15 "Regalos".
*Two feet, you're so cold.
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Paso la semana y por suerte el resfriado de la princesa no duró más de 2 días. Parece que el frío emperador había estado yendo en las noches a curarla.
-no puedo esperar para el debut de la princesa!.
Casi escupió lo que estaba bebiendo ante la emoción de Hanah y Seth.
Miro de reojo la charla alegré de las sirvientas y luego miro a Lily que también lucia alegré.
Cierto, cómo lo había dejado pasar. Muy pronto iba a ser el debut, aunque ahora ya no estaba tan alerta. Claude se cruzó con Zenit y ni siquiera mostró interés o sí lo mostró y ella no le dio importancia.
Estaba más interesada en saber cómo haría para terminar de seducir al Alfierce Junior y a su tío que pensar en el debut. No le importaba si Claude posaba toda atención en Zenit, ella ya acabó con Rosalía.
No corría el peligro de ser acusada de envenenamiento, pero tampoco se podía fiar.
Así que, debería de empezar a moverse para irse del palacio o esperar un poco más y ver cómo irían las cosas entre Claude y Zenit?, aunque si se quedaba solo sería para pasar el tiempo y divertirse.
Quería ignorar a toda costa la atención que su mente le estaba dando al loco emperador.
-princesa.
Su escolta entró al living con una caja de terciopelo bordó llamado la atención de las damas.
-esto lo envía su majestad.
El silencio reinó el lugar y la princesa solo agarró la caja con desconfianza, al abrirla todas quedaron encantadas menos ella.
-e-esto?.
-perteneció a la antigua y gran emperatriz Embrose.
Era el anillo preferido de la primer emperatriz de obelia.
Athanasia agarró el anillo con cuidado y estrechó sus ojos cuando el diamante brillo ante la luz del sol.
-es hermoso princesa, si usted lo usa con sus hermosas manos le dará más belleza.
Sonrió de lado ante el halago de su nana y las demás sirvientas.
-también...el emperador quiere que esta noche se prepare para un banquete que realizará solo para ustedes dos.
Volvieron a quedarse en shock y ella miro seria el anillo en sus manos.
Qué planeaba el emperador con ese regalo?.
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.
.
-supuse que no lo usarías.
El rubio miró las manos de la princesa totalmente libres de anillos.
Los dos estaban cenando en silencio.
-hn, no quería arruinar algo tan valioso.
Sonrió fingidamente haciéndolo sonreír de lado. Ella rechazaba todo lo que venía de él pero aceptaba lo que venía de otros.
-por cierto, te otorgare una habitación especial para guardar tus joyas y todo lo que recibas.
-...parece que está amable su majestad, si tanto le gusta regalar cosas, por qué no me regala un nuego palacio? -siguió comiendo tranquila luego de hacer esa broma.
Aunque para el rubio no fue una broma.
-Athanasia.
Ella lo miro curiosa al ver que hizo una seña a un sirviente y éste se acercó con una caja.
-esto perteneció a la primer hija de la emperatriz Embrose, todas las princesas que nacen como primogénitas deben de usarlo.
Miro a la tiara en shock para luego mirar al rubio que la miraba atento.
-por qué me regalas todo esto?, primero el anillo y luego esto.
Ella estrechó sus ojos desconfiada y él solo le sonrió.
-vete preparando porque no es el único regalo que tendrás, quiero ponerme al día con la falta de regalos por tus cumpleaños pasados, eres una princesa.
Siguió bebiendo su vino ante la mirada desconfiada de su hija.
Acaso ella debía creer que de golpe tuvo una revelación y que la quiere llenar de regalos y mimos porque ahora será el padre ideal?, si claro.
Le podría dar los regalos más costosos del imperio o del continente entero pero ella jamás caería en sus redes.
Él sería el que cayera en sus redes.
Oh sí, la hermosa princesa ideó un nuevo plan.
Ella no sería dulce ni amable como la otra Athy, ella sería como era y cautivará al emperador.
No era estupida como para no darse cuenta que ante su rechazo el emperador la seguía como un perro faldero.
No soltaria la cuerda pero tampoco la sostendría para siempre.
Solo era hasta que ella pudiera irse o se acabe la diversión en el palacio.
-en estos días el emperador parece ansioso.
La princesa dejó las flores de lado y miro de reojo a su escolta.
Habían pasado meses desde los grandes regalos que le daba su progenitor.
El jardín trasero lleno de rosas rojas, joyas de antiguas princesas, joyas exóticas no solo de ese continente, una de las tierras más importantes de la realeza que todo noble quisiera tener, un nuevo palacio llamado "Amatista" lleno de oro, plata, diamantes, rubíes, zafiros, esmeraldas, granates y amatistas. Todo era de ella.
La rubia aprendió que debía de tener cuidado con las bromas que le hacía al emperador en cuanto se traten de regalos. El rubio se tomó en serio lo del palacio y le hizo uno para ella sola.
Los del palacio y los demás nobles se habían enterado de todo lo que el emperador le regaló a la princesa, y ninguno dudaba de que él la amaba y apreciaba como a un tesoro.
Aunque su amor era un tanto extraño ante los ojos de Athanasia.
-por qué debería de estarlo? -corto algunas rosas y empezó a caminar hacia su nuevo palacio.
Seguía viviendo en el palacio esmeralda pero algunas veces dormía en el palacio amatista.
Ah, también le dio el control absoluto de la administración del palacio rubi, esmeralda y amatista.
-bueno....dentro de unos días será el debut de la princesa.
Ella dejó de caminar y miro al cielo neutral.
-ya?...mmm~.
Dejo caer las rosas y las piso empezando a caminar nuevamente.
-...dile a Claude que quiero verlo.
Sin más que decir Felix quedó sorprendido pero una sonrisa surgió en su rostro corriendo hacia la oficina del emperador.
No sabia qué pasó, pero algo planeaba la hermosa princesa pero no podía evitar emocionarse por pensar que ella estaba cambiando a como era antes.
Ingenuo caballero sangre escarlata.
.
.
.
La luna estaba en lo alto y el emperador quedó cautivado por el brillo que le daba la hermosa luna a la princesa ante sus ojos.
Al sentir su presencia lo miro con sus grandes ojos cerúleo y un extraño brillo en ellos.
-Claude.
Se extraño ante su suavidad pero no se extraño por escuchar su nombre salir de sus labios. Desde hace meses lo empezó a llamar por su nombre y no le molestaba.
-me han llegado rumores de que estás ansioso por algo -ladeo la cabeza burlona logrando que alguien más de la realeza desee torturar al amable caballero sangre escarlata.
-qué es lo que deseas?.
Era una enorme sorpresa para todos que la princesa llame al emperador para hablar y no que la llame él. Incluso fue a su cuarto para hablar con ella.
-...me has regalado muchas cosas, ninguna de ellas las pedí, esta vez sí quiero algo...y lo quiero con todas mis fuerza.
Claude la miro atento esperando escuchar su deseo.
-a cambio...te consedere 2 deseos -su sonrisa engañosa hizo acto de presencia y él se acercó más ella.
Ahora los par de joyas imperiales brillaban con fuerza ante la luz de la luna.
-...quiero que me des total libertad para salir del imperio o del palacio sin que me vigiles o me sigan personas bajo tu mando...además -detuvo por completo el casi hablar del rubio -no me pondrás ninguna restricción ante mis salidas, podré salir cuando yo quiera, a la hora que desee y volver a la hora que yo desee.
Espero serena mirando atenta al emperador que apretó sus labios y la miro atento. Luego cerró sus ojos y la miro serio.
-bien...a cambio, jamás me abandonaras -ella lo miro sorprendida y luego lo miro seria.
Acaso presentía que ella se iría en algún momento?.
A sorpresa del emperador ella le sonrió de verdad y acarició su mejilla.
-...a veces creo que eres un niño pequeño -se burló -....bien, lo prometo.
Él apoyó su mano encima de la de ella y la miro fijamente con toda la atención del mundo.
-el otro deseo supongo que no hace falta decirlo.
Él solo cerró sus ojos con una pequeña sonrisa.
Irían juntos al debut.
Y ella jamás lo abandonaría.
Parece que todos eran ingenuos en ese palacio.
Claude, Felix y todos podían ser de palabra.
Pero ella no lo es.
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