Capítulo 5: Un nuevo comienzo
Habían pasado ya cuatro semanas desde que Sasuke había partido nuevamente de Konoha, todo parecía tranquilo, las personas que hace unos meses estaban angustiadas por la guerra, hoy ya podían vivir en paz gracias a los esfuerzos que se habían hecho.
La alianza ninja se mantuvo vigente, porque debían estar unidos en caso de que una amenaza como la que había pasado se presentara de nuevo. No hubo realmente cambios en los kages que estaban antes, a excepción de Kakashi, que fue el relevo de Tsunade como el Hokage.
La prótesis que Tsunade había estado fabricando para Naruto ya estaría lista dentro de una semana, pero debía ir cada día para que se le hiciera una revisión.
El rubio pasaba sus días descansando en casa, puesto que ahora debía descansar al no tener un brazo, pero Kakashi le dijo, con toda la alegría que lo caracteriza, que después de ponerse el brazo artificial podía volver de nuevo a las misiones, algo que al rubio lo ánimo bastante.
Algo que también hacía muy feliz a Naruto, pero al mismo tiempo le daba mucha pereza, era el hecho de que debía estudiar mucho, ya que seguía aún como genin, y Kakashi lo ascendería hasta el rango de jounin con la única condición de que tenía que aprobar todos los exámenes que el actual hokage preparó para él.
Sakura se encontraba bastante ocupada casi la mayor parte del tiempo, Tsunade le ofreció pasar más tiempo con ella en el hospital donde mejoraría aún más sus habilidades como ninja médico, aunque mayor parte de ellas las demostró en la guerra, pero sabía que no era suficiente si quería superar algún día a su maestra, a pesar de haber activado el sello byakugo a una edad más temprana que la legendaria sannin.
Los días en los que no pasaba tiempo en el hospital o tenía mucho tiempo libre, los pasaba con Ino o Naruto, ya que éste último, aparte de ser alguien importante para ella, lo acompañaba a sus revisiones para la prótesis del brazo, lo ayudaba a estudiar para los exámenes que vendrían, y a veces lo ayudaba a comer, puesto que al rubio se le dificultaba con su brazo izquierdo.
Eso a Naruto le sorprendía, la pelirosa le contaba como era de estresante y bastante movido el ambiente en un hospital, pero siempre encontraba el tiempo para acompañarlo y ayudarlo a estudiar, algo que al rubio sin duda le asombraba, porque estaba seguro que él no tendría tiempo ni para comer.
Había días en los que solo se quedaban a mirar películas en donde vivía el rubio, puesto que sin misiones o cosas que hacer, era el único entretenimiento para el Uzumaki, claro que la pelirosa lo obligaba a ver películas del agrado de ella, pero con el paso de los días, también a él le terminaron gustando.
El último día que pasaron juntos antes de que la prótesis fuera puesta en el rubio, Sakura le pedía disculpas por no poder asistir el día en que eso iba a suceder, puesto que Tsunade y Shizune la querían si o si ese día en el hospital.
–Perdona por no poder ir contigo mañana, Naruto, en serio quería acompañarte– dijo la pelirosa con un poco de tristeza.
–No te preocupes por eso, Sakura-chan. Todas estas semanas has estado ayudándome en todo lo que has podido, aunque sabías que no era tu obligación hacerlo, pero eso es más que suficiente para mí– contestó el rubio con una sonrisa en su rostro.
–Está bien... pero mañana me apuraré en lo que deba de hacer y te alcanzaré en cuanto pueda– le decía Sakura devolviéndole la sonrisa.
–Nada de eso. Toma en serio lo que sea que la abuela Tsunade te llamó para hacer, tú fuiste la mejor médico de la guerra, seguro que será algo importante, así que no te distraigas por nada del mundo– dijo Naruto mientras sostenía una mirada con ella.
–Tiene razón, debo estar concentrada para poder hacerlo bien, sea el motivó que sea por el cual Tsunade-sama me llamó– pensaba Sakura al escuchar esas palabras. –Está bien, pero de igual forma te alcanzaré en cuanto pueda. Es una promesa– dijo Sakura con un tono serio.
–Está bien, Sakura-chan. Ve a descansar, mañana será un día importante para los dos– le dijo Naruto sonriendo, así despidiéndose en la puerta del apartamento del rubio.
Mientras caminaba por las calles de Konoha, Sakura se quedaba aún fascinada por el trabajo que habían hecho después de la invasión de Pain, en donde la aldea fue destruida por completo, pero ahora parecía como si nada hubiese pasado.
De pronto a su mente vino el recuerdo de Naruto cuando llegaba acompañado de Kakashi, en donde ella lo abrazó. Una pequeña sonrisa se formó en su rostro y miró hacía las estrellas.
-Gracias por tanto, Naruto- pensó Sakura, siguiendo así su camino a casa.
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