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|Especial 10k|🔥

Las palabras de Dan fueron suficientes para calentarlo, solo tenía que esperar pacientemente a llegar a casa.

"Haré lo que tú me pidas, Jae" recordó esa dulce voz en un susurro que lo llamaba.

El tiempo se hacía cada vez más aburrido, verlo conversar tan animadamente con Yoon-Gu solo lo cansaba.

Y que al final, no pudieran concretar lo que habían planeado, lo enojó en sobremanera.

Luego, el hecho de que Dan se enfermase y su agenda tan ocupada, solo hizo que el tiempo pase sin que ambos pudieran concretar nada.

Un domingo, día libre del menor y cuando Dan se encontraba completamente sano, era la oportunidad perfecta para disfrutar con él.

—Jaekyung —sonrió Dan —Iré a ver a mi abuelita, nos vemos más tarde.

El menor, solo pudo levantarse de su asiento y caminar en dirección del pelicastaño.

—Llevo mucho tiempo aguantando, Kim Dan —sonrió el pelinegro —Es hora de que cumplas tu promesa.

La mirada penetrante y excitada del menor, lo hizo tambalear.

La sensación de vulnerabilidad amenazaba con hacer que sus piernas temblaran, como si estuvieran a punto de ceder bajo la presión.

Su corazón, latía rápidamente, mientras sus emociones se abrían como un libro expuesto, llenando su rostro de un sonrojo dulce y apetecible

Un beso unía sus labios, subiendo de intensidad el momento y el calor de sus cuerpos.

Eran las sensaciones de su cuerpo y mente cada que Jaekyung lo tocaba, cada que lo besaba y recorría su piel con sus manos, esos fuertes brazos envolviéndolo con posesividad, ahogándolo en la lujuria.

Justo como este momento en dónde Jaekyung atacaba su boca, cuando él empezaba a calentarse más, el menor se alejó.

Dan quería replicar, no era justo que lo dejara con las ganas para luego retirarse, pero la voz grave del pelinegro hizo que pequeños espamos recorrieron su cuerpo.

——Desnúdate frente a mi...— Jaekyung soltó al mayor y se sentó al borde del sillón, quedando con su vista fija a los ojos marrones del chico.—Estoy esperando.

Dan quiso protestar, pero estaba realmente desesperado, no perdió el tiempo y con lentitud se despojó de su camiseta negra, haciéndolo caer por su espalda. Seguido fue por su pantalón, la cual deslizó hasta quedar solo con ropa interior.

Su rostro estaba rojo de la vergüenza, puesto que ahora le tocaba su bóxer, dejando ya al descubierto su cuerpo.

Jaekyung sonrió analizando la anatomía de Dan, comenzó por su rostro, como el de un ángel, bajó su mirada a su cuello marcado con chupones que se iban desvaneciendo.
Sonrió satisfecho, sabe que él es el responsable de esas marcas, y haría muchas más.

A pesar de no haber follar seguido en esa última semana, siempre se encarga de devorarlo a besos por periodos cortos pero intensos.

Siguió bajando por su pecho, los rosados y erectos pezones que deseaba chupar hasta dejar su aureola roja. Observó su vientre, no tan marcado pero firme
Con un vistazo lento bajó hasta su entrepierna, observando el camino que conectaban su ombligo y hombría.

No soportó observar más, debía pasar a la acción de devorarlo por completo.

Sus labios se posaron con fuerza sobre los del pelicastaño debido a la agitación y la creciente adrenalina, golpeando su boca y moviéndola al ritmo de la excitación.

La hábil lengua exploraba sus labios con pequeños mordiscos, dejando la boca del mayor amoratada mientras intentaba seguir el frenético compás, y sonrió al ver lo torpe que Dan era.

Jaekyung lo besaba con una pasión que denotaba su experiencia. El recorrido de su lengua dentro de su boca lo dejaba sin aliento en cada segundo que pasaba, mientras sus lenguas se enredada.

Sus manos bajaban por el cuerpo del mayor, masajeando y contorneando cada parte de él.

Jaekyung se separó de los dulces labios del pelicastaño porque quería recorrer todo su cuerpo, para llenarlo de chupetones y marcas.

Denominarlo como su propiedad, solo de él. Dan, pertenecía a Jaekyung.

Su cuello enblanquecido, suave y apetecible era un buen lugar para dejar su mordida principal. Enterrando sus dientes entre el cuello y la clavícula, dejando un gemido adolorido del mayor.

Al mirarlo directamente a los ojos, Dan tenía cierta incomodidad, un puchero casi invisible.

El menor sonrió ante esa reacción, su rostro angelical mezclado con un cuerpo lascivo realmente lo calentaba y enloquecia.

—¿Qué pasó Kim Dan? —preguntó burlándose el menor —¿Acaso también quieres verme sin ropa?

El rostro del pelicastaño se tiño completamente de rojo, había sido atrapado con sus fantasías sucias y reclamantes.

Asintió levemente, no le veía divertido ser el único desnudo.

—Pues quitamela —sonrió Jaekyung, esperando ver una nueva faceta del pelicastaño, algo más atrevido.

Con timidez, se acercó al menor, sacando la camiseta que llevaba y dejando en vista los bien definidos abdominales que este poseía.

Indirectamente tocó, aquel six pack que tanto entrenaba Jaekyung, logrando sentir la dureza de su abdomen y se sonrojo.

La vista de Dan, fue dirigida al pantalón que llevaba el pelinegro, uno realmente holgado que escondía aquel miembro que podría ser fácilmente un arma letal.

Tragó un poco de saliva, dispuesto a continuar con su labor y retirar todo lo que Jaekyung llevaba puesto.

Sacó su miembro, que empezaba a palpitar y sus venas se empezaban a marcar fuertemente.

El pelinegro sonrió ante la vista, Dan sosteniendo su hombría y observandola como si fuera lo más delicioso del mundo.

—-Chupa —-mencionó con la voz grave el menor —-Abre esa boquita linda tuya.

El rostro de Dan se tornó más rojo que antes, pasando la lengua por sus labios y de esa manera humedeciendolos, para poder empezar con su labor.

Introdujo el miembro del pelinegro en su estrecha y caliente boca, logrando lamer desde la punta hasta el Fondo.

Chupaba, lamia y saboreaba cuál paleta o helado de su sabor preferido.

Siendo seguido por gruñidos del boxeador, quién se excitaba al sentir la boquita dulce de su amante hacer algo tan pervertido.

Dan seguía con su labor, sintiendo como los músculos de su rostro pronto se iban adormeciendo, con ligeras arcadas que sentía cada vez que Jaekyung llegaba hasta el fondo de su garganta.
Sus ojos se llenaron de pequeñas lágrimas, pero no le digustaba. Él también podía sentir la excitación del momento, incluso disfrutando de esas arcadas.

No se dio cuenta del tiempo que llevaba haciendo eso, pero cada vez más, el pelinegro se notaba inestable, cercano a su liberación.

Jaekyung tomó del cabello a Dan, obligándolo a quedarse estático en ese mismo sitio mientras sentía como su liberación era completada.

—-Traga —-susurro al oído del mayor cuando terminó de venirse completamente en su boca.

El pelicastaño asintió, tomando todo el líquido e intentando no desperdiciar absolutamente nada.

Y fue claramente observado por los ojos, anhelantes y atentos del menor.

Jaekyung sonrió, dejando soltar un suspiro y tomando del rostro al pelicastaño.

Definitivamente el ver su esencia escurrir por la comisura de los labios del pelicastaño, mientras intentaba tragarlo todo, era una de las mejores vistas que podía tener.

Era hora de pasar al siguiente paso, y era muy incómodo quedarse en dicho sillón, ambos preferían la amplia y suave cama que el pelinegro.

Jaekyung tomó a Dan, cargandolo y recostandolo sobre su hombro para ir en dirección de su "lecho de amor"
O mejor dicho: "lecho de sexo"

El camino hacia la habitación se hacía realmente largo, sus cuerpos necesitaban con urgencia unirse y disfrutarse.

Por fin, la cama estaba a la vista de ambos, cuando el pelinegro con delicadeza tiró al mayor, observando como su cuerpo rebotaba por la caída.

Lo posicionó de espaldas, dándole una hermosa vista de su trasero. Aunque se arrepentía de no poder ese lindo y erótico rostro sonrojado.

Jaekyung hizo presión, metiendo lentamente su glande.— Agh, estás... muy estrecho... — Él solía decirlo constantemente, el agujero de Dan siempre seguía igual de delicioso.


Dan soltó un quejido de dolor y su cuerpo se estremeció, sus ojos se abrieron por la sorpresa.

—J-Jae... a-ah..—El pelinegro empujó su trasero contra el mayor, logrando así meterla más a fondo.

El pelinegro esperó unos momentos para que el cuerpo del menor se acostumbrase a su longitud, acariciaba meloso su espalda y caderas. Ni siquiera sabía porqué se portaba tan cariñoso con el mayor.

Pasado unos minutos el chico partió un vaivén lento y suave, sin mayor apuro, logrando que Dan se relajara un poco y soltara jadeos suaves.

—Empezaré a ir más rápido, ¿te parece?—

El pelicastaño asintió.

Jaekyung se acomodó de mejor forma, partiendo con movimientos en ascendencia, echó un vistazo a su entrepierna, la erótica imagen de su polla follar el culo de su amante lo estaba motivando.

Soltó un jadeo suave y sus manos tomaron lugar en las caderas del pelicastaño, marcando movimientos ahora más rapidos pero no tan agresivos.

—Jae... Jae...— Suspiró.— me gusta como lo haces.— sus manos tomaban con fuerza el cubrecama en un intento de liberar la tensión de su vientre.

—¿Puedo ir más...? mgh.. ¿Puedo ir más brusco?.— Jaekyung se detuvo para inclinar su torso, apegando su mejilla al hombro del pelicastaño, depositando suaves besos.

—No preguntes... sólo hazlo.— Dan cerró sus ojos avergonzado.

Eso fue el pase libre para el boxeador, quien dio un último beso a la piel del chico seguido de una fuerte mordida que dejaría más tarde una marca por unos días.

Sonrió orgulloso volviendo a embestir el cuerpo del chico, marcando un ritmo más acelerado.
Se empezaron a escuchar los agudos gemidos del pelicastaño ya que la polla de su jefe le estaba haciendo tocar el cielo.

Su cuerpo se estremeció cuando sintió la juguetona mano de Jaekyung en su pene, comenzando a masturbarlo a la vez que lo follaba.

—Ah...— Las mejillas del mayor volvieron a incendiarse en rojo, sus pupilas dilatadas brillaban producto de las lágrimas

La tensión en su vientre estaba aumentando, si Jaekyung continuaba embistiendo y masturbándole no duraría mucho más.

—Vamos pequeño, gime mi nombre.— con su mano libre azotó una de las nalgas del chico, las ahora bruscas y rápidas embestidas aceleraban consigo la velocidad en la que masturbaba al mayor.

—Jae... Jaekyung, ¡Jae! Agh..— La agresividad en los movimientos del menor lo estaban arrastrando a su perdición, si lo grabaran ahora mismo para verse después, se desconocería totalmente, así no era él.

Jamás se imaginaría así mismo rogando para que lo follen como nunca, menos gimiendo el nombre del contrario y dando soltando sonidos tan atrevidos.

El pelinegro se acomodó nuevamente, comenzando nuevamente a embestirle, hasta que un gemido algo alto lo sacó de su éxtasis.

—¡Jae! ahí.. ahí..— Dan no sabía cómo expresarse debido al poco aire y la exitación del momento.

Pero el menor lo entendió, había tocado su punto dulce, no dudó en embestir con fuerza el sitio, logrando que la espalda de Dan se arqueara y sus piernas comenzaran a temblar.

Las rodillas del menor dejaron de responderle, provocando que su parte inferior bajara, logrando darle una excitante vista al mayor; El trasero de su amante rebotando en su vientre bajo cade vez que lo embestía.
Eso sólo lo motivó en seguir golpeando su punto dulce con rapidez y profundidad.

Dan no supo formular las palabras y simplemente soltó un gruñido agudo y un grito ahogado. Se había corrido, manchando el cubrecama y un poco su abdomen, sus paredes anales se estrecharon, atrapando a su "amante"quién se corrió junto a él.

Continuará...

OMG, nunca pensé que escribiría tanto gogogo jajaja.

(Esta es una especie de historia alterna o algo así... Lo que hubiera pasado si ambos no hubieran peleado 😔)

Espero que les guste, es el gogo más largo que hice Jsjs <3 (aprox 2000 palabras)

Todo por ustedes personitas hermosas que leen y apoyan este fanfic. ¡Ya llegamos a 10k de vistas!
(En menos de dos meses, que bendición 💕)

Si llegamos a 500 seguidores, ¡habrá otro especial!
Y también si llegamos a... (una más complicada) 5k de votos 👌

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