Capítulo 2.
Taehyung tumbado en un enorme sofá miraba la foto en su mano. Sus ojos fielmente trazaban el brillante cabello negro y los penetrantes ojos verdes del hombre de la foto.
Maldita sea, era hermoso.
Esta no era una palabra que generalmente se les atribuía a los hombres, pero no había otra palabra para el lobo que iba a ser su compañero. Tenía ganas de morder la sensible unión entre su cuello y su hombro y reclamar al hombre como suyo.
El pene de Taehyung respondió a la visión en su cabeza. Se preguntó si su compañero tendría un sabor salado o dulce cuando él lo chupara.
—¿Aun suspirando por ese lobo?, —Preguntó Talla mientras entraba en la habitación. Sin molestarse en esperar a ser invitada, se dejó caer al lado de su hermano y miró la foto que él tenía— Para ser un cachorro de lobo es bastante bonito.
—¿Bonito?— Taehyung inclinó la cabeza mientras examinaba la foto de cerca—. No. Es hermoso y es todo mío —dijo con satisfacción.
—Él tiene una, ya sabes, —Talla le recordó—. El Alfa fue muy claro al decirnos que si su hermano no era feliz que lo devolviéramos a su casa.
—Lobo arrogante. —Tae frunció el ceño—. Tengo que conquistar a Jungkook antes de los seis meses porque no hay manera de que lo deje ir, una vez que esté aquí. Es mío y nadie me lo va a quitar.
—El lobo Alfa solo está cuidando de su hermano.
Taehyung asintió. Él lo entendía y había estado de acuerdo en eso, pero no tenía por qué gustarle. —Tampoco me gustó lo que nos dijo acerca de ese tipo. Al Jungkook cumplir veinticinco años, puede ser legalmente desafiado. Si ese lobo viene por aquí, voy a matarlo. No voy a dejar que toque a mi compañero. —Taehyung mostró su descontento con un bajo gruñido retumbante.
—Primero tiene que llegar a ser tu compañero.
—¿Has venido aquí para arruinar mi día? Porque yo me sentía muy feliz.
Talla sonrió. —¿Tú y tu foto?.
—Eso es correcto, y vamos a ser muy felices juntos hasta mañana. —Taehyung sonrió.―Entonces podré jugar con la cosa real.
—Lamentablemente. —Talla negó con la cabeza mientras miraba a su hermano—. Hay otros que también van a estar interesados en él, ya sabes.
Los colmillos de Taehyung salieron. —Será mejor que ellos mantengan su interés para sí mismos.
—Va a ser difícil eso, ¿no crees?. No va a ser fácil conseguir que un grupo de leones acepten a un lobo como tu pareja.
—A quien no le guste bien puede irse. —Dijo Taehyung con indiferencia.
Talla suspiró. —Algunos podrían batallar para ser tu compañero.
Taehyung negó con la cabeza. —Tú no entiendes, Talla. Él es mi compañero predestinado. Lo sentí tan pronto vi su foto. Nadie podrá discutir acerca de la elección de mi pareja una vez estemos enlazados.
Había todo tipo de combinaciones de apareamiento, pero solo los dioses escogían a una pareja predestinada. Había sido un acontecimiento muy raro, pero Taehyung supo cuando vio la foto del delgado cambia formas-lobo, que Jungkook era el elegido para él.
—Está bien, voy a dejar que los demás lo sepan. Eso impedirá que traten de alejarlo o matarlo.
Taehyung soltó un rugido. —Cualquiera que le toque aunque sea un cabello de su cabeza, perderá la suya. Asegúrate de que se corra la voz entre todos.
—Si, Oh Rey de la Selva. —Dijo Talla poniéndose de pie para irse—. Voy a compartir la noticia de que tu eres totalmente irrazonable acerca de nuestro nuevo lobo residente y para que todos tengan cuidado con sus modales.
—Bien. —Taehyung volvió de nuevo a la foto, acariciando el hoyuelo que veía en la mejilla de su compañero por llegar.
—Puede que sea un completo idiota, la apariencia no lo es todo. He salido con suficientes hombres para saber que eso es un hecho. —Dijo ella con una triste sonrisa.
—Él no lo es. Pregunté por ahí. Es un genio, con títulos en matemáticas avanzadas y ciencias de la computación y su familia lo adora, —Taehyung dijo, agitando un dedo en el aire—. Además le enseña a pequeñas chicas autodefensa en su tiempo libre.
—¿No se estará preparando para ser santificado?.
—No, cuando haya terminado con él. —Taehyung lo dijo con una sonrisa perversa.
—¡Que asco!, lamento haberte preguntado.
La puerta se cerró detrás de ella.
—A veces es demasiado fácil. —dijo Talan, sonriéndole a la foto. —Tendremos que espantar juntos a esa fenómeno desde mañana cuando ya estés aquí en persona. Y será muy divertido, —le prometió a su futuro compañero.
A la mañana siguiente, Taehyung estaba de píe en el porche esperando a Jungkook, sosteniendo una taza de café en una mano y su teléfono celular en la otra. No quería perderse del timbre del teléfono en caso de que Jungkook volviera a llamar. Para ser un genio en matemáticas, el pobre no tenía ningún sentido de orientación.
A Taehyung no le importaba. Cada vez que su pequeño lobo llamaba y oía su sexy y suave voz le daban ganas de ronronear. De acuerdo con su último contacto, Taehyung esperaba al
hermoso cambia formas-lobo en cualquier momento. Sus seis hermanas, hermosas cambia formas-leonas, de cabellos y ojos café dorado, lo rodeaban.
Mirando a su alrededor, se dio cuenta de que la vieja casa necesitaba una nueva capa de pintura. Los veinticuatro mil metros cuadrados de la mansión al estilo Tudor, construida por los antepasados de Taehyung, tenía cuarenta y dos cuartos y era el orgullo del grupo. El bisabuelo de Tae la había construido para su nueva novia en ciento cincuenta acres de tierra. Y era una fuente de orgullo el que la familia Kim, continuara siendo la propietaria de cada hectárea de tierra.
Tomando su café, la mirada de Taehyung vagó por el escenario donde estaba ubicada su casa en las montañas con la esperanza de que Jungkook la amara tanto como él lo hacía. El lobo estaba acostumbrado a vivir en el desierto. Kim esperaba que la altura no incomodara a Jeon demasiado. Tendría que asegurarse de que su compañero lo tomara con calma los primeros días, aunque siendo un cambia formas debía adaptarse más rápido que un ser humano normal.
Taehyung miró con amor y diversión a sus hermanas. Todas estaban mirando fijamente el vacío camino de entrada, como gatos esperando a un ratón.
—Tenemos que atender al nuevo integrante del grupo―Talla le había dicho, cuando sus hermanas llegaron al porche.
Lo bueno era que la casa tenía uno de esos antiguos porches, con varios y amplios balcones con barandas que envolvían toda la propiedad, o de lo contrario no habría espacio para todos los presentes. Trisha, su hermana mayor se sentó en el escalón superior del porche mirando hacia los autos. El resto de ellos estaban esparcidos por todo el porche como gatos tomando sol pero en forma humana. Esperaba que eso no asustara a su pareja antes de tener a Jungkook dentro de la casa.
—¿Qué es lo que todos están esperando?— Yoongi, uno de los machos del grupo, preguntó al salir de la casa. Sus ojos admiraban a las hembras mientras él se acercaba. De las profundidades del sur, el lento y marcado acento sureño de Yoongi siempre le llegaba a las damas.
Taehyung gruñó al recordar que el hombre jugaba para ambos bandos. Y sería una vergüenza si tuviera que matarlo, ya que él era el padre de dos de los sobrinos de Taehyung.
—Esperamos al compañero de Talan, —dijo Talla desde el columpio del porche.
—¿Llega hoy?— Yoongi se deslizó en el columpio al lado de Talla.
—Sí —dijo Tasha dando un paso al frente.
—Hey, ¿Qué está pasando? —Namjoon salió del camino que llevaba al terreno de caza, sus grandes pies golpearon las escaleras que conducían hasta el porche.
—Estamos esperando al compañero de Taehyung.
—Huh. —Namjoon se apoyó contra la parte delantera de la casa—. Me quedaré a saludarlo.
Taehyung vio como un león tras otro inventaba una excusa tras otra, hasta que veinticinco leones del grupo que estaban esperando en el porche vieron a un pequeño automóvil híbrido llegar a la casa.
—Señor, él es un conservacionista, —dijo Yoongi—. Eso puede ser peor que ser un lobo.
—Talla, ¿podrías traerme un café por favor —le pidió Taehyung amablemente.
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