Miro satisfecha los muros del palacio. Había salido con éxito de allí.

Aunque tuvo un poco de miedo el coraje y la determinación le ganaron. Los guardias de seguro ni siquiera le prestarían atención si la hubiesen visto huir.

Después de todo a claude no le importaba el bienestar de su hija.

Camino escabullida entre las personas y miro a su alrededor.
Había varias personas, entre ellos nobles y plebeyos, si recordaba bien. En el manhwa había un ex mago oscuro en una tienda del pueblo.

-...que molesto, athanasia solo se iba a los campos a llorar.

Frunció el ceño un poco molesta pero siguió su camino buscando alguna tienda.

La princesa cada vez que se escapaba del palacio era para ir a los campos lejanos de obelia, solo para desahogar sus penas. Ni siquiera entrenaba su magia.

A ella le daba pena por todo lo que pasó la princesa pero ahora estaba enojada y confusa. También tenía miedo.

-pareces confusa.

Se exaltó cuando sintió una mano en su hombro. Al darse la vuelta vio a una anciana.

Ella tenía una sonrisa amable pero sus ojos demostraban otra cosa.

La rubia la miro con neutralidad haciendo reír a la mujer.

-ven conmigo, tengo respuestas para tus dudas.

Empezó a caminar ante la mirada desconfiada de la rubia, que apretó su falda y decidió seguirla.

Miro curiosa la tienda de flores medicinales.

La anciana cerró la puerta y acomodó las cortinas de las dos ventanas. Camino hacia el fondo de su tienda seguida de la rubia.

-"siempre me dijeron que no siga a desconocidos pero esa mujer algo tiene en sus ojos...siento que ya la conozco".

-quieres algo de beber niña?.

La mujer le acercó un vaso con alcohol y la rubia solo negó.

-más para mi -de un solo trago bebió de todo y se sentó tras una mesa de madera.

La menor se sentó frente a ella y miro con recelo la sonrisa de la mujer.

-sé que tienes dudas sobre tu llegada a este mundo -la miro sorprendida haciendo reír a la mujer -la verdadera dueña de ese cuerpo fue quien te trajo aquí.

-...qué?, eso es imposible!, la princesa no sabía usar sus poderes mágicos.

-tranquila mocosa que me quedaré sorda, la princesa estaba desolada y sufría mucho, cuando uno de mis colegas la encontró, la ayudó e hizo que vea distintas personas de otros mundos para traerla aquí.

Sacó una botella de abajo de la silla y siguió bebiendo ante el shock de la oji cerúleo azul.

-..p-por qué yo?.

-porque la princesa al ver tus estupidas lagrim6as por una novela se enternecio y al ver tu alma supo que eres fuerte.

La miro con el ceño fruncido al ser la burla y diversión de esa anciana.

-ella fue egoísta pero prefirió eso a ser asesinada, ella sin querer usó su propia magia y vio su futuro, por eso vino al pueblo a buscar algún mago que la ayude.

Volvió a tomar todo de golpe y la rubia ignoró su ataque de hipo por el alcohol.

-qué clase de magia usó tu colega?.

-mm?, creo que usó magia negra, no lo sé, yo también lo hago, pero no puedo hacerte volver -dijo al ver la esperanza en los ojos de la menor -cuando ya hicimos nuestra paga a nuestros ayudantes ellos no dan marcha atrás y no podemos ir en contra de lo que ya pedimos.

-no lo entiendes!, tengo que volver, te daré lo que sea pero debo de...

-ese cuerpo ya nos dio lo que queríamos -sus ojos se pusieron serios mirando atenta a la muchacha que se estremeció por su mirada pero frunció el ceño.

-no juegues conmigo anciana, estaré en el cuerpo de una princesa pero recuerda que mi alma no es la de una, tengo el suficiente conocimiento para saber que el cuerpo no es el que paga sino el alma, la princesa hizo un trato con su alma no con su cuerpo, el cuerpo no tiene nada que ver.

Sonrió con frialdad haciendo que la hechicera sonriera de lado.

-"mocosa eres inteligente y rebelde".

La anciana suspiró y se levantó yendo a unos de sus muebles. Abrió un cajón y sacó un libro.

-aquí podrás aprender algunos trucos de magia negra, sé que en ese cuerpo había un alma portadora de magia blanca pero eso fue cuando la princesa estaba en ese cuerpo...tu alma es portadora de magia negra.

La menor solo la miro con oscuridad para luego cerrar los ojos y tomar el libro entre sus manos.

-volveré.

Se paró caminando hacia la salida seguida de la mujer.

-qué te hace creer que estaré aquí?.

-hm, no me creas idiota anciana, de seguro fue la princesa o tu famoso colega que te dijo que ayudes al alma que estaría en este cuerpo por si buscaba alguna respuesta.

Le sonrió arrogante y salió de allí dejando sola a la mujer.

Ella soltó una risa divertida y se apoyó en la pared limpiando las lágrimas de sus ojos.

-no puede ser, en verdad es divertido...qué opinas querido?.

Un hombre camino hasta su lado suspirando para luego sonreír.

-pienso que el destino del emperador cambió desde que esa muchacha llegó a este mundo.

Su esposa sonrió con suavidad y palmeo su hombro.

-hiciste lo correcto al ayudar a la princesa a renacer en otro mundo...y por fin ella podrá ser feliz con su amado padre.

La pareja sonrió con tristeza al recordar el rostro lleno de lágrimas de la pequeña princesa que les rogó por su ayuda.

Hicieron lo correcto, ahora de seguro esa pequeña princesa habrá renacido en algún mundo paralelo al de ellos.

Primero como otra persona normal para que tenga conocimientos sobre su mundo original y luego al momento de su muerte volver a renacer pero como otra vez la princesa de obelia.

Una princesa que sería amada por su padre.

-maldita sea mi vida!.

Pateo el tronco a su lado y volvió a chasquear la lengua mirando de reojo el libro en el suelo.

Entre todas esas chicas que leían la novela justo ella fue elegida para ir a ese mundo!.

Miro de reojo el campo que la rodeaba hasta que su mirada paró en el caballo negro que la miraba aburrido.

-no me mires así, tengo derecho a enojarme.

El caballo resoplo como si se estuviera burlando haciendo que la rubia lo mire con enojo. Luego suspiro y se dejó caer en el pasto.

Ese caballo era de athanasia, cuando se escapaba del palacio tomó como suyo a uno de los caballos de los plebeyos y desde ese momento lo cuidó para que la ayude a llegar a los campos de obelia.

En verdad era veloz ya que si hubiese ido con otro caballo a los campos de seguro tardaría horas en llegar.

-...tengo que idear algún plan para irme, puedo aprender a usar la magia negra para así poder crear oro y transportarme a otro imperio....pero no hay otros imperios más poderos que obelia que yo sepa.

Una gotita surgió de su cabeza y se acostó boca abajo ahogando un grito contra el suelo.

Si quería que nadie la encuentre cuando huyera debería de irse a otro continente y eso significa más estudio, más práctica para usar magia y más tiempo. Y ella no tenía tanto tiempo.

.

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.

.

Cuando volvió al palacio ya era de noche, nadie la descubrió o solo la ignoraron.

No le importaba, solo quería darse un baño, comer algo e irse a dormir.

-"por lo menos traje esto para dar el primer paso hacia mi plan y también adquirí más información de los que me esperaba pero...debo de seguir investigando".

Detuvo su caminar en los pasillos directo al palacio rubi y miro al cielo nocturno.

Antes de seguir su camino se exaltó cuando agarraron su brazo con fuerza.

-qué tenemos aquí?.

Eran dos guardias.

La rubia los miro con seriedad mientras ellos solo sonrieron más.

-sé por los demás que su majestad ni siquiera te tiene en cuenta así que...si te hacemos un pequeño regalo significa que no nos harán nada?.

Miro con asco los ojos pervertidos de ese hombre.

-vamos, pequeña princesa ven con tus hermanos -los dos rieron con burla acercando sus manos hacia su ropa.

-alto...!!!

*bum!*

Uno de los guardias salió volando unos metros atrás con un puños marcado en su mejilla.

-malditos cerdos -el otro guardia se estremeció cuando escuchó esa voz fría y sin sentimientos.

Era la princesa.

Sus ojos brillaban con oscuridad y un aura oscura la rodeaba.

-se creyeron que me iba a dejar abusar por unos inútiles como ustedes?, ja!, que estupidos.

Soltó el libro y tronó sus manos caminando directo al guardia que se exaltó retrocediendo.

-p-princesa, espere...

Ni siquiera lo escuchó y estrello su puño en su estómago para luego volver a estrellar su puño en su cara mandandolo justo donde estaba el otro hombre.

-tch, que patéticos, y se suponen que son guardias de la realeza?, que decepción, tal vez...-una sonrisa sádica se asomó por sus labios asustando a los guardias -deberia de cortar lo que los hace hombres.

Sus ojos brillaron como si fuera un monstruo a segundos de una masacre haciendo chillar a los guardias que salieron corriendo asustados.

-....estupidos -bufo aburrida y se dio la vuelta para agarrar su libro pero quedó en shock al ver quién ella allí.

Felix Loebein.

-...princesa.

Tan solo volvió a chasquear la lengua mirándolo con serenidad.

El mundo le quería joder la existencia.

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