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Capítulo 23: Inseguridades

Después de que le hayan cerrado la puerta en la cara, el rubio decidió ir a informarle sobre el cómo habían salido las cosas con la clase de Sakura.

Se le veía un poco deprimido, y eso se comprobó cuando toco la puerta para poder entrar en la oficina del Hokage.

–Y bien, Naruto. ¿Cómo te fue?– preguntó Kakashi.

–¿Con la clase de Sakura-chan?, bueno, fue muy bien. Incluso me rompió una costilla– decía con bastante calma. El sexto solamente sudo un poco por la tranquilidad con la que lo dijo. –Pero con respecto a ella... se fue del hospital, me pidió perdón por algo que sucedió hace años y piensa que la odio– dijo.

Sakura podía haber madurado mucho durante todo lo que había ocurrido antes y después de la guerra. Pero era de esperarse que todos esos errores que cometió con Naruto se hicieran ver, pero sabía que el rubio jamás la odiaria por algo que sucedió hace ya varios años.

–¿Intentaste hablar con ella?– preguntó Kakashi.

–Lo intenté, pero siempre que trataba de decir algo, me interrumpía– dijo Naruto un poco desanimado.

–Entiendo...– decía Kakashi mientras evaluaba la situación. –Conozco a Sakura, y sé que tú también. Creo que deberías darle unos días para que pueda relajarse y pensar mejor las cosas– dijo.

¿Valía la pena esperar para decirle que todo eso no importaba y que todo era pasado?, bueno, si lo valía... ¿pero y si ella no querría verlo y solo lo empeoraba?, ¿eso valía la pena?

–¿Qué cree que pase si la busco ahora, Kakashi-sensei?– preguntó.

Kakashi lo miró y suspiró.

–No lo sé, Naruto– decía. –Pero probablemente no querrá verte, aunque no sea tu culpa... es por eso que debes darle unos días, después ve a buscarla y habla con ella– dijo.

El rubio suspiró, el panorama en sí no se veía nada prometedor.

–Creo que no tengo más opción que aceptar su consejo, Kakashi-sensei– decía Naruto.

–Es lo único en lo que puedo ayudarte por el momento, perdona– decía el sexto. –Puedes retirarte– concluyó.

El rubio había salido de la torre del hokage con una mirada derrotada.

Había sido un día un poco largo, además de que le habían roto una costilla por voluntad propia, en ese momento pudo recordar lo que se sentía sufrir dolor sin la adrenalina de una situación que ponía en riesgo tu vida. Prefería no volver a pasar por ello.

Volviendo a su dilema con la pelirosa, en verdad había notado las señales que Ayame le había comentado. Es decir, Naruto podía ser tonto, estúpido, distraído, a veces infantil, imprudente, estúpido otra vez, pero no era ciego... bueno, algunas veces, pero ahora no lo era tanto y en verdad podía notarlas.

¿Quizás Sakura había tomado de pretexto eso que ocurrió hace años solo para comenzar a evitar esos sentimientos por él?, la verdad es que prefería no pensar en ello.

Poniendo su mente en otro lado, le sorprendía mucho al rubio el como todos, incluso el sexto, estaban al tanto de la situación que estaba pasando entre él y la pelirosa. Era incluso un poco gracioso.

Era bueno distraerse un poco con esos pensamientos...

...

Cuatro días después.

–¿Y cómo piensas que se siente él?, ¿acaso le diste oportunidad para hablar?– preguntó Ino un poco molesta.

La pelirosa había estado bastante confundida. Había evitado a Naruto a toda costa, sabía muy dentro de ella que lo estaba exagerando, una parte de ella quería ir y revelarle que lo quiere, ya no solamente como un amigo y como su compañero, sino en querer comenzar a dar el siguiente paso con él.

Habían pasado momentos en los que él la había hecho sentir cosas que jamás había sentido... pero siempre, maldita sea, siempre estaba esa espina del pasado.

¿Qué pasaría si no funcionaba su relación?

Tenía miedo de lastimarlo. Pero sabía que no podría, de todas las personas que había, él era quien menos se merecía eso.

Lo había lastimado en muchas ocasiones, su vida personal había sido un cúmulo de sentimientos que muy a menudo se conflictuaban entre sí, eso le impidió ver al rubio antes, no se lo impedía ahora puesto que la otra parte que la conflictuaba la había despejado hace mucho tiempo, pero el solo hecho de pensar en que podía lastimarlo de nuevo...

–No, no le deje hablar, no supe qué hacer o decir, solo le dije lo que pensaba y salí de ahí... soy tan patética– dijo Sakura.

Ino había estado observando el problema de su amiga muy de cerca, no podía comprender del todo el cómo se sentía Sakura, sabía que la pelirosa había sufrido mucho en este tema, solo que pocas veces lo sacaba a la luz, al menos frente a Ino podía hablarlo y, tal vez, conseguir un consejo o palabras que quizás la pudieran ayudar.

–Frentona– decía Ino mientras le sostenía un hombro. –Conoces a Naruto mucho mejor que todos nosotros... estás siendo muy prejuiciosa con él– dijo.

–¿Prejuiciosa?– preguntó Sakura.

–Prejuiciosa porque, a pesar de como habíamos tratado a Naruto en la academia, a pesar de lo que me contaste sobre lo que pasó en el país del hierro, a pesar de todo... él sigue ahí– dijo Ino.

La pelirosa hizo un esfuerzo enorme en no derramar un par de lágrimas con esas tres palabras que había mencionado la rubia.

Siempre está ahí.

–Sé que sigue ahí, eso es algo que lo hace ser tan especial, pero solo le he traído sufrimiento– decía. –Incluso lo utilicé, Ino... dios, incluso hasta lo juzgue sin siquiera comprender por qué se comportaba de esa forma cuando eramos más pequeños– dijo mientras bajaba su mirada.

Era cierto que Ino no conocía tan bien a Naruto como su amiga, incluso ella lo había menospreciado durante la academia cuando eran aduladoras de Sasuke. Era incluso increíble lo mucho que ese idiota gritón había evolucionado. Había pasado de ser, bueno, un idiota gritón, a ser un ninja hecho y derecho, respetado por todos.

Por otro lado, trataba de comprender las inseguridades de la pelirosa, sabía que no eran poca cosa y pesaban bastante, pero si el rubio la hubiese odiado por eso, bueno, no seguiría preocupándose día tras día por ella.

–¿Sabes sobre lo que hablaron Naruto y Hinata hace unos días?– mencionó Ino.

La pelirosa alzó la mirada con clara sorpresa en sus ojos. No había pensado en Hinata desde que Shikamaru le mencionó lo que probablemente la jóven Hyuga haría.

–No... ¿sobre qué fue de lo que hablaron?– preguntó.

–Ayer me encontré con Shikamaru cuando fuí al cementerio a dejar flores para mi papá y Asuma-sensei– mencionó Ino. –Hablamos sobre algunas cosas... entonces me mencionó algo que Neji le dijo– dijo mientras miraba a Sakura.

La pelirosa estaba atenta a las palabras de Ino. Le interesaba demasiado, más que nada por saber lo que sentía Hinata actualmente sobre el rubio... ella sabía que dolía dejar ir un amor por el que habías esperado demasiado, aunque también entendía ahora el porque Hinata se había fijado en Naruto.

–¿Qué fue lo que Neji le dijo?– preguntó.

Ino la miró y sonrió.

...

En otro lado de la aldea...

Naruto había salido a dar un paseo por la aldea. No tenía un destino en específico, solo caminar y pensar, lo cual se le daba muy bien últimamente, era un método muy bueno para aclarar ideas y limpiar un poco la mente... aunque él no era de esas personas que solían concentrarse demasiado para pensar, pero ahora le venía bien.

En verdad confiaba en Ino para ayudar en acercarse un poco a la pelirosa. Después de haber salido de la torre del Hokage, decidió ir a la florería Yamanaka por un consejo de ella, ya que era la mejor amiga de Sakura y aparte era una chica (obviamente).

Podía ser el héroe, prácticamente un dios con el poder que recibió... pero el comprender a una mujer no venía con esas nuevas habilidades que le habían otorgado.

–En verdad espero que ella pueda ayudarme– decía Naruto antes de entrar a la florería. –Buenas tardes– dijo.

Ino reconoció esa voz y volteó a ver.

Sinceramente esperaba un mejor rostro cuando volteara, pero solo pudo ver al rubio bastante desanimado... definitivamente esa actitud no era buena señal. Solo faltaba saber quien de los dos volvió a retroceder, aunque si Naruto era el que estaba aquí...

–¿Naruto?, ¿Qué haces aquí?, pensaba que estarías con Sakura– mencionó.

El rubio sonrió con un poco de vergüenza y se rasco la nuca.

–Si, sobre eso, bueno, te quería pedir un consejo... y ayuda también– mencionó.

Ino suspiró y terminó de acomodar todas las macetas.

El rubio procedió a contarle todo lo que había pasado durante la clase, hasta que llegó en donde Sakura le había comenzado a pedir disculpas sobre algo que había pasado hace años, e incluso le mencionó el portazo.

–¿Pero por qué no le dijiste nada?– preguntó Ino un poco incrédula.

–Traté, Ino, traté– decía. –Pero siempre me interrumpía... hasta que se marcho–dijo.

Ino se levantó de su asiento y comenzó a regar sus plantas. En verdad no entendía la actitud de Sakura, hace días le contaba lo maravilloso que era pasar tiempo con él, y ahora le hacía eso por algo que a Naruto ni siquiera le importaba.

–Ustedes dos... en serio que adoran complicarse la vida, DEMASIADO– mencionó Ino un poco fuerte.

–Espera... ¿tú tamb– mencionaba el rubio antes de ser interrumpido.

–Todos lo saben, Naruto– mencionó con una pequeña risa.

El rubio solo sudo un poco por ello. Era obvio.

–¿Y bien? ¿me ayudarás?– preguntó.

Ino lo volteó a ver y solo suspiró.

–Trataré– decía. –Pero no te prometo nada, aunque...– mencionó.

–¿Aunque?– preguntó Naruto.

–Aunque si logro hacer entrar en razón a Sakura... debo ser yo la primera en obtener la invitación de su boda– mencionó con ligero entusiasmo.

El rubio se puso rojo, muy rojo, demasiado rojo... pero asintió. Era lo que más quería, aunque claramente no lo gritaría.

Ino solo festejó. Ahora solo quedaba hacer entrar en razón a Sakura.

Volviendo en sí, Naruto se sonrojó levemente al recordar la petición de la rubia.

Confío en tí, Ino– pensó mientras seguía su camino.

...

En la florería...

Ino mencionó todo lo que Shikamaru le había contado acerca de como Hinata llegó al complejo de los Hyuga el día que ella le reveló sus sentimientos a Naruto.

Neji había visto a una Hinata un poco distraída, no se veía felíz, tampoco triste, más bien... reflexiva.

Tanto Ino como Sakura tuvieron la misma reacción de sorpresa que Shikamaru tuvo cuando éste mencionó que Hinata había confesado sus sentimientos al rubio.

Neji claramente le había contado todo a Shikamaru, el jóven Nara incluso se sorprendió por el hecho de que Neji se lo contará a él, pero el jóven Hyuga lo hizo con un propósito... ayudar a quien lo ayudo una vez. A Naruto.

–Hay una parte que excluí– mencionó Ino.

Sakura se quedó sorprendida por eso. Todo lo que Ino le contó la había dejado muy sorprendida, desde la madurez de Hinata, hasta la madurez que demostró Naruto al manejar una situación como esa. En verdad le sorprendía eso.

–¿Vas a contarmela– preguntó Sakura.

–¿En verdad la quieres saber?– preguntó.

Ino estaba, con todas sus fuerzas, tratando de retener sus enormes ganas de contarlo de una vez.

–Me estás asustando... pero sí, quiero saberlo– dijo la pelirosa mientras una gota de sudor caía de su frente.

Ino suspiró y continúo.

–"¿Hay alguien a quien ames?"– decía Ino.

La pelirosa se quedó confundida, incluso iba a responder, pero la rubia la interrumpió.

–"Bueno, te mentiría si te dijera que no... Sakura-chan ha estado en ese pensamiento durante años... la amo, estoy seguro de ello"– concluyó Ino con una sonrisa muy amplia.

La pelirosa lo entendió todo.

Ese golpe cálido en su corazón había vuelto, el mismo golpe cálido que había sentido en todas esas ocasiones que lo veía y cuando lo abrazaba.

Entendió que esa calidez existía por y para el rubio. No había más, no podía seguir escondiéndose, tampoco podía seguir retrocediendo.

Todas esas dudas se desvanecieron en una sonrisa después de haber escuchado las palabras de Ino. Incluso sus ojos se llenaron un poco de lágrimas. Él la amaba, a pesar de todo.

¿Y ella?

Ella también lo hacía.

–Ino...– dijo Sakura mientras la abrazaba.

La rubia correspondió al abrazo de su amiga.

–No sigas perdiendo más el tiempo... ya han pasado por mucho– decía. –Ve a decírselo, frentona– concluyó la jóven Yamanaka.

Ahora sí ya sabía lo que la pelirosa deseaba hacer. Incluso a Sakura le parecía increíble como Ino podía leerla tan bien con solo verla. Al final de todo eran mejores amigas... no, eran casi como hermanas.

–Lo haré, Ino puerca– decía la pelirosa mientras caminaba hacía la puerta. –Muchas gracias, Ino... por todo, y por estar ahí para mí– dijo sonriéndole.

–Siempre, frentona– dijo Ino devolviendo la sonrisa.

Sakura salió de la florería con una sonrisa en su rostro. Sabía lo que debía hacer, sin importar qué. Era necesario.

Ino por su lado solo saltó de la emoción después de que la pelirosa salió de la tienda de su familia.

Bueno, Naruto, al parecer si voy a ser yo la primera en recibir esa invitación– pensó Ino mientras sonreía.

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