Chào các bạn! Vì nhiều lý do từ nay Truyen2U chính thức đổi tên là Truyen247.Pro. Mong các bạn tiếp tục ủng hộ truy cập tên miền mới này nhé! Mãi yêu... ♥

Capítulo 34: El regalo

Por la mañana, el rubio se había despertado con unos nervios un poco inusuales. Al siguiente día, literalmente, se iba a casar, era algo que le emocionaba, pero también le llenaba de nervios.

No había preguntado antes a la pelirosa el cómo se sentía por el simple hecho de no ponerla nerviosa, pero, aunque muchas veces Sakura pareciera estar del todo tranquila, la verdad era que estaba muriendo de nervios. Era algo que había aprendido a ver en los últimos dos años.

Antes de salir, pensó en desayunar un poco, pero no había nada en sus reservas y tampoco había comprado el día anterior. Quizás el ir a Ichiraku por la mañana no vendría mal, aunque se sentía mal por mentirle a la pelirosa al decir que la mayoría de mañanas él mismo se preparaba el desayuno... lo cual era medianamente cierto, solo que era ramen y, bueno, más ramen.

Esperaba, en verdad que sí, que la pelirosa nunca se enterase de eso, el ramen no podía irse de su vida.

...

-¡Hola!- saludó el rubio.

Ayame y Teuchi le sonrieron al mirarlo entrar al local.

-¿Qué tal, chico?- saludó el viejo Teuchi.

-Bueno, nervioso, pero también bastante hambriento- dijo.

-Debería decirle a Sakura sobre que has estado viniendo regularmente, ¿no crees?- bromeó Ayame.

El rubio palideció ante eso. No se podía bromear con eso, era realmente aterrador.

Ayame solamente rió un poco después de ver la cara del rubio.

-Tranquilo, tu secreto está a salvo con nosotros- decía. -¿Pero no se supone que deberías pasar tiempo con Sakura?, es decir, mañana es el gran día- mencionó.

-Sakura-chan está en el hospital ahora, no me necesita ahí por el momento- decía. -Además de que necesito pintar las últimas paredes que faltan en el apartamento donde vamos a vivir- concluyó.

Teuchi comenzó a trabajar en la comida del rubio, siempre se esmeraba en ello, todo tenía que estar perfecto.

-Los invitados comienzan a llegar hoy, ¿no es así?- preguntó Ayame.

El rubio suspiró.

-Algunos, Kakashi-sensei me dijo que muchos llegarían mañana- respondió.

-Entiendo, será un gran evento y tengo entendido que son muchas personas, incluso algunas que son importantes- dijo.

El rubio solamente rascó un poco su nuca.

-Bueno, he hecho compañeros y amigos en todos estos años, no quería dejar fuera a casi nadie- decía. -Estoy seguro que no me faltó por invitar a alguien... o eso creo- dijo.

El viejo Teuchi sonrió cuando miró al jóven Uzumaki comenzar a comer su tazón de ramen. Siempre se enorgullecía de él mismo cuando miraba el rostro de satisfacción de cualquier cliente al probar su comida. Era algo que llenaba el alma.

-¡Eso estuvo delicioso, viejo, eres sin duda el mejor!- dijo.

Tanto Ayame como Teuchi sonrieron al mirarlo así. En cuestión de comida, nunca cambiaba.

-Bueno, me tengo que ir, le avisaré a Sakura-chan que estaré ocupado con lo del nuevo apartamento- decía mientras se levantaba. -¡Nos vemos, gracias por la comida!- concluyó.

Al mirarlo salir del lugar, una duda surgió en Ayame.

-¿Ya has pensado en un regalo para la boda, papá?- preguntó.

Teuchi solamente sudo un poco y mostró una cara de vergüenza... pero una idea surgió de repente y, si su instinto no le fallaba, sería un buen regalo.

-Claro que sí- respondió. -Será un pase gratis para que puedan comer tanto ramen como quieran- dijo.

Ayame lo miró con una ceja levantada... ese podía ser un buen regalo en verdad, además, y conociendo a Naruto, sería el regalo más preciado en cuanto a cualquier amante del ramen... pero en cuanto a Sakura, lo dudaba un poco.

-Creo que será un gran regalo- dijo finalmente Ayame.

Teuchi solo pudo sonreír con orgullo ante eso.

Claro que sería un gran regalo.

...

La pelirosa había decidido ir demasiado temprano para comenzar su turno en el hospital, incluso había llegado mucho antes que Shizune, lo cual le pareció raro.

-¿Sakura?- habló. -¿Cuánto llevas aquí?, no me digas que estás desde muy temprano... ¿cierto?- preguntó.

La pelirosa solo la miró un poco. Se veía... nerviosa.

-Oh- dijo Shizune. -¿Estás bien?, ¿quieres que llame a tus padres, a Naruto?- preguntó.

-No, no... ninguna de las dos, estoy bien- decía. -Es solo que, bueno, hoy me siento un poco más nerviosa de lo habitual- dijo finalmente.

Shizune se acercó a ella y la abrazo, quizás no era lo que necesitaba en ese momento, o quizás sí, pero sentía que era lo necesario para hacer.

-Sientate un momento- dijo. -¿Estás así por mañana?- preguntó.

La pelirosa tomó asiento, suspiró y respondió.

-Sí, es por eso- decía. -No sé qué me pasa, nunca me había sentido así de nerviosa... bueno, solo una vez, pero ocurrió en la guerra- dijo.

-Sakura, es normal que sientas esa clase de nervios, mañana va a ser un día importante- decía. -No, mañana va a ser un día que va a cambiar tu vida y la de Naruto... espero que para bien- dijo.

La pelirosa se reclinó en su silla y se secó el sudor que comenzaba a escurrir por su frente.

-Shizune-senpai... ¿usted cree que Naruto se sienta igual- preguntó.

Shizune la miró un poco sorprendida, más que nada por la pregunta en sí, era obvio que Naruto se sentiría igual y, al menos en opinión de Shizune, aún más nervioso que ella.

-Yo creo que más- comentó. -No creo que alguien pueda estar tan relajado sabiendo que mañana se va a casar con el amor de su vida- dijo.

La pelirosa sonrió por eso último, Shizune tenía razón, quizás él estaba igual de nervioso que ella.

-Tiene razón, Shizune-senpai, quizás Naruto se siente igual o incluso más nervioso- decía, para después suspirar. -Me alegra mucho que vaya a ser él- dijo.

-¿A qué te refieres?- preguntó Shizune un poco confundida.

-Me refiero a que, al menos actualmente no podría imaginarme con otra persona en la situación actual- decía. -Naruto tiene... esa aura que te hace sentir bien, protegida y segura, sea cual sea la situación- dijo.

Shizune sonrió.

-¿Lo ves?- comentó. -Solo es cuestión de tranquilizarte y pensar correctamente las cosas. Por cierto, ¿en dónde está él ahor...- decía.

Shizune se vió interrumpida cuando comenzaron a tocar la puerta.

-Adelante- dijeron ambas.

El rubio entró por la puerta con una sonrisa.

-Eh, hola- saludó.

-¿Naruto?- habló un poco sorprendida la pelirosa.

-Hola, Sakura-chan- decía. -Solo venía a avisarte que estaré pintando las paredes que faltan, la abuela Tsunade salió a dar un paseo, así que aprovecharé eso- dijo.

La pelirosa solamente asintió ante lo que dijo Naruto, para después verlo desaparecer en una pequeña explosión de humo.

-¿En serio mandó a un clon de sombra para avisarme?- preguntó.

Shizune solo mostró un rostro ligeramente apenado y rió un poco.

-No tiene remedio-

...

Casi por la noche, la pelirosa se encontraba alistando sus cosas para salir del trabajo. Había sido un día un poco largo y un poco estresante también, el conteo de las horas no lo hacía mejor, pero tampoco podía negar que, al menos, no podía esperar para que fuese mañana.

Shizune le había dado la tarde libre después de la conversación que tuvieron por la mañana, a pesar de ello, Sakura decidió quedarse un poco más de tiempo, al menos pudo terminar el trabajo que tenía pendiente, además de que visitó a unos cuantos pacientes más.

Caminando por la villa, bueno, no podía decir que tenía el mismo reconocimiento que su maestra, sabía que aún le faltaba bastante camino para ello, pero se sentía reconfortante cuando algunas personas hacían una reverencia con el "Sakura-san" de por medio.

Algunas otras personas solo le deseaban sus mejores vibras por la boda que celebraría mañana con el rubio. Pensándolo bien, sería algo un poco grande. Asistirían varios amigos de ellos, familiares por parte de ella, incluso los kages. ¿Quién diría que en su boda asistirían los shinobis más importantes?, Naruto si que se había hecho de una fama bastante reconocida.

-Sakura, hola-

La pelirosa miró a su lado derecho y pudo observar a Iruka.

-Iruka-sensei, que sorpresa- dijo.

-¿Qué haces por aquí?, pensaba que estarías con Naruto, al menos para que a los dos no les afecte tanto esto de los nervios- dijo.

La pelirosa suspiró.

-¿Se me nota mucho?- preguntó.

-Bastante- respondió. -Incluso a Naruto también, estos días lo han visto un poco más nervioso- dijo.

Ambos comenzaron a caminar sin rumbo, solamente platicando después de eso.

-Me siento un poco más aliviada al saber que Naruto también siente los mismos nervios- decía. -Pero estoy segura de que también compartimos la misma emoción- dijo.

-En eso estás muy en lo correcto, Sakura- decía. -Solo lo había visto así de emocionado una vez- dijo.

A la pelirosa le surgió un poco de curiosidad al escuchar eso y, pensándolo bien, Iruka y Naruto eran muy unidos, jamás había sabido la razón del por qué y nunca se lo había preguntado al rubio... no vendría mal preguntar.

-¿Cuál fue esa primera vez, Iruka-sensei?- preguntó.

Iruka sonrió al escuchar esa pregunta.

-Fue cuando se convirtió oficialmente en genin- decía. -El sueño de Naruto siempre fue ser respetado, y el convertirse genin lo llenaba de mucha emoción, una emoción que nunca había visto- dijo.

La pelirosa pensó un poco... recordaba que él había reprobado el exámen de graduación, nunca supo el cómo fue que se graduó.

-Iruka-sensei, él... bueno, él había reprobado el exámen de graduación, nunca le pregunté cómo fue que logró graduarse- decía. -¿Usted sabe algo al respecto de eso?- preguntó.

La pelirosa solamente se sintió confundida cuando lo miró reír levemente.

-Hace ya un tiempo, cuando aún vivía el tercero, alguien había robado un pergamino que contenía muchos jutsus importantes- decía. -Todos pensaron que había sido un shinobi bastante talentoso, pero...- pausó.

-¿Pero?- preguntó la pelirosa.

-Pero fue Naruto- dijo, sorprendiendola. -Un maestro de la academia y también un viejo colega, Mizuki, lo utilizó para inculparlo, así para que él pudiese quedarse con el pergamino- dijo.

Sakura estaba procesando toda esa información en su cabeza.

-¿Y qué paso después?- preguntó.

-Tuve la fortuna de encontrarlo primero que todos aquellos shinobis que el tercero asigno- decía. -Y como lo había sospechado desde el inicio, Naruto no tenía idea, pensaba que era una prueba para graduarse, entonces Mizuki nos atacó y yo traté de defender a Naruto- comentaba. -Pero cuando estaba a punto de recibir el golpe final... Naruto me salvó. El exámen de graduación consistía en hacer ilusiones, pero esa fue la primera vez que lo miré hacer el jutsu multiclones de sombra, no ilusiones, clones sólidos y, también, fue en ese preciso momento que Naruto se convirtió en genin- concluyó.

La pelirosa lo observó y miró una mirada llena de nostalgia, acompañada también de una pequeña sonrisa que, al menos para ella, demostraba mucho orgullo.

Pasaron unos cuantos segundos, hasta que la pelirosa habló.

-¿Sabe, Iruka-sensei?, creo que Naruto ve en usted una figura paterna- dijo.

Iruka la miró y sonrió.

-No creo que sea tan a ese extremo, Sakura- dijo.

-Él ha perdido a muchas personas, Jiraiya-sama fue una de ellas... él fue muy importante para Naruto y compartieron demasiadas cosas juntos- decía. -No estuve para él en ese momento y me arrepiento mucho de eso... pero aún lo tiene a usted, Iruka-sensei- comentaba. -Naruto siempre lo vió como un ejemplo a seguir- dijo.

Iruka puso una mano en el hombro y le sonrió.

-No estuviste para él en ese momento, pero ahora lo estás- decía. -Además, ahora nos tiene a ambos... y si él me ve como una figura paterna, entonces debes saber que tienen mi total aprobación- dijo.

La pelirosa sonrió ante eso. Se alegraba de escuchar esas palabras.

-Creo entonces que debería comenzar a llamarlo suegro, en lugar de Iruka-sensei, ¿no es así?- preguntó.

Iruka se quedó bastante sorprendido por eso, ese era un acercamiento bastante más cercano hacía ellos y, sin duda, le alegraba bastante que la pelirosa lo considerara así.

-Sería un total honor-

...

El rubio había terminado con éxito el pintar las paredes que le faltaban. Había tomado su tiempo por culpa de sus clones. No entendería jamás el por qué un clon se quejaría si, bueno, es solo un clon.

Afortunadamente no pasó a más y terminó más temprano de lo que se imaginaba. Era algo bueno.

Ciertamente el distraerse limpiando lo que sería su nuevo hogar lo distrajo y lo relajo un poco de pensar en lo que iba a pasar al día siguiente. Al estar pintando, bueno, podía estar seguro de que se sentía como en casa, a pesar de no haber pasado ninguna noche ahí todavía.

-Veo que estás muy pensativo-

El rubio giró su cabeza y miró a alguien bastante conocido.

-¡Gaara!- decía. -No creía que llegarías un día antes- mencionó.

El pelirrojo venía acompañado de Temari y Shikamaru, quien los escoltaba, Kankuro por su parte había decidido despegarse un poco de ellos y aprovecho para ir a comer algo. La comida de Konoha era muy diferente a la de Suna.

-Decidimos partir hace unos días, así para al menos llegar con más calma y quedarnos un poco más de tiempo aquí- decía.

El rubio asintió y sonrió... pero había otra cosa que le había llamado la atención.

-Ustedes se ven un poco, digamos que... diferentes- mencionó.

Temari y Shikamaru se quedaron petrificados ante esas palabras, además del sonrojo que los invadió completamente. No habían dicho ninguna sola palabra desde que Gaara llamó al rubio, eso en sí ya era raro.

-¿Po-por qué lo dices?- preguntó Temari.

-Yo pregunto lo mismo- mencionó el jóven Nara.

El rubio tocó su barbilla y los miró fijamente... bastante fijamente para después mostrar una sonrisa. Shikamaru por su parte se dió cuenta de ello y rascó un poco su nuca.

-Por nada- dijo finalmente.

Gaara por su parte miró a Temari y le sonrió, lo que provoco el sonrojo de la jóven de la arena. El pelirrojo sabía porque ese nerviosismo, pero prefería mantenerlo en secreto, si ellos no revelaban nada por el momento, él no lo haría. Afortunadamente Naruto entendió lo mismo.

-¿Cómo está Sakura, Naruto?- preguntó Temari.

Los cuatro comenzaron a caminar y el rubio sonrió.

-Está muy bien... o eso creo, pero pienso que está un poco nerviosa por lo de mañana- mencionó.

-Bueno, es normal que lo este- dijo Gaara.

-Por supuesto, no creo que alguien vaya a estar demasiado tranquilo sabiendo que el día de mañana se va a casar- comentaba Temari.

-Tengo entendido que la quinta ya se encuentra aquí- mencionó el jóven pelirrojo.

-Así es, la abuela Tsunade llego hace apenas ayer- decía. -Por ahora se está quedando unos días en nuestro apartamento, al menos hasta que pase la boda- dijo.

-Sakura debe estar contenta, es su maestra después de todo- comentó Temari.

-Lo está, me presionó mucho para darle la invitación a la abuela Tsunade- decía.

El jóven de la arena quedó en silencio por un momento y se le notaba un poco pensativo. Era tradición que en las bodas, las personas o familiares más cercanos a la pareja los deben de entregar en la ceremonia. Sakura tenía a su madre y a Tsunade, en cambio el rubio...

-¿Ya lo elegiste, Naruto?- preguntó Gaara.

El rubio quedó un poco confundido con esa pregunta.

-¿A qué te refieres?- preguntó.

-Al que te entregará en la boda- dijo.

El jóven Uzumaki quedó en silencio. Hasta ese momento no había pensado en ello.

-Yo... aún no- dijo finalmente.

Todos quedaron en silencio. Sabían que era un tema delicado.

-Debe haber alguien- dijo Gaara.

El rubio suspiró.

-Yo en verdad no...- pausó el rubio.

Todos lo miraron un poco confundidos.

-¿Pasa algo, Naruto?- preguntó el jóven Nara.

El joven Uzumaki lo miró con una sonrisa muy amplia y habló.

-Sé exactamente a quien pedírselo-

...

Mientras estaba en su hogar, Iruka trataba de hacer su cena. Había sido una plática interesante con la pelirosa.

En verdad no sabía si Naruto lo consideraba como una figura paterna, más que nada porque Iruka lo veía como un hermano menor... pero, si lo que la pelirosa le comentó era verdad, bueno, vaya que le alegraba mucho haber sido un ejemplo a seguir del shinobi que había traído la paz.

-¡Iruka-sensei!-

Conoció un poco esa voz, así que decidió ir a corroborar y abrió la puerta.

-¿Naruto?, ¿qué estás haciendo aquí?- preguntó.

En sí, de camino hacía el hogar de Iruka, no sabía cómo pedirle lo que iba a pedirle, ¿solo se lo decía y ya?, ¿primero lo invitaba a comer algo?

-Yo, eh, Iruka-sensei...- decía. -Yo quería preguntarle, o bueno, pedirle que, eh...-

-¿Pedirme qué, Naruto?- preguntó.

-¿Quiere ir a tomar algo, Iruka-sensei?- preguntó. -Así para platicar de las cosas que han sucedido y sobre lo de mañana- dijo.

Iruka lo miró. Era raro, pero le parecía muy inoportuno teniendo en cuenta de que mañana se iba a casar y que, a juzgar por la actitud de Sakura, ambos al menos deberían pasar un tiempo juntos antes de mañana.

-Sabes que Sakura se siente muy nerviosa por lo de mañana, ¿no es así?- preguntó. -En cambio tú quieres ir a tomar algo- dijo.

El rubio pudo notar el notable rostro enojado de Iruka, pero no se le ocurría otra manera de decirlo... o más bien, no encontraba las palabras adecuadas para decirlo.

-Vamos, Iruka-sensei, Sakura-chan estará bien- decía. -Solo será un momento, es todo- dijo.

Iruka lo miró. El rubio solamente sonrió bastante nerviosamente. Esa actitud que tenía no le gustaba para nada, así que acabaría con eso en ese preciso instante.

El rubio solamente podía quejarse de dolor cuando estaba siendo arrastrado por la oreja de vuelta a su apartamento.

-¡Iruka-sensei, duele!- decía.

-Y yo creía que habías madurado un poco- comentaba. -Deberías estar con Sakura, tal parece que me equivoqué en decir que tú sentías los mismos nervios que ella- dijo.

-¡Bien, le diré en verdad por qué vine, pero suelteme!- dijo.

Iruka lo soltó y lo miró. Sí, era una cara que asustaba mucho.

-Bien, te escucho- dijo.

El rubio se quedó en silencio.

-Yo, eh, bueno...- decía.

Iruka suspiró y dió media vuelta para comenzar a caminar de vuelta a su hogar.

-Depende de ti en ir a ver cómo está Sakura- decía mientras se alejaba.

El rubio apretó sus puños y habló.

-¿Puede presentarse a la boda como mi padre?-

Detuvo sus pasos y quedó completamente estático. Iruka dió medía vuelta y lo miró.

-¿Qué acabas de decir?- preguntó.

-Yo... Iruka-sensei, usted me preguntó sobre cuál sería un buen regalo, no sabía en verdad cuál- decía. -Pero me gustaría que su regalo fuera asistir a la boda como mi padre- dijo finalmente.

Los ojos de Iruka se cristalizaron después de escuchar eso.

-Así que esa era la razón del por qué viniste...- decía. -Fuese regalo o no, debiste habermelo dicho desde el inicio, Naruto... acepto con honor el asistir a la boda como tu padre- dijo.

El rubio sintió un poco de vergüenza cuando lo miró hacer una reverencia.

-N-no haga eso, Iruka-sensei, no es para tanto- decía. -Me alegro que haya aceptado, perdone si interrumpí su cena- dijo.

Iruka reacomodo su postura y sonrió.

-Ya no pierdas más el tiempo, ve a buscar a Sakura- dijo.

-Cierto, Sakura-chan- decía.

El rubio dió la vuelta y comenzó a correr.

-¡Muchas gracias por aceptar mi petición, Iruka-sensei, nos vemos mañana!- decía.

Iruka lo miró alejarse corriendo mientras se despedía.

Cuando lo perdió de vista, no pudo evitar que un par de lágrimas brotaran de sus ojos. De todas las cosas que el rubio pudo haberle pedido, esa fue, sin duda, la más especial y la que más por sorpresa lo había tomado.

Lo aceptaba con honor.

Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro