...sa!.

...cesa!.

Princesa!.

Frunció el ceño molesta al escuchar esa voz. Eso le parecía conocido.

Abrió lentamente los ojos y se encontró con Lily que la miraba preocupada.

-deja vu?.

-princesa dejé de estar balbuceando y levántese! -le quito las frazadas de golpe para luego ir a buscar su ropa.

-qué sucede Lily?, es muy temprano.

Bostezo viendo extrañada a las sirvientas levantarla rápido y empezar a prepararla.

-debe apurarse princesa, no hay tiempo!.

-pero si todos los sábados duermo hasta tarde -susurro curiosa por el comportamiento de las chicas.

-pero no todos los días el emperador pide verla!.

Ante eso quedó en shock y miro a su nana que la miraba preocupada mientras la peinaba.

-eh.

.

.

.

.

-gloria y bendiciones al sol de obelia.

Hizo una reverencia ante el emperador que la miraba desde su trono.

Por qué la había llamado?, acaso su muerte se acercó más rápido de lo esperado?.

-"si intenta matarme lucharé contra él".

Siguió mirando al suelo evitando mirarlo, miro de reojo y notó que estaba el primer ministro.

La curiosidad surgió en ella pero no demostró su sorpresa.

-desde que naciste jamás me hice cargo de ti -ella lo miro neutral y él observo sus ojos atento.

Seguían iguales de fríos.

Ella solo sonrió con falsedad y puso su mano a la altura de su corazón.

-es entendible su majestad, usted es un emperador, tiene mucho trabajo que hacer, no puede gastar su tiempo en nimiedades como mi persona.

Ante su respuesta todos se sorprendieron pero ella siguió sonriendo suavemente y el rubio mayor apretó los bordes de su trono.

-ya veo....-cerro sus ojos relajando su expresión -tambien me he enterado que has estado descifrando algunos libros que nadie jamás ha podido hacerlo.

Ella lo miro atenta y luego miro a su alrededor.

En el palacio rubi todas las mujeres guardaban el secreto de que ella podía descifrar libros que nadie jamás ha hecho.

Como por ejemplo el libro con el alfabeto templario.
Ahora lo entendía, hace 2 años en la biblioteca del palacio rubi aparecieron nuevos libros en otros idiomas.

Idiomas que Athanasia desconocía pero ella pudo leerlos y entender lo que decía.

-"quién hizo eso?, solo pudo ser una persona que quiere que llame la atención del emperador".

Miro nuevamente al trono y su mirada se cruzo con la Felix, el cual la estaba mirando nervioso.

Al entender estrechó sus ojos y estos brillaron. El pelirrojo tragó saliva con temor ante el brillo en esas joyas.

Estaba muerto, eso lo veía a kilómetros.

Claude solo miro atento el brillo en los ojos de la princesa para luego sonreír de lado.

-tienes un don para descifrar libros que ni siquiera los magos más poderos han podido, el descifrar esos libros quiere decir que tienes un gran poder mágico - ante lo dicho la rubia mordió su lengua con fuerza.

Ese maldito plan no lo vio venir. Fue una estupida al caer en su curiosidad y leer los libros.

Ella pensó que solo eran libros dejados por las sirvientas pero no se imaginó que hayan sido dejados por Felix para que al vigilarla y notar que tenía un don para descifrar esos libros, demostrando que tenía un gran poder mágico, le diría eso a su majestad y sabiendo que Claude tendría interés.
La llamaría y pediría verla o algo.
Pero el pelirrojo había planeado eso para que la princesa llame la atención de su padre.

Ya que no quería que esa pequeña niña sea igual a su padre.

-por eso...desde ahora ayudarás a los magos de la torre a descifrar los libros antiguos de hace 200 años y...2 veces al día te reuniras conmigo.

Ahora sí abrió sus ojos en shock mirando al emperador para luego apretar sus labios con fuerza y apretar su falda.

Quería arrancarle esa estupida mirada de interés de esos ojos. Quería hacerlo cenizas.

-además -el emperador se levantó del trono mirando atento a su hija -desde hoy serás nombrada princesa imperial de obelia.

Ella detuvo su respiración y sintió sus piernas debilitarse.

El emperador ignorando el estado de su hija miro al ministro que asintió y se retiró de allí yendo a comunicar la nueva noticia.

-athana...!!

Abrieron sus ojos en shock al ver a la princesa.

Claude miro sorprendido esa mirada. No lo entendía.

No debería de mirarlo así.

Debería de haber un brillo en esos ojos.

-si su majestad ya no requiere mi presencia, me retiro.

Nuevamente hizo una reverencia y salió de allí con gracia y elegancia sin siquiera mirar atrás.

Las puertas fueron cerradas dejando en silencio la sala del trono.
Los soldados se fueron ante la orden de Felix y el rubio solo dejó que su flequillo tape sus ojos yendo a la habitación tras el trono.

-su majestad?.

En respuesta el rubio tiro al suelo las botellas de vino en la mesa y apoyó sus manos en la mesa con furia.

-no lo entiendo!, no debería mirarme así!.

Él le dio el mayor privilegio de todos, dejó en claro que quería verla todos los dias, la nombró princesa imperial, le dio a entender que tenía su interés. Entonces por qué?.

Por qué lo miraba con tanta frialdad y odio?!.

Debería de ser todo lo contrario, entonces por qué?.

El pelirrojo miro sereno al rubio para luego cerrar los ojos.

Ya se esperaba que pase eso, pero esperaba que a futuro la princesa vuelva a tener la misma mirada que antes.

Él no quería que esa delicada y dulce princesa que sufrió tanto se convierta en un demonio como su padre.

No quería eso para la hija de su primer amiga, además de que si ellos dos estaban juntos el emperador podría tener una luz en su vida.

Aunque esta luz le daría mucho trabajo ya que lo odiaba con todo su ser.

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