Dolor
Lincoln se hallaba caminando con paso firme, pero lento. Sus piernas le dolían bastante por lo maltrechas que estaban, se sentía algo agotado por la mala alimentación que recibía, el chico aún se preguntaba en que cabeza cabía que una hogaza de pan y un vaso de agua era suficiente para un día.
Pero, ahora con sus ánimos y determinación a flor de piel, estaba dispuesto a todo para reencontrarse con sus dos hermanas favoritas, aunque le dolía que Lily se quedara con esos… Monstruos, pero, lo importante es encontrar a Leni y a Luna, y luego se vería como sacar a Lily de ahí.
Finalmente llega a la casa de Clyde, el suspira y mira hacia ambos lados para cerciorarse que Vanzilla no este por allí.
El toca el timbre, aunque la espera fue corta, el lo sintió como si fueran horas. La puerta se abre y el chico moreno se sorprende de ver a su amigo allí en ese estado tan deplorable.
-¿Lincoln?- Exclamo incrédulo el muchacho moreno-. Amigo… ¿Qué haces aquí?
-Necesito… Necesito tu ayuda, Clyde.- El chico sentía que se le formaba un nudo en la garganta.
-¿Qué paso? ¿Por qué necesitarías mi ayu…?
El chico se sorprendió cuando su amigo le abraza y empieza a sollozar en su hombro… ¿Qué diantres pasa aquí?
-… Y eso es todo lo que ah pasado.- Termino de contar todo lo que le ah pasado.
Tanto Clyde como los señores Mc'Bride no podían creerlo, ¿De verdad el peliblanco ah pasado por todo eso? Fueron dos años de maltratos, de abusos y de denigración. Sería difícil de creer si no fuera por el estado paupérrimo del chico.
El solo veía directo a la mesa del comedor. A Clyde le rompía el corazón el ver a su amigo así, él siempre se mostraba como un chico bastante jovial, alegre y bastante ingenioso para crear planes. Este Lincoln tenía una mirada apagada, depresiva inclusive. Su energía se había apagado, podía sentirse un aura lúgubre en el. Además se veía más delgado de lo que es, pero no comprendía el por qué a pesar de eso el negó que le dieran algo de comer o beber.
-Lincoln…-Dijo el moreno para ponerle una mano en el hombro-. ¿Por qué esperaste tanto tiempo?
-Yo… De verdad pensaba que iban a recapacitar algún día…- Dijo Lincoln con una voz apagada-. Pero, entre más pasaban los días, mas aumentaban los golpes, mas aumentaban los insultos… Luego, tú te saliste de la escuela y Ronnie Anne me abandono… Poco a poco me quebraba, no fue hasta que Luna y Leni se fueron y dejaron esa carta en mi antigua habitación que me dio el impulso para irme de allí y jamás volver.
-¿Y por qué no te quedas aquí? Sabes que no eres una molestia para nosotros.- Dijo Clyde.
-No… No quiero ponerlos en riesgo. Bien sabes cómo son mis hermanas, y cuando descubran que me fui, seguramente me buscaran para ponerme las cadenas de nuevo.- Respondió Lincoln.
-… Entonces ¿Qué necesitas?- Pregunto Clyde.
-Necesito que me dejes darme una ducha, préstame un cambio de ropa, un lápiz, un papel y un borrador.- Dijo Lincoln.
-Eh… De acuerdo, en el baño hay una toalla.- Respondió Clyde-. Mientras te duchas, yo te buscare un cambio de ropa, así como también buscare lo demás.
-Gracias.- Dijo Lincoln.
-No me lo agradezcas.- Respondió Clyde-. Después de todo, eres mi amigo, y los amigos siempre se apoyan en las buenas y en las malas.
El peliblanco se levanta con dificultad y camina hacia el baño, cierra la puerta y se desviste. Antes de entrar a la ducha se mira al espejo ¡Cielos! Cualquiera diría que estuvo en plena acción de combate. Su cuerpecito estaba cubierto de m0oretones, cardenales, raspaduras y pequeños cortes cicatrizados y aunque su desnutrición no era severa, se empezaban a ver sus costillas.
Cuanto dolor reflejado en su cuerpo…
El abre la llave del agua de la ducha y la ajusta para que salga tibia, sintió un leve fastidio cuando se metió en la regadera, pero al tiempo sintió un alivio. Era como si el agua se llevara parte de sus penas y dolores.
Cuando termino de ducharse, se coloca una toalla en la cintura y abre la puerta un poco, lo suficiente para ver que en el suelo estaba el cambio de ropa que le había pedido a su amigo.
La vestimenta que le prestaron consistía en un abrigo color azul marino, una camiseta gris, pantalón tipo Blue Jean de color azul y zapatos negros.
Antes de salir del baño, el ve unas hojillas en el lavamanos, el peliblanco se le ocurrió una manera bastante loca para hacerles llegar el mensaje a sus hermanas, así que toma una y se la esconde en el bolsillo del abrigo.
De allí se dirige a la habitación de su amigo, él ya tenía listo el lápiz, el borrador y la hoja en su escritorio.
-Bien, Lincoln.- Dijo Clyde-. Asumiré que necesitas privacidad para escribir, así que me saldré un rato.
-¿No te importa que cierre la puerta con seguro?- Pregunto Lincoln.
-Para nada, solo avísame cuando termines, dentro también te deje un sobre para que guardes la carta.- Dijo el chico.
El chico asiente y le sonríe de manera forzada. Clyde solamente se sale de la habitación y oye cuando se cierra la puerta y el chasquido del seguro. Ahora solo debía esperar…
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Después de media hora, Lincoln sale de la habitación con el sobre en la mano.
-Veo que terminaste de escribir.- Dijo Clyde.
-Sí, disculpa la tardanza.- Dijo el peliblanco.
-No te preocupes.- Respondió-. Lo importante aquí es en que me digas ¿Qué vas a hacer?
-Buscar a Luna y a Leni, sin importar el costo.- Dijo el albino-. Pero, necesito un favor más de ti.
-¿Qué necesitas?
-Bueno, antes que nada acompáñame al Mall, necesito comprar algo y allí te digo cuál es ese favor.- Dijo Lincoln.
-… De acuerdo, vamos.- Dijo el moreno al buscar sus llaves.
Ambos se fueron al Mall, estando allí, Lincoln compro una mochila y algo que complementaria la carta, solo esperaba que todo saliera como el lo había pensado…
Unas horas después, ambos estaban en el estacionamiento del Mall.
-Asi que… Debo entregar esta carta a los Louds, y esta caja mediana a tu hermanita Lily ¿No?- Pregunto Clyde.
-Exacto.
-… ¿Y exactamente a dónde iras?-Pregunto nuevamente el moreno.
-Primero debo ir a South Hazeltucky, allí vive Sam y estoy seguro de que Luna está allí. Si no, me tocara ir a Brahms, se que Leni se iba a hospedar con Becky unos días… Solo espero que siga allí.- Dijo Lincoln.
-Bueno… Si llegas a necesitar ayuda. Sabes dónde encontrarme.- Dijo Clyde.
-Y créeme que no dudare ni un minuto en buscarte, compañero.- Respondió Lincoln-. Hasta pronto, amigo.
-Hasta pronto.- Respondió Clyde para irse por su camino.
La idea de Lincoln era simple; ir a tomar el bus para ir a South Hazeltucky, encontrar a Luna y buscar a Leni para así planear como sacar a Lily de aquella madriguera de monstruos que solía llamar hogar.
Nunca se imaginó lo que le pasaría…
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Cuando iba llegando a la estación, cerca de un callejón, fue halado por dos malvivientes, enseguida le amenazaron con un cuchillo para que soltara todos los objetos de valor que poseía, aquellos sujetos revisan su abrigo y sacan la carta de las hermanas de Lincoln. El chico enfurece y arremete en contra de aquel hombre y en respuesta el otro le apuñala tres veces; una en el hombro, otra en el pecho y una última en el abdomen.
Parecía que todo estaba perdido para Lincoln, el sujeto coloca el filo de su arma en el cuello de Lincoln.
-¡Si te mueves, te rebano la garganta de un tajo!- Exclamo el mal viviente.
Lincoln intento forcejear y cuando el sujeto se disponía a cortar, se oye un grito imponente en el lugar.
-¡Policía, quietos!
La voz autoritaria asusto a esos gamberros, pero el callejón no tenía salida. Así que no tuvieron otra opción que entregarse.
El chico se desploma al suelo, había perdido bastante sangre. Con las pocas fuerzas que le quedaban, se arrastra hacia la carta y la abraza con sus fuerzas, sentía como si estuviera abrazando a sus hermanas… Se sentía como en aquellos viejos buenos tiempos, en lo que lo único que importaba era divertirse y pasarla bien en familia y no importaba nada de los asuntos de la suerte ni esas cosas misóginas.
Quizás eran ideas de él o quizás eran ilusiones causadas por la falta de sangre, pero le pareció escuchar la voz de Leni y de Luna…
-"Vamos Bro, no te rindas. ¡El Lincoln que conozco jamás se rendiría!"
-"Debes resistir, Linky. Prometimos que iríamos por ti… No puedes irte así como asi"
-"…Lo siento, hermanas mías".- Pensó el peliblanco al sonreír, sus fuerzas eran casi nulas-. "No pude lograrlo… Lo lamento de verdad"
-No te preocupes, amigo.- Dijo una misteriosa voz-. Te llevaremos al hospital, solo resiste un poco ¿Si? No te rindas.
Esa voz… le resultaba conocida, pero se sentía tan débil… Quizás solo debía tomar una siesta, si, eso suena muy bien… Solo serán cinco minutos ¿Qué malo puede pasar?
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Continuara…
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