𝑬𝒏𝒕𝒓𝒐 𝒂 𝒄𝒂𝒔𝒊𝒕𝒂 𝒄𝒐𝒏 𝒍𝒂 𝒄𝒂𝒋𝒂 𝒅𝒆 𝒑𝒊𝒓𝒐𝒕𝒆𝒄𝒏𝒊𝒂 𝒒𝒖𝒆 𝒆𝒍 𝒔𝒆𝒏̃𝒐𝒓 𝒍𝒆 𝒉𝒂𝒃𝒊𝒂 𝒆𝒏𝒕𝒓𝒆𝒈𝒂𝒅𝒐, 𝒕𝒓𝒂𝒕𝒂𝒃𝒂 𝒅𝒆 𝒆𝒗𝒊𝒕𝒂𝒓 𝒄𝒉𝒐𝒄𝒂𝒓 𝒄𝒐𝒏 𝒕𝒐𝒅𝒐𝒔 𝒑𝒖𝒆𝒔 𝒍𝒐𝒔 𝒄𝒐𝒉𝒆𝒕𝒆𝒔 𝒔𝒐𝒃𝒓𝒆𝒔𝒂𝒍𝒊𝒂𝒏 𝒅𝒆 𝒍𝒂 𝒄𝒂𝒋𝒂.

— ¡¡Hey Milo!! –llamo su atención su prima– ¿Quieres ayuda?

— No gracias Mira, estoy bien –sonrio acomodando nuevamente la caja en sus brazos, pues se resbalaba–

— ¡¡¡Mirabel necesitamos a otro José!!! –grito la abuela desde la segunda planta, haciendo suspirar a su nieta–

— Me tengo que ir Milo –dijo algo apenada– te veo luego greñudo –sonrio tras conseguir molestarlo–

— ¡Hey!

— Tejejeje –rio levemente para aproximarse a las escaleras a velocidad, la abuela era bastante mala molesta– ¡¡Un José encamino!! 

𝑪𝒂𝒎𝒊𝒍𝒐 𝒔𝒐𝒏𝒓𝒊𝒐 𝒍𝒆𝒗𝒆𝒎𝒆𝒏𝒕𝒆 𝒂𝒍 𝒓𝒆𝒄𝒐𝒓𝒅𝒂𝒓 𝒒𝒖𝒆 𝒅𝒆 𝒕𝒐𝒅𝒂 𝒔𝒖 𝒇𝒂𝒎𝒊𝒍𝒊𝒂 𝒔𝒖𝒔 𝒕𝒊𝒐𝒔 𝒚 𝒑𝒓𝒊𝒎𝒂𝒔 𝒔𝒐𝒏 𝒍𝒂𝒔 𝒖𝒏𝒊𝒄𝒂𝒔 𝒒𝒖𝒆 𝒏𝒐 𝒔𝒆 𝒂𝒍𝒆𝒋𝒂𝒓𝒐𝒏 𝒕𝒐𝒕𝒂𝒍𝒎𝒆𝒏𝒕𝒆 𝒅𝒆 𝒆𝒍 𝒕𝒓𝒂𝒔 𝒏𝒐 𝒄𝒐𝒏𝒔𝒆𝒈𝒖𝒊𝒓 𝒖𝒏 𝒅𝒐𝒏. 𝑼𝒏 𝒇𝒖𝒆𝒓𝒕𝒆 𝒗𝒊𝒆𝒏𝒕𝒐 𝒎𝒐𝒗𝒊𝒐 𝒕𝒐𝒅𝒂𝒔 𝒍𝒂𝒔 𝒅𝒆𝒄𝒐𝒓𝒂𝒄𝒊𝒐𝒏𝒆𝒔, 𝒆𝒔𝒐 𝒔𝒊𝒈𝒏𝒊𝒇𝒊𝒄𝒂𝒃𝒂 𝒒𝒖𝒆 𝒔𝒖 𝒕𝒊𝒂 𝒆𝒔𝒕𝒂𝒃𝒂 𝒏𝒆𝒓𝒗𝒊𝒐𝒔𝒂.

— La noche de mi bebé debe ser perfecta –se repetía constantemente bastante nerviosa, su esposo que trata de aproximar a esta–

— Juli cariño, cálmate por favor –pidio hacercandose para abrazarla– arruinas las flores de la ceremonia de Luisa

— ¿Alguien dijo flores? –se escucho la voz de la hermana mayor de Camilo, está descendió del segundo piso con sus lianas como si fuera un ángel. Al tocar el suelo creo un ramo de flores y se lo entrego a su tío y le coloco una rosa a su tía en su cabello–

— ¡Muchas gracias mija! –agradecio consiguiendo relajarse y calmando la posible tempestad–

— No hay de que tía –menciono dándose media vuelta chocando con su hermano provocando que casi se le cayera la pirotecnia, rodó los ojos molesta y decidió tomar el camino que se aproximaba al inicio de la casa ya que debía decorar– ¿Quieres un consejito hermano? –pregunto algo sería– si dejaras de ayudar estorbarias menos

— Para tu información Dol, estoy ayudando –choco con una columna siendo visto por su hermana con algo de preocupación disfrazada de indiferencia, ¡Debía actuar perfecto!– ¿¡Quien coloco está mamadera?! –pregunto para si mismo entre dientes, preocurando hablar bajo para que Isabela no lo escuchara aunque sabía que ya escuchó–

𝑪𝒐𝒏 𝒖𝒏 𝒔𝒖𝒔𝒑𝒊𝒓𝒐 𝒑𝒆𝒔𝒂𝒅𝒐 𝒅𝒆𝒄𝒊𝒅𝒊𝒐 𝒂𝒑𝒓𝒐𝒙𝒊𝒎𝒂𝒓𝒔𝒆 𝒂 𝒍𝒂 𝒄𝒐𝒄𝒊𝒏𝒂 𝒚 𝒃𝒖𝒔𝒄𝒂𝒓 𝒔𝒖 𝒄𝒂𝒋𝒂 𝒄𝒐𝒏 𝒍𝒂 𝒔𝒐𝒓𝒑𝒓𝒆𝒔𝒂, 𝒂𝒍𝒍𝒊 𝒅𝒆𝒋𝒂𝒓𝒊𝒂 𝒍𝒂 𝒑𝒊𝒓𝒐𝒕𝒆𝒄𝒏𝒊𝒂 𝒚 𝒒𝒖𝒊𝒔𝒂𝒔 𝒑𝒊𝒆𝒏𝒔𝒆 𝒔𝒊 𝒅𝒆𝒃𝒆𝒓𝒊𝒂 𝒆𝒔𝒕𝒂𝒓 𝒑𝒓𝒆𝒔𝒆𝒏𝒕𝒆 𝒆𝒏 𝒍𝒂 𝒄𝒆𝒓𝒆𝒎𝒐𝒏𝒊𝒂 𝒐 𝒅𝒆𝒃𝒆𝒓𝒊𝒂 𝒆𝒏𝒄𝒆𝒓𝒓𝒂𝒓𝒔𝒆 𝒄𝒖𝒂𝒍 𝑯𝒂𝒓𝒓𝒚 𝑷𝒐𝒕𝒕𝒆𝒓 𝒆𝒏 𝒆𝒍 𝒔𝒆𝒈𝒖𝒏𝒅𝒐 𝒍𝒊𝒃𝒓𝒐 𝒆𝒏 𝒔𝒖 𝒉𝒂𝒃𝒊𝒕𝒂𝒄𝒊𝒐𝒏. 𝑬𝒏𝒕𝒓𝒂𝒏𝒅𝒐 𝒆𝒏𝒄𝒐𝒏𝒕𝒓𝒐 𝒂 𝒔𝒖 𝒎𝒂𝒎𝒂́ 𝒉𝒂𝒃𝒍𝒂𝒏𝒅𝒐 𝒄𝒐𝒏 𝒔𝒖 𝒑𝒂𝒑𝒂́, 𝒂𝒎𝒃𝒐𝒔 𝒍𝒐 𝒏𝒐𝒕𝒂𝒓𝒐𝒏 𝒅𝒆𝒕𝒆𝒏𝒊𝒆𝒏𝒅𝒐 𝒔𝒖 𝒑𝒍𝒂𝒕𝒊𝒄𝒂.

— Hola mamá, hola papá –saludo sin siquiera hacer contacto visual, aunque el sabía que si la miraba directamente se le escaparia el «Tienes unas grandes arrugas y ojeras ma» y la última vez que lo dijo casi termina enterrado si no se hubiera entrometido su tía–

— Hola mijo –saludaron ambos a su hijo–

— ¿Te sientes bien?

— Como si te interesará –respondio serio subiendo algunos artículos de la caja que le dieron a la barra donde Casita se los llebava a quien sabe dónde–

— Mijo... –trato de colocar una mano sobre su hombro pero la mano de su hijo la detuvo–

— Debo irme –dijo cuando terminó de sacar los artículos y agarró una caja pequeña– nos vemos en la ceremonia –menciono para salir de la cocina–

— Nunca debí dejar que Milo se acercará tanto a Julieta –menciono con molestia y tristeza en su voz, su esposo posó sus manos en sus hombros–

— Pepi, Julieta solo cuido de el mientras tú te aislante en la cocina –dijo tratando de hacerla entrar en razón–

— L-lo se... –las lágrimas se acumularon en sus ojos, abrazo a su esposo ocultando su cara en su hombro–

— Ya, ya –lio palmadas en su espalda–

𝑴𝒊𝒆𝒏𝒕𝒓𝒂𝒔 𝒆𝒔𝒐 𝒔𝒖𝒄𝒆𝒅𝒊𝒂 𝑪𝒂𝒎𝒊𝒍𝒐 𝒂𝒄𝒐𝒎𝒐𝒅𝒂𝒃𝒂 𝒖𝒏𝒐𝒔 𝒂𝒅𝒐𝒓𝒏𝒐𝒔 𝒄𝒐𝒏 𝒇𝒐𝒓𝒎𝒂𝒔 𝒓𝒆𝒇𝒆𝒓𝒆𝒎𝒕𝒆𝒔 𝒂 𝒍𝒐𝒔 𝒅𝒐𝒏𝒆𝒔 𝒅𝒆 𝒍𝒂 𝒇𝒂𝒎𝒊𝒍𝒊𝒂 𝒄𝒐𝒏 𝒖𝒏𝒂 𝒗𝒆𝒍𝒂 𝒆𝒏 𝒆𝒍 𝒄𝒆𝒏𝒕𝒓𝒐, 𝒆𝒓𝒂 𝒔𝒖 𝒔𝒐𝒓𝒑𝒓𝒆𝒔𝒂 𝒑𝒂𝒓𝒂 𝒍𝒂 𝒄𝒆𝒓𝒆𝒎𝒐𝒏𝒊𝒂 𝒅𝒆 𝑳𝒖𝒊𝒔𝒂.

— Camilo –se sobresalto y tiro la vela por error causando que se queme el adorno que coloco frente a la puerta de la abuela, rápidamente lo pisoteo para apagar el fuego– ¿Que estás haciendo muchacho?

— Oh, pues... Preparaba estos adornos para ustedes –sonrio nervioso mostrando el adorno quemado que decía «ABUELA» y la mirada de la abuela era de incredulidad–

— Camilo, deberías dejarle las decoraciones a alguien más –pidio mirándole con algo de lastima–

— ¿Que? No, no, estos son una sorpresa de mi parte –exclamo, ambos notaron como el cielo estaba un poco obscuro y al otro lado de Casita estaba Julieta con una gran nube en su cabeza–

— ¡¡Julieta!! ¡La nube!

— ¡Ya se mamá! Pero Luisa no aparece, ¿¡Que más quieres de mi?! –inusual que ella le responda de ese modo, ambos supieron que estaba empezando a histerisarse–

— Camilo, ve a tu habitación, ya veremos a quien dejarle las decoraciones

— Pero- –fue interrumpido por su abuela–

— Ahora –sentencio, este fue con la cabeza gacha a su habitación, la cual comparte con Luisa, escuchando a su tía gritar por Luisa–

— Mamá, no deberías ser tan dura con Camilo, este día es difícil para el –Camilo quería reír ante eso, ¡La mujer que se hacía llamar su madre, que lo descuido durante diez años por su carencia de don, se preocupa por el!–

— Si Luisa no recibe un don esta noche será difícil para todos –dijo la matriarca sería, tras cerrar la puerta no escucho más la conversación de fuera–

𝑭𝒖𝒆 𝒂 𝒔𝒆𝒏𝒕𝒂𝒓𝒔𝒆 𝒂 𝒍𝒂 𝒐𝒓𝒊𝒍𝒍𝒂 𝒅𝒆 𝒔𝒖 𝒄𝒂𝒎𝒂 𝒔𝒂𝒄𝒂𝒏𝒅𝒐 𝒅𝒆𝒍 𝒄𝒂𝒋𝒐𝒏 𝒖𝒏 𝒓𝒆𝒈𝒂𝒍𝒐 𝒑𝒆𝒒𝒖𝒆𝒏̃𝒐 𝒄𝒐𝒏 𝒅𝒊𝒔𝒆𝒏̃𝒐𝒔 𝒅𝒆 𝒂𝒏𝒊𝒎𝒂𝒍𝒆𝒔 𝒇𝒂𝒏𝒕𝒂𝒔𝒕𝒊𝒄𝒐𝒔 𝒚 𝒓𝒆𝒂𝒍𝒆𝒔, 𝒅𝒆𝒋𝒐 𝒄𝒂𝒆𝒓 𝒔𝒖 𝒎𝒂𝒏𝒐 𝒋𝒖𝒏𝒕𝒐 𝒂𝒍 𝒓𝒆𝒈𝒂𝒍𝒐 𝒂 𝒍𝒂 𝒗𝒊𝒔𝒕𝒂 𝒅𝒆 𝒍𝒐 𝒒𝒖𝒆 𝒔𝒆𝒂 𝒒𝒖𝒆 𝒆𝒔𝒕𝒆 𝒃𝒂𝒋𝒐 𝒔𝒖 𝒄𝒂𝒎𝒂.

— Este regalo se autodestruirá en tres... Dos... Unooooo –sintio como el regalo fue arrebatado de sus manos– lo sabía

𝑳𝒂 𝒑𝒆𝒒𝒖𝒆𝒏̃𝒂 𝒋𝒖𝒈𝒂𝒃𝒂 𝒄𝒐𝒏 𝒆𝒍 𝒑𝒂𝒑𝒆𝒍 𝒅𝒆 𝒓𝒆𝒈𝒂𝒍𝒐 𝒕𝒓𝒊𝒔𝒕𝒆 𝒚 𝒆𝒍 𝒅𝒆 𝒄𝒂𝒎𝒊𝒔𝒂 𝒃𝒍𝒂𝒏𝒄𝒂, 𝒑𝒖𝒆𝒔 𝒔𝒆 𝒒𝒖𝒊𝒕𝒐 𝒔𝒖 𝒓𝒖𝒂𝒏𝒂 𝒂𝒎𝒂𝒓𝒊𝒍𝒍𝒂 𝒑𝒂𝒓𝒂 𝒆𝒏𝒕𝒓𝒂𝒓 𝒃𝒂𝒋𝒐 𝒍𝒂 𝒄𝒂𝒎𝒂, 𝒔𝒆 𝒄𝒐𝒍𝒐𝒄𝒐 𝒋𝒖𝒏𝒕𝒐 𝒂 𝒆𝒍𝒍𝒂 𝒎𝒊𝒓𝒂𝒏𝒅𝒐𝒍𝒂 𝒄𝒐𝒎𝒑𝒓𝒆𝒏𝒔𝒊𝒗𝒐.

— Déjame adivinar, ¿nervios?

— Y si... ¿no obtengo un don?

— Bueno... En ese... IMPOSIBLE caso, tu tendrías que quedarte aquí conmigo por siempre –pico su cuello haciéndole cosquillas sonriendo juguetonamente–

— Ojalá tuvieras una puerta... –comento haciendo que el contrario mirase el piso algo triste pero pasándole al instante–

— Yo también... Pero si yo tuviera puerta no habría podido pasar cinco años junto a la mejor prima del mundo –sonrio, pero luego su sonrisa cambio a una cara de miedo– por favor no me digas a Mira

— Jajajaja

— Anda –le dió un empujón con su hombro– ábrelo

𝑳𝒂 𝒎𝒆𝒏𝒐𝒓, 𝒚𝒂 𝒎𝒂𝒔 𝒓𝒆𝒍𝒂𝒋𝒂𝒅𝒂, 𝒂𝒃𝒓𝒊𝒐 𝒆𝒍 𝒓𝒆𝒈𝒂𝒍𝒐 𝒅𝒆𝒋𝒂𝒏𝒅𝒐𝒍𝒆 𝒗𝒆𝒓 𝒖𝒏 𝒑𝒆𝒒𝒖𝒆𝒏̃𝒐 𝒋𝒂𝒈𝒖𝒂𝒓 𝒅𝒆 𝒄𝒐𝒍𝒐𝒓 𝒇𝒂𝒏𝒕𝒂𝒔𝒊𝒂 𝒄𝒐𝒏 𝒎𝒂𝒏𝒄𝒉𝒂𝒔 𝒏𝒆𝒈𝒓𝒂𝒔.

— Para los nervios

— Gracias Milo...

𝑼𝒏 𝒓𝒆𝒍𝒐𝒋 𝒔𝒆 𝒂𝒑𝒓𝒐𝒙𝒊𝒎𝒐 𝒂 𝒆𝒍𝒍𝒐𝒔 𝒊𝒏𝒕𝒆𝒓𝒓𝒖𝒎𝒑𝒊𝒆𝒏𝒅𝒐 𝒕𝒂𝒏 𝒃𝒐𝒏𝒊𝒕𝒐 𝒎𝒐𝒎𝒆𝒏𝒕𝒐, 𝒂 𝑪𝒂𝒎𝒊𝒍𝒐 𝒆𝒔𝒕𝒐 𝒍𝒆 𝒓𝒆𝒔𝒖𝒍𝒕𝒂𝒃𝒂 𝒇𝒂𝒎𝒊𝒍𝒊𝒂𝒓. 𝑺𝒂𝒍𝒊𝒐 𝒅𝒆𝒍 𝒆𝒔𝒄𝒐𝒏𝒅𝒊𝒕𝒆 𝒅𝒆 𝒔𝒖 𝒑𝒓𝒊𝒎𝒂 𝒋𝒖𝒏𝒕𝒐 𝒂 𝒆𝒍𝒍𝒂, 𝒔𝒊𝒆𝒏𝒅𝒐 𝒐𝒃𝒍𝒊𝒈𝒂𝒅𝒐𝒔 𝒑𝒐𝒓 𝑪𝒂𝒔𝒊𝒕𝒂 𝒚 𝒔𝒖𝒔 𝒕𝒂𝒃𝒍𝒐𝒏𝒆𝒔. 𝑨𝒍 𝒔𝒂𝒍𝒊𝒓 𝒅𝒆 𝒍𝒂 𝒉𝒂𝒃𝒊𝒕𝒂𝒄𝒊𝒐𝒏 𝒇𝒖𝒆𝒓𝒐𝒏 𝒂 𝒍𝒂 𝒑𝒂𝒓𝒕𝒆 𝒒𝒖𝒆 𝒔𝒆 𝒆𝒏𝒄𝒐𝒏𝒕𝒓𝒂𝒃𝒂 𝒕𝒓𝒂𝒔 𝒍𝒂𝒔 𝒄𝒐𝒓𝒕𝒊𝒏𝒂𝒔 𝒒𝒖𝒆 𝒄𝒖𝒃𝒓𝒊𝒓𝒊𝒂𝒏 𝒂 𝑳𝒖𝒊𝒔𝒂, 𝒆𝒔𝒕𝒂 𝒔𝒆 𝒂𝒑𝒓𝒐𝒙𝒊𝒎𝒐 𝒂 𝒔𝒖𝒔 𝒑𝒂𝒅𝒓𝒆𝒔 𝒚 𝒉𝒆𝒓𝒎𝒂𝒏𝒂𝒔 𝒅𝒆𝒋𝒂𝒏𝒅𝒐 𝒂 𝑪𝒂𝒎𝒊𝒍𝒐 𝒆𝒏 𝒍𝒐𝒔 𝒑𝒊𝒆𝒔 𝒅𝒆 𝒍𝒂 𝒆𝒔𝒄𝒂𝒍𝒆𝒓𝒂 𝒒𝒖𝒆 𝒃𝒂𝒋𝒂𝒓𝒐𝒏.

— ¡Hasta que llegan! –exclamo Mirabel viendo tanto a su primo cómo hermana–

— Mírate mi niña, tan hermosa –queria llorar de la emoción, una nube se estaba formando sobre ella–

— Julieta la vas a mojar –exclamo disipando la nube–

— Mírate tan hermosa –tomo la forma de su madre para burlarse de ella en forma de broma, mantenía una estatura pequeña como la de Luisa, causando la molestia de su madre–

— Deten tus tonterías ahora mismo jovencita –exclamo con una nube con rayos sobre su cabeza–

— Deten tus tonterías jovencita –bromeo pero con rayo la golpeo causando que volviera a su forma original– ¡No sé repetirá mami perdón! –exclamo adolorida por el rayo–

— La abuela dice que ya es hora –menciono Isabela cortando la discusión de madre e hija–

— Venga mi vida, vamos

𝑺𝒂𝒍𝒊𝒆𝒓𝒐𝒏 𝒅𝒆 𝒆𝒔𝒆 𝒄𝒖𝒂𝒓𝒕𝒐 𝒕𝒐𝒅𝒐𝒔 𝒂 𝒆𝒙𝒄𝒆𝒑𝒄𝒊𝒐𝒏 𝒅𝒆 𝑪𝒂𝒎𝒊𝒍𝒐 𝒚 𝑴𝒊𝒓𝒂𝒃𝒆𝒍, 𝒆𝒔𝒕𝒂 𝒎𝒊𝒓𝒂𝒃𝒂 𝒂𝒍 𝒄𝒐𝒏𝒕𝒓𝒂𝒓𝒊𝒐 𝒄𝒐𝒏 𝒖𝒏𝒂 𝒔𝒐𝒏𝒓𝒊𝒔𝒂 𝒄𝒐𝒎𝒑𝒓𝒆𝒏𝒔𝒊𝒗𝒂.

— ¿Que sucede? ¿Tengo algo en la cara? –pregunto causandome una risa a la contraria–

— Noup, solo quiero decirte que... Espero que disfrutes de la ceremonia de Luisa –menciono para aproximarse a la salida de la habitación– ¡Y gracias por traerla greñudo!

— ¡Mirabel!

𝑮𝒓𝒊𝒕𝒐 𝒄𝒐𝒏𝒕𝒆𝒏𝒊𝒆𝒏𝒅𝒐 𝒔𝒖𝒔 𝒈𝒂𝒏𝒂𝒔 𝒅𝒆 𝒑𝒆𝒓𝒔𝒆𝒈𝒖𝒊𝒓𝒍𝒂, 𝒅𝒆𝒃𝒊𝒂 𝒒𝒖𝒆𝒅𝒂𝒓𝒔𝒆 𝒂𝒍𝒍𝒊 𝒐 𝒔𝒖 𝒂𝒃𝒖𝒆𝒍𝒂 𝒔𝒆 𝒎𝒐𝒍𝒆𝒔𝒕𝒂𝒓𝒊𝒂. 𝑨𝒃𝒓𝒊𝒆𝒓𝒐𝒏 𝒍𝒂𝒔 𝒄𝒐𝒓𝒕𝒊𝒏𝒂𝒔 𝒊𝒍𝒖𝒎𝒊𝒏𝒂𝒏𝒅𝒐 𝒂 𝑳𝒖𝒊𝒔𝒂, 𝒍𝒂 𝒄𝒖𝒂𝒍 𝒆𝒔𝒕𝒂𝒃𝒂 𝒑𝒓𝒆𝒕𝒊𝒇𝒊𝒄𝒂𝒅𝒂 𝒅𝒆𝒍 𝒎𝒊𝒆𝒅𝒐, 𝒐𝒃𝒔𝒆𝒓𝒗𝒐 𝒂 𝑪𝒂𝒎𝒊𝒍𝒐 𝒚 𝒍𝒆 𝒆𝒔𝒕𝒊𝒓𝒐 𝒔𝒖 𝒎𝒂𝒏𝒊𝒕𝒂 𝒆𝒏 𝒔𝒆𝒏̃𝒂𝒍 𝒅𝒆 𝒂𝒚𝒖𝒅𝒂.

— ¿¡Que?! No Luisa, sabes que no puedo –exclamo–

— Por favor... –lo miro suplicante sin cambiar su posición, no debía o si no la abuela se molestaría– te necesito...

— Aammgh –emitio un sonido extraño para luego mirar a la niña– tu ganas, allí voy

𝑺𝒆 𝒂𝒑𝒓𝒐𝒙𝒊𝒎𝒐 𝒂 𝒆𝒍𝒍𝒂 𝒕𝒐𝒎𝒂𝒏𝒅𝒐𝒍𝒆 𝒍𝒂 𝒎𝒂𝒏𝒐, 𝒅𝒂𝒏𝒅𝒐𝒍𝒆 𝒄𝒐𝒏𝒇𝒊𝒂𝒏𝒛𝒂 𝒅𝒆 𝒂𝒗𝒂𝒏𝒛𝒂𝒓, 𝒕𝒐𝒅𝒐𝒔 𝒔𝒆 𝒔𝒐𝒓𝒑𝒓𝒆𝒏𝒅𝒊𝒆𝒓𝒐𝒏 𝒂𝒏𝒕𝒆 𝒆𝒔𝒕𝒐, 𝒊𝒏𝒄𝒍𝒖𝒔𝒐 𝑴𝒊𝒓𝒂𝒃𝒆𝒍. 𝑬𝒎𝒑𝒆𝒛𝒂𝒓𝒐𝒏 𝒂 𝒄𝒂𝒎𝒊𝒏𝒂𝒓 𝒑𝒐𝒓 𝒍𝒂𝒔 𝒃𝒂𝒍𝒅𝒐𝒔𝒂𝒔 𝒓𝒐𝒋𝒂𝒔 𝒒𝒖𝒆 𝑪𝒂𝒔𝒊𝒕𝒂 𝒄𝒐𝒍𝒐𝒄𝒐. 𝑳𝒐𝒔 𝒓𝒆𝒄𝒖𝒆𝒓𝒅𝒐𝒔 𝒅𝒆 𝒆𝒔𝒆 𝒅𝒊𝒂 𝒗𝒐𝒍𝒗𝒊𝒆𝒓𝒐𝒏 𝒂 𝑪𝒂𝒎𝒊𝒍𝒐, 𝒐𝒋𝒂𝒍𝒂 𝒏𝒐 𝒔𝒆 𝒓𝒆𝒑𝒊𝒕𝒂...

☁︎                   ☔︎⚠︎♧︎︎︎𓇽ꕥ𑁍𖣘                   ☁︎

Me encuentro haciendo unos dibujos en digital y tradicional de este AU. Quizás para el próximo capítulo estén listos :D.