Recordatorio: Cargar una cinta métrica
(Por: Marissa)
—¿Estás loca? No, espera, no respondas eso.
—Pero...
—La gente normal no delata a sus compañeras con el profesor.
—Pero...
—He dicho que no.
Darla me aleja de la sala de profesores a pesar de mis protestas.
—¡Pero ella va a arruinarme!
Y necesito decírselo al profesor. Hoy iniciamos el proyecto y estoy segura de que Karla ni siquiera recuerda mi apellido.
—Claro que no —insiste Darla—. Tú no necesitas explicarle a nadie que tienes calificaciones perfectas, así que va a ser su error. Además, tienes pruebas de que le enviaste todo, ¿no?
—Le escribí un resumen en facebook, pero todavía no lo ha leído.
—Ese es su problema —insiste Darla—, así como dejarte plantada en la reunión que ofreciste. Solo ve a tu casillero y nos encontraremos en el almuerzo.
—¿No irás a clase?
Darla rueda los ojos.
—La super-hiper-amable Regina ofreció ayudar en la sacristía toda la mañana. Los profesores me entregarán un resumen de la clase al final del día.
Intento no reírme al imaginar a mi mejor amiga ayudando al padre Freddy con la capilla de la escuela, pero verla en jeans oscuros y un suéter de búhos de alguna forma encaja en esa imagen.
La abrazo con fuerza, impulsada por una emoción desconocida.
—Te voy a extrañar —murmuro.
—Lo dices como si me fuera al fin del mundo —ríe ella—. Vamos, tonta, tienes que recoger tus cosas.
Le doy otro abrazo rápido y me encamino a mi nuevo casillero.
Al voltear el pasillo, me cruzo con Karla, que está en el que debe ser su casillero. Tengo que aclararme dos veces la garganta antes de que capte la indirecta. Me da una mirada envenenada y sin decir una sola palabra se aleja hacia el baño. La observo irse, en sus tacones altos y su blusa escotada y tengo que admitir que la ropa es importante: jamás me pondría algo así. ¡Ella está saboteando mi imagen!
Sé que puedo quejarme por eso. Lindsay habló con el profesor antes de que el proyecto empezara, diciendo que vestirse bien es una gran parte de su vida y que yo no podía seguir caminando por ahí en mis aburridas blusas fuera de temporada, lo que fuera que eso significara. ¡Y el profesor le dio la razón!
Así que ahora tengo jeans ajustados, tacones verdes que Lindsay dejó para mí porque calzamos la misma talla y un top corto que está acostumbrado a lucir una copa C que no estoy ni remotamente cerca de alcanzar. ¡Pero lo estoy intentando!
Tengo que encontrar una forma de llegar a Karla. Si ella no va a escucharme, y Darla no aprueba que hable con el profesor, podría intentar que sus amigas lo hagan por mí. Empiezo a buscar a Lindsay, con la excusa de preguntarle si estoy acertando en el papel pero antes me cruzo con otra de sus amigas.
—¿Giselle?
Ella voltea a mirarme y me siento mal. Una puede consolarse cuando sueña que las modelos de las revistas solo tienen encima mucho photoshop, pero el dolor se vuelve real al ver gente como Giselle, con un cutis sin poros, unos ojos almendrados color chocolate y un cabello que podría haber salido de un comercial de Pantene.
Me sobrepongo a eso y le explico mis problemas con Karla.
—Karla es un poco despistada —¡incluso su voz es dulce y perfecta! No es justo que haya gente así de linda, en serio—. Seguramente mañana sí vendrá vestida como tú, hablaré con ella.
No esperaba su buena disposición y estoy a punto de mirarla con desconfianza cuando continúa:
—Dime tus preguntas y si hay alguna que no sepa, te la responderé mañana. Tú eres Lindsay, ¿verdad?
—Ahm...sí.
—¡Genial! Estaremos juntas en el almuerzo, se supone que soy Karla, así que en realidad sí me buscabas a mí —se ríe de su propio chiste—. Vamos, te explicaré lo que necesites.
Me toma del brazo y nos encamina a clases con tanta naturalidad como si fuéramos mejores amigas. Bueno, al menos nuestros personajes lo son.
Estoy tan alucinada que no puedo detenerla. Esperaba una mirada altanera y una mueca de enfado, pero Giselle no parece molesta en absoluto (o es una brillante actriz). Su sonrisa nunca abandona su rostro y todas sus palabras salen en el mismo tono dulce que te hace sentir como una plebeya hablándole a una princesa.
Al final del día tengo claro que Giselle no es ninguna actriz. Ella solo es increíblemente buena, como una mezcla entre Amy Adams en Encantada (¡que también se llama Giselle!) y Reese Whiterspoon en Legalmene Rubia.
Me cuenta que sus padres se conocieron cuando la firma de socios de su papá compró una empresa de cosméticos y su mamá los denunció por probar sus productos en animales. La compañía ha cambiado radicalmente desde entonces y actualmente son una de las marcas de lujo más reconocidas por su impecable proceso de fabricación...por lo tanto, Giselle es una rica heredera. No es que eso sea un secreto para nadie.
Sin embargo, es tan linda que es imposible odiarla.
Me explica todo lo que necesito saber de Lindsay y pacientemente escucha mis preguntas sobre Karla sin rechistar. Me corrige cuando me equivoco en algún comentario e incluso me lleva al baño entre clases para arreglar mi maquillaje y mi peinado.
A la hora del almuerzo, nos dirige a la mesa y ubica los asientos comunes de sus amigos. En un momento, Regina le dice que está incómoda con la minifalda que ha considerado del estilo popular y Giselle le asegura que tiene una amplia colección de vestidos largos que estaría encantada de prestarle. Cuando le ofrece ir de compras para que compren ropa de su talla, deseo que también me hubiera quejado. No me vendría mal tener ropa gratis de diseñadores famosos.
El almuerzo pasa muy rápido mientras los chicos de otros grados contemplan estupefactos los cambios y de repente, me encuentro dejando los libros que no necesito en mi casillero. El día ha sido un borrón entre mi ansias por no tropezar en los tacones de Lindsay.
—Hey, ¿estás bien?
Bruno acaba de alcanzarme y me está dando una mirada preocupada. Me recuerdo que las clases ya han terminado, así que es Adrian.
—Estoy pensando si me he equivocado en algo. Ya sabes que Lindsay no me dijo nada y tengo miedo de arruinarlo.
—Relájate, ninguno de nosotros te va a delatar por no saber algo. No es culpa tuya y lo sabemos.
Su sonrisa de apoyo es tan genuina que no puedo evitar devolvérsela.
—Gracias por ser amable.
—Oye, está en la descripción del trabajo, eres mi novia, ¿no?
—Eso dice el collar.
Tiro de la cadena para que el dije sea visible. Es un pequeño corazón con un grabado: "Con amor, Bruno". Lindsay dijo que nunca salía sin él. Si lo olvidaba en casa, tenía que volver por él aunque llegara tarde a la escuela.
Adrian rueda los ojos y saca otro collar debajo de su camisa. Alcanzo a leer el "Con amor, Lindsay" antes de que lo haga girar entre sus dedos.
—Lo sé, es tan ridículo. Bruno me contó que una vez lo perdió en una fiesta porque se rompió el broche y no pudo venir a la escuela en dos días.
—¿Es en serio?
—Sí, literalmente buscó incluso debajo de las piedras en el jardín de Sergio hasta encontrarlo.
Por un segundo, me sorprendo de aprender que un tipo con Bruno Montt puede tener un detalle tan romántico.
—Nunca lo hubiera imaginado —confieso—. Parece un idiota.
—Lo sé —concuerda—. Mientras recuerdes el collar, estaremos bien. Incluso si no lo recuerdas, no te voy a delatar, ¿vale?
—Gracias...otra vez.
—Tenemos que llevarnos bien, no luches contra ello —me reprende él—. Vamos a pasar mucho tiempo juntos, en realidad tienes que admitir que Bruno es demasiado importante en la vida de Lindsay. Creo que nunca los he visto separados por más de diez metros.
—¿Quieres que cargue una cinta métrica conmigo para asegurarnos? —Pregunto sarcásticamente.
—Puedes tomar las medidas que quieras —responde él con picardía.
Tal vez algo en la ropa de Lindsay está tomando control sobre mí, porque nunca antes un chico había logrado arrancarme la risita tonta que suelto cuando lo dice.
—————————————
Hola a todos!!!
Por fin puedo escribir una nota al final de los capítulos como suelo hacer.
Tuve una semana en el infierno y ahora acabo de pasar una en el cielo, así que la vida está encontrando su camino de nuevo.
Mis comentarios de hoy:
1. Para los que preguntan, no sé cada cuándo tiempo actualizaré, pero espero que sea un capítulo por semana :)
2. MIL GRACIAS a todos los que notaron a Chloe y su pasión por la moda en el capítulo anterior. En cierta forma, quise para ella ser más que las mil chicas de las novelas que tienen dinero y visten a la moda pero toda la mención que hacen en 60 capítulos es que usan zapatos "Jimmy Choo" y tal vez algo de Channel o Gucci. Sí, son marcas carísimas y muy conocidas, pero no me parecía suficiente.
Pasé al menos dos semanas investigando sobre diseñadores, moda, viendo pasarelas a lo largo de los años, miles de desfiles, países, entrevistando gente metida en ese mundo...en fin, digamos que Chloe ha sido uno de los personajes que más me han costado crear pero de los que estoy más orgullosa. Creo que tiene muy definida su pasión.
Admito que al inicio pensé que tal vez no era muy realista que ella supiera tanto sobre diseñadores, pero luego me di cuenta que recuerdo mil detalles de los cientos de libros y autores que he leído, incluso soy capaz de citar varios pasajes de mis favoritos de memoria. ¿Por qué alguien no podría saber tanto como yo de su propia pasión?
Por cierto, sé que a veces puede sonarles engreída, pero prometo que hay mucho de ella por descubrir. De eso se trata el proyecto, no se fíen de los estereotipos.
3. Sí, ahora también soy capaz de reconocer al instante a qué año pertenece cada colección de Jimmy Choo, pero es una de las cosas que más amo de ser escritora: aprender sobre temas que jamás imaginaste. Cuando escribí "Seduce a mi ex-novio", por ejemplo, aprendí sobre las leyes que regulan los clubs de striptease y que muchas chicas que sueñan con ganar dinero allí salen desengañadas por la falta de información.
4. Gracias por darme de nuevo la oportunidad en este libro. Espero que lo sigan disfrutando :D
¡Besos y calma!
Vale
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