No sabía qué hacer, "¿Debería decirle que sí? ¿Después de todo lo que me hizo? Además, yo conozco muy bien a Nick, y se perfectamente que él nunca se enamoraría de alguien como ella... ¿O sí?." No paraba de pensar en múltiples escenas posibles, y la voz de mi cabeza no hacía más que amortizarme.

"Por su bien le diré que no..." Pensé "Pero ¿Y si se piensa que es porque lo quiero solo para mí?... ¿Y si Níquel siente lo mismo que Lucía, y se enfadan conmigo?... esta decisión es muy difícil y dependiendo de lo que elija hacer, se escribirá mi destino de una forma u otra, para bien o para mal." Estaba claro que no sabía qué hacer con mi vida, y que no era para nada buena tomando decisiones por miedo al efecto mariposa que actuaría sobre ellas.

Creía estar segura de lo que iba a responder, así que solo dejé que las palabras fluyeran:

-¡Claro! Al fin y al cabo eres mi mejor amiga y para eso estoy- Tras recapacitar a velocidad de la luz lo que acababa de pronunciar, mi pequeña yo que se encontraba dentro de mi cabeza no paraba de patear mi cerebro y gritar enfurruñada... Yo también lo habría hecho conmigo misma...

-¡Gracias! Te amo ¡Eres la mejor, enserio! Pero no más que Nick- "Muérete Abril, porque si no lo haces ahora, lo terminará haciendo la chica que tienes delante de tus narices"

-Sí, bueno...- "Me voy a arrepentir de esto toda mi vida..."

-Mira Abril, allí esta mi Nicky. Venga, apúrate, así me ayudas con él.- "Enserio, yo creo que ella te quería muerta..."

"¿Realmente tengo que ir? ¿Y ver como se besan y empiezan su relación como pareja?, sinceramente, no tengo muchas ganas de ir..." Pero en cuanto hube terminado de decir eso, o más bien pensarlo, Níquel apareció detrás nuestro

-¡Hola abril!- Se acercó a mi, sonriente, y me atrapó entre sus brazos, cosa que me hacía no poder resistirme a besarle y caer en la tentación. 

Pero entonces recordé a Lucía, aquella niña que en la infancia solía jugar conmigo a las muñecas, a la familia, a la cocinera... Aquella que me prefirió antes que cualquier otra, aquella que cuando nadie más quería estar conmigo durante los primeros años de primaria se acercó ofreciéndome ser amigas. Aquella que, a pesar de la distancia que mantuvimos durante los tres años que estuve fuera de mi país, me seguía mandando mensajes, seguía acordándose de mi. Aquella que me recibió con más entusiasmo que mi propia familia, aquella que se convirtió en mi mejor amiga, porque sólo ella lograba hacerme reír en mis peores momentos. Solo ella lograba hacerme llorar de la risa con sus chistes que ambas entendíamos, y nadie más que nosotras dos. Solo ella compartía momentos de locura particulares. Y sólo ella, supo romperme el corazón a su manera. Supo destrozarme con simples palabras, y arreglarme con tan sólo dos: "Lo siento". Esas dos palabras que durante tantos años no dejaron de sonar en mi cabeza, esas dos palabras eran las que más salían de su boca y las que, a pesar de todo, más feliz me hacían.

-Hola Nick- Dije poco entusiasmada aún sumida en mis pensamientos y recuerdos

-Hola- Procedió a saludar Lucía, pero esta vez con un tono sexy

-Níquel...- Dije llamando su atención mientras mordía mi labio inferior

-¿Sí, Abril?- "No quiero hacerlo..."- ¿Abril?, ahora dímelo.

-Agh...mira Nicky, si esta niñata no te lo dice, te lo digo yo- Ella alzó su voz, haciéndome a un lado para lograr estar frente a mi mejor amigo- Me gustas mucho y tienes que salir conmigo, por lo tanto ya puedes ir pidiéndomelo, porque sé que te mueres por mí.

No podía aguantar, quería irme de ahí, y ya nadie me detenía. Giré sobre mis talones en dirección contraria a la que estaban esos dos. No pensaba dar marcha atrás...

-Dos cosas Lucía- Anunció él-. Primero, no pienso salir con alguien como tu, no pretendas que todos los tíos que te cruces por el camino caigan rendidos a tus pies, por lo menos yo no. Y segundo, la única que si me obliga a salir con ella, y yo sería capaz de aceptar es Abril.- Pensaba por un momento que eran tonterías mías, al fin y al cabo éramos mejores amigos, y cualquier amigo real habría dicho eso refiriéndose al cariño que tenía... O al menos eso creía yo

-¿Que te gusta esa Zorra?- Gritó, a lo que yo no le di importancia (Pero mi corazón si, pues sentí un fuerte ardor justo en su zona)-Hacéis buena pareja, ella está enamorada de ti desde que te conoció, y dos idiotas juntos pegan mucho.

Seguí sin hacerle caso, levanté mi mirada del suelo y lo que vi al segundo de elevar mi cabeza me impactó por completo, logrando frenarme del shock que abarcó mi cuerpo en ese instante.

Justo después de elevar la mirada, esta cayó sobre uno de los rincones del instituto. Era un rincón oscuro, y aún recuerdo el escalofrío que recorrió mi columna al notar una figura allí, y un par de ojos mirándome fijamente. En cuanto sentí una mano en mi hombro me giré sobresaltada, y vi a mi querido Níquel con cierto cariño en su mirada. 

-Abril...- Cuando empezaba a cuestionarme si solo eso iba a decir, comenzó a acortar la distancia entre ambos

Sus ojos irresistibles color miel destacaban sus pupilas, tan oscuras como el azabache, ahora totalmente dilatadas. "¿Será por mi?" Pensé con cierto atisbo de esperanza.

Se acercaba muy sutilmente a mis labios y los nervios me consumían. Rodeó mi cadera, con sus grandes, fuertes pero suaves manos. Mi cuerpo se dejaba llevar como si el suelo que me mantenía en pie se hubiese evaporado. Cerró los ojos acercándose cada vez más, y yo por instinto toqué su cara, coloqué mi mano derecha en forma de puño, titubeando, en su mejilla. Extendí mis pequeños dedos lentamente por su rostro, hasta tener la mano completamente posada en el perfil derecho. Nunca había estado tan cerca de él, y un olor dulce y fresco había hecho que me perdiera entre sus brazos invadiendo el poco sentido que me quedaba hasta el momento, olvidándome de todo, provocándome estragos, haciéndome sentir como si una máquina demoledora imaginaria arrasase con todo lo que se cruzaba por su camino dentro de mi cabeza.

Pero... coloqué ambas manos en su pecho, y lo aparté de a poco. Él se resistió y volvió a tomarme del brazo.

-Abril...- Volvió a decir

-Lo siento Nick, pero yo... n-no...- Las palabras no lograban abandonar mi garganta

-Abril, por favor...- Su semblante había dado un cambio brusco, ahora inspiraba inseguridad, temor, angustia, y de alguna forma estaba logrando que yo me sintiera igual.

-Enserio Níquel, debo irme- Ambos nos soltamos al mismo tiempo, y alejarme de él sin mirar atrás había sido la hazaña más dolorosa que me había atrevido a realizar hasta el momento.

No tenía claro si debería haberle besado o no pero sentía que debía ser fiel a Lucía, fue siempre mi única amiga y tenía miedo de perderla.