Capítulo 18: ¿Amigos?
Había sido un día bastante cansado para el rubio, primero con su exámen semanal para conseguir el rango de jounin, y después el hecho de pensar todo el día en su asunto con la pelirosa.
Nunca creyó que el cansancio mental agotara más que el físico, pero siempre se aprende algo nuevo.
Había caminado sin rumbo por la aldea, sumido en sus pensamientos, el hecho de que cada día más y más personas se acercan a él para pedir autógrafos o incluso regalarle cosas, se volvía más usual. Con las chicas era también un dilema, había pasado de ser el idiota de la clase, a ser el mismo idiota, pero ahora con admiradoras detrás de él.
Un gran cambio.
–Es raro que las chicas se me insinuen ahora. Una de ellas incluso me llamó estúpido cuando íbamos a la academia– pensaba el rubio con un poco de ironía.
A lo lejos pudo divisar un rostro muy conocido, así que no dudo en ir a saludar.
–¡Hola, Hinata!– saludaba el rubio.
La jóven Hyuga lo miró caminar hacía ella y sonrió e incluso un pequeño sonrojo hizo aparición en su rostro.
–Hola, Naruto-kun– respondió Hinata.
–Eh, ¿cómo has estado?, no hemos hablado desde hace varios días, incluso cuando nos reunimos todos– decía Naruto mientras la acompañaba.
–Bu-bueno, he estado ocupada con algunos asuntos que involucran al clan y cosas como esas...– dijo la jóven Hyuga.
El rubio decidió acompañar en una pequeña caminata a Hinata, era cierto que no habían hablado en bastante tiempo y ahora podía aprovechar.
Habían estado conversando sobre lo que había pasado en todo ese tiempo... hasta que llegó el tema de cómo parecía que Konoha nunca fue atacada a pesar de que Akatsuki la destruyó por completo.
Sin saber por qué, algo hizo click en el cerebro del rubio. Bastante curioso y que hizo sentir una vergüenza enorme en el momento a Naruto, fue el recordar lo que había pasado después de su batalla contra Pain.
–Hinata yo...–
–Naruto-kun yo...–
Dijeron ambos al unisono, haciéndose reír mutuamente. Era extraño para el rubio verla reír, mayormente porque era muy tímida y siempre estaba al borde del desmayo cuando estaba cerca de él.
–Dime tú primero, Naruto-kun– mencionó Hinata.
–Yo... sé que esto sonará un poco idiota y hasta sinvergüenza si así lo ves, pero jamás te agradecí en aquella ocasión cuando arriesgaste tu vida por salvarme contra Pain– decía el rubio. –Así que muchas gracias, Hinata, en serio. Te debo mucho– dijo
En aquella ocasión, Hinata se había sentido un poco decaída por el hecho de que el rubio la ignoro completamente. No le enojaba, sabía que Naruto tenía mucho en su cabeza... pero solo pasó el tiempo y lo dejó ir, hasta ahora.
–N-no tienes nada que agradecerme, Naruto-kun. Yo... lo volvería a hacer si fuera necesario– dijo la jóven Hyuga, algo que sorprendió al rubio.
–Hinata...– decía Naruto. –También siempre quise preguntarte algo– dijo el rubio.
El corazón de la jóven Hyuga comenzó a latir demasiado rápido, quizás no era relacionado a lo que ella pensaba, pero su instinto le decía que era sobre eso... sabía que no podía seguir escondiéndose.
–Cl-claro, Na-naruto-kun... dime– dijo Hinata.
–En ese momento de confusión, estaba completamente en shock por lo que estaba sucediendo, pero pude notar que me intentabas decir algo mientras me mirabas... tú, eh, ¿podrías decirme qué fue lo que me dijiste en ese entonces?– dijo el rubio, ganándose un sonrojo monumental de su amiga.
Ya no había por qué correr o esconderse.
–Yo... antes que nada, Naruto-kun– decía Hinata con una mirada llena de determinación. –¿Hay alguien que ames?– preguntó, sorprendiendo al rubio.
Ella ya sabía la respuesta.
–Bueno, te estaría mintiendo si dijera que no– decía el rubio con una sonrisa. –Sakura-chan ha estado en ese pensamiento durante años... la amo, estoy seguro de ello– dijo Naruto con un brillo en sus ojos al mencionarlo.
Hinata solo sonrió al escuchar eso.
–Entiendo...– decía la jóven Hyuga.
–¿Pero por qué me preguntaste eso, Hinata?– preguntó un Naruto confundido.
–Es hora–
–Naruto-kun. En ese momento que estaba frente a ti yo... yo no sabía si iba a vivir, decidí protegerte porque... porque te amo– dijo la jóven Hyuga.
–Hinata...– dijo el rubio con una mirada en shock y bastante sorprendido.
Cerca del hospital
Sakura había tenido un día cansado, era hora de su salida y decidió dar un paseo por la aldea mientras calmaba un poco su mente, además de que debía pasar por unas cosas para la casa de sus padres. Su madre se lo había encargado.
La pelirosa pensaba en todo lo que había recorrido hasta el momento. Viejos momentos de infancia.
Su formación como genin, cuando conoció a Ino, la rivalidad que tenían ambas por Sasuke, su paso por los exámenes chunin y su batalla que tuvo contra la rubia, su entrenamiento con Tsunade... hasta que una voz la sacó de su trance.
–Hola Sakura–
–¿Eh?, Shikamaru, hola– dijo la pelirosa.
–Supongo que apenas terminó tu turno en el hospital, ¿no?– preguntó el jóven Nara.
–Hace media hora. Solo paseaba un poco para despejar la mente... y para comprar unas cosas también– mencionó Sakura.
–Entiendo. Pensaba que te vería con Naruto– dijo Shikamaru.
–N-no, él ha estado un poco ocupado con sus estudios para los exámenes y también yo he tenido un poco más de trabajo, es por eso que no nos hemos visto– dijo la pelirosa mientras caminaba con él.
–¿Ya has hablado con Hinata?– preguntó Shikamaru.
La pelirosa se detuvo y sus ojos se dirigieron a los de él.
–No había pensado en Hinata...–
–No, no he hablado con ella... ¿por qué?– preguntaba Sakura.
–Sakura, las únicas ocasiones en que todos podíamos ver lo que sentías por alguien fue cuando Sasuke aún no había desertado de la aldea. Eso ha regresado con Naruto... bueno, menos la parte en donde todo el tiempo gritabas su nombre y corrías a abrazarlo– dijo Shikamaru. La pelirosa sintió vergüenza al recordar esa actitud que tenía.
–Claro, tiene sentido que lo sepa, es Shikamaru... aunque no era necesario mencionar lo último–
–¿A qué quieres llegar?– preguntó Sakura.
–Naruto debe ser el encargado de hablar con ella, incluso tú lo notaste antes, Sakura. Hinata ama a Naruto– dijo el jóven Nara.
–Eso... lo sé– decía Sakura. –No me había puesto a pensar en cómo se sentiría ella, creo que eso me hace una mala amiga– comentó la pelirosa.
–No te mortifiques por eso, siempre es bueno buscar la felicidad... estoy seguro de que Hinata le dirá sus sentimientos a Naruto, no para tratar de conquistarlo, sino para quitarse ese sentimiento de su pecho– dijo Shikamaru.
La pelirosa permaneció en silencio.
–Sé que Naruto puede ser muy idiota cuando se trata de palabras...– decía Shikamaru, generando una pequeña risa de la pelirosa. –Pero también sé que sabe en que momento ponerse serio y sacar lo mejor de sí– dijo.
–¿A qué te refieres con eso?– preguntaba la jóven médico.
–Me refiero al hecho de que sabrá como hacer sentir bien a Hinata, aún sin corresponder a lo que ella siente por él– dijo Shikamaru.
La pelirosa pensó bastante en eso.
–¿Crees que yo debería hablar con ella?– preguntaba Sakura.
–¿Por el momento?, no. Naruto y tú no son pareja... ustedes dos realmente son muy problemáticos, a pesar de que han pasado por demasiada basura en el pasado, siguen conteniendo lo que sienten el uno con el otro– dijo Shikamaru mientras suspiraba.
–No es tan fácil como solamente decirle que lo quiero y que estoy enamorada de él... no me creería– dijo la pelirosa.
Shikamaru analizó esas palabras. Naruto no era del tipo de personas que desconfiaban de alguien cercano... menos de Sakura.
–Supongo que hay más detrás de eso. ¿Puedo saberlo?– preguntó Shikamaru.
Sakura suspiró y procedió a contarle todo lo que había pasado tiempo atrás cuando Sai, Kiba, Lee y ella habían ido hasta el país del hierro para intentar traerlo de vuelta a la aldea.
Shikamaru sabía de eso, pero no sabía de la parte en que ella jugó con sus sentimientos de esa manera. Ciertamente le sorprendió el saberlo, más viniendo de Sakura.
–Entiendo... es problemático– comentó Shikamaru.
–Demasiado, es por eso que no quiero decirle... no todavía, quiero volver a ganarme su confianza en ese sentido– dijo Sakura con un tono triste en su voz.
–Yo creo que deberías decirle. Ambos lucen diferente cuando están juntos, es algo muy problemático de explicar– decía Shikamaru. –Pero se ven bien juntos– dijo con una sonrisa, generando una en la pelirosa también.
De vuelta con Hinata y Naruto
–Yo... sinceramente no sé qué decir– dijo el rubio con un leve sonrojo en sus mejillas.
Hinata Hyuga, la misma chica tímida que se desmayaba cuando estaba cerca de él le acababa de confesar su amor... para todos era bastante obvio, pero Naruto siempre creía que era algo raro el hecho de que ella lo hiciera, ahora todo tenía sentido.
–No tienes por qué decir algo, Naruto–kun– decía Hinata. –Solo quise decirlo porque era algo que necesitaba sacar... ya no quería seguir teniendo ese peso en mí– dijo.
El rubio terminó de procesar todas esas palabras.
–Pe-pero... ¿por qué nunca me lo dijiste antes?– preguntó el rubio.
–Yo... por timidez, Naruto-kun, sabía y sé que sigues amando a Sakura-san con todas tus fuerzas, eso también fue una razón del por qué no te lo dije antes– comentaba la jóven Hyuga.
–Entiendo...– decía Naruto. –Yo... lo siento por no haberme dado cuenta, Hinata– dijo Naruto con una mirada en el suelo.
–No, no, Naruto-kun... no debes disculparte, no es tu culpa– decía Hinata. –Ahora tienes la oportunidad de estar con Sakura-san... deberías aprovechar esta oportunidad y acercarte aún más a ella– dijo con una sonrisa y ganándose la mirada del rubio.
–Hinata, yo... muchas gracias– dijo Naruto.
–¿Gracias?– preguntó confundida la jóven Hyuga.
–Sé que no puedo corresponder a tus sentimientos... pero me alegra saber que siempre has estado ahí, incluso estuviste dispuesta a dar tu vida por ayudarme– decía Naruto. –Eres una gran persona y una gran amiga, Hinata, es por eso que te lo agradezco. Me gustaría seguir conservando tu amistad... claro que si a ti no te molesta– dijo el rubio.
Hinata sonrió y abrazo a Naruto, no era un abrazo común para ella. Era una descarga de emociones que se sentía bien dejar ir. Su corazón ya no tenía ese peso de no poder revelar su amor a la persona que amaba... ya no tenía ese peso del rechazo, pero había ganado, desde hace mucho, la confianza y amistad del rubio.
Ambos sabían que podían contar el uno con el otro. Una amistad para la eternidad. Se sintió bien dejar ir todo en ese abrazo.
–También me gustaría seguir conservando tu amistad, Naruto-kun– dijo Hinata al separarse de él.
...
Ya por la noche, el rubio se encontraba en su cama, mirando al techo y pensando en lo que había pasado durante el día. Naruto sabía que debía intentarlo una vez más con Sakura, las palabras de Ayame, Teuchi y Sai habían hecho una marca muy profunda en él, y ahora debía intentarlo, quizás, como dijo Teuchi, podía llevarse una sorpresa.
Pensaba también en lo que había pasado con Hinata. De cierta forma siempre lo sospecho, pero le alegraba de igual forma conservar su amistad, era bastante agradable.
La pelirosa dormía plácidamente, las palabras de Shikamaru la habían hecho reflexionar y ahora podía dormir más tranquila. Aunque cierto sueño se estaba llevando a cabo mientras dormía...
Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro