Chào các bạn! Vì nhiều lý do từ nay Truyen2U chính thức đổi tên là Truyen247.Pro. Mong các bạn tiếp tục ủng hộ truy cập tên miền mới này nhé! Mãi yêu... ♥

Capítulo 14: Cambios

Con su hora de salida encima y con un poco de lluvia en el exterior, Sakura había terminado otro día más en su trabajo.

Mientras estaba debatiendo consigo misma si esperar al rubio dentro del hospital o salir directamente, aún con la lluvia, pudo escuchar un pequeño grupo de personas haciendo un poco de escándalo.

¿Qué será eso?– pensó la pelirosa.

Una vista un poco inusual teniendo en cuenta de que era Naruto de quien estamos hablando. Un grupo de personas, 8 chicas rodeando al rubio, quien apenas podía ser visible por el cumulo de paraguas que lo rodeaban.

Naruto claramente se veía normal, muchas de ellas le pedían autógrafos, otras lo invitaban a salir. Declinaba las ofertas de salida que recibía, pero daba autógrafos, no sabía por qué ese interés en tener su firma pero lo hacía de igual manera.

Al cabo de un rato, la capa de admiradoras se comenzó a retirar, dejaron frente a frente a aquellos dos. Verde y azul chocaron al momento.

–Parece que estabas un poco ocupado... aunque ¿Admiradoras?, es la primera vez que veo eso– dijo Sakura para romper el silencio.

–Ya ha pasado unas cuantas veces, aunque sigo sin entender por qué quieren mi firma– decía el rubio con vergüenza en su rostro. –Por cierto, hola, Sakura-chan– dijo Naruto.

Y ahí estaba nuevamente, esa sonrisa que solo podía salir gracias a ella.

–Perdona. Hola, Naruto– dijo devolviendo la sonrisa.

La pelirosa se quedó extrañada por un ramo que traía el rubio en su mano derecha.

–Veo que tus admiradoras te regalaron flores– dijo la pelirosa, un poco sorprendida por ello.

–¿Eh?– dijo el rubio, por un momento se había olvidado del ramo de gerberas que pasó a "comprar". –Esto... bueno, son para ti. Las traje de camino hacía aquí– dijo Naruto con un sonrojo en sus mejillas.

Un abrazo cálido en el corazón de la pelirosa. Una sensación nueva.

–N-no debías haberte molestado– dijo Sakura al desviar su mirada. Esos ojos azules intimidaban, no de una mala forma o buscando imponer temor, era una forma que ella no sabía explicar, era algo que le agradaba.

–Eh... bueno, si no te gustan las puedo devolver, la verdad es que no sé cuáles son tus favoritas, perdona por eso– dijo el rubio, apenado por la reacción de su amiga.

Naruto escondió la flores detrás de su espalda, se sentía como un idiota, quizás la comida debió haber sido la mejor opción, las flores demostraban más y esas reacciones eran las que quería evitar.

–¡Muevete, Sakura!, estás demostrando lo contrario– pensaba la pelirosa.

Aún sin superar ese sentimiento de hace un momento, caminó hacía el rubio, mojandose un poco por la leve lluvia pero segura de ello, aún con su corazón a mil por segundo.

–No es necesario que las escondas...– decía la pelirosa al tomar las flores. –Son muy bonitas y me gustaron mucho. Perdona mi reacción... es que nadie me había regalado flores y fue una sorpresa para mí– dijo Sakura.

Esta vez no le importó el hacerle notar su sonrojo y nerviosismo al tomar las flores. Era sorprendente como un gesto que, en sí no era muy grande, podía hacerla sentir así. Valorada, querida. Importante.

El rubio por su parte no pudo evitar su sonrojo. Estaba muy cerca de ella, la pelirosa tuvo que refugiarse debajo del paraguas de Naruto para evitar mojarse. Para él era una vista sin igual. Podía vivir mirando esos ojos y no le importaría.

–Me alegro que te hayan gustado, Sakura-chan– decía el rubio. –Había pensado en traer comida pero al final me decidí por las flores– dijo con una sonrisa.

La pelirosa lo abrazo, no importaba nadamás para ella, el rubio solo se quedó inmóvil, sorprendido, con el corazón a mil por segundo, sonrojado hasta el punto de parecer explotar.

–Eh, Sakura-chan... ¿quieres ir a cenar algo?– preguntó el rubio para aligerar el ambiente.

–Aún es un poco temprano para ello... ¿Qué tal si caminamos un rato?– dijo la pelirosa al apartarse de él, aún resguardada por el paraguas.

–Claro, Sakura-chan. Esa es una buena idea– dijo el rubio, sonriéndole.

Por fortuna la lluvia no parecía dar señales de intensificarse, era algo bueno, no le daba motivo a la pelirosa ni al rubio de dirigirse rápido a sus hogares, podían platicar tranquilamente mientras caminaban con la lluvia acompañándoles.

–¿Cómo estuvo tu día en el trabajo, Sakura-chan?– preguntó el rubio.

–Bueno, a decir verdad no fue muy cansado, tuve algún inconveniente con un par de alumnos los cuales no podían ejercer la precisión correcta de sus chakras, pero al final lo lograron– dijo la pelirosa, orgullosa de sus alumnos.

–Suena bastante bien, la verdad es que tener esa precisión de chakra es algo muy complicado de aprender, aunque no me sorprende que aprendan rápido, tienen a la mejor como su maestra– dijo el rubio, sonriéndole.

–No te hagas el humilde. Tú también tienes un control de chakra muy bueno– dijo la pelirosa.

–Gracias por eso, Sakura-chan, pero no estoy a tu nivel en ese sentido, siempre fuiste la mejor para ello– dijo Naruto.

–Creo que ahora estás exagerando– comentó la pelirosa.

–Para nada. La última vez que entrenamos, tu control de chakra era demasiado preciso, podías centrarlo en un lugar y después redirigirlo para un contraataque super veloz– dijo el rubio, recordando cuando pudo analizarlo gracias al modo ermitaño.

–Te tomaré la palabra. Pero de igual forma tú no mostraste todo el potencial del modo ermitaño en ese entrenamiento– decía la pelirosa con un poco de enfado en su voz.

–Perdona por eso, Sakura-chan– dijo el rubio al notar el tono de voz de la pelirosa, algo que le asusto un poco.

Pasaron unos cuantos minutos en silencio hasta que la pelirosa preguntó algo, ella sabía la respuesta, pero quería poner a prueba al rubio (más bien quería que él se lo dijera. Lo quería escuchar de él).

–Naruto– dijo Sakura, mirando al rubio.

–¿Qué pasa, Sakura-chan?– preguntó Naruto un poco extrañado.

–Ino siempre me comenta que cada flor tiene un significado. ¿Sabes cuál es el significado de éstas?– preguntaba la pelirosa, alzando el ramo de gerberas.

¡Mierda!, me había olvidado por completo del significado de las gerberas. ¿Se lo diré?, ¿Y si se enoja si se lo digo?, ¿Me debería arriesgar?, ¡¿Qué hago!?– pensaba a toda velocidad el Uzumaki en su cabeza.

Una voz resonó dentro de él.

Ahora ya no suenas tan convencido– decía Kurama, riendo por los nervios que estaban invadiendo al rubio. –Aunque deberías decírselo, no pasará nada malo. No seas cobarde– dijo Kurama más serio.

–Pero... ¿Y sí ella se enoja?– preguntaba el rubio.

Solo hazlo y ya, no puede ir más allá de que generes un momento incómodo– dijo secamente el noveno biju.

La pelirosa estaba esperando su respuesta, quizás lo había malentendido y el rubio en sí no sabía el significado. Lo dejaría para otra ocasión.

–Si no lo sabes no hay problema, le pregunta...– comentaba la pelirosa antes de ser interrumpida.

–El significado, eh... bueno, el significado está relacionado a una amistad pura y sincera– decía el rubio. –Además de que...– dijo Naruto un poco nervioso.

–¿Además de que... qué?– preguntó Sakura.

El rubio suspiro, un poco más calmado y habló.

–Bueno, le pregunté el significado a Ino y ella me dijo... ella me dijo que, eh...– decía con dificultades el Uzumaki, jamás pensó que decirlo fuera así de difícil.

De pronto la voz de un jóven con un peinado raro y unas cejas demasiado pobladas salvó al rubio.

–¡Hola, Sakura-san, Naruto-kun!– saludaba Lee.

Maldita sea, te salvaste en esta ocasión, Naruto. La próxima vez no tendrás esa suerte– pensó Sakura, molesta por la interrupción del cejotas.

Uf, menos mal. Pero cuando estemos solos y si lo vuelve a preguntar, se lo diré ¡Lo juro!– se decía el rubio a sí mismo.

–Hola Lee, Neji, Ten Ten– dijo la pelirosa, saludando al equipo de Gai.

–¿Qué hacen por aquí?– preguntaba Naruto.

–Ibamos a una reunión con los chicos en la barbacoa– dijo Neji.

–Shikamaru nos pidió que les avisaramos, en el hospital nos dijeron que te habían visto salir con Naruto. ¿Quieren unirse?– preguntó Ten Ten.

–¿Qué dices, Sakura-chan?, así también sirve que comemos algo– dijo Naruto.

–Está bien, será bueno pasar tiempo entre todos– dijo Sakura, sonriendo.

La pelirosa no le había dicho que ella quería una cita, el rubio por su parte pensó lo mismo, sin más comenzaron a seguir al equipo de Gai.

Aunque hubo un detalle que ambos dejaron pasar en primera instancia.

–Oye, Naruto– dijo Sakura en un tono de voz bajo.

–¿Qué pasa, Sakura-chan?– preguntaba el rubio.

–Mi cerebro lo bloqueó todo el tiempo, pero Ten Ten y Neji están compartiendo el mismo paraguas– dijo la pelirosa un poco sorprendida.

–Es cierto... además lo está sosteniendo del brazo, te dije que los había visto más unidos. ¿Crees que...– preguntaba Naruto.

–La verdad es que no lo sé. Pero le preguntaré a Lee– comentó Sakura. –Psst, Lee– dijo la pelirosa.

Lee tuvo que aligerar el paso cuando escuchó el llamado de la pelirosa, así quedando al lado de ella. Aunque se sentía intimidado por las miradas de Naruto y Sakura centradas en él.

–¿Qué pasa, Sakura-san?– preguntaba Lee.

–Espero que tú sepas algo. Neji y Ten Ten... ¿ellos están saliendo juntos?– preguntó la pelirosa.

–No lo sé... Pero ellos dos se volvieron más unidos después de que terminó la guerra– comentaba Lee mientras miraba las espaldas de sus compañeros.

–Entiendo... pero recuerdo que a él le daba un poco igual antes de la guerra– dijo Naruto.

–Supongo que el hecho de vivir una guerra en donde se jugaba el destino de todos nosotros cambia a las personas. Al final aprendimos a valorar más lo que habíamos ignorado antes de que el mundo fuera amenazado, quizás Neji lo entendió, lo cual me alegra.– dijo Lee con una sonrisa en su rostro.

Esas palabras no iban dirigidas a nadie en sí. Analizaban la situación de aquellos dos, pero la pelirosa supo identificarse con esas palabras. La guerra había cambiado a muchas personas, de cierta forma ella pudo saber lo que quería gracias a eso.

Quizás debió haberse dado cuenta antes pero ya no había nada que hacer. Solo aceptar los errores. Y, sinceramente, no echaba de menos el campo de batalla.

–Aunque creo también que Neji no ha sido el único que se ha dado cuenta de ello– dijo Lee, mirando el ramo de flores de la pelirosa.

–¿A qué te refieres?– preguntó Naruto un poco confundido.

–A nada, Naruto-kun– dijo Lee, riéndose y acelerando el paso un poco para darles espacio.

Sakura, al contrario que Naruto, entendió las señales de su amigo. Así que imitó a Ten Ten y sostuvo del brazo al Uzumaki. Él la miró sonrojado. Ambos se miraron sonrojados. Una mirada que duro apenas unos segundos, pero que se sintió como horas.

El rubio lo intentaba, pero ahora sabía que no podía dejar atrás ese sentimiento por la pelirosa. Ese verde lo hacía suspirar y sentirse más vivo que nunca.

Por primera vez entendió la situación y se acerco más a ella, ambos siguieron caminando, siguiendo al equipo Gai.

Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro