Chào các bạn! Vì nhiều lý do từ nay Truyen2U chính thức đổi tên là Truyen247.Pro. Mong các bạn tiếp tục ủng hộ truy cập tên miền mới này nhé! Mãi yêu... ♥

01

Vueltas inciertas

Eran apenas pasadas las nueve de la mañana cuando Sohyun salió de su primera clase, la siguiente era en una hora más e iba a aprovechar el tiempo libre para ir a una cafetería cercana al campus para desayunar, cosa que no había hecho más temprano por ir un poco atrasada y no alcanzar a preparar algo. Con suerte había tomado un poco de un batido que le había quedado de la noche anterior, pero temiendo que le doliera la panza, lo dejó a medias.

Salió del edificio principal dirigiéndose hacia los escalones que llevaban hasta la calle y acomodó su bolso cuando estuvo por caerse gracias a la rapidez con la que bajó. No tenía mucha prisa en verdad, pero le gustaba bajar rápido cuando se encontraba sola, le hacía sentirse libre y sin obstáculos. Realmente amaba mucho esa sensación por muy pasajera que fuera.

Revisó la hora, al igual que un par de notificaciones de distintas apps, dándose cuenta de que su padre le había respondido al mensaje que le había enviado temprano. Meditó unos segundos en si llamarlo, pero finalmente optó por no hacerlo. A esa hora su papá se encontraba ocupado, no porque ella tuviera espacio disponible significaba que el resto también lo tenía.

Dobló en la cuadra siguiente hasta que en su campo de visión apareció una figura recargada en uno de los autos estacionados a un costado de la calle. Estaba lejos, pero no tanto como para no distinguir algunas facciones del sujeto. Su cabello era medianamente largo, piel un tanto acanelada, mandíbula definida y un porte que le hacía destacar por sobre el promedio. Vestía con ropa casual, pero destacaba como un modelo en una pasarela con las luces apuntando en todo momento. Estaba segura de nunca haberlo visto por el campus en todo el tiempo que llevaba allí, sin embargo, emitía una vibra conocida para ella.

Era un tipo apuesto. Demasiado. O por lo menos para su gusto. Si no era algún modelo de revista, estaba segura de que lo estaba confundiendo con alguno que había visto. ¿En su vida siquiera había conocido a alguien así de guapo? Las personas que conformaban su círculo eran atractivas, pero aquel sujeto parecía estar en un nivel superior.

Titubeó en si acercarse más o no, para al final llegar a la conclusión de que aún era muy temprano como para pasar vergüenza. No era tímida, por lo menos no tanto como cuando pequeña, pero todavía le daba cierta pena hablar con personas con las cuales no tenía algún grado de confianza. Era extraño de pensar tomando en cuenta que cada día tenía que tratar aunque sea con un desconocido, pero una cosa era hablar con alguien que por lo menos ubicaba o que era necesaria aquella interacción, y otra cosa muy distinta era hablarle a una persona cualquiera que se encontrara en la calle, quien sabe esperando qué.

Ya estaba muy cerca cuando se le ocurrió mirar a los ojos al desconocido. No había sido a propósito, sus ojos se habían desviado solos hasta toparse con los de él. Algo en su interior quiso hacer clic, pero ya había sido innecesario abrir su boca para exponer su duda cuando el joven interrumpió sus pensamientos con una agradable voz ronca.

—¿Sohyun? —La sangre se le congeló a ambos cuando sus miradas no se apartaron. Sohyun aguantó la respiración mientras al contrario se le abrieron los ojos en muestra de sorpresa.

¿Aquella chica era con la que jugaba cuando niños? El tiempo había pasado demasiado rápido como para recordarlo del todo, pero algo le decía que así era.

Taehyung tenía una excelente memoria. Muchas veces le había jugado malas pasadas haciéndole recordar cosas que no quería, pero por primera vez en mucho tiempo le había ayudado a recordar algo que no le amargaba el día. Había sido extraño de su parte hablarle de la nada, pero el impulso había sido mayor que la lógica.

—¿Te refieres a mí? —como si no bastara con ser los únicos en aquella calle, se volteó hacia los lados encontrándose solo con el vacío. Está bien, no era del todo así, pero las personas estaban muy lejos como para escuchar el nivel de volumen que había empleado el extraño, que ya no era tan extraño.

Si sabía su nombre, por lo menos se tenían que haber visto una vez, ni modo que solo lo hubiera adivinado por arte de magia.

—Sí, eres... Sohyun, ¿no? —miró levemente hacia un lado pensando en qué decir. Regresó su mirada a la chica intentando ablandar sus facciones serias— Soy Taehyung, quiero decir, Kim Taehyung. Nos conocimos en el hipódromo a través de nuestros padres cuando éramos niños...

—¡¿Ese Taehyung!? —una expresión de sorpresa se formó en su rostro. Con razón no lo había reconocido, había pasado mucho desde que se habían visto—. Cielos, has crecido demasiado. ¿Metro ochenta, tal vez? —le observó rápidamente de pies a cabeza, sin llegar a hacer una observación que incomodara— Te recordaba de mi tamaño y ahora, simplemente wow, me quedé pequeñita a tu lado.

—Bueno, tomando en cuenta que teníamos unos nueve o diez años la última vez que nos vimos, la pubertad tuvo que hacer su trabajo —El peso de su cuerpo sobre la puerta del vehículo disminuyó, su espalda se enderezó dejando de lado la postura que no era tan cómoda como parecía—. Ya tengo veintiuno, veintidós si es que no me muero y llego hasta el final del año —su comentario era con una intención graciosa para alivianar más el ambiente, pero su forma de decirlo no lo acompañó mucho.

Taehyung tenía un problema, y aquel problema era bromear con la muerte de forma recurrente. En el fondo le dolía hacerlo, pero era su forma para sobrellevar el dolor de haber perdido a alguien importante. No era un tipo con malas intenciones, es más, él intentaba hacer feliz a quienes le rodeaban. Sus sonrisas eran encantadoras, solo que el tiempo le había cambiado un poco y dar sonrisas ya no era la cosa más común. Si se sentía mal sus emociones se iban a exponer a través de su postura y sus facciones.

Era algo inevitable, así era él.

—El tiempo ha pasado volando... —su tono nostálgico era sincero. Ya teniendo veintidós años y mirando hacia atrás, podía decir que aquellos años dorados de pequeños habían sido hace mucho—. Por cierto, ¿qué haces por aquí? No recuerdo haberte visto por el campus antes...

—Y tampoco lo harás —su tono serio intimidaba a cualquiera, pero Sohyun aún podía ver algo del pequeño Taehyung reflejado en aquella figura imponente—. Me refiero a que no estudio aquí... ni en ninguna parte. Congelé mis estudios para poder trabajar y ganar dinero —suavizó un poco su tono al percatarse de lo brusco que había sonado antes—. Mis hermanos están en plena adolescencia, y mi madre necesita descansar un poco después de tantos años partiéndose la espalda para sacarlos adelante. Alguien se debe encargar de llevar dinero a casa, y en mi familia aquel sujeto intento ser yo.

—Ya veo... No he ido a Daegu en un tiempo, seguramente tus hermanos deben estar grandes también, la última vez que los vi fue hace unos... dos años —el peso de su cuerpo pasó de una pierna a otra—. Mi papá me ha contado que a tu madre le ha ido bien con el restaurante que tiene. Con lo amable que es, de seguro le deben llover los clientes.

—Seguramente. Aunque no lo he podido comprobar por mí mismo. No he visto a mis hermanos y a mi mamá hace bastante, siendo sincero.

Si no fuese por aquel tono serio, Sohyun hubiese estado segura de que Taehyung solo estaba bromeando. Hasta donde ella sabía, el pequeño Tae se había ido a vivir con sus abuelos al campo medio año después del accidente en el hipódromo, de ahí en adelante todo respecto a su paradero se había vuelto un tanto incierto. Cuando junto con sus padres iban a visitar a la señora Kim, solían estar los hijos más pequeños, pero nunca había rastro alguno de Tae. Tal vez era porque ya había pasado un buen tiempo, pero en cada visita recordaba menos a su amigo del hipódromo.

Pasó de preguntar por él continuamente a solo tenerlo como un buen recuerdo del pasado, incluso habiendo su existencia en algún punto. Pero ahí estaba frente a ella, tan real como el bolso que colgaba de su hombro.

—Y... ¿a qué te dedicas? Claro, solo lo quieres decir —aclaró inmediatamente. Tal vez solo era cosa suya, pero la expresión de Taehyung era un total: «No preguntes, no te interesa».

Repentinamente la charla se había vuelto incómoda. Sohyun no estaba del todo segura, pero si algo podía decir, era que ella no era la que provocaba aquel ambiente, aunque por razones propias tampoco quería culpar al chico frente a ella... pero él había sido quien en primer lugar la había llamado.

—Algunos trabajos por ahí, nada interesante —le restó importancia, pero en su interior sabía que algo reaccionaba al pensar en lo que se dedicaba—. ¿Tú qué estudias? —cambió de tema. Tampoco le interesaba mucho saber, pero no quería que el encuentro se volviera todavía más incómodo, así que tenía que sacar charla hasta del más mínimo tema para contrarrestar la división que había entre ellos.

—Medicina —respondió no muy animada, mostrando la parte del uniforme que llevaba pulcramente ordenado. No era costumbre suya romper el hielo, pero si su sinceridad bastaba para que Taehyung se abriera un poco a ella, valdría la pena—. De alguna forma quiero ayudar a mi padre y a la gente que tiene algún problema, así que siento que esta carrera es una buena forma. No es mi mayor fuerte, pero hago lo que puedo para sacar buenas calificaciones y poner atención en las clases.

—Me sorprende. Cuando pequeño te imaginaba como una gran veterinaria, pero por lo que has dicho, me imagino que para nada se trata de medicina veterinaria —levantó sus cejas a la vez que se cruzaba de brazos. Volver a apoyarse en la puerta del vehículo ya no fue tan incómodo si se comparaba con el ambiente—. Solías decir que ambos podríamos tener una veterinaria juntos, donde ibas a atender a muchos caballos. Eran sueños de niños, pero tu convicción al decirlo siempre me convencía.

¿Estaba mal tomar esa postura? ¿Se vería muy altanero de su parte? A Sohyun pareció no importarle, por lo que nuevamente le restó importancia. Hablar con ella no era incómodo, no tanto como llegó a pensar en algún momento. Sin embargo, estando incómodo consigo mismo, hacía que todo se volviera un desafío. Hablar con las personas era difícil, por ello mismo se preguntaba la razón por la cual le había hablado a la chica. Realmente ni él mismo se entendía.

—Bueno, las cosas cambian —acomodó su bolso que amenazaba con deslizarse. Su amiga Iseul le había dado consejos para entablar una conversación y, aunque no estaba dando los mejores frutos, prosiguió—. Ahora ni siquiera puedo ver un caballo sin sentir miedo. Son animales realmente majestuosos, pero prefiero tenerlos... lejos de mí.

—Tu padre debe sentirse un poco decepcionado, tenías un gran potencial para ser jockey —cuando se percató de lo que había sacado a flote, ya era muy tarde.

La conversación ya había tomado un rumbo que no deseaba.

Su expresión fue tan transparente que, a pesar de que Sohyun iba a comentar algo al respecto, optó por guardar el comentario pensado para sí misma. Tan solo llevaban unos cuantos minutos hablando, pero fue el tiempo suficiente como para darse cuenta de que el mayor de los hermanos Kim no era muy fanático de hablar sobre el hipódromo, ya que seguramente le recordaba todo lo que había sucedido. Ella no había perdido a su padre en el accidente, pero tenía la mínima noción de cómo se sentía tras haber visto al suyo en una camilla luchando por su vida. No era lo mismo, pero era su experiencia.

—No lo creo. Me gustaban los caballos, sí, pero no al punto de querer ser jinete profesional. Mi papá sabe eso, yo era feliz principalmente solo por verlo a él divertirse. Además, montar no se me daba tan bien, solo lo hacía por diversión y para no quedarme detrás de ti —la sonrisa que dio bastó para que Taehyung dejara de estar tan tenso—. Recuerdo que solía ser muy tímida, pero si se trataba de competir contigo, daba lo mejor para siempre estar a la par. Tú eras mejor, pero mi papá me potenciaba para poder serlo también. Nuestra amistad era como la de nuestros padres, supongo: fuera de la pista de carrera éramos unidos totalmente, pero ya estando montados en los caballos éramos rivales.

—¿Tú crees? Yo juraba que seguíamos siendo los mismos —comentó incrédulo—. No recuerdo haberte visto como una rival, y déjame decirte que tengo una buena memoria.

Por primera vez en esos minutos, Sohyun vio más que una pizca de ingenuidad en la mirada contraria. Casi, y con un poco de esfuerzo, divisó frente a ella al mismo chiquillo que le tomaba de la mano para llegar juntos hasta donde se encontraban sus padres. Taehyung había cambiado, pero no estaba mal, no por lo menos mientras el cambio no le hiciera daño. Lo recordaba más sonriente y juguetón, pero ya habían pasado un poco más de diez años. Incluso recordarse después de tanto tiempo había sido una sorpresa. Normalmente nadie recordaría a otra persona después de tanto tiempo, menos si es que la pubertad ya había actuado.

Y vaya qué había actuado.

—Yo lo creía así. Siempre pensé que intentabas ir un paso por delante. Así que con el tiempo asumí que la rivalidad iba en serio. Sé que éramos pequeños, pero los niños son muy competitivos.

La incredulidad de Taehyung subió casi hasta su tope. Estaba dispuesto a refutar lo que había escuchado, pero no hubo oportunidad, ya que, incluso antes de que abriera su boca, el celular de la chica comenzó a sonar, interrumpiendo así cualquier intento de respuesta que estaba formando en su cabeza.

—Oh, lo siento —apenada sacó el aparato del bolsillo de su abrigo, mirando el contacto que le llamaba. Era Iseul, raramente le llamaba, por lo que podía ser una emergencia—. Debo responder, dame un segundo. —Se alejó un poco, pero no tanto como para dejar completamente solo a Taehyung. Contestó la llamada y llevó su teléfono hacia su oído.

Taehyung lograba escuchar su voz claramente, aunque no quería escuchar la conversación ajena, por lo que se concentró en ver las hojas de los árboles que decoraban un costado de la calle. Negó suavemente cuando recordó lo que estaba por decir: Solo quería llamar tu atención. ¿Podía sonar más vulnerable y bobo? Ni siquiera recordaba haberle dicho algo así siendo niños. Ya no tenía sentido decirlo ahora que prácticamente eran unos adultos y se acababan de encontrar literalmente hace unos minutos. Sohyun le había gustado cuando era niño, pero ya había pasado mucho desde eso. Si no la hubiese visto aquel día, probablemente su recuerdo seguiría en el fondo de su mente, junto a todo eso que no le gustaba recordar.

A veces el destino podía ser muy incierto. Si su mejor amigo no se hubiese fracturado su pierna, él ni siquiera tendría que haber conducido a la universidad para corresponder al favor que se le había pedido. De forma aún más extraordinaria, si no se hubiese detenido a mirar las mismas hojas que estaba observando mientras Sohyun continuaba con su llamada, su encuentro ni siquiera hubiese ocurrido. Podrían haber estado en el mismo lugar, parados a la misma distancia, en el mismo momento..., pero incluso así, siempre existía la posibilidad de que nada de eso ocurriera y que al final sus líneas de vida siguieran cada una un camino distinto, sin sufrir interacción alguna.

Pero las cosas no habían sucedido así. Y ahí estaba él, observando serenamente como Sohyun continuaba su charla a través de la línea telefónica.

Su silueta era bastante atractiva si se miraba detenidamente, y no tenía mucho que ver con sus curvas naturales ni su contextura física. Principalmente por dos razones, la primera: el abrigo que llevaba estaba compuesto de la suficiente tela como para no poder ver la figura que escondía debajo, la segunda: realmente no le importaba el tipo de figura que tenía una persona. Si bien podía reconocer cuando un cuerpo tenía ciertas características que llamaban más la atención, no era un fanático de juzgar a las personas por ello. Cada cuerpo tenía su esencia; un toque que lo hacía especial. Sohyun, por su parte, tenía algo que le hacía atractiva sin necesidad de ver más allá. Puede que fuese el aura que le rodeaba o la suave brisa de otoño, quién sabe, podía ser hasta simplemente el momento que, de cierta forma, gritaba ser retratado. Tae no quería pensar mucho en eso, así que fue un alivio cuando sus ojos se volvieron a encontrar y ella le sonrió amablemente.

—Gracias por esperar —se acercó hasta llegar a la misma distancia que estaban anteriormente—. Me encantaría seguir hablando, pero ya va siendo hora de que me vaya. Por la mañana no desayuné y debo durar por lo menos hasta las tres de la tarde con energía.

—No te preocupes. La vida debe seguir y tú desayunar —la tensión sobre sus hombros seguía, pero ya era más ameno de sobrellevar. Sohyun era de trato fácil, no era muy difícil intercambiar palabras con ella—. Hum, ya que fui quien te retuvo... ¿Necesitas algún aventón? —puede que se arrepentiría de decir eso después, aun así, hizo un esfuerzo por ser lo más amable posible.

Había sido una casualidad encontrarse, nada aseguraba que se volverían a encontrar nuevamente. Si era la última vez que se verían, quería guardar en su memoria aquel encuentro como algo agradable de recordar. Después de todo, la ciudad era grande, y si se volvían a encontrar podía ser en diez años más. Aunque sea alguna vez quería cerrar un ciclo como correspondía y, si aquello era una oportunidad, no la iba a dejar ir.

—Eh... estaría bien —el desliz de un mechón de su cabello obstruyendo parte de su rostro fue evidente, pero le pareció divertido, así que solo rio levemente por la inesperada situación—. Hay una cafetería a unas calles, si me dejas cerca me podría ahorrar unos minutos a pie. Hubiese ido en mi bici, pero ayer se le pinchó una rueda... —puede que haya hablado de más, pero cuando vio sonreír levemente a Tae, supo que su anécdota no había sido un desastre.

—Ven, sube. Si seguimos hablando en medio de la calle tu tiempo libre va a seguir disminuyendo.

—Ah, claro, claro.

Ya con ambos dentro del vehículo y con el cinturón de seguridad puesto, Tae apoyó sus manos en el manubrio y cambió de marcha para iniciar el improvisado aventón. La seguridad que le causaba estar tras el volante le dio la valentía suficiente para, ya pasados unos segundos de recorrido, girar levemente su vista hacia Sohyun y comentar más seguro lo que llevaba pensando desde la anécdota de la bicicleta.

—Así que... Aún montas —iba a dejar la frase hasta ahí, pero pensando en que se podía malentender, aclaró presuroso:—. Digo, de un caballo pasaste a montar una bicicleta. Ya sabes, como ambos se montan...

—Oh, sí. No lo había pensado antes. ¿Qué cosas, no?

—Coincidencias, tal vez —su aumento de fuerza en el agarre del manubrio por suerte no fue muy evidente.

¿Había hecho mal en hacer ese comentario? Por primera vez estaba deseando ser tan desinteresado como siempre. Al final, puede que su intento de amabilidad no haya resultado como él esperaba. Por suerte el trayecto no era muy largo, si no estaba seguro de que las cosas sí se habrían puesto realmente incómodas, y estar tras el volante ya no le estaba dando la seguridad de siempre. Sohyun le observó de reojo, guardando su risa lo mejor posible. ¡Aquello había sido tan divertido! Era un tipo imponente a primera vista, pero si se observaban sus genuinas expresiones, se podía llegar a la conclusión de que a través de ellas era la forma más fácil de tener noción alguna sobre lo que pasaba por su mente.

Y se le ocurrió una idea.

Por una vez dejaría de lado su manía de esperar a que el resto diera el primer paso. Estaba decidida, le pediría su número de teléfono e intentaría establecer una amistad.

Mientras ella tenía eso en mente, Taehyung era totalmente ajeno a todo lo que pasaba por la cabeza de la persona a su lado, para él solo era un viaje incómodo gracias a su comentario y lo único que deseaba era que terminara luego para volver a su monótona rutina, en la cual no había ninguna amiga de la niñez que aparecía repentinamente.

○○○○○○○○○○○○○○○○○○○○○○○
Publicación: 08/09/2020

Primera nota para dar inicio a este proyecto.

Bueno, por ahora no tengo mucho que decir, pero... Espero que puedan disfrutar de esta historia junto a mí. Hace mucho que no trabajaba en un proyecto de este estilo, de igual forma tengo la esperanza de que esta idea tome un buen camino y sea del disfrute de quién lea como para mí es el escribirla.

¡Muchas gracias por leer! ♡

○○○○○○○○○○○○○○○○○○○○○○○○○○
Fecha de publicación tras edición: 04/07/21

Probablemente desde ahora hayan de dos a tres capítulos semanales hasta llegar a los 13 capítulos que estaban publicados después de ello puede que sea uno por semana u.u

○○○○○○○○○○○○○○○○○○○○○○○○○○○
Fecha de publicación tras última edición: 12/06/24

Espero que esta sea la última. Gracias a quienes siguen aquí y aq quienes se van sumando

Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro