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XII

En una amplia oficina decorada de manera simple, con unas pocas plantas dispersadas en puntos estratégicos, dos sofás color azul oscuro, una mesita en el medio de ellos. En la parte central dándole espalda a la ventana había un escritorio, delante de él los dos sofás con la mesita.

A la derecho de el escritorio, con tranquilidad apoyándose en la pared una mini biblioteca reposaba. En el sofá que estaba a la derecha y daba espalda a la biblioteca, en el se sentó una mujer que aparenta unos 30 años, con cabellos castaños, piel blanca, ojos marrones, su cuerpo era de curvas bien trabajadas.

Su vestimenta era: una falda negra que se le pegaba, una camisa blanca, pantimedias Carmelitas; tacones bajos de color negro y su pelo castaño recogido en un moño dónde mechones lacios descansaban a los lados de su cara dando una forma de M.

Delante de ella, sentada en el sofá contrario. Una joven de cabellos rosas, ojos azules, cuerpo inmaduro pero ya casi definimo. Vestida con blusa de manga larga color rosado, con un estampado de "Strawberry Milk" con dos fresas en el centro de la parte baja a pocos centímetros de las palabras. Combinado con una falda blanca con un pequeño y adorable estampado de fresa color rosa pálido en la parte inferior izquierda, sus piernas cubiertas por medias blancas con dos rayas con dos fresas abajo de ellas y en sus respectivos lados(uno en el lado derecho de una de las piernas y otra en el lado izquierdo de la pierna izquierda).

—Un gusto Sakuragi san, soy la que te atenderá por este difícil recorrido—. Rompe el silencio con suavidad— me llamo Hoshi Akina—. Le sonríe al presentarse

—Sakuragi Otome un gusto...—. se presentó mirando sus manos apretadas con cierto nerviosismo y inquietud.

La mujer no se sintió ofendida, solo sonrió con cierta compasión. Se acomoda en su lugar, abriendo una libreta y recogiendo su lapicero de tinta azul.

— No es necesario que te presiones—. Mira a la chica con una sonrisa— está primera sesión solo será de algunas preguntas, más adelante iremos a lo profundo—. Observa sus reacciones y expresiones faciales.

—Okey...—. asiente con rigidez, poco después respira hondo para calmarse

Akina le da un tiempo para recompenerse y calmarse. Lo primordial es que se sienta segura y relajada, ese era un estado apto para la sesión actual.

—¿Por qué estás aquí Otome?—. Lanza la primera pregunta mirando atenta a la joven.

—Estoy aquí por...—. frunce el ceño con ciertas dudas de continuar.

Mira a su terapeuta algo que le tranquilizaba era su género, una mujer no un hombre, lucha un poco consigo misma y al final lo suelta.

—Estoy aquí porque tuve un episodio muy reciente de hace unas semanas...—. Vuelve a respirar hondo— dónde me...me...violaron...—. siente un escalofrío de solo recordar y decir la palabra.

—Bien eso es suficiente—. Asiente y escribe algo en la libreta— dime ¿Qué sientes después de el...suceso?—. Totalmente atenta a sus palabras y reacciones.

Otome con las manos temblando alisa su falda como si eso le diera una sensación de seguridad o quizás simplemente trataba de sentirse segura a pesar de no funcionar. Mira alrededor de la habitación, observando cada detalle y cada mueble. Al final soltó un suspiro.

—Me siento asquerosa, ansiosa, temerosa en presencia de cualquier hombre y...me odio por completo—. Soltó con asco, odio a si misma, su aura era negra miserable y inestable.

—¿Te odias a tí misma por permitir eso o te odias por qué ellos mismos te hicieron creer eso?—. Pregunto con seriedad mirándola a los ojos.

—Yo...—. no sabía que decir solo pudo devolverle la mirada sin palabras ni respuestas.

Akina anota otras cosas más en la libreta, vuelve a mirar a Otome y suspira. Al parecer sanarla será más difícil de lo planeado. Cerró la libreta con calma.

—Necesito que vengas a la próxima sesión dónde te diré el plan a seguir y algunos detalles más—. Pone la libreta en la mesita que estaba en el medio de los dos sofás.

—Oh...entendido—. asintió sin preguntar más detalles.

Otome se levantó de el sofá, dió una reverencia y un «gracias». Akina se despidió de ella mientras la veía salir de la oficina, le habían dado un caso difícil pero no imposible de completar  y tenía el presentimiento de que cierto jovencito ayudaría bastante en la recuperación de su paciente. Por ahora es mejor ir con calma.

Afuera del lugar

Kazuki estaba esperando que la sesión terminará, justo cuando vio a Otome salir de la oficina se acercó a ella. Preocupado la observó con atención y preocupación.

—¿Estás bien?—. Agarra la mano de Otome mientras le preguntaba con tono preocupado.

Otome al principio no reaccionó, pero después de unos segundos lo hizo, sonriendo le contestó.

—Estoy bien...—.suspiro con desánimo— simplemente fue más difícil de lo que pensé—. Inconscientemente se apoyo en él.

—Entiendo...—. la abraza con fuerza y beso la coronilla de su cabeza— ¿Seguimos con lo que debemos hacer o quieres un descanso?—. Acaricia sus mejillas mirándola a los ojos con preocupación y indulgencia.

La peli rosa nego con la cabeza, debían seguir lo estipulado. Kazuki asintió, los dos salieron de el edificio para ir al hospital.

Hospital XXXX

Los dos llegaron juntos, y solo se separaron para que Otome haga los exámenes correspondientes. Cada uno de ellos osciló entre unos minutos y una hora, por supuesto por adelantado cada uno que le atendió fue una mujer. Cuando terminaron todos, se sentaron en las sillas de afuera esperando los resultados.

Al parecer solo demoraron unas tres horas completas, en esas tres horas ellos tampoco fueron inactivos, Kazuki propuso un juego de pelea online, los dos jugaron hasta que sus estómagos protestaron por comida. Obviamente se compraron algunos bocadillos y refrescos volviendo al poco tiempo a su lugar original. Los dos entraron a la consulta, Otome en todo el tiempo no se despegó de Kazuki.

—En la mayoría de los exámenes todo salió bien—. Declaró la doctora, abrió una carpeta revisando los datos— por supuesto necesitamos que vuelvas de manera regular ya que en algunos exámenes...—. hizo una pausa y cerró la carpeta— en fin solo es para asegurarnos de que no haya ningún error

—¿Es grave?—. Preguntó Kazuki obviamente preocupado por la pequeña pausa que hizo ella

—No es nada grave—. Observó a la pareja y me dió una tranquilizadora sonrisa— en algunos exámenes sus niveles hormonales están un poco desequilibrados y un poco de anemia, pero aún así solo son exámenes de seguridad, necesitamos unos segundos exámenes para confirmar y que no haya margen de error—. Explicó con claridad sin dejar información.

Los dos adolecentes asienten un poco tranquilos, tanto Kazuki cómo Otome agradecen y salen de el hospital. Afuera los dos estuvieron en silencio, hasta que él muchacho corto el silencio.

—¿Vamos al Arcade?—. Pregunta un poco nervioso— si no quieres...—. pero es interrumpido antes de siquiera terminar.

—Quiero ir—. Expresó de inmediato Otome sin darle la oportunidad de terminar.

Kazuki le dió una sonrisa y acaricio su cabello diciendo un «bien». Otome devuelve la sonrisa, satisfecha con las caricias que le dió, aunque se estremeció solo un poco pero era tolerable.

En el Arcade

Los dos entraron con las manos entrelazadas, Otome especialmente se pegaba mucho a Kazuki esquivando por completo el contacto con los demás hombres. Al principio Kazuki quería ir a una de las máquinas de doble equipo y juego en equipo, pero noto la mirada de Otome en una de esas máquinas que albergaba peluches. Mejor dicho estaba mirando un peluche rosado, al parecer un pequeño pulpo rosa muy tierno, con ojitos pequeños y una linda sonrisa cómo diciendo  «ven y ganame».

—¿Quieres eso?—. El sonrió pensó que era realmente adecuado para su linda onee san.

—¿Eh?—. Al principio quiso negarse, pero echo otro vistazo al pequeño pulpo y no pudo resistir la tentación— lo quiero—. Tímida sus mejillas se tiñen de rosa.

Kazuki casi se muere de ternura, ¡Su nee san es tan tierna!. Sin dudarlo se dirigió a la máquina, pago la moneda de un yen y empezó a jugar. En los primeros intentos no pudo conseguir lo, aunque en el quinto intento lo capturó con éxito.

— Aquí tienes Otome nee—. Le entrego el pequeño pulpo rosa con ternura.

— Gracias—. Abrazo al peluche en sus brazos, dudo un poco pero beso la mejilla de Kazuki su cara obviamente se volvió de un rojo intenso al hacerlo.

Kazuki sintió que podía estar en un sueño, miro a la tímida Otome y resistió hacer lo mismo, era mejor a esperar que Otome lo pida y también estaba considerando todo lo que pasó recientemente. Los dos pasaron una divertida y dulce tarde en el Arcade, en el proceso también consiguieron algunos premios. Kazuki obviamente acompaño a Otome a su casa, los dos se despidieron con timidez. Cada uno tuvo varios sentimientos en el día, pero al final solo quedó la dulce miel de la tarde.

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¡Hola!, ¿Cómo están mis hermosos lectores?. Jejeje bueno es verdad que demore un poquito en actualizar la historia. Pero vamos necesitaba algo de inspiración y reflexionar un poco. En fin, ¿Están teniendo un lindo fin de año y navidad?.

¿Qué les pareció este capítulo?

¿Cómo creen que va el desarrollo de Otome y Kazuki?

¿Se están desarrollando muy rápido o muy lento?.

¿Teorías para los capítulos finales?.

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