Capítulo 77
A la mañana siguiente, Leonardo despertó sola en la habitación, al pensar que probablemente la había dejado sola en toda la noche, decidió buscar a su hermano en otra habitación, encontrándose conque toda la planta alta estaba vacía. Así que prefirió bajar. Al llegar al final de las escaleras, se percató de que la luz de la cocina estaba encendida, y de que había ruido proveniente de ese lugar. Con parsimonia se fue acercando, encontrándose con Raphael preparando el desayuno.
L- (Tímida) B-buenos días.
R- (Volteando a verla) oh!, buenos días Leo. Dormiste bien?
L- Si. Gracias.
Breve silencio.
R- Ya que estoy preparando el desayuno, te gustaría que hiciera algo en especial?
L- Gracias pero... lo que hagas esta bien.
R- De acuerdo.
De nuevo silencio.
L- No estas molesto conmigo?
R- De que hablas?
L- De lo que te dije el día de ayer.
Dando un suspiro, Raphael deja lo que tenía en las manos y se dirige a su hermana para abrazarla. Esta acción la sorprende un poco, pero no rechaza el gesto.
R- No lo estoy, jamás podría estarlo... no por ese motivo al menos.
L- Entonces.... Aún me quieres?
R- Si. Y no creo dejar de hacerlo alguna vez.
L- Aunque no sea pura?
R- (Levantando el mentón de la chica) Eso no me importa. Te amo por como eres tú, no tu cuerpo.
L- (Con lágrimas en los ojos) Rapha...
R- No importa lo que te hagan, nunca voy a dejar de amarte Leo.
L- (Recargando su cabeza en su pecho) Gracias.
R- (Sobando su espalda) No tienes por que darlas.
Cuando se separan, Rafael la toma de sus hombros.
R- No llores. No me gusta verte llorar.
L- (Limpiando sus lágrimas) Descuida, ya no lo haré.
R- Esa es mi chica. Ahora, por que mejor no me ayudas con el desayuno? Así podremos entrenar durante el resto del día.
L- (Asiente).
Después de preparar el desayuno y de haber ingerido los alimentos, ambos se dirigen fuera de la cabaña para entrenar.
R- Muy bien Leo. el objetivo del entrenamiento es que recuperes tu confianza en batalla.
L- De acuerdo.
R- Si te sientes mal, no dudes en decírmelo.
L- (Asiente).
La tarde pasó y cuando el sol empezaba a ocultarse, ambos regresan al interior de la cabaña para descansar.
R- En lo que tomas un baño prepararé la cena.
L- D-de hecho, quisiera que te bañaras conmigo.
R- Estás segura?
L- Si.
R- De acuerdo.
Ambos se toman de la mano y se dirigen al baño en la planta alta, se quitan la ropa y preparan la tina con agua tibia. Leonardo entra primero y le pide a Raphael que entre con ella. Este acepta y se coloca en el otro extremo de la tina, pero Leonardo se acerca a él y se coloca de espaldas, luego toma sus manos y se envuelve con ellas mientras recuesta su cabeza en su pecho.
R- Estas cómoda?
L- Ahora lo estoy.
Durante unos minutos, el silencio es lo que reina, pero no es parece incomodar a ninguno, más bien los ayuda a estar relajados mientras ponen en orden sus ideas.
L- Como lo haces?
R- El que?
L- En mantenerte sereno, el tenerme paciencia todo el tiempo, en tener la fuerza para para llevar a cabo todo esto. Que te impulsa a hacerlo?
R- Tu eres la que me impulsa. Tu me das la fuerza para continuar, la que me ayuda a dominar mi temperamento, la que me hace sacar paciencia de donde no tengo. Tu me haces hacer todo eso y más.
Leonardo eleva su cabeza y con uno de sus brazos aproxima a Raphael a sus labios.
L- Te amo.
R- Yo también te amo Leo.
L- Por favor... no me abandones.
R- No lo haré... lo prometo.
Ambos juntan sus manos y deciden permanecer más tiempo abrazados sintiendo el calor del otro, jurándose promesas de amor.
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