*Two feet, lost the game.

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El tan esperado día, menos para Athanasia, llegó.

La despertaron temprano, le dieron un hermoso baño de relajación, la perfumaron, cuidaron su cabello, su rostro, manos, ese día se sintió como haber ido a un Spa.

Fue genial, lástima que al llegar la noche debía ir al baile.

Cuando se miro al espejo quedó sorprendida. Ella sabía que la princesa era hermosa pero el verlo con sus propios ojos y en persona era cosa de otro mundo.

-"vaya, jamás pensé que en algún momento de mi vida iba a ser tan hermosa".

Portaba la tiara que le regaló claude, su cabello estaba suelto tal como lo tenía la Athy del manhwa solo que ella tenía una mini trenza al costado.
Tenía pendientes de diamantes, su vestido era celeste le llegaba hasta encima de las rodillas y portaba unos zapatos decorados con zafiros. En su mano izquierda portaba el anillo de la antigua emperatriz Embrose.

-princesa está hermosa.

Felix la halago sonrojado y ella le dio una leve sonrisa amable.

-gracias -tomó su mano saliendo del palacio amatista.

Al bajar las escaleras estaba Claude tal cual recordaba en el manhwa. Lucia elegante y muy apuesto.

Cuando notó su presencia se quedó sorprendido.

-qué sucede?, el ratón te comió la lengua? -pregunto burlona haciendo reaccionar al rubio.

La miro fijamente y sus ojos brillaron llamando la atención de Athanasia. Los ojos de Claude lucían brillantes de algún sentimiento que desconocía.

-Athanasia, eres la más bella de todas las mujeres.

Ella quedó sorprendida para luego parpadear y soltar una leve risa sorprendiendo a los dos hombres. Ella posó su mano sobre la de él.

-parece que estás muy halagador esta noche, su majestad.

Claude solo sonrió de lado al ver que ella nunca perdería el sentido del humor y que jamás dejaría de burlarse de él.

Era hora de dejar a la vista de todos la enorme belleza de la princesa.

Aunque su egoísmo le gritaba que la encierre en su palacio solo para que él pueda apreciar su belleza.

Cuando llegaron al gran salón entraron tomados de la mano y los nobles los miraron fijamente.

Los dos rubios los miraron con sus ojos brillantes demostrando su poder y ante eso todos hicieron una reverencia con temor. Estaba claro que la hermosa princesa era tan poderosa como su padre.

Y los tendría a todos bajo su control si llegaba a gobernar el imperio algún día.

Cuando la música sonó empezaron a bailar como si estuvieran fluyendo en el agua.
Su baile era atrayente y cautivador, sus joyas cerúleo brillaban con fuerza dándole un aire místico a cada vuelta que daban.

Sus cabellos rubios danzaban con su baile y en sus bellos rostros había una diminuta sonrisa.

-pareces segura.

Susurro al acercarla a su cuerpo, ella posó su mano en su hombro y le sonrió angelical.

-pense que podría pisarte pero quedaría mal ante toda la nobleza -sonrió de lado divertido y la alzó dándole una vuelta en el aire dejándola sorprendida.

-puedes hacer lo que desees, incluso destruir la mitad del salón o los vestidos de las mujeres, eres la princesa de obelia.

Ella lo miro con una gotita pero decidió seguir bailando.

Al terminar los dos hicieron una reverencia siendo aplaudidos por todos que quedaron maravillados con su baile.

El emperador ante la sorpresa de todos besó el dorso de la mano de la princesa y luego le sonrió.

-felicidades Athanasia.

Ella sonrió divertida y rió por lo bajo al ver que todas las damas quedaron cautuvadas por el emperador.

-deberías considerar volver a tener un harem, hay muchas jóvenes que te están mirando.

El rubio solo cerró sus ojos sin soltar su mano mientras caminaban hacia una de las columnas del salón.

-ellas no me importan.

La menor lo miro curiosa pero decidió ignorar ese comentario.

-ve a divertirte, es tu noche -poso sus manos en sus hombros y ella lo miro serena.

-....creo que no eres tan desagradable como pensé -ante eso él quedó en shock -no te emociones -lo miro en poker face haciendo suspirar al mayor.

Día a día que la observaba aprendía algo nuevo, si bien no hablaban con tan solo mirarla aprendía muchas cosas de ella.
Esa noche aprendió que ella al ser amable con alguien luego acaba con el momento especial solo por vergüenza o diversión.

Esta vez fue por vergüenza.

Cuando ella se acercó hacia las demás nobles miro a su alrededor y en la esquina vio al duque Alfierce con athanasio. Al verla, el mago oscuro le sonrió levemente y ella dirigió su mirada hacia otro lado.

Si sus suposiciones eran ciertas, Felix ya le había dicho sobre Athanasio a Claude. Debía de mantenerse alerta cuando estuvieran cerca.

-princesa.

El joven Isekiel Alfierce estaba ante ella estirando su mano con una sonrisa atractiva cautivando a las demás jóvenes menos a ella.

Sonrió con suavidad dejando salir un brillo angelical a su alrededor siendo ella ahora quien cautivará al público.

-esta hermosa esta noche.

Los dos se tomaron las manos y empezaron a bailar dejando encantadas a las personas.

El duque sonrió satisfecho al ver el brillo surgir en esos dos, si no conseguía hacer que zenit entré al palacio con gusto ofrecía a su hijo como prometido para la hermosa princesa.

Tanto por medio de Zenit o Kiel su familia terminaba beneficiada e iban a pertenecer a la familia Real.

-...me gustaría poder charla algún día con usted...

-puede decirme Kiel, princesa.

Ella le sonrió de lado y posó su mano en su hombro mientras él la posó en su cintura.

-entonces...Kiel, dime Athanasia.

Los dos se sonrieron y al finalizar él besó su mano sonriendo le coqueto.

-le enviaré una carta para reunirnos.

Ella le sonrió sonrojada cautivandolo y los dos se despidieron.

-??? -nuevamente quedó sorprendida al ver una mano ante ella.

-me concedería este baile bella princesa?.

Era Athanasio.

Ella abrió sus ojos sorprendida al verlo ante ella pero sonrió falsamente y posó su mano en la de él siendo vistos por la mayoría de los nobles.

Qué planeaba el no muerto?.

-es un gusto volver a verte.

Susurro a su oído haciéndola sonrojar levemente, ella frunció el ceño sonrojada haciéndolo reír y cuando la hizo dar una vuelta acercó su cuerpo al suyo agarrando su delicada cintura y le sonrió coqueto.

-estás hermosa princesa.

-...contigo van 3 personas que me lo dicen -sonrió arrogante haciendo reír al mayor.

-me siento un pedófilo al tener estos pensamientos pero no puedo evitarlo...aunque el incesto está permitido en la familia.

Ella abrió sus ojos sorprendida al tenerlo tan cerca de su rostro pero posó su mano en su brazo deteniendolo.

-no te preocupes, no haré nada aún...aunque parece que a alguien no le agrada que esté bailando con preciada princesa.

Miro de reojo en dirección a donde estaba el emperador.

El cual no lucia para nada feliz al ver que estaban bailando juntos, demasiado juntos para su gusto. Sus ojos parecían los de un león en frente de su presa a punto de degollarla.

Su tercer baile con un atractivo hombre terminó y como siempre él besó su dorso dándole una sonrisa sensual dejando catuvadas a las damas del lugar.

-luego nos vemos princesa.

El lord desconocido para todos se fue de allí dejando a la princesa sola la cual fue rodeada por varias jóvenes de su edad.

-princesa soy hija de la casa Elaine, Helena Elaine -la joven se presentó haciendo una reverencia igual que las demás jóvenes.

-es un gusto volver a verla princesa -Jeanette hizo acto de presencia haciendo una reverencia ante la princesa la cual le sonrió suavemente.

-Zenit es un gusto volver a verte -miro de reojo satisfecha la pulsera en la muñeca de la peli marrón.

Ella sabía que su prima se acercaría al terminar el baile. Así que llevo el collar que le regaló para dejar contenta a la inocente Zenit.

Siguió hablando por unos minutos con las jóvenes que quedaron cautivadas con su personalidad y su bella sonrisa.

-parece alegré princesa -el pelirrojo miro contento a la menor.

Los dos estaban a un costado del salón, Athanasia se había cansado de bailar con las jóvenes y charlar.
Aunque le daba gracia que Zenit la siguiera como un pollito sigue a su madre.

-...admito que es divertido ver a todos cautivados -sonrió con una mano en su mejilla inocente aunque Felix pudo ver un brillo sádico en esos bellos ojos.

Suspiro derrotado pero sonrió al recordar que los dos rubios estuvieron por más de 2 segundos juntos y sin matarse con sus palabras.

Era un avance.

Al divisar al duque que estaba hablando con Claude sonrió de lado. Parece que no se rendía en hacer que Zenit cautive al emperador.

Parpadeo cuando Claude lo miro con frialdad y el duque hizo una reverencia temeroso para luego darse la vuelta con una mueca de disgusto.

Al cruzar miradas sus ojos brillaron con sadismo y el duque tragó saliva nervioso para luego mirarla con furia.

-...hahaha que divertido.

Felix se exaltó al escuchar su risa tan suave como un susurro pero tan maléfica como una serpiente venenosa.

Todo estaba yendo tal cual lo planeó y el duque estaba sufriendo en carne propia lo que es la derrota. Y ella no se detendría hasta que él se arrepienta de haber planeado la destrucción de la princesa.

-"no te perdonaré por la muerte de la princesa".

Abrió sus ojos sorprendida al notar lo que pensó y suspiró tocando su collar.

-Felix, vamos.

Sin más que decir y sin esperar a Claude empezó a salir del salón seguida de Felix.

-princesa, se encuentra bien?.

Ella cerró sus ojos ignorando su comentario y sintió con gusto la brisa de la noche peinar su cabello.

-...Felix...alguna vez te sentiste vacío?.

El caballero se sorprendió con lo que dijo y la miro preocupado al ver esa mirada tan vacía que alguna vez existió en la mirada del gran emperador.

-princesa.

Ella soltó una leve risa y volvió a su estado normal.

-vamos?.

Los dos se dieron la vuelta viendo al emperador.

Se posó al lado de la princesa y los dos subieron al carruaje que los estaba esperando.

El caballero los miro irse y miro al cielo con tristeza.

-solo deseo que desde donde quieras que estés...ayudes a que ellos sean felices, aún si su amor no es correcto.

Susurro lleno de esperanza recordando los ojos rubi de su gran amiga. Su amiga preciada que amó a su primer amigo con todas sus fuerzas.

Aunque su deseo no se podría cumplir del todo ya que la bella princesa va a tener varios pretendientes poderosos a su disposición y ella deberá de dejar que el amor surja en su interior.

Ya que ella, no cree en el amor.

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