Busca lo que encienda tu alma.

                                            Avenida749.

—¿Qué es lo que está pasando Alan? acaso pensabas tenerme engañado toda la vida —dijo Isaac muy enojado, sus ojos humedecidos al punto de dejar escapar una lágrima , que al salir no llegó a correr por las mejillas debido a que  se adelantó a quitarla muy bruscamente con su mano, estaba tan molesto que sus mejillas estaban enrojecidas al igual que sus labios y seguro que si lo tocaba iba a estar ardiendo.
Lo que no lograba entender que lo tenía así...acaso podría ser que ya estuviera enterado de todo

—Responde Alan!!! —vociferó haciéndome brincar en el lugar y quedarme tensa.

—¿De qué hablas? —dije nerviosa y temerosa de solo pensar que supiera lo de Rodrigo.

—¿Alan te besaste con Rodrigo? —preguntó  directamente y en sus ojos se veía la desesperación por saber mi respuesta.
Y en ese instante en solo segundos sentía como que mi mundo comenzaba a temblar como si estuviera pasando un terremoto, como si todo a mi alrededor se estuviera derrumbando, en mi pecho mi corazón se apretaba con tanta fuerza que  dolía e inmediatamente las lágrimas comenzaron a correr por mis mejillas, y quería mentir decir que no era cierto pero las palabras se quedaron atoradas en mi garganta el tiempo se detuvo para mí, Isaac me miraba intentado averiguar mis pensamientos y se veía tan desepcionado y  reflejaba tanto dolor en sus ojos que tenía ganas de abrazarlo.
Solo pude lazarme sobre él y abrazarlo con tanta fuerza que no alcanzaban mis brazos, y de momento tenerlo así de cerca y sentir ese olor tan dulce que siempre tenía pero nunca lo había olido tan de cerca y lo cálido que era estar en su regazo hizo que mi corazón comenzara a latir tan rápido que pareciera que quisiera escapar de mi pecho.
Tenía ganas de permanecer para siempre ahí y fue entonces cuando me tomó por los hombros apartando mi cuerpo del suyo, en sus ojos veía tanta rabia y a la vez tristeza.

—Respondeme Alan te besaste con Rodrigo, ¿si o no? —pereguntó nuevamente sosteniendo aún fuertemente mis hombros.
Ya no me quedaba más que tratar de decir la verdad sin lastimarlo y sin perderlo no se que me pasaba ,pero no lo quería lejos de mí, él era mi lugar seguro.

—Isaac las cosas no son así, déjame explicarte y contarte todo como fue —dije mientras las lágrimas no paraban de escapar de mis ojos.

—Basta Alan no quiero ni verte, como fuiste capaz de mentirme tan desca adamente... de verdad por qué tú me rompes el corazón así —dijo él y sin dejarme reaccionar me miró por última vez y se marchó sin decir ni una palabra.

Yo simplemente me quedé allí aún no creía lo que acaba de pasar y el dolor tan fuerte que sentía en el fondo de mi pecho no me dejaba moverme solo podía pensar en Isaac mirándome y alejándose de mí , lo quería tanto y hasta este preciso momento me daba cuenta de lo que realmente significaba para mí lo importante que era tenerlo siempre a mi lado... no.... no lo podía perder, salí lo más rápido que pude para encontrarlo y decirle lo mucho que me dolía desepcionarlo de esta manera.
Corrí con todas mis fuerzas mis piernas se sentían pesadas y mis ojos empapados en lágrimas intentaban encontrarle pero no alcanzaba a verlo, fueron intentos desesperados que fracasaron .
Mi móvil estaba sonando era Rodrigo pero le colgué, inmediatamente comencé a llamar a Isaac pero me mandaba  a buzón.

—Isaac por favor déjeme explicarte las cosas como son llámame ok te quiero.
Dejé un mensaje pero no me parecía suficiente necesitaba verle así que sequé mis lágrimas y caminé lo más rápido que pude para su casa..... mi respiración agitada me hacía largo y cansado el camino, solo quería llegar pero se hacía infinito .....
Al llegar llamé a la puerta desesperada con la esperanza de ver su rostro pero me recibió su mamá.

—Hola nena —dijo muy amable

—Hola Miriam, ¿Isaac está?.

—No mi vida ustedes no iban a salir juntos hoy —preguntó un poco extrañada.

—Si pero yo no fui y pensé encontrarlo en casa —mentí no quería preocuparla ni tener que dar explicaciones.

—Bueno amor él salió no a vuelto aún, le vas a dejar algún recado.

—No yo regreso mañana.

—Bueno te cuidas por ahí.

—Si chao —me despedí y me marché.

Este sentimiento había superado mi fuerza interna estaba realmente debastada, mientras caminaba a casa no lograba parar de llorar.
Quería hablar con Dios obtener respuestas pero estaba avergonzada, había traicionado  mi propia vida.
Al llegar a casa parecía que todos dormían así que subí con ganas de encerrarme en mi cuarto y llorar desconsoladamente hasta que no quedaran lágrimas en mis ojos.
Pero para mi sorpresa.

—Mi vida, pensé que me iría a la cama sin verte, como tardaste.

Era ella exactmemte lo que necesitaba, Leandra estaba en mi cuarto esperando por mí y para mí fue como una luz al final del túnel hablar con ella era lo que me iba a  levantar el ánimo ahora mismo, sin pensarlo mucho corrí hacia ella y la abracé con las fuerzas que me quedaban.

—Te extarñaba pensé que tendría que esperar a vernano para verte de nuevo —susurré aún abrazándola fuerte intentado controlar mi voz sollozante.

—Pero bueno no pensé que me extrañabas tanto al punto de llorar —dijo separándose de mí para mirarme a los ojos —espera, que creo esas lágrimas no son por mí ¿Qué pasa? —preguntó un poco  preocupada por verme en esas condiciones.

—Hay prima soy un desastre ahora mismo no soy lo que era la última vez que nos vimos —dije mientras mis lágrimas continuaban corriendo por mis mejillas.

—Pero de qué hablas —preguntó ya un poco más preocupada.

—Creo que acabo de perder a mi mejor amigo mi vida es un desastre mi intimidad con Dios está acabada en fin no se ni qué hacer —agregué entre sollozos con ganas de que la tierra me tragara y desaparecer.

—A ver como es eso de que perdiste a tu mejor amigo, explícame todo con calma para poder entenderte.
Entonces me decidí a contarle todo desde el principio sin ocultar nada por primera vez.

Tiempo después....

—Alan Pero cómo fuiste capaz de perderte tanto así —agregó ella luego de escuchar toda mi historia.

—Es que ni yo logro entender Cómo llege a este punto —dije intentando controlar la necesidad que tenía de llorar, de gritar desahogarme, desaparecer.

—Yo sé que por un momento no pensaste bien las cosas pero tú ahora en este punto ¿te arrepientes de algo de lo que has hecho? —preguntó mirándome directamente a los ojos.

Esa pregunta realmente me inquietaba porque no lograba ver que todo esto hubiese valido la pena, había alejado a Dios de mi vida, había decepcionado mi mejor amigo y sinceramente luego de perder tanto estaba muy arrepentida.
Me dolía haber perdido tanto por nada, me dolía darme cuenta ahora que todo había sido pasajero, me dolía que ni siquiera estaba segura de con quién quería estar.

—A ver cariño no te voy a justificar porque lo que hiciste estuvo mal, pero creo que debes plantearte que es lo que realmente te tiene así —dijo viendo como no había parado de llorar desde que había llegado —sabes que mi consejo siempre va ser que no te alejes de Dios, pero esa es tu decisión y yo no puedo intervenir.

—Es que no me quiero alejar de Dios y el temor a estar sin él es lo que de momento me hace razonar —expresé claramente.
Sabía que no quería estar lejos de Dios y en lo más profundo  aceptaba que me había equivocado.

—Y ahora Isaac no quiere saber de mí, es que lo desepcioné tanto, yo.... yo lo quiero y no quiero perderlo.

—Tranquila sabes que Isaac te adora solo deja que se le pase —agregó mientras daba palmaditas en mi espalda.

—No Lenadra, no viste como me miraba, es como si no me conociera y me odiara con todas sus fuerzas.

—Mira descansa mañana es otro día vas a la Iglesia por la mañana y ahí hablas más calmada con Isaac, y disculpa que te pregunte esto pero¿ qué pasa con el tal Rodrigo? —preguntó curiosa por  saber.

—No se aún, mejor dormimos para ver si así logro aclarar mis ideas.

Por fin acababa aquella noche infinita en la que me había pasado las horas pensando en cómo arreglar todo y borrar mis errores  y cuando por fin lograba quedarme dormida, soñaba con los buenos momentos que viví con  Isaac y como lo había tirado todo a la basura, pero había terminado esa pesada noche y llegaba la mañana de domingo.
Al levantarnos comenzamos arreglarnos para ir a la Iglesia y yo solo pensaba en encontrarme con Isaac y tener una conversación para solucionarlo todo, una de las tantas cosas que me gustaba de tener a Leandra aquí conmigo era que siempre se encargaba de hacerme hermosos peinados y perfectos maquillajes, hoy quería lucir perfecta.

Mientras tanto Rodrigo conversaba con alguien.

Conversación:

—Al final no fue tan difícil acercarme a Alan pensé que por ser cristiana me costaría pero al final cayó mansita Ja ja ja —Rodrigo ríe a carcajadas.

—No creas también me sorprende que haya sido tan fácil, pero bueno mejor para nosotros.

—Si en eso tienes razón así es mucho mejor —agregó el.

—Solo falta que se acabe de enterar todo el mundo en la iglesia donde la creen santita que equivocados están.

—Bueno eso déjamelo a mí.

Casa de Alan:
—Dime qué tal quedó —preguntó leandra ansiosa por conocer mi respuesta.

—A la verdad me…. —quise castigarla un poco así que mirándome al espejo me lo empecé a pensar —me encantó cada día lo haces mejor deberías dedicarte a esto de verdad es lo tuyo
Ella inmediatamente me dio una sonrisa de lado a lado, le gustaba que elogiara sus hermosos maquillajes y peinados.

—Bueno creo que ya estamos listas verdad

—Si pero antes de irnos ¿ya sabes que vas a decirle a Isaac? —preguntó directamente.

—Bueno a la verdad no estoy segura pero de hoy no pasa que arregle las cosas con él —le respondí mientras agarraba mi bolso para salir. 

Ya listo aquí le dejo mi nuevo Capítulo.
Besitosss 💜😘😘😘