—Muy bien Isi. Hice una llamada a casa de mi amigo Rick Land. Él no estaba, pero hablé con Linda; su esposa, y le dije que ibas en camino —Habló papá desde la cocina.

—¡Genial! Ahora voy a llegar de sorpresa a casa de unos desconocidos.

—Rick y Linda no son unos desconocidos. —se asomó con un cucharón en la mano. Verlo con un delantal puesto sobre su traje caro, me sacó unas risas —No lo sabes pero, ellos son como parte de nuestra familia.

—¿Y cómo es que no los conozco?

Papá, hizo un corto silencio, luego dijo:

—Por situaciones de la vida, pero puedes estar tranquila. Los Land son grandes personas, y Rick no dudará en darte trabajo.

Mientras cargaba mi maleta para colocarla sobre el sofá y seguir guardando cosas en ella, dije:

—¿Cómo fue que se conocieron? Ustedes no tienen nada en común. Tú; un médico prestigioso, dueño de un importante hospital en el centro de la ciudad más importante del país —imité una voz de comercial —Y él; un médico de familia, dueño de una clínica olvidada en un pueblo fuera del mapa y con un nombre ridículo.

—Pues porque Ricky, Linda y yo estudiamos medicina juntos. Somos muy buenos amigos desde esa época, de hecho, viví un tiempo en Flowerton. Tu madre y yo amábamos pasar el verano ahí. Tenemos puntos de vistas muy diferentes pero siempre hemos complementado muy bien, aunque él tenga sus métodos y sea un completo cascarrabias —sonrió, y yo voltee a verlo alarmada.

—¿Me vas a enviar con un loco amargado?

—Tranquila, él es... complicado. Pero tiene un buen corazón.

—Bueno, muy pronto voy a confirmarlo —hice una mueca de desagrado —Ahora voy a reunirme con Carlos.

—Buena suerte hija —nos abrazamos —Nos vemos a las 4:00 p.m para llevarte a la estación.

Salí de casa apresurada. Ya tenía todo listo: mi ropa, mis tacones, mis maquillajes y productos para el cabello, todo perfectamente guardado para mi "viaje sabático".

Quedé en reunirme con Carlos en mi dulcería favorita: "Don Anecio". Se preguntarán ¿Quién demonios es Carlos? Pues, Carlos es mi novio, sí tengo novio desde hace seis años. Nuestra relación es algo "flexible" por así decirlo. Creo que eso es lo que nos ha permitido durar tanto tiempo juntos.

Yo me enfrasqué de lleno en mis estudios y luego en mi trabajo, y él se enfrascó de lleno en sus libros, porque sí, Carlos es escritor, y uno muy bueno por cierto. Lleva en su carrera veinte libros publicados con millones de ventas y entre ellos diez son Best Sellers ¿Qué puedo decir? tiene una buena imaginación.

Jamás he hablado con él sobre mamá, ni sobre el accidente que se llevó la vida de mi mellizo y que me dejó con una horrible cicatriz en el vientre ¿Por qué no? pues no me siento cómoda hablando de eso y prefiero mejor dejarlo guardado dentro de mí. Carlos siempre me pregunta cómo me hice tal herida, y yo sólo le respondo: "Una operación de apéndice que salió mal".

Llegué a "Don Anecio".

Los gigantescos ventanales de cristal dejaban ver su hermoso interior. Paredes en tono rosa pastel con calcomanías gigantes de dulces. Estantes llenos de dulces recién horneados: pasteles, brownies, tres leches, baguels, y mi favorito... el cheesecake.

Habían muchas mesas para comensales dispuestas por todo el local. Miré todas hasta que lo vi... Ahí estaba Carlos, tan guapo como siempre, tan elegante y distintivo. Su cabello rojizo sobresalía de entre los demás, sus ojos con un tono amarillento son algo de otro mundo, y siempre escondidos detrás de unos anteojos redondos. Estaba enternecido en su laptop, probablemente trabajando en su nuevo libro: "Secretos de Sangre". Me prometió que iba a ser una historia de fantasía muy distinta a las otras, con un toque dark y de misterio muy característico en sus libros y que tanto amo.

Nuestra relación es muy distinta a la de los demás. Nosotros no tenemos que vernos todos los días para funcionar. La última vez que nos vimos fue la semana pasada cuando se quedó tres días en casa. Por eso no he tenido la oportunidad de decirle la nueva condición de papá para poder ascender de puesto... Y para eso lo cité aquí, para invitarlo a venir a vivir conmigo. Después de todo, él es escritor, puede hacer su trabajo desde cualquier parte del mundo.

—¡Hola! —me sonrió y nos besamos en la mejilla.

—¿Qué tal tu semana? —preguntó.

—Bueno... algo complicada —me miró de reojo. Ya lo conocía muy bien, él sabía que algo andaba mal.

—¿Qué quieres decir?

—Me voy Carlos —alzó las cejas, sorprendido —Tengo que irme por un año a Flowerton. Esa es la condición de mi padre para ascenderme, para eso te cité aquí, para preguntarte si ¿quieres venir conmigo? —lo tomé de las manos, cariñosa.

Carlos me miró sorprendido, atónito. Separó ligeramente los labios y de un momento a otro me apretó ambas manos para luego soltarlas.

—Isi, hay algo que tengo que decirte. Algo que he intentado confesar y que no había tenido el valor para hacerlo.

—¿Sucede algo?

—Quiero que terminemos... yo, conocí a alguien más y...

Una oleada de confusión me abordó al instante. Mientras que él me hablaba de cómo conoció a otra mujer que siempre lo acompaña, que tiene los mismos gustos que él... Yo me encontraba en una especie de trance, pues nunca me había sucedido algo como esto. Nunca nadie había terminado conmigo, siempre era yo la que daba ese primer paso.

Hasta que reaccioné...

—¡Basta! —me levanté de la silla con rapidez, sin importar las miradas curiosas que nos abordaron. Luego lo miré detenidamente y sonreí.

—Terminamos... —fue lo único que dije.

Me alejé de él, ni siquiera lo volví a mirar, sinceramente para mí él ya no existía. No pensaba permitir que me contara sus infidelidades aunque, pensándolo bien, tampoco me molestaban. No me mal interpreten, jamás perdonaría una infidelidad, eso no está en discusión, simplemente no me molestó que él me engañara. No me sentí herida, ni tampoco me molestó terminar con él.

¿Hay algo mal conmigo? ¿En verdad lo amaba? Osea, estuvimos juntos seis años... Necesito una psiquiatra para mí porque definitivamente no me entiendo...

Caminé hasta el mostrador con una seguridad impresionante y compré cheesecakes para mi viaje de cuatro horas. Finalmente, salí de ahí sin siquiera mirarlo y con la sonrisa de satisfacción más grande y genuina que podía salir de mis labios.

🩺🩺

Una hora después:

—Lamento que no salieran bien las cosas con Carlos —habló papá.

—Tranquilo papá, no lo lamentes. La verdad es que no estoy triste, no sé que me pasa.

—Pasa que nunca lo amaste, sí lo quisiste, pero no lo amaste —acunó mi rostro con sus manos —Amar y querer no es lo mismo hija.

«Se escuchó el claxon de un autobús»

—Es hora —volvió a decir.

—Odio este viaje, ¿por qué no hay aviones hasta allá?

—Porque no hay aeropuertos en Flowerton —dijo sonriente y comenzamos a reír.

—Sé por qué lo haces —él me miró a los ojos —Antes no era así ¿Sabías? Lo que viví, me hizo ver la vida de otra forma, más objetiva y sin tanto sentimientos —mis ojos se llenaron de lágrimas, pero aún así no derramé ni una sola.

—Lo sé Isi —besó mi frente con delicadeza —Ojalá pudiera regresar el tiempo y que ustedes jamás hubieran ido a recogerme al aeropuerto —unas lágrimas salieron de sus ojos.

—No es tu culpa papá —sequé sus mejillas mientras lo miraba a los ojos —No te culpo.

«Nos abrazamos fuerte y volvimos a escuchar un segundo claxon de autobús»

—Es hora —sonrió —Te vas a divertir mucho en Flowerton, Isi.

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Hola, hola

¿Les gustó el capítulo?

¿Creen que Isi se va a divertir en Flowerton?

Así que nuestro Carlos escribió "Secretos de Sangre", lo voy a demandar por plagio.

Gracias por leerme.