Chào các bạn! Vì nhiều lý do từ nay Truyen2U chính thức đổi tên là Truyen247.Pro. Mong các bạn tiếp tục ủng hộ truy cập tên miền mới này nhé! Mãi yêu... ♥

18. Una escena de celos

Capítulo 18

—¿Te gusta este vestido?

Kaira me observa desde las alturas mientras espera por mi opinión.

—Sí, el color te favorece —respondo tumbada en su cama.

—A mí me parece que el final está mal rematado. Fíjate —me señala la costura del vestido—. Eso hace que no se vea recto del todo —da una vuelta para mirarse al completo en el espejo de su habitación.

—Puede ser —me encojo de hombros.

Mi amiga de toda la vida me mira con una ceja enarcada.

—¿Qué te pasa? —me pregunta a la vez que comienza a desvestirse—. Tienes la cabeza como en otro mundo.

Su comentario provoca que abra mucho los ojos y vea la oportunidad perfecta para sacar el tema.

Voy a contárselo.

—Es que quería hablarte de algo...

Kaira chasquea la lengua, satisfecha consigo misma.

—¿Ves? Te conozco demasiado bien —sonríe.

—Sí, es cierto —le devuelvo la sonrisa, acomodándome en la cama debido a que estoy muerta de los nervios.

—¿De qué querías hablarme?

Dejo salir un suspiro antes de responder.

—Quería hablarte de tu hermano —mi boca se adelanta y habla por mí.

—¿Qué pasa con él? —pregunta mientras deja su vestido dentro del armario y se viste con un chándal, sin prestarme mucha atención.

—Bueno... es difícil de explicar —me levanto de la cama para sentarme en ella y hablar con mayor claridad.

—¿Te ha hecho algo malo?

—No exactamente —intento medir mucho mis palabras para que la noticia no sea tan impactante para ella.

Supongo que le resultará muy extraño conocer que su hermano y su mejor amiga se han liado.

—¿Entonces? —me mira, interesada—. Espera, antes de que me lo cuentes. ¿Sigue liado con aquella chica de nuestra edad?

—El tema está relacionado con eso —respondo enseguida mientras juego con mis manos—. Pero... ¿por qué lo preguntas? —retrocedo, curiosa por la pregunta inesperada.

Error mío.

—Tú respóndeme. ¿Sigue con ella o no? —se sienta conmigo en la cama.

Kaira me mira fijamente mientras espera por mi respuesta.

—No, ahora ya no están juntos.

—¡Menos mal! —suspira de forma exagerada, acompañada de una risa.

Yo me quedo observándola con una ceja levantada.

—¿A qué se debe esa reacción? —verbalizo mis pensamientos, también riéndome para no levantar sospechas.

—Pensaba que mi hermano había vuelto a las andadas de ser un fuckboy —vuelve a reírse, ajena a todo lo que estoy pensando en estos momentos.

—¿Por qué dices eso? —sueno más interesada de lo que debería.

—Pues porque lo conozco.

—¿Pero ha pasado algo en especial? —insisto.

—No, bueno sí, lo de siempre —contesta secamente, pero al ver mi cara se da cuenta de que yo no sé a lo que se refiere—. Lo que pasa es que en unas semanas va a visitar a su exnovia a Milán y pensaba que seguía viéndose con esa otra chica.

Sus palabras caen en mí como un balde de agua fría y tengo que tragar con fuerza para evitar que se dé cuenta del dolor que me han causado.

—¿A su exnovia?

—Sí, Chiara. ¿No la conoces?

—¿Cuándo? —ignoro su pregunta.

—¿Cuándo, qué?

—¿Cuándo va a visitarla?

—Dentro de una semanas, en las vacaciones de Navidad —responde, encogiéndose de hombros.

La cabeza me da miles de vueltas y tengo que agarrarme de forma disimulada al edredón para contener mis ganas de gritar.

—Pero bueno, si me dices que ya no están juntos, supongo que mi hermano habrá cambiado —me mira, divertida—. ¿No crees?

—Sí, supongo —murmuro, inmersa en mis pensamientos.

Estoy intentando procesar toda la información.

—¿Qué ibas a decirme entonces? —se da un golpe en la cara, frustrada consigo misma—. Que te he interrumpido, perdón.

Yo me quedo callada. No tiene sentido contarle nada de lo sucedido con su hermano tras conocer la verdad.

Aren sigue enamorado de su exnovia y yo he sido una especie de entretenimiento para él. Un simple juguete de usar y tirar.

—¿Mar? ¿Qué ibas a decirme? —repite mi amiga mientras se levanta de la cama para seguir ordenando su armario.

—Nada —sacudo mi cabeza, fingiendo una sonrisa—. Que tu hermano y yo hemos estado quedando mucho últimamente, ya que tenemos casi el mismo grupo de amigos —aclaro, inventando una excusa sobre la marcha.

—¿Ah, sí?

Kaira parece decepcionada. Seguramente se esperaba algo más interesante como, por ejemplo, que ayer Aren y yo nos quedamos hablando por teléfono hasta altas horas de la madrugada. Pero prefiero seguir adelante con la mentira.

—¿Y qué tal os lleváis?

—Bueno, creo que mejor.

Hasta ahora.

—¿En serio? —yo asiento con la cabeza y Kaira hace lo mismo, pensativa.

Sé que quiere decirme algo pero no sabe cómo.

—¿En qué piensas? —intento averiguar.

Necesito distraerme de alguna forma.

Mi mente no deja de pensar en Aren y, tras enterarme de sus verdaderas intenciones, eso es lo último que quiero ahora. Saber que lo que sucedió entre nosotros nunca fue importante para él, solo me provocan ganas de chillar con todas mis fuerzas.

—¿Yo? —mi amiga me mira con sorpresa.

—Sí, tú.

Kaira deja su jersey doblado dentro del armario y luego vuelve a sentarse lentamente en la cama, a mi lado.

—Estaba pensando en ti.

—¿En mí? ¿Por qué? —abro mucho los ojos.

—No sé. Te he visto con un aura extraña desde que llegaste de Barcelona.

—¿Un aura extraña? —la miro sin comprender.

—Sí, como de enamorada. Sobre todo el día de hoy, cuando entraste por la puerta de mi casa —pone una mueca pícara—. ¿No habrá alguna persona por ahí que te haya conquistado?

Sí, el idiota de tu hermano.

—¿Qué dices? ¡No! —tartamudeo, nerviosa.

Noto que mis mejillas se encienden debido a la vergüenza.

—¿De verdad?

Mi amiga me guiña un ojo y yo le lanzo uno de los cojines de su cama para que me deje tranquila.

—No, no hay nadie. Si lo hubiera, ya te lo habría dicho —miento.

—Lo sé —asiente con la cabeza—. Puede que hayan sido solo sensaciones mías, pero te veía como en las nubes. Ya sabes, lo típico al estar pillada.

—Siento decepcionarte, pero no —me encojo de hombros—. El amor todavía no ha llegado a mi puerta.

Desgraciadamente, no de la forma en que yo esperaba.

—Bueno, hay tiempo, así que no le des muchas vueltas —me aconseja.

—En eso estoy. Ya he aprendido a no darle una importancia que no tiene, es un proceso lento pero poco a poco está dando sus frutos —declaro con sinceridad.

—Claro que los está dando.

Kaira me sonríe de par en par y se acerca de nuevo a su armario para coger el mismo vestido de antes. Yo le devuelvo la sonrisa.

—Entonces, ¿te gusta cómo me queda o lo devuelvo?

***

Cuando llego a Barcelona, mis compañeras de piso me reciben en el salón.

Charlamos un poco sobre nuestros respectivos puentes y después de un buen rato, me dirijo hacia mi habitación para deshacer la maleta.

Justo cuando la coloco encima de mi cama para quitar mis pertenencias con mayor facilidad, recibo un mensaje de WhatsApp de Laura.

"¿Ya has llegado a Barcelona?", me pregunta.

Con una sonrisa en la cara, le saco una foto a la maleta abierta como respuesta.

Me resulta raro que mis amigos me hayan echado de menos, porque yo sí lo he hecho. A pesar de estar tan solo cuatro días alejada de ellos, he sentido demasiado su ausencia.

"¿Podemos vernos?".

La pregunta de Laura me sorprende, pero lo hace más el nuevo mensaje que aparece en mi pantalla.

Aren ha vuelto a escribirme.

