X
Ministerio de justicia, Departamento judicial, oficina de el Juez Yamato Oda
En esa oficina estaban dos personas sentadas una delante de la otra, la primera era el Juez Yamato y la segunda era Michio. Los dos se miraban con calma, el silencio es roto por el Juez.
—Usted me pone en una posición muy difícil—. Declaró con seriedad, mirando al joven sentado delante de él.
—Las cosas serían más fácil si usted accede, su señoría—. Responde con calma Michio, cruzando sus piernas recargado en el respaldo de la silla sin verse afectado por la constante negativa.
—No entiende ellos...—. es interrumpido por el teléfono, en su campo de visión entra el teléfono, frunció el ceño enojado.
Michio de repente sonrió, su postura se volvió perezosa sin dejar atrás ese aire de dominio que tenía. Él juez de repente se pone nervioso, teniendo un presentimiento.
—Agarre el teléfono antes de que pierda la llamada, yo puedo esperar—. Él dió una sonrisa agraciada, cómo si su charla fuera algo casual
Él juez Yamato pone el teléfono en su oreja, diciendo un "Juez Yamato quien es", la respuesta no se hizo esperar, una voz masculina y calmada contestó.
—Juez Yamato solo quise hablar con usted—. La voz masculina hablo con calma y serenidad.
—¿Qué necesita?—. Preguntó con cierta cautela, mirando al hombre que estaba sentado delante de él.
Michio solo sonreía con inocencia, cómo si no le importará la conversación y estuviera ajeno de el tema. Él juez no se tragaba tan fácilmente esa fachada que le regalaba y más aún con "él" al otro lado de el teléfono.
—Mi solicitud es muy fácil—. Al otro lado se escuchó un pequeño traqueteo de objetos y la voz parecía sonriente.
—¿Muy fácil?—. Tragó saliva sintiéndose repentinamente nervioso.
—Así es, solo necesito que usted no desvíe su mente y acepte el juicio—. Declaró con calma el hombre detrás de él teléfono, un track se escuchó cómo si estuviera moviendo objetos.
Él ya hombre de mediana edad y juez se congeló, miró a Michio cómo si quisiera saber que lo planeo todo. Inesperadamente no pudo encontrar nada y solo pudo desviar la mirada de esa sonrisa inquietante que adornaba el rostro de él chico.
—No puedo aceptar la solicitud este caso es...—. es interrumpido inesperadamente por él otro lado haciendo que sus palabras restantes fueran tragadas.
—Ya veo, entonces no tengo más remedio que sacar todas las cosas sucias de su señoría—. Afirmó con frialdad, al otro lado el movimiento de objetos se detuvo.
Yamato sintió una oleada de frío por su cuerpo, su mirada reflejaba miedo y horror. En su mente se repetía que era imposible que supieran sobre todas las cosas malas que hizo en su carrera, de su bolsillo saco un pañuelo y se lo restregó en la frente secando el sudor.
—¡No es necesario!—. Respondió rápidamente con miedo— lo acepto, lo acepto se hará el juicio—. Lo repitió dos veces cómo si tuviera temor de que la otra parte no sea aplacada y no le crea.
—Su señoría es sabio—. La voz respondió con calma y un sentimiento satisfecho—Pero recuerde hace un movimiento en falso y...—. advirtió con frialdad y calma, dando un sentimiento de dominio cómo si tuviera ojos en todas partes.
—Lo entiendo—. Se forzó a responder con calma y no se atrevió a colgar la llamada.
La voz de él hombre desconocido dijo unas cuentas palabras más, y colgó la llamada. La oficina se envuelve en un silencio abismal, ninguno de los dos hablaba uno calmado y él otro asustado. Él juez se obligó a calmarse y poner una de sus mejores sonrisas.
—Por supuesto que voy a juzgar el caso—. Dió una sonrisa cálida y profesional.
—Me alegró que su señoría haya reflexionado—. Sonríe complacido, su declaración fue cómo si la llamado nunca existió.
—Por supuesto, lo consideré con cuidado—. Pone sus manos entrelazadas en la mesa, aún con esa sonrisa ya rígida.
Los dos intercambiaron unas cuantas palabras más de cortesía y Michio se retiró relajado sin verse afectado tampoco cómo si esa llamada tuviera que ver con él. Él juez se seco la frente con el pañuelo dos veces, sentía sus manos temblar, al parecer casi fue quemado por el fuego y esa comisaría sus orígenes...no deben ser simples.
—————————————
Tres días después sala de juicios
Todos estaban reunidos para el juicio de el caso, los demandados estaban a la derecha y los que hacían la demanda a la izquierda. Todo empezó con relativa calma, el abogado de parte de Otome presento los hechos y pruebas. Mientras el abogado defensor de los demandados defendía a su cliente.
—Su señoría pido permiso para llamar a un testigo—. Se levantó de su asiento el abogado de Otome, pidiendo permiso con seriedad.
—Permiso concedido—. Yamato asintió con calma, mirando a un oficial y este asiente.
Al rato entro una chica bien conocida por nuestros protagonistas, los demandados y los policías. Ni más ni menos que Okina Rinka, está se sentó en el podio de los testigos mirando a todos con una sonrisa.
—Señorita Okina tenemos un par de preguntas—. El abogado de Otome se acercó a la chica con calma.
—Adelante—. Asiente con una sonrisa cómo si no estuviera en un juicio y si en una entrevista de trabajo.
—¿Es verdad que el señor Mifune la violó?—. Tenía cara inexpresiva, soltando la pregunta sin ondas en su voz.
—Es correcto—. La chica ríe asintiendo para afirmar la pregunta.
La sala estuvo en silencio, los jurados abrieron los ojos y la parte demandada empezó a ponerse nerviosa. Pero Rinka no se inmutó por ello y el abogado tampoco ya que volvió a soltar otra pregunta.
—¿Cuál era su edad?—. Miró a los ojos a la adolecente, el ya había experimentado mucho así que no se sorprendía demasiado por las respuestas.
—Recuerdo que estaba en primaria, unos 7 a 8 años de edad—. Contesto con calma, sin sentirse ofendida tampoco sintiendo que contaba algo malo.
—¡Ella no dice la verdad!—. Mifune se levantó en pánico, no podía dejar que ella siguiera.
Todos empezaron a hablar y Yamato con su martillo calmo la corte, diciendo al abogado que podía seguir haciendo preguntas con calma. Él abogado asintió, miro a los oficiales y estos le hicieron una señal que él inmediatamente comprendió.
—¿Cómo se libro de ellos?—. Hizo un gesto de curiosidad aunque era falso es parte de su acto.
—Claro que vendiendo a esa perra—. Señala a Otome mirándola molesta— era mi plan para que Kazuki nii vuelva a ser solo mío—. Siguió declarando, inconsciente de que estaba cavando un hoyo para ella.
El jurado anotaba todo, mientras el Juez también escuchaba manteniendo presente más palabras de "él" y su advertencia.
—Entiendo—. Asintió y miró al juez— su señoría quiero presentar una prueba—. Se acercó al juez Yamato pidiendo permiso para presentar la prueba.
Él juez accedió, una pantalla llegó al lugar. Encendieron la pantalla reproduciendo la conversación de Rinka con el acusado, aunque era fragmentos y partes todo era bastante claro. Todos en la sala miraron a los acusados con asco, molestia y sobre repudio.
—No tengo más preguntas—. Con una sonrisa volvió a su lugar.
Él abogado de los acusados hizo un par de preguntas más, luego fue el turno de Otome que con dificultad logro narrar todo lo que le sucedió e inclusivo hacerlo con detalle, no estuvo demasiado tiempo cómo testigo y pronto volvió a su lugar al lado de él abogado y Kazuki.
—Tendremos un receso, la corte descansa—. Con su martillo dió finalizado la primera sesión de la corte.
————————————
Kazuki, Otome y los oficiales de el caso estaban afuera de la sala, esperando que acabe el receso para saber el veredicto final. La misma Otome era la que más nerviosa se veía, apretando sus manos y mirando a todos lados.
—Tranquila Otome nee verás que ganaremos—. Kazuki tomó una de las manos de Otome dándole una sonrisa tranquilizadora.
—¿Y si no es así?—. Pregunto nerviosa y muy insegura.
—No te debes preocupar por eso—. Sakura hablo antes de que Kazuki pudiera decir algo—tenemos las pruebas y los testimonios es imposible que perdamos—. Declaró muy segura de los hechos.
Otome miro con dudas a todo y estos asintieron a las palabras se Sakura, la peli roja se relajo un poco pero aún estaba nerviosa. Tenía miedo de que simplemente todo sea en vano y que ellos salgan libres y victoriosos. No tuvieron que esperar mucho, al cabo de una hora la sesión volvió a empezar.
—Jurado ¿Ya tomaron su decisión?—. Miro a los jurados dejando su martillo descansar en la mesa.
—Lo tenemos—. Uno de los jurados se levantó de su asiento— de forma unanime decidimos que él señor Mifune y sus cómplices son culpables—. Declaró con calma el veredicto de todos.
—Bien—. Asintió y tomó su martillo— declaró que Mifune y sus cómplices son culpables de violación y pornografía, dándoles la pena máxima de muerte—. Golpeó su martillo contra el estrado dando fin al juicio.
La sala estuvo en un leve shock antes de celebrar, Otome aún no se lo podía creer pero el abrazo de Kazuki era suficiente para traerla a la realidad y confirmarlo. Mientras el lado ganador celebraba, los acusados eran arrestados.
—Cierto casi se me olvida—. Llamó la atención de la sala—Rinka Okina será llevada a un manicomio dónde pasará el resto de sus días—. Declaró solemne y miro a los demandantes.
—Entendido señoría—. Takeshi fue el que respondió por todos.
Y así fue cómo terminó el juicio, dónde ganó la justicia contra contra los malvados violadores. Que aunque no les gustaba la máxima sentencia pensando que era demasiado fácil dejarlos morir, era eso mejor a qué siguieran haciendo de las suyas.
⚖️⚖️⚖️⚖️⚖️⚖️⚖️⚖️⚖️⚖️⚖️⚖️⚖️⚖️⚖️
Perfecto, me gusta cuando la justicia gana y no falla. Aunque creo que fue un capítulo relativamente simple estoy satisfecha con él.
Muy pronto habrá más capítulos esperarlos con ansias, un pequeño beso y saludo de su escritora favorita.
Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro