Capítulo 26: Nerviosismo
Cuatro semanas después...
Las cosas entre ellos dos habían estado yendo de maravilla. Ambos se habían convertido ya, por fin, en jounins, el rubio después de haber completado con éxito todos sus exámenes, mientras que la pelirosa fue ascendida al mismo tiempo que él.
Sí, Kakashi espero demasiadas semanas para poder ascender a los cuatro al mismo tiempo. Pensaba que sería bueno que pudiesen festejar todos ellos juntos, después de todo ser ascendido a jounin era un orgullo entre shinobis.
Conocidos y amigos de ambos habían estado muy felices cuando esos dos comenzaron a salir.
Claro que la pelirosa tomó esa iniciativa, lo había elegido a él y estaba segura de eso, por esa razón prefería no esperar más tiempo.
...
Un par de semanas antes...
El par del equipo 7 original habían ido a Ichiraku después de un día cansado para la pelirosa.
Desde que habían llegado al lugar, tanto Teuchi como Ayame parecían un poco distintos, bastante distintos.
-Y bien, chicos, ¿quién fue el primero que tomó la iniciativa?- preguntó Ayame con un poco de insistencia.
El viejo Teuchi no se quedó atrás.
-Yo creo firmemente que fue la pequeña Sakura- mencionó Teuchi.
Era un poco incómodo que ambos estuvieran tan ansiosos por saber la respuesta, pareciera que había, bueno, como un tipo de apuesta detrás de ello... además de que ambas miradas puestas en ellos los hacía sentirse un poco aterrados.
-Yo, eh... bueno, fuí yo- dijo finalmente la pelirosa.
Todo se quedó en silencio. Ayame solamente bajó su cabeza.
Ambos se miraron mutuamente y un poco perdidos al no saber qué estaba pasando.
-Viejo... disfruta tu semana libre de trabajo- dijo Ayame finalmente.
Naruto y Sakura solamente sudaron un poco ante eso. Sí, al final hubo una apuesta, que Ayame lamentablemente perdió.
...
Tres semanas antes...
-¡¿Entonces eso fue lo que paso cuando lo viste?!- decía la jóven Yamanaka un "poco" emocionada por lo que acababa de escuchar.
Y es que para Ino, le era un poco imposible contenerse ante eso. Jamás había pensado en que su amiga tomaría esa iniciativa... y vaya iniciativa.
-Si, bueno, eso fue todo lo que paso- dijo Sakura con un rubor en sus mejillas.
-Pero dime, ¿besa bien?- preguntó Ino.
Le parecía muy gracioso hacer sonrojar de esa forma a la pelirosa, claro que a la jóven Yamanaka le parecía gracioso y tierno el ver a su mejor amiga de esa forma, hasta donde ella sabía, Sakura jamás había besado a alguien... y aún le parecía un poco increíble que ese alguien a quien beso fue nadie más que Naruto.
-Yo, eh, bueno, él, eh... besa muy bien o eso creo- decía finalmente. -No lo sé, nunca había besado a alguien... pero me gustó- dijo.
El pequeño rubor en las mejillas había pasado a abarcar todo su rostro después de haber mencionado aquello último. Sí, le había gustado, no pudo dejar de pensar en ello durante el resto del día... pero le alegraba.
-Me sigue pareciendo un poco increíble que al final haya sido él y no Sasuke-kun- mencionaba Ino.
Desde que la jóven Yamanaka había hecho "su trato" con el Uzumaki, digamos que le gustaba poner a prueba a su amiga, quería asegurarse de que estaba al cien por ciento libre de todo sentimiento por el Uchiha.
La pelirosa por su lado solo podía pensar en ello. Pero siempre que la imagen de ella besando a Naruto en medio de la calle, sin percatarse de las personas a su alrededor llegaba a su memoria, bueno, ella no lo notaba, pero Ino podía observar una pequeña sonrisa escapándose de ella. Además de que, claramente, se perdía en ese pensamiento.
-¡Frentona!- habló un poco más alto Ino.
-¿Eh? ¿qué pasa?- preguntó finalmente saliendo de su trance.
Ino soltó una pequeña risa, algo que confundió un poco a Sakura.
-¿Qué es tan gracioso?- preguntó con una ceja levantada.
Ino paró de reír y la miró.
-Parece que no puedes parar de pensar en como se besaron, ¿no es así?- preguntó.
La pelirosa solo pudo voltear y mirar hacía otro lado. Si miraba a Ino, su sonrojo monumental la delataría, aunque estuviese pensando en eso, no le daría la victoria a Ino cerda, jamás.
-Y-yo no estaba pensando en eso, Ino cerda- se escudo rápidamente.
-Claro, sí, como tú digas- decía la jóven Yamanaka mientras reía más fuerte.
A Sakura se le escapó una pequeña risa también, no podía negar que estaba felíz por ello.
-Me tengo que ir, ya casi termina mi descanso para comer- dijo la pelirosa mientras se dirigía hacía la puerta.
-¡No vayas a distraerte demasiado con más besos!- gritó Ino desde su mostrador.
Sakura solo mostró una pequeña sonrisa al salir por la puerta, a veces le molestaba esa actitud de Ino, pero no podía enojarse... tampoco podía prometer nada ante lo que le gritó.
...
Hace una semana...
Siempre caía bien un buen tazón de ramen después de que se terminaba una larga sesión de entrenamiento. O al menos eso pensaba Naruto, mucha gente prefería comer algo un par de horas después de cualquier entrenamiento.
Se le veía muy felíz esas últimas semanas, claramente su relación con la pelirosa había sido una de las mejores cosas que le habían sucedido, y mierda, con justa razón, había estado deseando ese momento desde hace mucho tiempo. Parecía irreal que estuviese sucediendo ahora.
Al igual que Sakura, el rubio no podía dejar de pensar en ese momento. Y justo como lo suponía cuando sintió sus labios en su mejilla hace varios días, los labios de la pelirosa eran muy suaves.
-¡Naruto!-
-¿Eh?, ¿qué pasa, Ayame?- preguntó.
-Pareces perdido, muy perdido- decía. -¿Te sucede algo?- preguntó.
-O alguien, ¿eh?- dijo Teuchi mientras alzaba sus cejas.
Naruto solo agacho su cabeza, el enorme sonrojo que tenía en él era bastante vergonzoso.
El rubio siguió comiendo de su tazón hasta que un tema importante surgió, que claramente no había pensado en ello hasta ahora.
-¿Y ya han tenido citas?- preguntó Ayame.
El rubio casi se ahoga al escuchar eso.
-Eh, n-no- dijo un poco apenado.
-Chico... ¿es en serio?- preguntó Teuchi.
-S-si, ¿es algo malo no haberle pedido alguna?- preguntaba con un poco de nerviosismo.
-¡Claro que es malo no haberle pedido alguna!- decía Ayame. -A las chicas nos gusta que haya ese interés en nosotras- decía.
El rubio quedó pensante ante eso. No era el que no pudiese pensar en una cita, bueno, en verdad no podía pensar en una, Sakura le había rechazado tantas citas que en verdad no tenía idea de como sería una cita ideal.
-Pe-pero ¿y cómo sé qué clase de cita le podría gustar?- preguntó.
Ayame pensó ante eso, era una buena pregunta en realidad, era muy obvio que no a todas las chicas les gustaba lo mismo y, bueno, en verdad no sabía que podría gustarle a la pelirosa.
-La manera más fácil de saberlo es solo preguntando- contestó.
El rubio miró a su tazón fijamente.
-Lo haré- dijo finalmente con una sonrisa.
...
Actualmente...
Naruto no paraba de caminar de un lado hacía otro en su apartamento. Las cosas con Sakura iban de maravilla, muy de maravilla, nunca se había sentido así en años, era algo que no podía describir muy bien del todo con palabras, pero quería que jamás se terminase.
Las palabras de Ayame hacía ya una semana habían hecho eco en su cabeza. No había podido preguntarle a la pelirosa sobre cómo le gustaría una cita, es decir, ahora si era en serio y no esperaría que ella lo volviera a rechazar y en verdad lo ponía de nervios.
Nunca había tenido experiencia en esto, jamás había invitado a una chica como tal a una cita, mierda, ni siquiera había tenido novia hasta ahora, todo era nuevo para él... pero había algo que lo aliviaba un poco, y era el hecho de que la pelirosa era nueva también en ello.
Eso lo relajaba un poco.
...
Sakura había estado radiante durante estas últimas semanas. Todos sabían la razón, pero preferían guardarla para ellos, a muchos les daba alegría y a muchas también... pero también había muchas quienes le tenían un poco de envidia a la pelirosa.
En verdad lo único que cambió un poco en su relación con el rubio fueron solamente besos, siempre que estaba con él se sentía... diferente, no podía explicarlo con exactitud, pero se sentía cómoda, eran mejores amigos y ahora también una pareja.
El hecho de que siempre podía arreglar sus días con alguna actitud graciosa que tenía o con solo escuchar ese alegre "Sakura-chan" que siempre le decía al verla, bueno, la hacía sentir felíz.
-Te veo más contenta de lo usual, Sakura. No te distraigas mucho-
La pelirosa sacudió su cabeza y salió de sus pensamientos.
-Lo-lo lamento, Tsunade-sama, no volverá a pasar- se escudaba rápidamente.
Tsunade solo pudo reír un poco ante eso, el amor jóven... ella había pasado por eso y sabía lo que se sentía el tener a alguien así en su vida. Se sentía felíz por su alumna y por ese tonto adicto al ramen.
-No te preocupes, sé como es sentirse así- decía. -Solo no lo hagas tan seguido, tu clase te necesita- dijo con una sonrisa.
Un pensamiento llegó a la cabeza de la pelirosa. En los últimos días, el rubio había estado actuando extraño, nervioso, muy nervioso. Siempre parecía estar perdido en sus pensamientos cuando estaba cerca de ella.
Descartó en primera instancia el que se estuviera retractando de su relación, no le parecía muy lógico... y tampoco quería pensar en ello.
-Tsunade-sama, puedo... ¿puedo preguntarle algo?- mencionó.
-Claro, adelante- respondió Tsunade.
-Bueno, es sobre Naruto- decía. -Él ha estado actuando un poco extraño estos últimos días... parece más nervioso, como si le estuviese preocupando algo- mencionó. -Usted, eh, ¿a qué cree que se deba?- concluyó.
La quinta Hokage pensó en ello. No era muy común que Naruto tuviera una actitud así, podía decir que conocía bien al rubio y era, más bien, alguien que siempre avanzaba primero ante cualquier situación sin miedo alguno. Quizás había una razón más privada para ello... ¿quizás?
No, no podía ser eso... ¿o sí?, prefería mejor no pensar en ello.
-¿Desde cuándo comenzó a actuar de esa forma?- preguntó.
La pelirosa hizo un poco de memoria.
-Bueno, desde hace una semana ha estado preguntándome sobre muchas cosas, lo que me gusta, disgusta- dijo.
Tsunade suspiró, sí, había sido una gran idea el no mencionar lo que había pensado en primera instancia.
-Sakura, solo quiere invitarte a salir, creo que es eso- mencionó. -Tengo entendido que muchas veces rechazaste sus citas- dijo.
A la pelirosa le avergonzó un poco eso, no por el hecho de que el rubio la invitase a salir, sino porque si le había rechazado cada una de las ocasiones en que el se lo había propuesto. Pero extrañaba que se lo pidiera, había pasado ya un tiempo que no lo hacía pero tampoco le gustaba mirarlo así de nervioso y un poco distante por algo como eso.
-Creo que deberías hablarlo con él cuando lo vuelvas a ver- decía. -Una relación es algo complejo en la cual tiene que haber dos partes, pero sé que ustedes no tendrán problema alguno con eso- dijo Tsunade.
Sakura sonrió ante eso.
-Yo también lo creo así, Tsunade-sama- dijo con una sonrisa.
...
El día se había pasado bastante rápido en el hospital, había sido un buen día y para su sorpresa, no se sentía para nada cansada.
La conversación con su maestra la había dejado pensando casi todo el día, debería ir a verlo, al menos para así aclarar que no le gustaba verlo tan nervioso solo por una cita... aunque esa sensación de calidez que sentía en ella al notarlo tan preocupado por algo como eso la hacía sentir más que bien, pero una relación es de dos y no podía verlo así.
...
Yendo de camino hacía el apartamento del rubio, no podía pensar en nadamás que en todo lo que había sucedido esas últimas semanas.
Su ascenso a jounin, que por fin le podía dar un buen sustento económico para vivir sola, su relación con el rubio y el ascenso a jounin de este también, en verdad ambos estaban cumpliendo sus metas y todo lo que se estaban proponiendo. Eso le alegraba demasiado.
Aunque aún recordaba cuando su madre se había enterado de su relación, pensaba que la cuestionaría mucho.
La pelirosa había llegado a su hogar como en un día cualquiera. Solamente pudo observar a su madre sentada en el comedor, parecía que la estaba esperando.
-Sientate, cariño- dijo.
Efectivamente, la estaba esperando.
-Eh, ¿qué pasa, mamá?, te noto un poco... diferente- mencionó la pelirosa.
-¿Te trata bien?- preguntó sin rodeos.
-¿Eh?- respondió Sakura un poco incrédula.
-Él puede ser el héroe de la guerra, de la aldea, como sea- decía. -Pero solo quiero saber si a tí te trata bien- dijo finalmente.
Sakura se rió un poco ante eso, a veces no entendía la preocupación de los padres a todo, muchas veces parecía tan exagerado, incluso cuando ya les había hablado de como era el rubio en realidad. Alguien amable, humilde y que siempre se preocupaba por todos.
-Claro que Naruto me trata bien, mamá- decía. -No tienen por qué preocuparse con él, en serio- concluyó.
La madre de la pelirosa suspiro ante eso. Le alegraba que su hija por fin haya encontrado a alguien como el rubio, y vaya quien era, no podía estar más alegre por ella.
-Bueno, al menos puedo estar segura de que él si será muy bueno para tí, estoy segura- dijo sonriendo.
La pelirosa solo pudo sentir un poco de vergüenza ante eso. No por el comentario en sí, sino porque hace años su padre la había alejado del rubio cuando eran apenas unos niños. Eso le molestaba incluso hasta el día de hoy... pero al menos se sentía mejor al saber que lo aceptaban, aunque no le importaría si no lo hicieran.
Volviendo en sí, solo tenía que seguir su camino hasta el apartamento de Naruto, no habían estado de acuerdo en verse después de su trabajo, así que esperaba que estuviese ahí.
...
El rubio se encontraba en su cama mientras estudiaba algunos pergaminos que Kakashi le había dado, habían algunos jutsus elementales que deseaba practicar, al menos las básicas de los elementos principales.
Desde hacía tiempo sabía que podía usar los 5 elementos gracias al poder que se le había otorgado por parte de todos los bijus, y que a su vez podía incluso utilizar algunos kekkei genkai como el famoso estilo de lava de la Mizukage Mei o del antigüo jinchuriki de Son, Roshi.
Además de que había estado practicando aún más el jutsu clones de sombra, ya que cuando aún no tenía su prótesis, se las había ingeniado para emplear el jutsu con una sola mano, claro que aún le faltaba un poco de práctica, pero solo era cuestión de días.
Hubo un pergamino en concreto que no aceptó, y ese fue el que contenía el jutsu del Hiraishin, el mismo jutsu que el segundo Hokage había creado y que su padre había perfeccionado en su momento. Incluso pudo recordar el rostro de sorpresa de Kakashi cuando no lo aceptó, no es que fuera un mal jutsu, sino que él no lo necesitaba, era bastante rápido sin necesidad de sellos o de algún jutsu.
Supo que era igual o más veloz que eso cuando se enfrento al Raikage antes de ir al campo de batalla, además de que el Raikage en su momento fue uno de los tantos shinobis que su padre había enfrentado.
Quizás en el futuro podía heredarlo a uno de sus hijos, sabía que un ninja con un gran entrenamiento podía llegar a ser veloz, pero no tan veloz como ese jutsu. Aunque aún faltaba mucho para pensar en ello.
Su sesión de entrenamiento (o lectura en sí) se detuvo cuando escuchó que llamaban a la puerta, así que se levantó y se dispuso a abrir.
-¿Sakura-chan?- preguntó un poco incrédulo.
-Si, Naruto, soy yo- dijo con un poco de gracia.
El rubio la abrazó y preguntó.
-¿Qué haces aquí?, no habíamos estado de acuerdo en vernos, pensaba que irías a casa- mencionó.
-Bueno, quise darte una sorpresa viniendo sin avisar- decía. -¿Quieres caminar un poco?- preguntó.
El rubio asintió con una sonrisa y ambos estuvieron paseando un poco, hablando sobre el cómo le había ido en su trabajo, en el entrenamiento del rubio, etc.
-Me alegro que por fin hayas tomado más en serio lo de practicar- dijo la pelirosa.
El rubio sintió un poco de vergüenza con eso, ¿acaso era tan vago en ese aspecto?
-Debo decir que muchas veces no entiendo nada de lo que estudio, pero cuando es respecto a jutsus y cosas como esas... bueno, siempre quiero dejar lo mejor de mí- decía con mucho orgullo.
Sakura sonrió ante eso y lo miró.
Se centró en observar cada detalle de su rostro, desde sus pequeños bigotes en sus mejillas, hasta sus ojos, su nariz... y simplemente ninguna palabra podía salir de su boca, ¿así era como se sentía estar enamorada?
El rubio sintió su mirada y se sonrojó con ello.
-¿Te-tengo algo en mi cara, Sakura-chan?- preguntó.
La pelirosa salió de su trance y se sonrojó también. Era de esas ocasiones en las que simplemente se dejaba llevar.
-N-no... eh, simplemente, yo, eh, bueno- trataba de escudarse. -¡No preguntes más!- dijo con rubor en sus mejillas.
El rubio palideció ante eso. ¿Qué acababa de pasar?
La pelirosa por su lado solo sonrio cuando lo miró nuevamente. Estaba igual de sonrojado que ella y eso le encantaba.
Se acercó a él y tomó su brazo para seguir caminando, el rubio por su parte solo se acercó a ella, no podía y tampoco es como que negara el hecho de que le gustaba que Sakura hiciera eso. Le encantaba estar cerca de ella.
-¿Por qué has estado actuando de esa manera?- preguntó la pelirosa.
Naruto la miró y esos nervios habían vuelto de nuevo. Sabía que ella se había dado cuenta y no había vuelta atrás.
-Yo, bueno, eh...- decía sin formular palabra alguna.
-Naruto...- dijo Sakura.
El tono de voz que utilizo era un poco siniestro, intimidaba y sí, daba terror.
El rubio suspiró.
-Hacía ya tiempo que no te insistía más con citas, Sakura-chan- dijo.
La pelirosa sonrió ante eso. Vaya que Tsunade tenía razón.
-Y ahora quería invitarte a alguna, pero no quería llevarte a comer ramen, a pesar de que es la comida que más amo- decía. -Quería que fuera algo especial... pero es que no tengo ni idea de cómo podría hacerlo, nunca había hecho algo así... perdona por eso, Sakura-chan- dijo finalmente.
La pelirosa lo acercó aún más a ella, se sentía muy querida con eso, le preocupaba mucho el quererla impresionar... a pesar de que ya lo había hecho demasiadas veces sin siquiera planearlo y sin siquiera darse cuenta de ello. Ese era uno de los aspectos que le encantaba de él.
-No tienes que preocuparte por eso, Naruto- dijo.
-¿Eh?, pero Sakura-chan...- decía el rubio antes de ser interrumpido.
-Desde que te conozco, sé que eres mejor cuando haces las cosas sin planearlas- decía. -Ese es uno de tus recursos más valiosos, Naruto, ser impredecible...- mencionaba.
El rubio solo escuchaba atentamente.
-Claro que para misiones o para un trabajo es bueno pensar y utilizar la cabeza, eso no lo olvides, pero yo te quiero por quien eres- decía. -Me has impresionado tantas veces y ni siquiera te has dado cuenta de eso... solo no dejes de ser quien eres solo para tratar de impresionarme, porque esa es una de las cosas que me gustan de ti, el que seas impredecible- dijo finalmente mientras recargaba ligeramente su cabeza en el brazo de él.
El rubio hizo lo mismo apoyándose en ella. No podía estar más felíz con la situación.
-Sakura-chan... ¿quieres ir a entrenar?- preguntó.
La pelirosa sonrió y se separó de él.
-Me encantaría, no estoy para nada cansada... me vendría bien un poco de entrenamiento- dijo mientras chocaba su puño en la palma de su otra mano.
Le encantaba eso de ella.
...
Yendo de camino al campo de entrenamiento, el rubio mencionó algo. Sakura quizás lo apalearia por apresurarse en aceptar algo así, pero debía decirlo.
Le había contado acerca de que la jóven Yamanaka le ayudo un poco para que pudiesen hablar de nuevo, pero omitió un pequeño detalle.
-Sakura-chan, yo... eh, bueno, unas semanas atrás, Ino me pidió que, a cambio de que ella me ayudase a volver a hablar contigo, eh...- decía.
-¿Eh...?- mencionó Sakura.
Naruto suspiró.
-El hecho es que ella me pidió que, bueno, ella fuera la primera en recibir una invitación de bodas- dijo finalmente.
La pelirosa se sorprendió por eso, bastante además, pero quería que él lo dijera.
-¿Una boda?- preguntó con un tono de incredulidad.
-Si, bu-bueno, una boda... yo supongo que de nosotros- dijo con bastante nerviosismo en su voz.
Sakura recordó por un momento el sueño que había tenido, el mismo sueño en donde pudo escuchar a aquellos dos niños y en donde pudo mirar a Naruto preparando el desayuno por la mañana.
Solamente pudo sonreír ante eso, le gustaba esa idea, aunque no lo gritaría... al menos no por el momento.
-Al menos ahora sé que Tsunade-sama no será la primera- dijo sonrojándose ante eso.
El rubio solamente asintió con la cabeza.
Sí, no entendió lo que Sakura quiso decir con eso, algo que le provocó una pequeña risa.
-¿Eh? ¿qué es tan gracioso, Sakura-chan?- preguntó un poco confundido.
La pelirosa lo volvió a tomar del brazo y continuaron caminando.
-Nada importante, Naruto- dijo con una pequeña sonrisa.
Un pequeño rubor se hizo presente en sus mejillas.
Realmente le gustaba sentirse así.
Le gustaba bastante.
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