa—. Para la próxima vez recuérdamelo. Y a ti ni se te ocurra hacerlo, estos fueron años de experiencia acumulados. No quiero quedarme sin mi empleado estrella.
Y tras aquel intercambio de palabras se fueron a los establos y Taehyung tuvo que ayudar al señor a bajar del caballo, por precaución obviamente. Charlar con él le había servido de ayuda y probablemente si necesitaba consejos otra vez, recurriría a él. Era como un amigo con mucha experiencia y aquello le hacía sentirse sinceramente tranquilo. Estaba seguro de que no era lo mismo que hablar con alguien de su edad, pero era agradable y no le hacía sentir presionado.
El señor Yoo era genial y no iba a permitir que toda esa experiencia encerrada en el interior de ese hombre se desperdiciara. Él necesitaba respuestas, y puede que no las hallara todas en una sola persona, pero por lo menos le serviría para poder encaminarse un poco. Por algo se empezaba, ya después de a poco iría buscando nuevas vías para responder todas esas dudas que tenía.
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P
ublicación: 22/09/2020
Estoy feliz porque otra vez he vuelto a publicar y no he dejado el suspenso por tanto tiempo. Este ya vendría siendo el quinto capítulo y me alegra ver que las lecturas no se han quedado tan estancadas.
Muchas gracias por continuar aquí. No olviden que siempre pueden comentar y votar (gestos que me harían aún más feliz de lo que ya estoy).
¡Gracias por leer! ♡
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Fecha de publicación tras edición: 16/07/21
Ya cada vez hay más cambios en diálogos y en general. Al comienzo sólo quería hacer una edición en cuanto a ortografía y eso, pero ahora ya quiero ser un poco más seria y cambiar lo que se leía raro o que no me convenció del todo.
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Fecha de publicación:
27/06/24
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