"¿Estás en tu piso de Barcelona?".

Mientras leo una y otra vez el mensaje del chico con los labios entreabiertos, me siento en mi cama, ignorando por completo a mi maleta y todo lo que tengo que hacer.

Dudo sobre si responder. No sé qué pensar de él después de lo que me comentó Kaira. ¿De verdad todo ha sido una mentira y yo he sido un juego para el moreno?

Todo apunta a que la respuesta es sí. Pero, entonces... ¿por qué se interesa por mí? ¿Por qué se ha acordado de que llegaba hoy y me ha enviado un mensaje para asegurarse?

¿Acaso quiere verme?

Mi mente me obliga claramente a no responder, pero algo dentro de mí se contradice y dice que debo hacerlo para "ver qué pasa".

Como siempre, le hago caso a esa parte no racional.

Parece que te gusta sufrir, Mariana.

"Sí, ¿por qué?", contesto secamente.

A su vez, Laura vuelve a enviarme otro mensaje.

"Cuando puedas, responde. Necesito hablar contigo".

Me quedo leyendo el mensaje durante unos segundos, confundida. ¿Pero qué le pasa a todo el mundo hoy? Parece que hicieron un acuerdo para necesitarme y querer hablar conmigo justo cuando menos lo esperaba (y más cosas tengo que hacer).

No me quejo, ya que me gusta estar para los demás, pero me resulta raro.

"¿Ha pasado algo?".

En ese mismo momento, recibo una respuesta de Aren que provoca que mi corazón dé un vuelco y comience a respirar de forma agitada.

"Hoy me he levantado queriendo recuperar mi querida camiseta. ¿Crees que eso es posible?".

Me levanto de la cama con nerviosismo.

Igual me estoy ilusionando, pero eso suena claramente como una excusa para verme. Una petición disimulada para hablar de lo acordado en la llamada.

Una sonrisa se escapa de mis labios.

Aren, ¿qué me has hecho y por qué te odio tanto por ello?

Estoy a punto de responderle cuando suena el timbre del piso, distrayéndome por completo y consiguiendo que aleje la mirada de la pantalla.

Como no espero a nadie, me mantengo dentro de mi habitación, pensando en una respuesta convincente que darle al chico de ojos marrones mientras camino de un lado para otro.

—¡Mar! —mi compañera me grita desde lo que parece la entrada del piso.

Enarco una ceja antes de abrir la puerta de mi cuarto y salir para ver qué es lo que está sucediendo. Nunca ninguna de mis compañeras de piso me había llamado de esa forma, así que debe ser importante.

—¿Qué...? —pregunto, pero me detengo a mí misma cuando me doy cuenta de lo que está pasando.

—Hola —Laura me saluda con una sonrisa triste.

Parece destrozada. Y también está empapada.

—¿Laura? —es mi primera reacción—. ¿Qué ha pasado?

La chica de pelo corto se acerca a mí y me abraza con fuerza sin decir nada. Ante el panorama, mi compañera de piso entra de nuevo en el salón, dejándonos a solas para que mi amiga y yo podamos hablar con tranquilidad.

—Me estás asustando —le hago saber sin romper el abrazo, a pesar de estar mojándome la ropa.

—Creo que lo he estropeado todo con María —me confiesa mientras solloza en mi hombro—. Mis inseguridades han vuelto a estropearlo todo.

—¿Por qué dices eso? Seguro que no es así —intento animarla.

—Sí, hemos discutido y nunca la había visto de esa forma —me responde alejándose para verme la cara—. Estaba decepcionada conmigo.

—¿Por qué habéis discutido?

—Por lo de siempre. Mis fantasmas del pasado no dejan de atormentarme.

—Esos fantasmas son tu ex, ¿verdad?

Doy en el clavo.

—Venga, ve a mi habitación mientras yo hago una bebida caliente para las dos. Te vas a resfriar si sigues con esa ropa, así que puedes cambiarte con lo que te valga de mi armario —le aconsejo y Laura asiente con la cabeza.

Cuando mi amiga me hace caso y se marcha, me dirijo hacia la cocina. Mientras preparo el chocolate caliente, saco mi móvil del bolsillo y entro en el chat de Aren. Su mensaje sigue sin respuesta.

"Hoy no puedo", me limito a responder y acto seguido bloqueo la pantalla del móvil para no dar más explicaciones.

Laura me necesita más que nunca y lo de Aren no es más que una tontería.

No sé por qué sigo torturándome a mí misma creyendo que esto puede ir más allá, cuando Kaira ya me ha confirmado que no es así. Aren sigue enamorado de su exnovia y durante las vacaciones de Navidad irá a visitarla. Punto y final.

Nuestra relación nunca ha existido ni existirá.

—¿Mar? —me llama Laura desde mi habitación.

—Sí, voy ahora —contesto mientras cojo las dos tazas de chocolate caliente.

Estoy lista para hacer de psicóloga cuando ahora mismo la primera que lo necesita soy yo.

Ironías de la vida, supongo.

***

El viernes por la mañana Laura me despierta con la gran noticia de que ha seguido mis consejos y ha hablado con María sobre su relación pasada, consiguiendo que ambas solucionen sus problemas y estén mejor que nunca. La comunicación en una relación es la clave y parece que mi amiga de ha dado cuenta de ello.

Cuando llego a clase, Guille y Laura me esperan en nuestro sitio de siempre y ambos sacamos nuestros ordenadores para seguir la clase.

Este descanso me ha venido bien, ya que me noto mucho más productiva que antes y consigo hacer los mejores apuntes de todo el curso. Sin embargo, mi cabeza está a punto de explotar debido al exceso de concentración.

Aturdida pero satisfecha conmigo misma, informo a mis amigos de que voy al baño. Así tal vez consiga despejarme un poco.

Tras mear y lavarme la cara, me siento mucho mejor y me dispongo a salir de la estancia, pero una voz conocida me sobresalta y me impide continuar con el trayecto.

—Hola.

No soy capaz de detener mis pasos debido a la sorpresa, de modo que el cuerpo de Aren se choca contra el mío mientras retrocedo lentamente, confusa.

Escucho su risa y mi corazón comienza a latir fuertemente.

Tengo que detener esto cuanto antes.

—¿Qué haces aquí? —le espeto.

Veo que mantiene su sonrisa de lado a pesar de la brusquedad de mis palabras.

—¿No es obvio? —me observa desde las alturas con su mirada burlona de siempre que últimamente tanto me divertía.

Yo me encojo de hombros, sin ganas de entrar en su estúpido juego.

—He venido a verte —se responde a sí mismo ante mi silencio.

—¿Para qué?

El chico se percata de mi actitud malhumorada y se cruza de brazos. Ahora es él el que está confundido.

—Habíamos quedado para hablar, ¿no lo recuerdas? —eleva sus cejas.

—¿Aquí?

—No, aquí no —sonríe de lado.

—¿Entonces?

—El miércoles iba a ir a tu casa para recoger mi camiseta, pero al final me dijiste que no podías. Desde entonces no he vuelto a saber de ti.

Porque te estoy evitando.

—Lo de que no podía era cierto, me surgió un inconveniente a última hora —me defiendo.

—No estoy diciendo que no lo sea —puntualiza sin dejar de mirarme.

Me ha pillado.

¿Cómo puedo ser tan mala mintiendo?

—Entonces, ¿de qué querías hablar? —cambio de tema con rapidez.

—¿Tampoco te acuerdas de nuestra llamada telefónica?

—Sí, claro.

Cómo para no hacerlo.

—Pues en ella decidimos que ambos queríamos hablar sobre lo que nos está ocurriendo —me recuerda con una pequeña sonrisa—. Los dos. No solo yo —añade con retintín.

—¿En serio? —aparto la mirada—. Pues yo la verdad es que no tengo mucho que decir sobre eso, no sé tú.

Sus ojos se abren mucho tras escucharme e intuyo que no se esperaba esa contestación de mi parte. Y eso solo consigue enfurecerme un poco más.

¿De verdad no se da cuenta de lo que está ocurriendo?

—¿Por qué estás actuando así? —parece frustrado.

—¿Así, cómo? —mantengo mi mentón elevado mientras hablo.

—Así, a la defensiva.

—Mira, Aren —suelto de repente, cansada de la situación—. Entiendo que sigas pillado de tu exnovia y vayas a visitarla durante las Navidades, de verdad que lo entiendo.

El moreno me observa con el ceño fruncido, el cual incrementa a medida que sigo hablando. Estoy tan furiosa que seguramente me he puesto roja.

—Pero lo que no entiendo es que vengas a marearme con una charla sobre nuestros sentimientos cuando está claro, y ahora más que nunca, que sigues enamorado de tu ex —intento zanjar el tema cuanto antes.

Veo que me mantiene la mirada durante unos segundos.

—¿A qué viene todo esto? —me pregunta.

—No lo sé, ¿tú qué crees?

—Tampoco lo sé. Por eso te pregunto.

Yo emito una pequeña risa sarcástica mientras me cruzo de brazos, bajo la atenta mirada del chico de ojos marrones.

—¿Quién te ha hablado de Chiara?

—Eso no importa ahora —niego con la cabeza.

—Ha sido mi hermana, ¿verdad? Ella ya te contado lo del viaje —concluye tras unos segundos de reflexión, chasqueando la lengua.

—Así que es verdad... —murmuro para mis adentros.

Algo dentro de mí arde con fuerza y tengo que contenerme para no apretar los labios.

—¿El qué?

—Que vas a visitar a tu exnovia a Italia —le reprocho.

Aren abre y cierra la boca varias veces, sin saber muy bien qué contestar. Y es ese silencio el que me da la respuesta que buscaba.

Soy una completa idiota. A pesar de saber la verdad, seguí aferrándome ante la posibilidad de que Kaira estuviese mintiendo o estuviese desactualizada.

¿Cuándo aprenderé a no repetir todos y cada uno de mis errores?

Decepcionada conmigo misma, intento marcharme para acabar con esta humillación cuanto antes pero Aren se sitúa delante de mí, cortándome el paso.

—Mi hermana no tiene ni idea de nada —sacude la cabeza, frustrado.

—¿En serio? Porque vista tu reacción, yo creo que ha dado en el clavo —resoplo, incapaz de mirarlo a los ojos.

—En absoluto.

Yo intento volver a irme, pero Aren repite su estrategia y me detiene el paso con su enorme y musculoso cuerpo.

—¿Por qué no me dejas en paz y te vas con "Chiara"?

El rencor suena a través de mi voz y me arrepiento al instante de lo que he dicho.

—No puedes ponerte celosa por esto... —Aren frunce el ceño.

Sin poder evitarlo, suelto una risa amarga.

— Yo no estoy celosa, así que no digas eso —pongo los ojos en blanco, fingiendo una seguridad que no tengo.

—Vale.

—Además, no puedo ponerme celosa porque no hay nada entre nosotros, ¿verdad?

—Yo no he dicho eso.

Echo la cabeza hacia atrás, clavando la mirada en el techo de la facultad, mientras intento descifrar mi próximo movimiento de la forma más inteligente posible.

Sin embargo, estoy muy espesa y fracaso en el intento.

—A ver, entonces dime qué es lo que sientes por mí —inquiero mientras fijo mis ojos en la suyos, desafiante.

Estoy tan enfadada con él que no hay ningún rastro de vergüenza dentro de mi organismo. Y parece que tampoco de inteligencia.

—Mar...

—¿De qué sentimientos querías hablarme antes? —repito.

Si es un malentendido, sabrá contestar a mi pregunta.

Si de verdad no quiere jugar conmigo, me dirá qué es lo que siente realmente por mí.

Mis ojos lo observan con dureza mientras espero por su respuesta.

—Mar, ya te he dicho que no sé qué es lo que siento. Estoy muy confundido —se pasa la mano por el cuello, claramente nervioso.

Yo me muerdo la lengua.

Otra decepción.

—¡Pero tú también me dijiste que estabas confundida! —me recuerda.

—Sí, es cierto —le doy la razón—. Pero yo no planeo un viaje con otra persona mientras dudo sobre lo que siento. Es incoherente.

—El viaje está planeado desde principios de curso. Además, Chiara y yo somos solo amigos —intenta justificarse.

Yo suspiro con fuerza.

—Me parece que no estás entendiendo nada —sacudo la cabeza hacia ambos lados.

Aren me mira con atención. Su confianza de siempre ha desaparecido y en su rostro se encuentra una expresión de inquietud.

—Aren... —llamo su atención, intentando que mi voz no tiemble mientras hablo—. Yo entiendo y respeto que haya gente que disfrute liándose cada día con una persona, pero yo no soy así. No voy a estar esperando como una tonta mientras tú te aclaras con otras chicas. Para mí, no merece en absoluto la pena.

—Yo no he dicho en ningún momento que vaya a hacer eso —niega con la cabeza, asqueado.

—Pero el caso es que puedes hacerlo. Tú y yo solo nos hemos dado un beso hace un par de noches, no me debes nada —sentencio.

Las palabras dichas en alto suenan más dolorosas de lo que me gustaría admitir, pero me mantengo firme en mi sitio.

—¿De verdad piensas eso?

La expresión de Aren cambia radicalmente y ahora me mira con una emoción que puedo distinguir claramente como decepción.

—¿De verdad piensas que solo fue un beso?

Asiento con la cabeza.

—¿Qué quieres que piense? —le pregunto con cierta tristeza.

Aren se queda en silencio, sin dejar de mirarme ni un segundo.

—Creía que tenías otra imagen de mí —me contesta al final.

Su rostro está serio y, por un momento, me siento intimidada. Nunca antes lo había visto así y un nudo se forma en mi garganta al percibir su decepción.

—Pero es que ya no sé qué imagen tengo de ti... —confieso en voz baja, siendo tal vez demasiado sincera.

Aren asiente con la cabeza, asimilando todo lo que he dicho. Para mi sorpresa, parece dolido tras escuchar mis palabras. Tan dolido que me veo obligada a contener la respiración.

Pienso mi intervención ha puesto fin a la conversación pero, en vez de marcharse como pensaba que haría, el chico clava su mirada penetrante en la mía mientras abre la boca para seguir hablando.

—Mar, ¿tú sientes algo por mí? —inquiere después de unos segundos.

—¿Qué? —pestañeo varias veces, perpleja.

—¿Yo te gusto?

Su pregunta me toma por sorpresa y me quedo en silencio.

Veo que sus ojos comienzan a emitir un brillo extraño a la vez que acerca su cuerpo al mío para acortar la distancia existente entre nosotros.

—¿Te gusto? —repite.

—Yo... —comienzo a decir, pero me detengo al percibir la fragancia del moreno.

Inhalo con disimulo su colonia, inundando mis fosas nasales de ese entrañable y agradable olor que me transporta de forma inevitable a nuestro beso.

Entonces nuestros ojos se encuentran y sé que mi mirada ya ha respondido a la pregunta, pero aún así, Aren se mantiene callado mientras espera pacientemente por mi respuesta. Una respuesta demasiado difícil de contestar, una respuesta simple pero que no sé si se seré capaz de decir en voz alta.

Sí, sí me gustas.

Antes de que pueda pronunciar esas palabras, uno de mis profesores pasa por nuestro lado y me obliga a romper el contacto visual con el moreno, trayéndome de vuelta a la realidad.

Agito mi cabeza, como si hubiera salido de una especie de embrujo.

Y, en parte, lo ha sido.

He estado a punto de comentar un gran error.

—Debo irme —le informo.

Aren está a punto de decir algo pero yo me escapo hacia el interior de la facultad, sintiendo que con cada paso que doy mi corazón se va rompiendo en miles y miles de pedazos.

Trago con fuerza para evitar llorar, siendo consciente de que aunque ahora mismo me sienta fatal, esta ha sido la mejor decisión para no seguir sufriendo ante la incertidumbre.

Porque tengo claro que yo no quiero algo a medias. Yo necesito ser la prioridad de alguien y no una simple opción. Y si tengo que esperar años para encontrar algo así, lo haré.

Conozco mi valor, y jamás me conformaré con menos.

─── ❖ ── ✦ ── ❖ ───

¡Hola a todos y a todas! Perdonad por la tardanza, pero he estado muy ocupada y no he podido terminar el capítulo hasta ahora. Espero que os guste.

Como siempre, gracias por los votos y los comentarios, ¡me motivan a seguir escribiendo y continuar esta maravillosa historia!

¿Qué pensáis sobre Aren? ¿Creéis que ha estado jugando con Mar? Hacédmelo saber en los comentarios 🫢

Gracias por leer y nos leemos

Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro