Capítulo 7.
Distraído con la imagen en su cabeza, Jungkook perdió su oportunidad de escapar.
—Te tengo. —Taehyung atrapó a Jungkook, envolviéndolo en la jaula de sus fuertes brazos y lo giró—. Pensabas que podrías escapar de mí, ¿verdad?
—Mmmhmm. Me distrajiste —dijo Jeon. Deslizó la mano hacia abajo, memorizando la forma de la erección de Kim en su mano. El cambiaformas estaba excitado después de la persecución y se lo estaba demostrando. Jungkook estaba contento cuando los ojos del hombre más grande giraron por el placer y empezó a ronronear.
—Umm. Sí... te... lo mos... traré.
Jeon sonrió. Había logrado que el hombre grande tartamudeara, un punto para el lobo.
Estaba orgulloso de que él sólo gritó un poco cuando Taehyun lo levantó de sus pies.
—No creas que voy a dejar que tu sensual cuerpo me distraiga de hacerte mi compañero.
—Pensé que podría ayudarte —exclamó Jungkook cuando fue depositado suavemente en la cama otra vez.
Tae le dedicó una depredadora sonrisa cuando él cubrió el cuerpo de Jeon con su cuerpo. El contacto de piel contra piel provocó que Jungkook se sonrojara. La excitación lo había endurecido mientras Taehyung lo perseguía por toda la habitación, pero sentir al león encima de él lo tenía a punto realmente de explotar.
Se obligó a estar pasivamente debajo de Taehyung porque podía ver al león cerca de la superficie y no quería molestar a la criatura agazapada justo debajo de la piel de su amante.
Las pupilas de Kim se alargaron y sus colmillos se deslizaron de sus labios. —Voy a hacerte olvidar a cualquier otro hombre que se haya atrevido a tocar lo que es mío―gruñó.
Antes de que Jeon pudiera hacer algún comentario, le dio la vuelta y lo cubrió con su cuerpo más grande que el de su amante.
—He soñado con estar dentro de este culo —le susurró Tae.
Una lengua caliente y áspera lamió la espalda de Jungkook excitando sus terminaciones nerviosas. Nunca se había dado cuenta de que había zonas erógenas en su columna vertebral hasta que Kim atormentó cada vértebra con su áspera lengua. El pene de Jeon se endureció hasta que pensó que iba a venirse con la sola sensación de Taehyun lamiéndolo.
—Espera por mí, bebé —dijo como si hubiera leído sus pensamientos.
El chasquido de la tapa del lubricante llegó a sus oídos y segundos después un largo dedo se deslizaba en su interior. Los preservativos eran innecesarios para ellos porque no podían contraer enfermedades. Jungkook sólo los utilizaba cuando tenía relaciones sexuales con seres humanos, ya que era mejor usar un condón, que tratar de explicar a sus amantes humanos que podía convertirse en un lobo.
Jungkook se empujó hacia atrás para alentar a su amante.
Taehyung colocó otro dedo lentamente.
—Estás burlándote de mí —se quejó Jeon.
—Sí. ¿Cómo se siente?— Preguntó Tae, mordiendo el hombro de Jungkook.
—Molesto. Pon tu pene dentro de mí y jódeme como me lo dijiste en serio.
La profunda risa de Taehyung provocó algo cálido dentro del pecho de Jungkook. Le encantaba la risa del hombre. Tenía la sensación de que los grandes felinos no reían a menudo. El olor de sus cuerpos juntos lo estaba volviendo salvaje. Jungkook se apoderó de las sábanas y levantó su culo un poco más alto, tratando de tentar a su amante.
—Paciencia, pequeño, a los leones no les gusta correr.
—Tómate tu tiempo más tarde. —Taehyung el cuello de Jungkook enviando escalofríos de deseo a través de la columna vertebral del cambiformas-lobo—. Jódeme.
—Tranquilo bebé. Tenemos toda la noche.
—Tienes cerca de dos minutos o empiezo a tirarte de los pelos.
Taehyung rio por lo bajo. Un sonido que a Jungkook podía sentiren su espalda. —No querrás hacer eso. Me vería todo parchoso y calvo. No es nada sexy.
—Menos conversación y más acción —dijo Jungkook con losdientes apretados. Estaba perdiendo muy rápidamente la paciencia. Él no había perdido su erección ya que estaba muy excitado al sentir al enorme cambiaformas-león presionando su dura longitud contra su trasero.
Justo cuando estaba a punto de quejarse una vez más, Taehyung se deslizó dentro de él, sacando el aire del cuerpo de Jeon, dándole lo que él necesitaba. Jeon parpadeó para contener las lágrimas al sentir a su hombre, a su pareja, ajustándose dentro de él como si Taehyung perteneciera allí. Perdió la capacidad de pensar, cuando Kim se deslizó hasta llegar a su próstata y lo lanzó al éxtasis.
Aumentando la presión, Jungkook estaba a punto de llegar a su orgasmo cuando un agudo dolor atravesó su cuello. Los colmillos se hundieron en su carne, marcándolo profundamente. Jungkook podía sentir la sangre derramándose por su cuerpo y empapar las sábanas inmaculadas, pero se negaba a gritar. Él no quería que los demás tumbaran la puerta para tratar de salvar al Alfa de nuevo
«He sido reclamado».
Esta profunda herida le dejaría una cicatriz al cambiaformas-lobo. Por la cantidad de sangre en la cama, Jeon no tenía dudas acerca de que Tae lo había marcado de por vida. Una marca que llevaría con orgullo. Ese pensamiento fue suficiente para empujar a Jeon por el borde al igual que la última estocada de Kim. El calor bombeaba del cuerpo de Jungkook al mismo tiempo que Taehyung alcanzaba su liberación, reclamandolo como suyo.
Después de unos minutos, los colmillos de Tae liberaron el hombro de Jungkook, su áspera lengua lamió la herida.
—Mío. Mi hermoso compañero. —Rugió la profunda voz del león en sus oídos—. Mío para siempre. Mío. Mío. Mío.
—Tú eres mío también —le recordó Jeon a Kim, que yacía quieto debajo del enorme cambiaformas.
—Siempre voy a ser tuyo, mi compañero. Eres todo lo que siempre había querido.
Taehyung lo acomodó de costado para yacer de cucharita con Jungkook delante de él. Mientras lamía la sangre en el cuello de Jeon, abrazaba al lobo. Los dos hombres se quedaron acurrucados hasta que Jungkook sintió que Taehyung se deslizó fuera de su cuerpo
—Estamos enlazados. Puedes llamar a tu hermano más tarde y decirle que te vas a quedar —dijo Kim, dándole un beso en la frente a Jeon.
A pesar de las palabras de Tae, ellos sólo estaban medio-acoplados, ya que Jeon aún no lo había reclamado como suyo y hasta que eso no sucediera no se completaría. Jungkook estaba disfrutando el estar dentro de los brazos de Kim sintiendo crecer el vínculo entre ellos. No era común que entre cambiaformas de diferentes especies se enlazaran. Jungkook esperaba que funcionara. Incluso en el poco tiempo que llevaba de conocer a Taehyung se sentía más cerca del enorme hombre que de muchos de los lobos que había conocido durante toda su vida.
—Lo tomaré como que tu gato lo ha aprobado —dijo Jeon con voz rasposa.
—Mi gato piensa que eres la siguiente mejor cosa que la hierba gatera2. —Retumbó la voz de Kim contra la espaldade Jungkook—. Y yo creo que eres muy especial también.
Taehyung acercó más a su pequeño lobo dándole las gracias a su buena estrella. Finalmente, había encontrado al hombre con el que pasaría el resto de su vida. Otros ya no tendrían la oportunidad para llegar al hermoso hombre, Kim lo había hecho suyo. Se preguntaba cuánto tiempo tardaría Jungkook en aceptar lo inevitable y marcarlo como suyo de nuevo. La pequeña mordida que le había dado antes no había sido lo suficientemente profunda como para que verdaderamente lo marcara. Aunque le había dolió como una perra.
Su idilio se vio interrumpido por alguien golpeando a la puerta. Sería mejor que tuviera una buena razón para interrumpir o sino alguien iba a morir.
—Tae. Ven rápido. Tenemos un problema —gritó Tasha desde el otro lado de la puerta.
—Eres tu quien va a tener un problema si no me dejas a solas con mi pareja —rugió. Dejó que el rugido retumbara en el aire durante varios minutos mientras acomodaba a su lobo en sus brazos.
Frotando su mejilla contra la sedosa cabeza, disfrutó unos minutos marcándolo con su olor antes de que los golpes comenzaran de nuevo.
—Taehyung. No estoy bromeando. Hay un tipo en el pueblo preguntando por Jungkook. Creo que es ese lobo Jiwon.
—Mierda. —Tae le dio nalgada a Jungkook—. Vístete, hermoso. Vamos a ponerle fin a esto de una vez.
—Voy a la regadera primero.
Kim agarró la muñeca de Jeon antes de que saliera de la cama. —Hazte una limpieza mínima. Quiero que ese tipo pueda olerme en ti.
Jungkook asintió comprendiendo antes de caminar hasta el baño. Taehyung disfrutó de la vista un momento antes de sacudirla cabeza y colocarse su ropa. Maldita sea, su hombre se veía bien yendo y viniendo.
Taehyung abrió la puerta del dormitorio para ver la cara de ansiedad a Tasha. —Ese tipo ha dejado correr la voz de que tiene a Jungkook tan asustado que no ha querido reunirse con él. Kim, no podemos dejar que la pareja del Alfa sea declarada como débil por algún lobo desquiciado.
—Me ocuparé de él —dijo Kim inflando el pecho—.Nadie cuestiona a mi pareja.
Yoomgi corrió por el pasillo. —Alfa, hay un tipo en el pueblo diciendo que va a desafiar a Jungkook. No podemos dejar que se acerque al lindo cachorrito. Este tipo lo destruiría. Él es enorme para ser un lobo. Yo tendría cuidado. —Un destello salvaje surgió en los ojos del joven león—. Nadie sabe dónde está.
—Me encargaré de esto. —Un bajo gruñido se escuchó detrás de ellos.
Taehyung dio la vuelta para encontrarse con el color oro que brillaba intensamente en los ojos verdes de Jungkook, señal de que su lobo estaba cerca de la superficie.
—Bebé, no puedo permitir que te encuentres con el tipo. Él es la razón de que tu hermano estuviera dispuesto a negociar con nosotros los leones —dijo con el ceño fruncido. Estaba preocupado de que Jungkook tomara riesgos innecesarios solo para demostrar que era digno de él. Nadie iba a acercársele lo suficiente como para poder lastimar a su pequeño lobo.
Sin importar a cuanta gente tuviera que matar.
—Le dije a mi hermano lo mismo que te voy a decir. Puedo encargarme de Jiwon. Además quiero descubrir qué es lo que se trae en contra mía. Él ha estado detrás de mí desde que se unió a la manada de mi hermano
Kim miró a su hermoso compañero. —Cariño, puede haber más de una razón para que ese tipo esté detrásde ti.
Jungkook negó con la cabeza. —No estaba haciendo esa clase de ambiente. Es como si hubiera descubierto que asesiné a su madre y que después me comí a su gato para desayunar. Voy a llegar al fondo de esto.
Kim apoyó su mano en el hombro de Jungkook. —No vas a ir a ninguna parte sin mí.
Jeon levantó su barbilla. —Bien, puedes conducir. Alguien lanzó un gato en mi coche.
Taehyung le dio una mirada de suficiencia a su lobo. —Está en el taller de todos modos. Y dijeron que tardará algunos días pero parecerá como nuevo.
Sus esfuerzos fueron recompensados con una brillante sonrisa. —Bueno, porque me gusta mucho ese coche porque ahorra el combustible.
Negando con la cabeza hacia su hombre protector del medio ambiente, Kim envolvió en un abrazo a Jungkook y se dirigieron al garaje que estaba en la parte trasera. Docenas de vehículos estaban estacionados en un enorme espacio con aire acondicionado. Él llevó a Jeon hacia una gran Hummer negra.
Jungkook se clavó en sus talones. —¡Dime que estas bromeando!— Exigió.
—Ni siquiera un poco. Soy un hombre grande y no me voy a doblar a la mitad para salvar a la Tierra. Estoy considerando obtener una SUV híbrido, pero eso es lo mejor que te puedo ofrecer.
Haciendo caso omiso de los refunfuños de Jungkook acerca de que su vehículo era un asesino de planetas, levantó y sentó a Jungkook en el asiento del pasajero. Rápidamente entró en el lado del conductor, Kim se alegró de ver que Jungkook se puso el cinturón de seguridad.
Como cambiaformas, no se molestaba en hacerlo porque salir disparado a través del parabrisas en un accidente no sería suficiente como para matarlo, pero él tenía diferentes reglas para su frágil pareja.
—Cinturón de seguridad —dijo Jungkook, cruzando losbrazos.
Ocultando su sonrisa, Taehyung se puso el cinturón de seguridad, satisfecho porque Jungkook se preocupaba por él lo suficiente como para regañarlo por eso. Su relación estaba progresando bien.
Puso en marcha su vehículo y se dirigió a la ciudad. De camino, Kim trató de averiguar más acerca de Jeon.
—¿Haces mucho trabajo desde casa?
—Sí. Trabajo sobre todo en casa. De vez en cuando voy a la sede de la empresa para informar el progreso de lo que esté trabajando y obtener sus reacciones directamente, pero hay poco que no pueda hacer desde mi ordenador en casa. En la actualidad, hay una compañía de Japón que quiere contratarme para que diseñe su nuevo video juego y estoy por terminar un pequeño proyecto para una empresa de videojuegos en EE.UU.
—¿Te gusta lo que haces?— Preguntó Kim.
—Sí, realmente lo hago. —La voz de Jungkook reflejaba su placer—. Quiero decir, podría estar en alguna atestada universidad haciendo teoremas matemáticos de álgebra y enseñándole a estudiantes de primer año, o puedo imaginar la mejor forma más sangrienta de que un orco pueda matar a un elfo. En realidad, no hay comparación.
Taehyung se echó a reír. La mejor cosa sobre su guapo y talentoso compañero era que a Kim realmente le gustaba el chico. Debajo de ese pelo negro y hermosos ojos verdes había un hombre dulce, brillante y con un perverso sentido del humor.
Kim estaba enamorado. Esperaba que con el tiempo sus sentimientos fueran correspondidos. Aunque la mayoría de los compañeros terminaban enamorados, no había garantía. Había más que unos pocos cuantos que se acoplaron a toda prisa, y se lamentaron por el resto de sus vidas. Taehyung haría todo lo posible para asegurarse de que Jungkook nunca se arrepintiera de ser suyo. Además tenía que conseguir que su compañero le mordiera.
A Jungkook no le gustaba la idea de ser el único lobo en un grupo de gatos. Kim no lo culpaba, pero no había nada que pudiera hacer al respecto. Jeon necesitaba acostumbrarse a la idea porque Kim no lo iba a dejar ir.
Dios, él tomaría a la manada completa si eso le garantizaba mantenera su lobo a su lado.
Ellos continuaron charlando mientras viajaban. Taehyung le compartía de su amor por su familia y de su preocupación por su grupo, la forma en que pasaba la mayor parte de su tiempo organizando los recursos del grupo y trabajando en un proyecto con el cónsul internacional para proteger los derechos de los cambiaformas. Jungkook le habló de su amor por las matemáticas y la ciencia y de cómo su friki 3 interno le convenció para que creara complicados juegos para ordenadores, lo cual le ayudó a compartir su disfrute por los más complejos rompecabezas con los demás.
Taehyung sentía su corazón derretirse con el destello en esos brillantes ojos verdes. Llegando al pueblo, se detuvieron frente a la cafetería local. Pensó que si había un extraño en la zona, Diana la del restaurante sabría dónde estaba
Resultó que no fue necesario preguntar.
—Ahí está —dijo Jeon, señalando a un melenudo hombre rubio, de anchos hombros, y casi tan grande como Taehyung.
Kim gruñó. No había manera de que fuera a dejar que ese tipo se le acercara a su compañero.
—Quédate en el vehículo. —le ordenó Kim mientras salía de la Hummer. Taehyung se acercó al rubio y se puso delante de él, bloqueándole el camino—. He oído que estás buscando a Jungkook.
El rubio lo miró de forma severa con sus ojos marrones.— ¿Dónde está? Voy a retarlo, le cortaré la garganta y danzaré encima de su tumba.
Taehyung sintió a su león saliendo a la superficie para proteger a su compañero. Con gran dificultad se aferró a suforma humana. —Ese hombre es mi compañero y voy a estar muy enojado si le tocas aunque sea un cabello de su cabeza.
—A la mierda. —Sus enfurecidos ojos brillaron en un encendido color naranja—. ¿Cómo es que hace eso? Ese pequeño hijo de puta tiene una vida de ensueño.
La energía que despedía un enojado cambiaformas-lobo erizó los vellos de la espalda de Taehyung y supo que su compañero había oído todo.
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