Chào các bạn! Vì nhiều lý do từ nay Truyen2U chính thức đổi tên là Truyen247.Pro. Mong các bạn tiếp tục ủng hộ truy cập tên miền mới này nhé! Mãi yêu... ♥

Capítulo 3: Atentado Infantil

EDITADO

KEILA

Me encontraba aburrida, realmente creo que mi lado amable le hacía falta a este orfanato para poder cambiar el destino de todos, Tom, incluido, aun así, tenía un ligero deseo de volver, por lo menos esperaba que alguien de buen corazón se abocara en mi lugar para alimentar a ese gato callejero; Salí al patio antes de poder hacer algo más que me metiera en problemas, y es que por accidente me había caído sobre la directora del orfanato, y es que una niña que juraba no haber puesto jabón en el piso de las escaleras me hizo responsable a mí. 

¿Necesitaban corregirse? si, ¿estoy enojada? tal vez un poco, digo, me quedé sin cena por tres días, pero la comida está horrible, así que es un favor a medias, tal vez estoy algo molesta porque me riñeron por algo que no hice, pero claro que esta justificado si no tienen educación alguna, así que no hay nada que lamentar. Mientras echaba un ojo al patio trasero para idear planes a futuro si no podía salir de aquí, se escuchó un grito de un niño, era uno de auténtico horror, aunque algo me decía que seguramente sabía quien había causado eso. Sabía bien que no tenía que ver conmigo, pero mi instinto de hermana me hizo imposible ignorarlo.

Al ir a la parte trasera del orfanato me encontré con dos niños uno temblaba ante la escena que se presentaba ante nuestros ojos, un conejo que estaba muerto frente a ellos, colgado y sangrando de los ojos, como si hubiese sido sometido a una gran presión hasta quitarle la vida, era claro que su muerte no fue nada amable, en ese momento me di cuenta de que el niño que lloraba desconsoladamente por el conejo era el pequeño Billy, el otro niño debía ser Eric o Dennis, pero de eso ya me enteraría más adelante, probablemente Billy ya se había peleado con Tom, y por eso se desquito con su conejo.

Al ver tal escena era evidente que te generaba cierto impacto, aparte del hecho del detalle de colgar al conejo de la viga más adecuada para que todos lo pudiesen ver, sería imposible de ignorar, sobre todo porque la sangre escurría un poco, lo que significaba, o que la herida era muy grande, o que lo habían matado recientemente hace unos minutos, que era algo seguro, por el balanceo que indicaba que el animal no hace mucho estaba peleando por su vida, eso era una imagen muy cruel, incluso para un niño problemático y abusivo. 

Al instante los tomé de las manos sorprendiéndolos, los dirigí dentro de el orfanato, no me gustaba ver a niños sufrir de esa manera, tal vez pueden ser algo groseros y arrogantes, pero están en edad de ser educados, no torturados, los senté en el sillón mullido que se encontraba en la sala, saqué un pequeño pañuelo y le sequé las lágrimas al pequeño Billy que no dejaba de llorar por su conejo. Al cabo de un rato sus lágrimas cesaron, pero seguía temblando, así que lo abracé al igual que al otro niño.

— Todo está bien, tranquilos, ya pasó, todo ha terminado. — apacigüe. — Piensen que ahora está en un lugar mejor donde ya nadie puede hacerle daño. — susurré separándome un poco — Puede que no sirva de mucho, ante una perdida, no hay bálsamo para parar la tristeza, pero el ya está más tranquilo y no le gustaría verte llorar, podemos conseguirle una cajita y enterrarlo como debe de ser. — tantee y asintieron todavía en shock — cierren los ojos. — ordené y al no mostrar ganas de replicar, lo hicieron — concéntrense en mi voz, y su respiración. Relájense... Todo es calma para ustedes... los ruidos comienzan a silenciarse, y se pierden en una bruma de tranquilidad — sabía que era algo irresponsable e impulsivo, pero la hipnosis es útil en ciertos casos. — ahora, la perdida del conejo perteneciente a Billy, será la imagen de un conejito que parece dormido, tranquilo, feliz. Cuando toque sus hombros, la imagen del conejo colgando se borrará de sus mentes, suplantada por el conejo que cerró los ojos feliz y tranquilo, solo que ya no despertó — tras eso, trueno no dedos y toco sus hombros. — bueno, suban a sus cuartos, iré por una cajita y los llamaré al patio cuando este listo — avisé.    

— ¿Quién eres tú? ¿por qué me ayudas? — cuestionó Billy hipando.

___- soy Keila Alessandra Salvatore — sonreí presentándome — Mmm... te ayudo por que es doloroso perder a un amigo, porque eso es lo que es, aun que muchos piensen que solo es una mascota, es un compañero de vida, un ser que se adentró en nuestros corazones, un consuelo ante secretos que no podemos decir a nadie, seguro le contaste una que otra travesura, compañero de juegos y tal vez incluso un compañero que te acompaña en tus sueños al dormir ¿no es así?... — el asintió — yo también perdí a mi perrito... era un ser encantador, leal, él me defendía y le gustaba velar mi sueño, son irreemplazables, eso lo sé — él me mira asombrado, le acaricio la cabeza como lo haría con un niño pequeño, esto era lo que ellos necesitaban, atención y consuelo. 

Él se sorprende, pero se deja acariciar cerrando los ojos, el otro niño me mira fijamente con curiosidad. La señora Cole entra y nos ve mal, pero ve los ojos llorosos de los niños y me mira enojada.

— ¿Qué les hiciste? — exige saber.

— ¿yo? espere ¿qué? ¿me está preguntando a mí? — la miré sumamente confundida.

— ¿A quien más si no es a ti? niña tonta — soltó con irritación y cansancio. 

— Ella no hizo nada, solo nos ayudó... — Intervino Billy, la señora suspiró molesta.

— ¿entonces qué sucedió? — cuestionó, molesta seguramente porque no estábamos siendo concretos con la situación.

— señorita Cole — interrumpí llamando su atención — ¿le puedo explicar yo a solas lo que pasó? — dije al ver los ojos de Billy llenarse de lágrimas nuevamente.

— Vamos... — ordenó con fastidio mirándome fijamente con sospecha.

La señora amargada me llevó hacia su oficina, creo que soy muy entrometida incluso para mi propio bien; la señora amargada me hizo sentarme y me miró severamente esperando una explicación concreta de lo que había pasado.

— el niño que estaba llorando, lo hacía por que vio en el patio trasero a su conejo, el cual estaba muerto. Lo colgaron de una biga del orfanato... y no sabemos quien fue... — resumí y me miró con impresión, pero después se puso a pensar y su mirada ya no fue tan hostil en mi dirección.

— yo si sé quien pudo haber sido niña, y te recomiendo que te alejes de él si no quieres acabar como ese conejo, o aún peor, ser contaminada por él. — esta mujer debería organizar mejor sus prioridades; la miré esperando un nombre, el cual ya sabía — aléjate de Tom, es un niño raro, una amenaza para este orfanato, una plaga de la cual no nos hemos podido deshacer.

— dudo que pueda hacer mucho si duermo en la misma habitación que él ¿no cree? — comenté con obviedad, frunció el ceño nuevamente.

— Te estoy advirtiendo niña. Deberías ser más agradecida. — su disgusto era palpable en su mirada, la rigidez de su cuerpo y su tono de voz, pero no me inmuté, simplemente me límite a mirarla con cierta ironía.

— agradezco su advertencia — cedí y me sonrió con burla, ahora si ya no me iba a morder la lengua (es una expresión, quiere decir que ya no se va a quedar callada) — pero siento decirle que creo que su forma de aislar a un niño en este lugar es una decisión errónea, cuando el adulto de un lugar lo que tiene que hacer es fomentar la convivencia, el respeto y solidaridad — adopté una pose relajada en la silla, mientras mi mirada era determinada y retadora — además, claro que esto se lo digo con mucho respeto — aclaré falsamente — pero con quien decida o no juntarme, no creo que sea asunto suyo.

— Muy bien, mocosa altanera, te quedarás tres días más sin cenar. — sentencio y fruncí el ceño. 

— no es muy sabio de su parte meterse con mis comidas señorita, aunque he de admitir que es un golpe fuerte a mi persona, lo describiría como un golpe bajo, casi ruin. Aunque tomando en cuenta su persona, creo que es evidente que le queda. — solté sin más. 

— ¡Fuera de mi oficina ahora! ¡y serán siente días más! — rodé los ojos.

Procedí a levantarme de la silla y me dirigí a la salida, la verdad no salió tan mal como creí. Después de todo, los adultos odian ser sermoneados por los niños, por lo que esperaba una bofetada por lo menos, aún así no quería quedarme callada, es injusto lo que le hace a Tom, es por eso que se volvió tan sádico desde niño. Es cierto que es un poco raro, mandón y cruel pero un niño al fin de cuentas, todavía no es Voldemort, y con una mujer así cuidando de él, no puedes esperar que te salga un niño puritano que no te rompe ni un plato. Al salir me encontré con un Tom disimulando su sorpresa, pero como dije, es muy expresivo con la mirada.

Me pasé derecho en busca de Billy y el otro niño que se encontraba con él, pero ahora estaba otra niña y un otro niño más.

— ¿Cómo te fue con la señora Cole? — Preguntó la chica que tenía bordado en su ya algo gastado vestido el nombre Amy.

— me pudo haber ido mejor — admití encogiéndome de hombros.

— bien, ya que estamos todos en esta situación, es hora de presentarnos, yo soy Dennis Bishop, un gusto conocerte Keila.

— ¿Cómo sabes mi nombre? — alcé una ceja con incredulidad.

— es por Billy, él no deja de decir que eres muy amable y valiente. — contestó de inmediato Amy señalando a Billy, quien se ruborizó ante el hecho de encontrarse expuesto.   

— yo soy Eric Whalley, espero que nos llevemos muy bien de ahora en adelante Keila — habló Eric, que era el niño que presencio el suceso del conejo de Billy, sonreí.

— Y yo soy Amy Benson, todos nosotros tenemos 10 años, aunque muy pronto serán nuestros cumpleaños y tendremos 11.

— ya veo... — dije observándolos con atención — mucho gusto, bueno, soy Keila Alessandra Salvatore, también tengo 10 años. — Oímos pasos y todos voltearon a ver menos yo. 

Aunque claro, estaba segura de saber quien era al leer el horror dibujado en sus rostros, lo cual solo me asegura que es el pequeño Tom, alias el mini Voldy. Billy me tomó de la mano al instante y me sacaron de ahí ante los ojos del niño de mirada calculadora con una chispa de odio.

— ¿Ahora qué pasa? — pregunté fingiendo estar perdida con toda la situación.

— no es bueno llevarse con él. — aseguró Billy — Es peligroso. — terminó con una mirada de alerta total.

— siempre nos pasan cosas malas cuando estamos a su alrededor. — Contó Amy como si fuera un secreto.

— Además, le gusta estar solo. — zanjó el tema el pequeño Eric.

— sinceramente, dudo que a alguien realmente le guste estar solo. Somos seres sociales, lo que pasa es que él se acostumbró a estarlo - solté lo que pensaba.

— has caso Keila, a él le gusta estar solo, y está mejor así, es un fenómeno. — masculló con resentimiento.

— no hables de esa forma — los detuve — tal vez no es la mejor persona, pero no es la manera correcta de hablar de una persona, no saben nada de él porque nunca le dan una oportunidad ¿Qué problema tienen con ese niño? — cuestioné.

— Él siempre nos ve mal, no entiendo por qué no podemos hablar mal de él entonces. — respondió molesto.

— Tal vez porque eso solo los hace caer tan o aun más bajo que él. ¿realmente quieren ser malas personas de grande? ¿no tienen empatía? ¿carecen de raciocinio? — Me miraron con impresión  y Amy frunció en ceño.

— si tan mal te parece nuestra forma de ser y nos ves como peores, eres tan monstruosa como él. — vociferó ofendida. 

— yo nunca doy nada por hecho, solo quiero que no haya diferencias, podemos ser unidos, solo nos tenemos los unos a los otros, vivimos en el mismo orfanato y de ahora en adelante quiero estar bien con ustedes, pero la vida se les va más rápido de las manos si solo la dedican al odio y al miedo. Si él los odia es su problema, pero demuestren que son mejores que él. Yo creo que realmente es posible — los chicos me miraron fijamente por unos instantes, pero luego intercambiaron miradas entre ellos y asintieron, parecía que realmente les había sido muy agotador el solo hecho de tener pánico con la presencia de Tom.

— Bueno, tal vez las cosas puedan cambiar ahora que estás tú... — soltó Billy pensativo — yo lo miré sin entender — si, mira, desde que tu llegaste, tu forma de ser con él lo hace no entenderte, aunque realmente nosotros tampoco, pero lo dejas sin palabras, pareceres muy valiente, y no te conoce... — me explicó — aun así, nosotros no queremos que salgas lastimada.

— no me va a pasar nada, y siempre estaré para ustedes chicos... — aseguré tomando las manos de ellos, sonriendo con ternura. Ellos se sonrojaron, incluso Amy, quien me miró con más confianza. Esto podía ser un buen comienzo.

||...|| 

Había sido todo un reto el trepar la estructura del orfanato para llegar a la biga dónde se encontraba el conejo de Billy, me sentía un mono, justo como cuando trepaba árboles cuando estaba pequeña. Limpié todo rápidamente con sumo cuidado y metí al conejo en una cajita vieja que encontré en la bodega que se encontraba a unos metros de la casa, dejé al conejo lo más presentable posible por si Billy quería verlo, aunque era la primera vez que lo hacía, con algo de esfuerzo y mucho talco, logré cubrir las manchas de sangre que no quisieron salir.

Cuando todo estuvo listo, llamé a los chicos y le hicimos un pequeño funeral, cosa que Billy agradeció, lo enterramos al pie del gran roble que se encontraba en la entrada al bosque, dejamos flores y una pequeña lápida de madera que obtuve de la bodega, gracias a eso, pude tallar el nombre del conejo, Chester, y agregar un dibujo, con eso le di paz a Billy y pudimos volver dentro del orfanato más tranquilos.

Los chicos caminaban al comedor, como yo no podía cenar, estaba por dirigirme a las escaleras, pero al subir mi mirada y me percaté de como una bolsa considerablemente llena de papas/patatas descendía en dirección a de Billy, por lo que me aproximé a este con rapidez y lo empujé quitándonos a ambos la posible desgracia de ser descalabrados. Billy se sorprendió por la tacleada, más al escuchar el estruendo detrás de nosotros palideció, los demás reaccionaron y corrieron a ayudarnos.

— Keila, ¿estás bien? ¿no te pasó nada? — preguntó Eric ayudándome a levantarme.

— esos fueron unos reflejos sorprendentes — alagó Dennis ayudando a Billy a levantarse.

— Por poco y no la contaba... gracias, Keila... — logró decir Billy un poco más tranquilo.

— no ha sido nada, reaccioné por instinto — me encogí de hombros — pero es bueno que pudiera evitar que te pasara algo.

— no seas tan modesta, parecías una heroína cuando saltaste por él — comentó Amy con admiración. — eso no se ve todos los días. Fuiste hilarante — alagó.

Amy me abrazó por el cuello y sonreí, los chicos no tardaron en unirse, mientras me revolvían el cabello. Nos tensamos cuando escuchamos fuertes pasos venir hacia nosotros, ya sabíamos quien era.  

— ¿Qué sucedió aquí? — exigió saber la vieja amargada. Intercambiamos miradas entre nosotros sin saber qué decir con exactitud. 

— un pequeño accidente, pero no pasó a mayores — me encogí de hombros y con ayuda de Eric estaba por llevar la bolsa de papas a devuelta a la cocina.

— no causen más problemas y vayan a cenar — masculló yendo a encerrarse a su oficina.

Pronto escuché unos pasos lentos, casi silenciosos que venían de las escaleras, al visualizar al dueño de dichos pasos, me encontré con la mirada de Tom, quien parecía verdaderamente disgustado sin despegar sus ojos de mi persona ¿acaso era eso un reto? porque si es así, entonces estoy dentro.
☆゜・。。・゜゜・。。・゜★☆゜・。。・゜゜・。。・゜★

Bueno, como ya han de saber, sigo editando. Espero que los cambios en esta historia les agraden, pues como ya han de notar, la estoy retomando despacio, porque quiero que valga la pena el resultado.

nos leemos pronto




Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro