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26 "Verdades".

Cuando fue que empecé a apreciarla con otros ojos?.

No lo recuerdo.

Nunca la vi como a mi hija, solo como a una cosa que me hacía recordar a una imagen borrosa de una mujer que quería olvidar con todas mis fuerzas.

Esa mujer que me había hechizado y luego me abandonó por esa cosa.

Usé magia prohibida para olvidarla y en 4 años lo logré, olvide todo de ella, esa mujer solo quedó como un recuerdo borroso para mí.

Cuando la encontré por primera vez luego de esa masacre que hice tenía 9 años, era una niña.
Ella me miró con sus grandes ojos cerúleo tan parecidos a los míos pero los de ella brillaban con inocencia y amor.

Me daba asco el tan solo verla, su mirada brillante me hacía doler la cabeza y unas enormes ganas de asesinarla surgían en mí.

A pesar de que esa mujer sea una imagen borrosa aún quedaba el sentimiento de odio y rencor por esa cosa, esa cosa que fue la culpable de que esa mujer me haya abandonado.

La dejé en el olvido, la hice sufrir.

Pero...paso un tiempo y la volví a ver, ella había cambiado.

Algo la hizo cambiar.

Ella me miró con frialdad y sin una pisca de amor.

Sus ojos ya no brillaban, sus ojos estaban muertos.

Sin siquiera darme cuenta había empezado a tener curiosidad por ella, hasta que Felix me comentó sobre su extraño don de leer libros antiguos los cuales eran completamente indescifrables.

Nos fuimos reuniendo y veía cada una de sus reacciones, ella cambió totalmente.
Su personalidad ya no era la misma, sus acciones, sus ojos, su aura....su poder.

Ella portaba magia blanca pero sobre todo magia oscura.

Me di cuenta, lo hice desde el primer momento en que ella se presentó ante mí y me miró con repulsión luego de haberla nombrado princesa imperial.

Pensé que había alucinado pero cuando ella enfermó comprobé mi teoría, ella usaba un hechizo con la poca magia imperial que portaba para ocultar su magia oscura.
Era inteligente.

Aún así la acepté y la dejé permanecer a mi lado por mera curiosidad.

Sabía que tenía que hacerla desaparecer ya que día a día su poder aumentaba pero había algo que me impedía hacerlo.

Ella era inteligente, estratégica, audaz, orgullosa.
Sabía usar muy bien sus cartas.

A pesar de fingir ante todos y endulzarlos, ante sus ojos todos eran sus peones o posibles peones, no había persona que le importe.

O al menos así era con la mayoría, solo con esa mujer que la cuidó era considerada.

Aunque tampoco al extremo, veía agradecimiento en sus ojos pero no aprecio por esa mujer.

Sabía que existían muchos secretos tras esos ojos tan parecidos a los míos pero a la vez tan diferentes.

Eso me llamó más la atención y día a día el odio que sentía iba desapareciendo, la curiosidad me inundaba y quería estar con ella, saber de ella, escuchar su voz.

Me había convertido en uno de sus peones y lo acepté, incluso estaba dispuesto a perder toda la dignidad que tenía por ella.

No lo entendía, parecía un estupido hombre enloquecido por una mujer que solo veía a los demás como sus títeres.

Tal vez era su maldad, su orgullo, su valentía o su inteligente.

No lo sabía, pero sí sabía que me estaba enamorando y que yo lo estaba aceptando.

Los humanos somos atraídos hacia la oscuridad y yo fui completamente seducido por la oscuridad que inunda su ser.

Yo me dejé seducir por ella y no me arrepiento.

Hasta ahora mi vida no significaba nada y por más estupido que suene, siento que yo puedo ser la primer persona que le devuelva algo de luz a esa joven que tiene planeada mi destrucción y la de muchos a su alrededor.

Aprendí que simplemente soy un hombre que se enamora del peligro y la oscuridad.

Cuando sus labios chocaron con los míos todo se desató y no pude contra mis deseos lujuriosos.

Quería poseerla por completo.

En mi cabeza había una voz que me decía que era incorrecto ya que ella estaba ebria pero ya no podía contra mis deseos.

Poco a poco fui recorriendo con mis labios su cuello, sus hombros, sus senos en crecimiento, su vientre, sus muslos hasta llegar a su feminidad y explorar su interior.

Ella gemía sin contenerse y eso solo lograba liberar con más fuerza al monstruo en mi interior.

Su cabello estaba revuelto, sus mejillas sonrojadas, sus labios húmedos y rojizos por haber violado su boca durante largos minutos.

Y por algún motivo...sus ojos derramaron lágrimas al mirar mis ojos.

Mi corazón se removió y ella estiró sus brazos.

-hazme olvidar Claude.

Su voz había sonado tan suave y dulce que jamás imaginé escucharla hablar así.

Ella me abrazó con delicadeza y me besó, nuestros ojos se cerraron y cuando me quise dar cuenta estábamos desnudos.

Sentía el calor que emanaba su cuerpo, su fresco aroma, su cabello con olor a lavanda.

Por algún motivo su piel olía a menta, acaso era porque siempre comía postres o tomaba té con menta?.
No lo sabía pero su olor me volvía loco.

Estaba loco por ella...la amaba.

Maldición la amaba, me había enamorado.

-ah! -mis ojos brillaron con oscuridad al ver su cuerpo arquearse mientras yo adentraba mi miembro a su interior.

Entré con lentitud pero al llegar hasta el fondo me sorprendí cuando no...ella no era virgen.

El rubio apretó sus labios confuso y enfadado pero las manos delicadas de la rubia habían acariciado sus mejillas llamando su atención.

Ignoró lo sucedido y le devolvió el beso.

Se adentró por completo en su interior y gruño ante su calidez, hace cuánto que no se acostaba con una mujer?.

Malditos recuerdos y maldito trabajo.

-uhmm!~ -sus embestidas empezaron con lentitud y pronto fue aumentando la velocidad haciéndola gemir con fuerza.

El calor había aumentando gracias al apasionado ejercicio que estaban haciendo ese par de su rubios.

-Claude! -arañó su espalda al sentir que la alzó de la cintura y se sentó logrando que su miembro choque con su punto.

Abrió su boca chupando su pezon y adentrando casi la mitad de su seno en su boca, parecía una bestia que se quería comer por completo a su presa.

Ella lo había cabalgado con experiencia y toco su formado torso con anhelo, besó su cuello, dejó chupones, probó su cuerpo enteró y él cayó aún más rendido por esa rubia ante él.

-ahg -estiro su cabeza hacia atrás apretando las sábanas bajo suyo.

Sus labios rosados estaban separados y llenos de saliva junto a sus fluidos mientras subía y bajaba su boca probando su miembro como si fuera un dulce.

Sus brillantes ojos cerúleo lo miraban fijamente con lujuria y oscuridad.

Un escalofrío corrió por su espalda ante esa mirada oscura y apretó su mandíbula al sentir que su orgasmo se desataba con furia.

Jadeo al verla tragar toda su esencia y sonreírle con burla.

-querido~ acaso es eso lo único que puedes hacer?~.

Su voz arrogante lo hizo tragar saliva y paso su lengua por su labio inferior deseoso de volver a poseer su cuerpo.

No importaba los orgasmos que le hizo tener a esa joven, los fuertes orgasmos que tuvieron juntos en esa noche.

Sus cuerpos seguían pidiendo más y más.

El cuerpo de esa joven pedía a gritos que sacien su sed de lujuria, ese delicado pero sensual cuerpo que lo hacía delirar y caer en el pecado, ese cuerpo que él se encargaría de probar de todas las maneras posibles.

Los dos eran insaciables y esa noche se encargaron de saciar todos sus deseos oscuros.

Cuando la mañana había llegado ella estaba ida y él había decidido quedarse en silencio.

-"tal vez se arrepintió".

Esa duda lo carcomia por dentro y durante toda la mañana lo hizo.

Habían ido al pueblo, vieron varias cosas juntos, hasta que por fin ella recuperó algo de su humor y él se encargó de hacerla olvidar cualquier cosa que la estuviera perturbando.

-"si se arrepintió eso no significa que no la puedo enamorar...ella tiene que ser mi esposa".

Sus ojos brillaron de anhelo al ver el cabello de la menor bailar ante la brisa, sus ojos destellaban con pequeños reflejos celeste.

Ningún hechizo podía ocultar la belleza de esa joven ante él.

El emperador estaba dispuesto a todo por tenerla a su lado, por ser aunque sea un poco reconocido por esa mujer...por ser amado por ella.

Era una locura pero él la amaba, ella lo enamoró con su personalidad y su infinita arrogancia.

Ella era la primera mujer que lograba volarle la cabeza y capturar su corazón desde el primer momento.

Y ella ni siquiera tuvo que esforzarse por agradarle, simplemente lo despreció y lo trató como si fuera una persona normal a la cual ella odiaba con todo su ser.

Tal vez fue eso, ella no lo halago o le sonrió como las demás mujeres que se acercaron a él.

No lo sabía pero lo que sí sabía...es que estaba enamorado de Athanasia.

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Espero que les haya gustado y gracias x leer ♡♡♡♡.

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