Continuación:
Narradora:
En un sin fin de planes, los dos secuaces malvados pasaron toda la tarde y parte de la noche formando diversas estrategias para poder llevar a cabo su secuestro.
Estaban sumamente agotados, ya estaba entrando la madrugada y los bostezos se hacían presente con cada oración que daban y el sueño cada vez los llamaba, pero no lo permitían, el café era su único aliado en esas circunstancias y vaya que si estaba dando frutos, por fin el par se puso de acuerdo de lo que iban hacer. Después de terminar unas cuantas aclaraciones y repasar todo, los dos se despidieron para tomar todas las energías posibles, solo así se podrá lograr su objetivo de manera correcta.
Ya estando cada quien en sus dormitorios, ya dispuestos a dormir, el científico y la chica ponk estaban más que cocientes lo peligroso a arriesgado que podría llegar hacer, pero rendirse y dejar el camino libre a esos oportunistas no estaba en una de las opciones.
"Era morir intentando dar todo o simplemente rendirse y estar muertos en vida"
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En la mansión del villano supremo estaban festejando con algunos tragos. La boda se llevaría en solo dos días y todos estaban entusiasmados, o mejor dicho casi todos. El joven creador Mexicano a pesar de tener la copa llena de vino en su mano, estaba sumamente desanimado, con una cara de pocos amigos, serio y rencoroso. Su único hijo estaba atrapado y que simplemente no lo supiera era de lo peor, algo que dolía aún más.
Para Black Hat tomar era algo de todos los días, el no tomaba agua ni ninguna otra bebida, solo vino u otra sustancia alcohólica similar. En cuanto a como se sentía emocionalmente, no puede negarse así mismo que todavía tienes sus dudas, sin embargo aun pensaba en todas las ganancias que tendrá y todo el poder que eso significara para los demás seres insignificantes a el.
Si se preguntan por que Alan todavía sigue en ese oscuro lugar, era por las múltiples amenazas que Verónica dejaba en cada momento a el.
"Si usted deja este lugar antes de la boda, juro por el diablo que no volverá ver a su hijo nunca más, yo misma me encargare de que el se aleje de ti"
"Salga de este lugar y de por muertos a todos esos payasos que usted ayuda"
"Con el poder que pronto tendré podre sacarlo de su trabajo de manera permanente"
"No me importa que usted no este de acuerdo con nuestro compromiso, pero solo piense en lo que Black Hat pensara al ver como su propio padre se interpone en uno de sus planes"
"Dígale que esta embrujado. Lo reto, Black Hat solo lo tomara como una verdadera estupidez y se decepcionara de usted"
Eso era solo un poco de todo lo que tenia que soportar. Black al estar muy ocupado no se daba cuanta del raro comportamiento de su padre.
Alan: Iré a dormir hijo, ya es muy tarde y aunque por lo general tu no duermes, yo te aconsejo que lo hagas cuando estás así de ebrio - dijo el pelinegro a su primogénito.
Black Hat: Alan...no me mandes a dormir como... si fuera un escuincle ¡Grrr! - se quejo el espectro con su voz reflejando claramente su ebriedad.
Alan: Ya lo se Black pero aun así sera mejor que descanses hijo, mañana sera un largo día y no me gustaría verte trabajar cansado - hablo el chico levantándose de su asiento para incentivar en hacer lo mismo para Black Hat.
Black Hat: Bien...iré - jipío un poco por el alcohol ingerido - iré a mi cuarto - dijo ya levantándose.
Alan: Yo te ayudo - soltó rápido al verlo tambalearse un poco.
Verónica: ¡NO! Yo lo ayudare, el es mi prometido y veo que usted está muy cansado. No se preocupe y yo lo llevo a su dormitorio – dijo con una mirada retante y amenazadora. El nombrado apretó sus labios en sinónimo de disgusto, guardándose sus comentarios para luego soltar a su hijo y dejar que ella lo acompañara – también quiero porque yo igual tengo ganas de acostarme – le susurro al joven de test morena de una manera perversa – adiós padre que descanses – termino de hablar, alejándose de los dos hombres que se encontraban en la sala. El hombre mayor del traje elegante correspondió la despedida de su hija, deseándole de igual manera dulces y malvados sueños.
Con enojo y preocupación, Alan no le quedo de otra que solo sentarse de manera brusca en el sillón en el que anteriormente estaba sentado, era visible el disgusto que se guardaba el muchacho en sus adentros, tanto que el hombre mayor se dio cuenta de su comportamiento.
Goldevil: Puedo apreciar señor Ituriel que no le agrada nuestra estancia aquí – lo miro relajado, quien el más joven le devolvió la mirada un tanto intrigante - ¿O me equivoco? – dio un trago de su copa de vino con la misma mirada.
Alan: Le diré la verdad, a diferencia de mi hijo no me gusta tener enemigos – dio un sorbo de su bebida – pero...usted tiene razón. No me agrada la idea de que su hija se aproveche del mío – lo miro serio.
El señor de cabello canoso le devolvió la mirada de un manera no tan agradable, frunció el ceño decidido a volver hablar.
Goldevil: Lo se, siempre lo supe, desde que lo vi por primera vez lo pude notar, pero no se de mala vida joven...ya no puede hacer nada, solo puede ver como nuestros descendientes se unen en matrimonio – lo miro de manera burlona, mientras el chico de chaleco oscuro bajaba la cabeza en muestra de desánimo – pero no todo es malo, nosotros nos volveremos tan ricos que no sabremos con que gastar nuestro dinero y eso lo incluye a usted también muchacho.
Alan volvió a levantar la cabeza pero ahora demostrándole total indiferencia por sus palabras.
Alan: Ja. Dinero; el dinero a mi no me importa, es útil si, pero no ando arruinándole las vidas a las demás personas por solo tener esas cantidades exageradas de ese papel monetario – miro molesto a su acompañante.
Goldevil: Lo siento por usted, pero le guste o no, no hay nada que pueda hacer. Mi hija y el suyo se casaran, así que váyase acostumbrando a nuestra presencia porque nos volveremos parte de su familia, quiera o no – dijo confiado y de manera arrogante.
El chico de corbata roja no aguanto más y se levantó molesto de su asiento, dirigiéndose hacia las escales con el simple pensamiento de querer estar solo en su cuarto, no sin antes decirle unas últimas palabras a su acompañante de aquella sala, bajando levemente la cabeza, posicionando un pie en el primer escalón, dándole la espalda y con un tono de voz grave volvió a confrontarlo de la manera más cordial que se le hacía posible.
Alan: Mi hijo no es tonto, ni mucho menos débil. Un día despertara de ese trance y volverá hacer el mismo de siempre, así tenga que esperar mil años, lo haré, esperare lo que haga falta – dijo de manera amenazadora, para continuar su camino en aquellas y largas escaleras rojizas.
El señor quedo pensando por un momento aquellas palabras de Alan, solo para después ignorarlo al recordar que era solo un simple he ingenuo muchacho que hacia un simple berrinche por toda esta situación.
Narra Black Hat:
Mi prometida no dejo que mi padre me ayudara por raras razones que desconozco.
Black Hat: ¿Por que te comportaste de esa forma con Alan? - le pregunte un tanto serio. Ella me devolvió la mirada extrañada, tomándome de unos de mis brazos que pasaba por sus hombros, ayudándome así a dar cada paso asía mi recamara.
Verónica: Amor~- canturreo coqueta - ya lo dije abajo, no quería que tu padre se lastimara la espalda intentando ayudarte, yo tengo mucha más fuerza que el - me contesto orgullosa.
Black Hat: Aun así, no vuelvas a tratar a mi padre de esa forma - ordene, nadie puede hacer eso excepto yo.
Verónica: Esta bien querido - dijo dándome un beso en su mejilla.
Narradora:
Al estar ya en la habitación del ensombrerado, la chica lo arrecosto en su cama enorme, le quito sus zapatos y se sentó junto a el a la orilla de la cama, quedando ella mirándolo directamente a los ojos.
Black Hat: ¿Se te ofrece algo? - dijo ya soñoliento con un bostezo.
Verónica: Nada solo que...siempre me he preguntado que escondes debajo de tu sombrero y tu lente - dijo acercándose de una manera no tan decente a el oscuro ser.
Black Hat: Nena, hay cosas que simplemente es mejor dejarlas como un misterio o te desquisieras - dijo ya algo más consciente pero todavía con sueño.
Verónica: No exageres - rió para luego sentarse en la pelvis de Black - pero si no quieres mostrarme esa parte descubierta tuya,~ tal vez me puedas mostrar otras ~ - ya estaba metiendo mano en el pecho del más grande, intentando aflojar su oscura corbata.
Black Hat: Nena, ya...te lo había dicho, no haremos nada de eso sin antes casarnos y solo faltan un par de días - dijo algo incomodo, alejándola.
Verónica: Pero Black, un día más un día menos, ¿Cual es la diferencia? lo importante es estar juntos y ya - se quejo la chica.
Black Hat: Para mi las cosas no son así... - ya estaba al limite con su sueño.
Verónica: Anda mi Black...solo un poco de jugueteo - dijo coqueta así acercándose a el para darle un beso que poco a poco se intensifico pero si bien la villana no estaba satisfecha no duro mucho su encuentro, al escuchar y sentir los leves ronquidos del ser malvado, se levanto de el, dejándolas con las ganas pero sin nada más nada que hacer - ¡ahg! - soltó fastidiada al no conseguir lo que quería.
Se alejo de la cama dirigiéndose a la puerta para salir "Solo dos días" pensaba una y otra vez para calmarse así misma y con ese pensamiento se fue a su cuarto a descansar.
Ya el villano encontrándose completamente solo abría su ojo visible, así dejando su actuación de cansado, solo para que ella lo dejara en paz. Si se sentía atraído de alguna forma pero no quería ensuciar su ser de esa forma y mucho menos sin estar ya ligado a ella.
Se levanto de su cama para terminar de quitarse su corbata negra, no cargaba su gabardina y para sentirse más cómodo y en confianza con sigo mismo, retiro su monópulo para colocarlo en una de las mesitas que tenia más a su alcance revelando como su ojo estaba completamente negro con una pequeña pupila de color rojo, y ya para estar mejor de relajado retiro su característico sombrero de su cabeza, dejando a la vista su cabellera negra que aunque estuviera bien peina asía atrás se encontraba un tanto despeinada al frente; paso sus manos en aquella parte para peinarla de manera rápida con sus dedos. Eran pocas las veces que se quitaba su sombrero y por nada del mundo lo hacia delante de otra alma.
Ya más cómodo se paro en su balcón algo pensativo, sabia como era su padre y notaba que entre su prometida, su padre y el padre de el no se llevaban del todo bien y aunque lo importaba poco el restos de humanos, a el si le importaba algo, es su padre a fin de cuentas, no obstante ya no puede echarse atrás, se sentía como estar entre la espada contra la pared, pero como todo inmortal y prepotente que es, solo dejara que esa espada lo perfore y esperar lo demás. La fama y ganancias multiplicaran en su vida.
Cerro sus ojos por un momento, así para dejarse llevar por la fría brisa que corría en todo su ser, estaba más calmado, hasta que en un punto de su oscura vista cerrada vio como si estuviera en otra piel, aunque fue en una fracción de segundos se sobresalto por ello; fue como si en un momento no era el, se sintió más pequeño, ligero y su cuerpo diferente. Froto su manos en su cara, pensaba que se estaba volviendo loco e intento no pensar más en ese momento tan loco y regreso a su cama para poder descansar un poco, le hecho la culpa el cansancio que tenia por ese momento de locura que tuvo. Aunque el no recordara nada, eso era un claro ejemplo de los efectos secundarios de algunas micro partículas del rayo Camerpon que quedo en su sistema.
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