Llevaba ya una semana con el caso que me había adjudicado aquel niño moreno, de muy baja estatura, ojos café agotados, y cabello despeinado. Lamentablemente sólo tenía recopilada como información detalles que me parecían irrelevantes, insignificantes, inútiles para resolver el dilema, tales como que:

Se llamaba Tobías Robinson, había fallecido a los 6 años y fue asesinado el 12 de Marzo de 2028, lo que quería decir que el expediente abierto para este caso llevaba abandonado casi 6 años .

Su padrastro era un hombre de unos 40 años, drogadicto y con serios problemas con el alcohol. Acabó suicidándose.

Sus abuelos maternos fallecieron en un accidente al igual que su tío, no tenía primos y no se sabía nada de sus abuelos paternos... "¿De dónde saco más información yo ahora?"

Ya no sabía qué más hacer, y estaba empezando a creer que Toby me había dejado a cargo de un caso demasiado complicado para mi coeficiente intelectual.

Pero a la vez, intentaba autoconvencerme de que si él me había elejido a mi y no a otra persona debía tener sus razones. Así que me repetía una y otra vez que pensaba resolverlo, que no le defraudaría, no a alguien más otra vez. 

Ya estaba bien de tanta cobardía, de aguantar tan poco ante situaciones desesperadas, no quería seguir siendo la misma de siempre.

Así que, dejé mi cabello en paz retirándolo de entre mis dedos que los tomaban estresados a punto de arrancarlos de una buena vez, y me puse de pie.

Estuve toda la noche buscando y rebuscando entre archivos, periódicos, internet, pero no conseguía nada. Los café con doble ración de cafeína se habían vuelto mis mejores amigos en esa estrellada noche en la ciudad, estábamos lo suficientemente apegados como para poder decir que me estaba volviendo adicta a su compañía.

Su calor y su cafeína me mantenían despierta y cómoda, lo suficiente como para aguantar toda la noche en vela frente a la pantalla del ordenador sin que los ojos me ardieran o se me cerraran por inercia propia.

La última vez que vi la hora en la esquina inferior derecha de la pantalla de mi iPad marcaba las 2 de la madrugada. No sé qué pasó después de aquello porque me dormí profundamente, o al menos eso creo, ya que a partir de ese momento mi memoria está completamente en blanco.

Fueron unas horas más tarde cuando empecé a abrir los ojos, adolorida. Supuse que era por culpa de haber estado hasta tan tarde frente a la pantalla de un ordenador sin descansar apenas un segundo, pero comprendí que no solo era eso, sino que algo más estaba ocurriendo.

A pesar de tener los ojos abiertos, seguía permaneciendo una inmensa oscuridad que me puso nerviosa e incómoda. Además, no podía respirar con normalidad y cada que inhalaba una pequeña cantidad de oxígeno, un material suave y sedoso obstruía mis fosas nasales.

Entonces escuché pasos a mi alrededor, y al querer moverme descubrí algo más inquietante. Mis manos y pies estaban amarrados muy fuertemente a lo que, según mi posición me explicaba, era una silla. Me quejé y removí intentado salir de aquella situación tan siniestra. Porque no se le podía llamar de otra manera, estaba más que claro de que era un secuestro. 

Pero qué había hecho yo para que algo así me ocurriera, ¿sería que mucho antes de volver a mi realidad, mi yo de ese momento, se habría metido en un lío gordo?

No le veía otra explicación.

Seguí intentando zafarme, y para mi sorpresa alguien me quitó lo que parecía ser un trozo de tela lo que cubría mi rostro. Claro, no me esperaba encontrarme a esos tipos delante de mi, y mucho menos en una situación como esta. Sentía que los había visto antes, pero por más que buscara entre los archivos de recuerdos de mi cerebro, no encontraba absolutamente nada.

-Hola teniente, has despertado, te estaba esperando- Su voz era irritante

No sabía exactamente si me lo parecía porque lo era, o porque era mi secuestrador. "Supongo que por ambas..."

-¿Quién eres y qué quieres de mi?- Le desafié con la mirada

-¿No me reconoces? Qué pena...- Comenzó a reírse- ¿Oísteis eso chicos? No me reconoce

Habló a los tipos que se encontraban detrás suyo, y ahí fue cuando lo recordé. Era nada más y nada menos que el grupito de FBIs que habían entrado en mi despacho exigiéndome acabar el caso lo antes posible. Claro, en mi completa ingenuidad lo primero que se me pasó por la cabeza fue el hecho de que estaban rompiendo una ley

-Estáis rompiendo la ley, como el alto cargo se entere de esto os...- Me interrumpió, logrando irritarme el doble

-Ay princesita...- Dijo simulando un tono de voz aterciopelado, que me hizo tenerle un asco tremendo, a la vez que acariciaba mi mejilla con uno de sus alargados, delgados y fríos dedos

-¡No me toques asqueroso!- grité, pero pareció restarle importancia y siguió hablando

-¿Aún no te enteras? Nunca fuimos agentes de policía, fue todo una tapadera- Quería escupirle con todas mis fuerzas en su asquerosa cara

Me cuestioné varias veces si era lo correcto, repasé una y otra vez las diferentes consecuencias que podría traerme hacer tal cosa. Pero de repente todo me dio igual, y le escupí sin más

-¿¡Pero qué!?- No esperó mucho para regalarme una bofetada, bien así de gratis, y me enfadé incluso más. Quise pegarle una patada en la entrepierna, pero me intimidó con tres simples palabras y un tono grave y peligroso en su voz- Ni lo intentes...

Me quejé, y casi a regañadientes le obedecí

-Lo mejor de esto es que tenemos el caso, terminado y con detalles, muchas gracias...- Escupió, dejándome en duda

-¿Cómo? Yo no lo he terminado aún...- Dije en voz alta

-Oh, sí que lo has hecho... parece ser que pasaste la noche en vela terminando tu investigación... ¿Te dijeron alguna vez lo bonita que te ves durmiendo?- Más y más asco, es lo único que él generaba en mi: asco

-¡Hijo de...!- No me dejó terminar el insulto que bien merecido tenía cuando me mandó a callar

-Sh, sh, sh, sh, guárdate eso... no te sirve de nada, al fin y al cabo hemos matado a tu preciado Toby y no has estado ahí para salvarle... Qué penita- Admitio con total frialdad, y hasta puede que un poco de ironía. 

"A quién voy a engañar, lo dijo con completa ironía."

-¿¡Tú!? ¿¡Has sido tú!?- Grité de repente, como si la vida me fuera en ello

-Dadle el expediente del caso- Ordenó a uno de los secuaces que tenía

Ese tipo me tiró la carpeta, que hasta hace horas atrás estaba vacía, sobre mi regazo. El jefe de la situación me ahorró el tener que usar las manos, atadas a la silla he de recordar, pasando hoja por hoja por su cuenta

-Yo no miento, bonita

-¡Maldito cab...!- Nuevamente, me impidió terminar

-¡Eh, eh, eh! Te he dicho que guardes tus asquerosas palabras

-Escúchame con atención imbécil; te buscaré, te encontraré y te mataré- Hice una pequeña pausa para mirarlo fijamente a los ojos y recordar su patética mirada-. Me vengaré por Toby y por esto...

-En ese caso, buena suerte...- Sonrió de lado- ¡Vámonos!

Se habían ido, y me habían dejado allí pegada a la silla sin poder moverme. Estuve durante dos horas seguidas intentando salir de aquella situación, al final me paré a observar el sitio en el que estaba y vi cerca mio unas botellas de vodka. 

Después de apañármelas para tirar la silla y caer junto a las botellas, tomé una con la boca y de algún modo milagroso la golpeé con tanta fuerza contra el pilar más cercano que acabó rompiéndose. Y como si estuviera en una película de acción, busqué la manera de tomar un trozo de vidrio con las manos y romper la cuerda que las sujetaba.

Sí, había logrado escapar prácticamente ilesa de aquella situación. Pero aún no había acabado, y no acabaría hasta que diera con esos hijos de puta y les hiciera retorcerse del dolor. Aún les quedaba un último suspiro, esperaba que lo aprovechasen, porque se arrepentirían de una y cada cosa que habían hecho en vida durante mi presencia.

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EDITADO

N/A 

¿¡POR QUÉ!? 

El próximo capítulo es el último... el mundo me odia </3

En cierta parte, quiero actualizar todo ya, pero por otra, si lo hago se acabará y... y... me deprimo D":

Créditos por la portada a: