Naruto y Sasuke habían tomado sus decisiones, aunque el camino que eligió Sasuke fue el incorrecto, queriendo reformar todo, asesinando a los kages actuales y encerrando a los bijus para después destruirlos, así obteniendo el amanecer de un nuevo mundo ninja, donde no habría odio, ni sacrificios, ni guerras.

Todos los presentes no entendían por qué Sasuke aún seguía con esas ideas, pero el único que podía detenerlo era Naruto. Esa era una promesa que no podía romper, una encomienda que le había dejado Itachi y Sakura tiempo atrás.

Kakashi y Sakura sabían lo que venía, pero solo podían mirar con impotencia.

–Kakashi-sensei... no podemos hacer nada ¿cierto?– decía Sakura con un tono de tristeza en su voz, mientras miraba a Naruto y Sasuke.

Kakashi cerró los ojos y negó con su cabeza, dando a entender que la batalla que venía era decisiva.

La pelirosa miraba con impotencia la situación, sabía que Sasuke cuando se unió a la alianza no era por unas intenciones buenas, recordando así la pregunta que le había hecho Sai cuando el nuevo triple punto muerto hizo su aparición.

–Sakura ¿tú confías en Sasuke?– preguntaba Sai.

–Me alegro que haya vuelto y nos esté ayudando. Pero confío en él... por el momento– decía Sakura sin mirar a Sai. Algo que lo dejó un poco sorprendido, pero sabía que ella, al igual que él, también dudaba de la ayuda por parte de Sasuke.

Volviendo en sí, se maldecía a ella misma por dejarle de nuevo todo el trabajo a Naruto, ya que todo el tiempo estuvo diciendo que lo protegería sin importar lo que sucediera.

–Tranquila, Sakura-chan. Todo volverá a ser como era antes– dijo Naruto mirándola con una sonrisa. Parecía que el rubio había visto sus pensamientos.

Sasuke por su parte se sorprendió un poco por el hecho de que Sakura no se lanzaba a él como antes lo hacía, ni tampoco le gritaba sus sentimientos como solía hacerlo.

Naruto aceptó la batalla, sabía que ese era el paso final, era el paso para traer de vuelta a Sasuke, para poder cumplir ambas promesas. Además de que lo necesitaba para deshacer el tsukuyomi infinito.

El rubio procedió en seguir a Sasuke hasta el valle del fin, pero la voz de la pelirosa lo detuvo para decirle algo antes de partir.

–Naruto...– decía Sakura, mientras él volteaba su mirada hacía ella. –Regresa pronto, por favor– dijo la pelirosa mientras trataba de ayudar a Kakashi.

–Regresaré ¡Lo prometo!– contestó el rubio mientras alzaba su pulgar, con esa sonrisa característica que solo ella podía generar.

Cuando Naruto se perdía de vista dejando el campo de batalla, Sakura y Kakashi lo miraban.

Kakashi miró a su antigua alumna con una sonrisa casi imperceptible.

–Que orgulloso estoy de ti, Sakura– pensó Kakashi mientras recordaba todas las dificultades que la kunoichi había pasado mientras seguía atada a alguien que no la quería cerca.

En su mente, se sintió felíz de mirar que su antigua alumna por fin había dejado atrás lo que la lastimaba y lo que la hacía retroceder.

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Un día exacto había pasado desde que Naruto y Sasuke decidieron luchar, terminando el combate en un empate, aunque Sasuke se dió cuenta desde mucho antes que Naruto no tenía intenciones de matarlo, por lo que reconoció la victoria del rubio.

El Uchiha había recordado todo lo que habían pasado, desde lo solitarios que eran en la academia, hasta su primer batalla en el valle del fin.

Sasuke recordó a su hermano, recordó cuan orgulloso se sintió Itachi de morir como un ninja de Konoha, algo que Sasuke en su momento no pudo entender, pero ahora lo hacía, gracias a la persona que no lo alejo, a pesar de que el Uchiha lo quería lejos de él.

Sakura y Kakashi llegaron al lugar, Kakashi pudo divisar que los dos estaban tirados en el piso, muy malheridos después de haber colisionado sus técnicas insignia entre sí.

Sakura bajo inmediatamente para asistirlos.

–Naruto... tu brazo– decía la pelirosa con tristeza en su voz y en sus ojos.

–No te preocupes por eso, Sakura-chan– contestó el rubio con un poco de dificultad.

–Creí que me habías prometido que volverías– dijo Sakura mientras activaba su ninjutsu médico.

–Perdona por eso Sakura-chan, pero es que perdí mi brazo y aún no lo encuentro– dijo el rubio sonriéndole y dándole animos a Sakura con un chiste malo y estando destrozado, pero que la ayudo a sentirse mejor.

La pelirosa comenzó a curar las heridas de ambos, cuando Sasuke habló.

–Sakura... perdona– dijo el Uchiha con un leve tono en su voz.

–¿Perdón por qué?– contestó Sakura mientras seguía curandolos.

-Por todo...- dijo Sasuke.

Naruto y Sakura pudieron observar y escuchar la sinceridad en sus palabras.

–Cuantos problemas... idiotas– dijo la pelirosa mientras un par de lágrimas bajaron por sus mejillas.

Kakashi se encontraba mirándolos, Sakura ya había acabado de curarlos, y los tres se encontraban sonriendo.

Parecía que todo había vuelto a la normalidad... tal y como se lo prometió Naruto.